martes, 4 de marzo de 2014

1971 (XVI)



Hoy nos visitan las dos últimas bandas que se dieron de alta en este tugurio el año pasado, nuestras dos últimas representantes de la época dorada del rock cuando ese género tenía una visión mucho más amplia e inventiva que ahora: Wishbone Ash y Badfinger. Y precisamente por esa variedad que caracterizó a la época, ninguna de ellas tiene que ver con los planteamientos de los zepelines, Purple, Heep y compañía. El rock era entonces un denominador común para todas, pero cada una tenía patrones distintos. Y si los Ash comenzaron partiendo de una estructura muy guitarrera aunque estilizada, ahora sus piezas de ritmo medio e incluso a veces acústico se están imponiendo; por su parte, Badfinger siguen siendo fieles a la querencia que los había distinguido desde diez años antes, cuando aún eran los Iveys: el pop más o menos “vitaminado”.

La carrera profesional de Wishbone Ash comienza gracias a la ayuda de Ritchie Blackmore, que les consiguió un contrato discográfico además de recomendárselos a Derek Lawrence (el productor en la primera etapa de los Purple). Y pronto se ganaron el bonito apodo de “los Allman Brothers británicos”: recordarán ustedes que esa definición se debía al hecho de que, como en el caso de los americanos, los Ash disponían de dos guitarras solistas, Ted Turner y Andy Powell. Pero salvo en el gusto por los desarrollos largos en lo demás no hay mucho parecido, ya que mientras el estilo de los Allman se basa en el blues y el country los isleños hacen rock blanco -ligeramente progresivo y por lo general más cercano al folk que al blues- aderezado por un cruce de punteos muy elegantes, que alternan con baladas de tono casi acústico. Ese juego de guitarras, de sonido limpio y cercano a veces al arabesco, los está haciendo progresar poco a poco pero con paso firme: su primer disco llegó al top 30, y aunque no son una banda de masas se agradece que una agrupación rockera tenga un estilo tan pulido y exquisito. Ambos guitarristas son fans del legendario Hank Marvin, y ese es su mejor aval. 

“Pilgrimage”, su segundo disco, inaugura el otoño de 1971 llegando al top 15, lo cual en una banda de este tipo es una verdadera hazaña. Y la progresión no se ciñe a las ventas sino también a su estilo, que gana en recursos y variedad sin que la producción de Lawrence necesite aplicar tratamientos invasivos: “Vas dis”, la originalísima pieza que lo abre, se distingue por su base ritmica mucho más cercana al jazz que a cualquier otra cosa, acompañada por unas guitarras que parecen limitarse a hacer acompañamiento en las mismas notas y escalas que la voz; una voz que, al más puro estilo scat, tararea esas escalas. Le sigue “The pilgrim”, otra pieza semi instrumental con su arranque casi atmosférico decorado por notas de cuerdas cercanas al folk que luego dan paso a una especie de rock con una línea muy firme pero aderezada con tonos jazzy, folk y todo lo que ustedes quieran, más las voces de nuevo tarareando. La cara A termina con la pieza más popular del repertorio Ash: “Jail, bait”, un rock de estilo boogie con una fantástica exhibición de guitarras que debería haber sido publicada en single. La cara B se abre con “Alone”, una instrumental de dos minutos y pico que es casi un ejercicio de estilo para sus guitarristas, aunque tanto el bajo (Martin Turner) como la batería (Steve Upton) son tremendamente originales: la base rítmica de los Ash, tal vez oscurecida por el brillo de sus solistas, parece un poco olvidada hoy en día, a pesar de que no tenían nada que envidiar a cualquier otra. Y el resto sigue en su estilo de medio tiempo, con tonos acústicos, que se hace realmente encantador. También esta cara termina con un boogie rock, aunque en directo: “Where were you tomorrow” nos muestra a los Ash más simples, sin un solo overdub, y suenan encantadores. Así que, en conjunto, estamos ante una mezcla de estilos muy original que nos hace pensar en un futuro radiante. 

