martes, 8 de julio de 2014

1972 (VII)



Hoy llegamos a la parte más seria y circunspecta del negocio, es decir, el temible rock progresivo. En ese sector comenzaremos, como siempre, por King Crimson, Yes y Genesis. Los Crimson ya saben ustedes que en realidad son una sola persona, Robert Fripp, siempre envuelto en problemas de altas y bajas con sus empleados y que bastante tiene con mantener la marca en activo mientras esa situación no se solvente al menos a medio plazo; los otros dos siguen creciendo, cada uno a su modo. 

Vamos con Fripp. Recordarán que a finales del año pasado despidió a Pete Sinfield, el único veterano que quedaba. Y los demás músicos no parecen muy contentos con la radicalización que don Roberto está imprimiendo a su sonido; incluso se permiten el lujo de hacer comentarios a la prensa que el jefe, muy diplomático cuando quiere, parece ignorar pero de los que toma nota. Y en estas condiciones comienza su tercera gira americana, una gira que se lleva a cabo porque ya estaba comprometida de tiempo antes: de no ser por eso estaríamos ante una nueva desbandada general, y como resultado este año no hay nuevo disco. Pero Island exige algo, lo que sea, para poner en el mercado, y la única solución es grabar algunas piezas que se están interpretando en la gira; la grabación se hace a toda prisa en una platina de cassette estéreo, y con un repertorio caótico que refleja las tiranteces que hay en la banda. 

Ese directo se titula “Earthbound”, y hasta el propio Fripp reniega de él (en Estados Unidos ni siquiera se publicó). Casi no lo recordaba: después de muchos años criando polvo, le he echado una oreja y sí, es para renegar. Lo he devuelto misericordiosamente a su rincón, preguntándome cómo llegué a comprarlo en su día; fanatismo adolescente, supongo. Quizá lo único que se salva –a medias- es la interpretación del Hombre Esquizoide, que abre el disco, dura once minutos y… bueno, el saxo de Collins tiene un pase. Luego ya el resto es un horror incluso para los que disfrutábamos de esta banda: hay una improvisación de siete minutos con el título de “Peoria”en honor a una población de Illinois donde actúan el 10 de Marzo, y la cara A termina con una “versión libre” de “The sailor’s tale”. La B es más insoportable todavía: se abre con “Earthbound”, una improvisación colectiva de siete minutos que viene siendo una especie de free jazz -por llamarle algo- y el despropósito termina con una versión de un cuarto de hora de “Groon”, uno de sus primeros singles, perfectamente evitable. Y luego, a la vuelta de esa gira, la banda salta en pedazos de nuevo. Bueno, pues el año que viene ya hablaremos. 

Yes siguen su camino imperturbable hacia la Grandeza Absoluta, plenamente imbuidos de esa vocación tremendista que a mí me recuerda a Led Zeppelin, no sé por qué (¿o será porque ambos graban en Atlantic?). Y en esa línea se presenta su nuevo disco, “Close to the edge”, que pasa a ser un nuevo éxito transoceánico. La portada es de Roger Dean, una vez más; las canciones siguen aumentando su extensión y esta vez son tres, aunque subdivididas. Todo suena muy bien, muy grandioso. La canción que le da título, o al menos algunos de sus fragmentos, es probablemente lo que más me gusta del disco. He ido a mirar y resulta que llegó a ser platino en todo el orbe cristiano. Lo cual significa que soy yo el que se equivoca, pero me da igual: no son la idea que tengo sobre la música popular, así que decido abandonar definitivamente a esta banda. Sintiéndolo mucho, la hartura me sobrepasa. Los rockeros irredentos me aburren muchísimo, pero los progresivos sinfónicos que se acercan a Dios y nos lo van contando me aburren más todavía: ya estoy echando de menos a los punkis, y eso que aún falta. Ah, sí: Bill Bruford, que también parece harto, se marcha poco después; irá a parar a King Crimson, porque Fripp será lo que sea pero desde luego su música está mucho más pegada a la tierra. Y el año que viene Yes publicará un doble con una canción por cara, y se irá Wakeman (también diciendo que “suenan vacíos” ¡y lo dice Wakeman!), y… me trae sin cuidado lo que hagan a partir de ahora. 

Genesis podrían caer en la misma afectación que Yes a poco que se descuiden, porque aparentemente proceden de una escuela parecida. Sin embargo, hay matices muy notables que diferencian a estos dos grupos; para empezar y al igual que Fripp, Gabriel es mucho más “real” y sobre todo tiene sentido del humor, algo de lo que la gente tan pagada de sí misma como Jon Anderson carece: Gabriel, de algún modo, sabe reírse de sí mismo. Se nota, por ejemplo, en el tono circense que muestran los montajes en directo de esta banda: mientras en Yes todo son túnicas blancas, iluminaciones astrales y brillos (una especie de glam catedralicio), en Genesis tenemos a un bufón vestido con ropas inverosímiles que incluso a veces buscan la repugnancia, siempre entre luces tenues y tinieblas. Y en cuanto a la música, aunque por momentos podría recordar a los otros, el sonido es mucho más cálido, más controlado y tremendamente original: no necesita tanto coro ni tanta elevación. 

Este año, en otoño, llega “Foxtrot”. Poco a poco Genesis comienza a alternar las piezas melancólicas, intimistas, con otras de mucha garra, al mismo tiempo que su sonido se va volviendo más nítido: John Anthony ha sido sustituido por David Hitchcock, el productor de Caravan; ese cambio, muy necesario, se nota. La apertura corre a cargo de “Watcher of the skies”, una clásica en la que tras la introducción Gabriel comienza invocando, respaldado por el melotrón y un bajo magnífico, para seguir luego con un ritmo que por momentos es casi rockero. Viene luego “Time table”, en la onda de los discos anteriores y sin embargo muy animada, con esas escalas tan de casa de muñecas que a mí por lo menos me arrebatan. “Get’em out by Friday”, la siguiente, resulta ser una buena mezcla de estilos entre las dos anteriores. La cara A se cierra con la deliciosa “Can-utility and the coastliners”, que oscila entre el intimismo de la voz apoyada por un juego de escalas de cuerda y luego una fase casi orquestal, marchosa y elegante: imagínense a Yes pero en humano. Y en la cara B, tras una diminuta “Horizons”, un simpe ejercicio de estilo con guitarra acústica, llega “Supper’s ready” que sí, que dura más de veinte minutos, pero que no llega a cansar porque la subdivisión en siete partes nos proporciona un abanico encantador de ritmos cruzados; si “Musical box” fue su primera obra maestra, esta pieza la supera en vigor, en vitalidad, y define perfectamente el espíritu de un disco que parece señalar un futuro radiante. Y aunque no lleguen a las ventas cósmicas de Yes, ya andan por el top 15… superando a King Crimson, que rara vez pasa del top 30: el progresivo de calidad no suele llegar a los primeros puestos de las listas. 



16 comentarios:

  1. Grandioso post. Qué bueno fue el progresivo setentero. Respecto a King Crimson, una lástima que no fuesen más constantes, en parte, por las veleidades de Fripp. Incluso en los noventa tienen maravillas como Vrroom. Genesis fueron irrepetibles con Gabriel, me da igual el disco; quizá el The Lamb haya sido uno de esos trabajos que puede rivalizar perfectamente, e incluso superar a un The Wall o un The Dark Side Of The Moon; y no olvidemos tampoco a Parsons y su I, Robot a lo Asimov. Enorme. Un abrazo, Rick.

    http://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/2014/05/foxtrot-la-grandeza-de-peter-gabriel.html Puede que te guste. Es un reportaje que hice sobre el Foxtrot de Genesis. Un abrazo :)

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    1. Muy buenas, mister Alex. Tengo que reconocer que yo a los Crimson los abandoné en el 74, cuando se liquidó oficialmente la “marca clásica”. Luego escuché otros dos o tres discos de sus sucesivas reencarnaciones (el “Beat” y ese tipo de cosas) y la verdad es que me aburrieron. Creo que asocio ese tipo de sonido con una época determinada, y fuera de ella no me llama mucho.

      En cuanto a Genesis con Gabriel, antes de nada le diré que he ido a ver ese artículo suyo y no es un artículo: es medio libro, casi. Ha hecho usted una disección completa, y desde luego no cabe duda de su afición. Yo soy fan de los Génesis de Gabriel, evidentemente: a partir de su marcha Collins intentó vivir de la marca mientras buscaba un nuevo público. Porque lo que está claro es que ni él ni el resto del personal estaba muy de acuerdo con las ideas de Gabriel: ellos buscaban un sonido más "fácil de asimilar", en sus propias palabras.

      Luego ya hay otros grupos que me alejan un poco del género: los Floyd después de la cara oscura de la luna ya me cansan mucho, y Parsons más aún. Vuelvo a lo de antes: a partir de mediados de la década, las novedades en este tipo de sonido ya no me interesaban. Pero esto es una simple opinión, que yo soy muy raro a veces.

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  2. No me gustó ninguno de los dos primeros. No sé si llegué a conocer el de King Crimson en su día –lo dudo- pero lo de Peoria me destrozó hoy los oídos. De Yes me gustan –mucho- algunas cosas –pocas-, pero lo de hoy me aburre; parece alambicado, pero me resulta plano. Seguramente la culpa –en los dos casos- será mía.

    Lo jodido es que el tercer disco de hoy me parece una de esas joyitas que rara vez se dan, por lo que los otros dos palidecen –para mí, que conste- muchísimo más. Participo de su opinión sobre Gabriel: parece pasarlo todo por un humorístico filtro desdramatizador que, además de dotar de personalidad a lo que hacen, no marca distancias con el auditorio. Sé que es algo muy personal, por lo que sé que estoy siendo injusto.

    Excelente entrada.
    Saúde.

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    1. Sí, yo tengo sensaciones parecidas, señor Pez. Sobre el disco de los Crimson hay poco que decir; y sobre el de Yes, aunque mucha gente lo alaba, vuelvo a lo de siempre: es cuestión de gustos, de caracteres. Yo ya llevaba un tiempo en el que los discos de esta banda me gustaban por trozos, y aquí llegó el momento en que los trozos que detestaba ya eran muy superiores a los trozos que me gustaban.