Los antiguos Iveys también tuvieron padrinos, y de altura: ya vimos el año pasado que Mal Evans consiguió que los Beatles se interesasen por ellos y los fichasen para Apple Records con el nuevo nombre de Badfinger. Sin embargo este tipo de padrinazgos suele ser un arma de doble filo porque con frecuencia origina prejuicios, y durante mucho tiempo tuvieron que cargar con el sambenito de ser una “fotocopia” de los Cuatro Fabulosos en su última época. Y aunque no hay duda de que las influencias son claras e incluso las voces suenan parecidas, también hemos de reconocer que poco a poco consiguieron encontrar su propio camino, más cercano al pop que sus mentores. Otro problema fue la situación financiera de Apple, que con frecuencia retrasó la aparición de sus discos, y por último la propia desgana de McCartney o Harrison, los más implicados inicialmente en apoyar a Badfinger y que luego, agobiados por su propia carrera y sus problemas personales, fueron olvidándolos. Ya dije el año pasado que la historia de este grupo es larga, conflictiva y dramática, pero no nos pongamos tristes: después de casi un año de trabajo en estudio, de cambios en la producción, de cintas perdidas y otros cuantos incidentes, por fin consiguen sacar a la calle su tercer disco, “Straight up”. 

El fantasma de los Beatles sobrevuela el disco, como en los dos anteriores: las influencias son claras en la mayor parte de las canciones, y francamente evidentes en piezas como “Take it all”, la que abre el disco; “Money”, “I’d die babe”, “Sometimes” y algunas más, que en conjunto dan la impresión de “actualizar” la obra que crearon los de Liverpool en sus últimos años. Hay algunas que se apartan un poco de ese camino, como “Day after day”, aunque se hace reconocible la guitarra de Harrison en algunos pasajes (George fue además uno de los que pasó por la mesa de producción para luego “olvidarse” del asunto). Y hay otras que ya son totalmente Badfinger: la encantadora “Baby blue” por ejemplo, un power pop que representa muy bien el espíritu del grupo, pasando a ser una de sus clásicas que influenciará a finales de los años 70 a algunas bandas de la new wave y baladas poperas (esa escala de cuerdas que hacen Nacha Pop en “La chica de ayer”… ¿de dónde la habrán sacado?); o la casi acústica “Perfection”, que es ciertamente perfecta. Así que esta es otra de esas delicias de unos señores que, sin olvidar sus influencias, demuestran un gusto exquisito por las melodías, tan fuera de tiempo por entonces. Y las ventas seguirán siendo discretas, aunque superiores en los States que en la Isla; tal vez por esa vocación clásica que tienen los americanos a veces, de mantener lo bueno: los isleños en este sentido, tengo que reconocerlo, a veces se pasan de modernos. 

Y ya casi hemos terminado nuestro paseo por el año 1971. Casi. Falta por llegar un señor al que ya conocemos desde hace tiempo, pero que ha abandonado a su grupo para seguir en solitario y vendrá la semana que viene a tomarse una cerveza, que es lo suyo. 


14 comentarios:

  1. Hola Rick:
    El de Wishbone Ash ¡Cojonudo!, soy un gran seguidor de ellos, todos sus primeros discos me encantan, esas dobles guitarras y las voces son únicas y tienen grandes temas, tanto tranquis como cañeras. Este vinilo lo compré de segunda mano, hecho canela, pero era lo que había para los pobres.
    De Badfinger, para ser sincerpo, casi no he escuchado nada, quizás por que lo poco que he escuchado, me ha aburrido, posiblemente no he escuchado lo bueno, así que se impone una revisión, ya me dirás cual es el "bueno".
    Ah, la batallita de turno: En 1975 tocaron en Marbella, con otras bandas, yo estaba trabajando en Lerida cogiendo fruta, que es lo que se estilaba, y no dude en dejar el trabajo, y bajarnos mi chica y yo en Autostop hasta Marbella, allí nos pillaron para ayudar en el montaje y nos lo pasamos de miedo. Tiempos mágicos que quizás cambiaron mi vida. Tuve mucho tiempo la baqueta del batería de los Wishbone Ash como una reliquia.

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    1. Muy buenas, don José:

      Celebro esa afición por Wishbone Ash, que como muy bien dice fueron realmente magníficos en su primera época, hasta que se volvieron demasiado “americanos” y su rock más previsible, cercano al heavy. Pero al menos los cinco o seis primeros son fantásticos. Y tuvo suerte usted, de todos modos, por pillar el “Pilgrimage”: fue el primero en salir aquí, y además de su nula publicidad y una tirada minúscula aún encima cortaron la portada. La cosa mejoró un poco tras la aparición de “Argus”, pero han sido siempre un grupo minoritario en España. Ah, y me ha dado envidia su estancia en Marbella, y esa baqueta de Steve: yo nunca llegué a verlos en directo.

      En cuanto a Badfinger, tan minoritarios aquí como los Ash, creo que merecieron mejor suerte: pruebe con sus primeros discos, y luego tal vez le interese seguir. Su trayectoria es bastante lineal, yo al menos no veo un disco destacable sobre los demás. De todos modos, si le gustan los Beatles posteriores al “Sgt Pepper’s” también le gustarán ellos.

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  2. A los Wishbone Ash no los piloto. El Straight Up me parece superior a muchos discos de los Beatles, incluida la tan sacralizada dupla Rubber Soul/Revolver, aún a pesar de que plagiasen con tanta reiteración a sus mentores.

    En cuanto a sus ventas hay que destacar que lo que más los perjudicó no fue el olvido de los Beatles precisamente, sino la inexistente promoción de Wish You Were Here por culpa de los tejemanejes del típico manager rapaz y la anterior coincidencia de Ass y Badfinger en las tiendas. En fin, que el paso a Warner no les podía haber salido peor. Tampoco es del todo cierto que no tuviesen éxito. No eran una banda seguida por las masas, pero si tenían nombre y generaban los suficientes ingresos como para vivir bien si no hubiesen firmado contratos tan leoninos. Podían haber vivido dignamente solo con los royalties por la versión de Without You de Nilsson.

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    1. Sobre los Ash, señor Fernández, le recomiendo vivamente un disco -solo uno, no se asuste: “Argus”. Es el tercero de su carrera, será publicado en 1972 y una revista tan seria como “Sounds Magazine” lo declaró disco del año. Ahora haga memoria y recuerde los discos que salieron en la Isla ese año: aun reconociendo que este tipo de consideraciones de las revistas no cuadra nunca con las opiniones de los fans… ¿no le pica la curiosidad?

      Vaya, coincidimos bastante en esa consideración suya sobre “la sacralizada dupla”: sin negar que son buenos discos, yo también creo que no es para tanto. Sobre el asunto de las ventas, tenga usted en cuenta que mi sumisión a la cronografía me impide valorar lo que sucedió con sus discos posteriores -sobre todo con “Ass”, “ninguneado” (como usted suele decir) sin compasión, a pesar de ser uno de los mejores. Pero en 1971, sus problemas son básicamente el pirata de Polley y Apple. Que, entre muchas otras cosas y ya que cita usted la incomparable “Without you”, no supo ver su potencial y ni siquiera pensó en sacarla en single. Y claro, al final resulta que hay mucha gente que sigue creyendo que es de Nilsson (aparte de otro ciento de versiones más). Con esto no le quito mérito a su versión (tremenda), pero me parece una injusticia: en España llegó a salir tanto en inglés como en español -cantadas por él, evidentemente- y fue un éxito apabullante; mientras que el “No dice” de Badfinger salió aquí tiempo después y acabó en el cajón de rebajas. Por desgracia, al menos aquí, éramos pocos los que leíamos los nombres que venían debajo de las canciones en los sellos de los discos, y si yo descubrí a Badfinger fue gracias a esa manía; y aunque el dinero se lo iba a llevar Polley de todos modos, por lo menos ese reconocimiento se lo merecen.

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  3. Paso a comentar directamente sobre los Badfinger: Tengo que decir que al "Straight up" le he pegado un repasito antes de opinar, puesto que lo tenía archivado y no le había prestado la debida atención hasta hora. Me parece un gran disco en general, con algunos temas espléndidos que como bie dice están inspirados en los Beatles. Especialmente me ha gustado "Day After Day", con ese sonido de guitarra Harrison tan especial. Pero realmente el disco que mas me gusta de Badfinger es el primero "Magic Christian Music" del 69. allí si que encuentro temas que de verdad me gustan, pongo por ejemplo "Carry on till Tomomorrow" que es una auténtica obra maestra para mi, sobre todo si se escucha en youtube con las imagenes de la película, donde aparece Ringo Starr y Peter Sellers. (amigo Jose Kortozircuito, si no la conoces te vas a llevar una gran sorpresa). Otro tema excelente para mi gusto de ese álbum es por ejemplo "Dear Angie", ambos ya tubieron su post hace tiempo en Viejo Zapato Marrón. Para terminar, destacar tambien el tema "Without you" que hizo famoso mundialmente, Harry Nilsson con su versión, como bien menciona en el comentario anterior el amigo josé Fernandez, aunque este ya pertenece a otro álbum.

    Saludos.

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    1. Esa similitud con los Beatles es uno de los aspectos distintivos para bien y para mal en la historia de Badfinger, como ya sabe usted. Visto con perspectiva tal vez no les hizo ningún favor, pero de todos modos demuestra que estamos ante una banda de altura: otros han intentado hacer lo mismo y no lo consiguieron.

      Y en cuanto al primer disco, qué quiere que le diga: aunque se ven muchos rasgos similares en casi todos, no se puede negar que ese es de los mejores. Porque además de “Carry on…” o “Dear Angie” también está “Maybe tomorrow”, “Crimson ship” o la tremendamente rockera “Rock of all ages”, de lo más fuerte de su carrera. Aunque suene tan a Beatles…

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  4. Espero que no lo lea mi viejo profesor de música, pero los Wishbone Ash me parecieron, en su día, un poco demasiado fríos y asépticos; aunque me encantaban, echaba en falta un poquito más de veneno. Me he escuchado hoy entero el Pilgrimage y sigo pensando igual; pero ahora es una cualidad que aprecio mucho más que entonces. Sea como sea, siguen siendo de lo mejor que he escuchado nunca.

    De Badfinger, digamos que no son lo mío y por eso apenas los he escuchado. Ya al oír una batería tan plana no me los tomo en serio. Sé que no soy ecuánime, pero por momentos me parece oír eurovisión. Ya digo: no son lo mío. Pero, de acuerdo: Carry on till Tomomorrow es cojonuda; tal vez debiera de haberlos escuchado más y con más atención.

    Salud.

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    1. Tranquilo, señor Pez: el señor ese no creo que venga a asomar las narices por aquí. De todos modos, esa visión de los Ash como “fríos y ásépticos” descorazona un poco. No los veo yo así. No digo que sean la alegría de la huerta, pero sentimiento tienen. Lo del “veneno” ya es otra cosa, claro, porque no son una banda rockera al uso, pero aun así… bueno, al final reconoce usted que los aprecia y son de lo mejor que ha oido nunca, así que bien.

      Yo creo que a Badfinger no les ha pillado usted el toque, como suele decirse. Esa batería, sin ser nada del otro mundo, tiene sus matices, y en cualquier caso esa mecla entre escuela Beatles y power pop es muy agradable. Aunque ya veo que, como en el caso de los Ash, usted mismo recula al final y reconoce que “tal vez debiera de haberlos escuchado más y con más atención”. Pues venga, a ello.

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  5. Whisbone Ash no son precisamente de esas bandas que impresionen a la primera (ni a la dos ni la tres), pero tampoco creo que esa fuese su intención, su rollo (desde mi humilde perspectiva) es como mas introspectivo y personal, música rock, inmune al paso del tiempo, sin extravagancias. Si te dejas llevar se te mete dentro y te acompaña con un sentido de la melodía supremo.
    ... Badfinger, bueno, como sabe estoy ahora metido en los temas que los Beatles cedieron a otrs, así que los he tenido muy presentes esta semana, diré que todo salió mal, fueron exprimidos y mareados... lo de "la chica de ayer" jaja el semi- plagio gracias a Teddy Bautista que añadió los arreglos de "La caccia al bisonte", me ha hecho gracia lo de "Baby Blue" (y si que se parece), ese guiño a Nilson con el que intentaban decirle que lo sabían hacer mejor...

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    1. Tiene usted razón, don Sebas, en que Whisbone Ash no son de las bandas que impresionan a la primera: también a mí me costó un poco entrar en ellos. Recuerdo que al principio me sonaban bien, casi impecables, pero en cierto modo me pasaba lo mismo que ha dicho el señor Pez, que me parecían un poco ásépticos. Es una banda que exige empatía, pero la devuelven con creces: en cada audición se descubren tonos nuevos, ecos, una exacta interacción entre las guitarras y la base rítmica hasta un punto que tal vez se nos había pasado por alto al principio.

      En cuanto a Badfinger, lo resume usted perfectamente: exprimidos y mareados, sí señor. Y, dejando aparte las lejanas influencias de “Baby blue”, sobre el semi plagio de “La caccia al bisonte” yo le quitaría el “casi”: no le demos vueltas, que ya han pasado muchos años, ha corrido mucha tinta sobre el asunto y a estas alturas no cuela. Otra cosa es si fue Teddy Bautista o el propio Vega quien se aprovechó de esa canción, o los dos, y ahí ya no digo nada; pero alguna participación de Vega hay, porque la cosa no se queda en los arreglos. En fin, corramos un tupido velo…

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  6. Un buen disco el de Pilgrimage, sí señor, menos tosco que otros roqueros. El tema de Vas Dis me ha encantado, y el de Jail Bait. En the Pelegrim se les ha ido la mano con el minutaje.
    De Badfinger solo he escuchado Take it all que me ha dejado indiferente, pero Baby Blue es una joya: buenas guitarras y buena melodía, combinación ganadora.

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    1. Me ha sorprendido de nuevo usted, señor Chafardero: pensaba que su comentario iba a ser casi al revés, es decir, alabanzas a Badfinger e indiferencia por Wishbone Ash, pero ya veo que es usted mucho más versátil en asuntos rockeros de lo que yo creía. Y me alegro, porque en efecto el Pilgrimage es menos tosco que otros.

      Pero creo que a un buen aficionado al pop como usted debería interesarle Badfinger, dejando aparte la influencia de los Beatles: pruebe con su primer disco, “Magic Christian music”, a ver qué pasa.


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  7. Cuando escuche el Vas Dis me pregunté varias veces porque se me hacía conocido hasta que he visto que era una versión de uno de los más grandes organistas de jazz, Jack McDuff el máximo rival de Jimmy Smith y como éste uno de los que sentó las bases del soul/jazz o Funky/Jazz. Pilgrim, salvando las distancias y los años, me recuerda al principio a un tema de Camel y creo que no sería muy equivocado ponerlo en los parametros del rock progresivo. Jail Bait es un tema de ortodoxia guitarrera pero que no ofrece nada novedoso según mi opinión podría ser parte de la discografía de cualquier otro grupo, en el mimos de Ritchie Blackmore. El Alone es un puro juego de guitarras.Lullaby es un tema muy bonito, relajado y sereno. Voledicition es un clásico tema folkie con un final elegante y sofisticado. El Where were you tomorrow, como dices, vuelve a ese blues pesado y machacón, que a todos nos encanta aunque no lo reconozcamos.
    Veo a Badfinger muy cerca de los grupos acústicos, Beatles quizás pero tambien quizás de Crosby, Still, Nash and Young. Los veo poco originales y para un disco de 1971 los veo anclados en un beat fresco y alegre pero poco original.
    Saúde.

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    1. Pues ha hecho usted muy bien, herr doktor, recordando el detalle del señor McDuff, porque a mí se me olvidó; un dato que además es muy relevante, puesto que se trata de la única versión que hicieron los Ash en su época gloriosa: el resto de su material es propio. Y el señor McDuff en efecto estaba a la altura del gran Jimmy, siendo además uno de los músicos más prolíficos que conozco. Imagino que le habrá gustado esa versión, que respeta el espíritu de la original pero le da un aire inesperado en una banda supuestamente rockera. Creo que es en piezas como estas donde se demuestra que los Ash tenían una gran aplitud de miras, aunque en conjunto no lo veo a usted muy impresionado con estos muchachos. A ver si con su próximo disco hay más suerte…

      En cuanto a Badfinger es verdad que no eran tremendamente originales: ya el hecho de ser comparados con otros, aunque fuesen los Beatles, es un lastre. De todos modos tienen unas cuantas canciones realmente magníficas, y creo que merecieron mejor suerte.

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