      Ah, y si estos dos discos palidecen al lado del “Foxtrot”, mejor: eso demuestra que en el progresivo, como en cualquier otro género, hay clases. Por mucho que triunfen Yes.


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  3. Me cuesta volver a estos discos que junto al heavy metal más clásico fue mi inicio en la música en mi más temprana adolescencia...discos conceptuales, comprometidos, con letras y portadas cuidadas...auténticas obras de arte. Es posible que antes hubiese más tiempo y tranquilidad en nuestras vidas para escuchar estas obras del tirón...sin duda mucha buena música en sus surcos y rock and roll. Saludos y excelente post.

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    1. A mí me pasa algo parecido con este género en conjunto, señor AntonioR: tal vez por la edad, se hace un poco cuesta arriba escuchar de nuevo según qué discos. De todos modos, algunas obras sueltas de los Crimson o Genesis son realmente agradables de oir aún hoy.

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  4. Hola Rick:
    Pues vamos con la parte serie y circunspecta de hoy.
    Estamos en lo de siempre, discos que me gustaban en su día, pero que hoy en día se me hacen cuesta arriba.
    El "Earthbun", estoy de acuerdo contigo y con Fripp en que nunca debió salir, es como un tropezón en su brillante trayectoria. hasta el sonido es malo de cojones, parece un pirata cutre.
    El de Genesis, es un disco cuanto menos agradable de escuchar, aunque en su día sonaba mejor.
    Y el de Yes, es de los que me entran sudores frios solo de ver la portada.
    Que conste que tengo los tres discos en vinilo, bien ordenados en su estantería y con su buena capa de polvo.
    Todo es cuestión de gustos, pero al que le guste estos discos que aproveche y disfrute con ellos. Pero tambien lo que yo escucho, para muchos de mis amigos es torturante.
    Un saludo y hasta pronto
    Jose

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    1. Pues estamos casi de acuerdo en todo, don José. Por lo menos, en el caso de los Crimson y Yes no hay discusión: los primeros tienen discos muy buenos, pero este no merece ni ser oído. En cuanto a Yes y aceptando que cada uno es cada uno, yo salvaría diez o doce canciones de toda su carrera y punto: no hay un solo disco completo de ellos que me guste. Aunque bueno, los dos o tres primeros, no tan recargados, eran agradables en conjunto. Y en cuanto a Genesis, sí, es posible que oído ahora parezca que pierde un poco, pero supongo que hay que tener la época en cuenta. En todo caso, esta época con Gabriel me parece de lo mejor de su carrera. Luego ya, cuando se queda Collins al frente, nos olvidamos de ellos y listo.

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  5. Tu lo has dicho, Rick: el temible rock progresivo. De estos tres que hoy presentas, solo me quedo con Fripp y no siempre; como es el caso de este Earthbound, que mejor olvidar. Pero King Crimson, para mi, tiene momentos muy buenos, a pesar que a veces abruma con su música excesivamente matemática.

    De Yes y de Génesis, prefiero no hablar. Ni antes ni ahora he podido digerirlos. Entramos en terrenos pantanosos.

    Saludosssssssssssssssssss

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    1. Ya comprendo, mister Babelain, que este tipo de sonidos va muy a gustos y que salvo los Crimson, en los que suele haber coincidencia, el resto de las bandas de este tipo dependen del oyente. Sobre Yes, mas o menos, tenemos una idea parecida; pero Genesis me parecen distintos, aunque de entrada puedan recordar a los otros. En cualquier caso, no se preocupe: los terrenos pantanosos ya casi están terminando

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  6. No somos lo que fuimos. Seguro que más de uno que pase de la cincuentena tuvo sus momentos locos con el Close to the Edge, con Foxtrot y hasta con ese coñazo de disco de King Crimson. Lo que pasa es que entonces había enormes bafles, nos tirábamos en el suelo de la habitación con un cojín en la cabeza y los porros pasaban de boca en boca. Es decir, esta música requiere su ambientación, su momento extramusical. Como comprenderás a estas alturas la paciencia ya no es infinita y ciertas cosas como las que hacía el oportunista de Fripp tendrían más sentido como método de tortura a yihadistas en Guantánamo. Me da pena descubrir hoy que el Emperador está desnudo y que Close to the Edge es absolutamente insoportable para mis oídos maduros.
    De la época dorada de Genesis, es decir con Peter Gabriel, el Foxtrot es el disco que menos me convence. El Supper’s ready es un tema extraordinario pero yo en esa onda le tengo más cariño a The Musical Box quizás por motivos extramusicales. He dicho que no me convence tanto como los otros discos de la era dorada del grupo, pero por su supuesto ocuparía su sitio entre el centenar de discos de rock que me llevaría a la supuesta lista de la que habla todo el mundo.
    Saludos cordiales

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    1. Eso es así, herr doktor: con la edad se va volviendo uno más refinado… o más simple, o ambas cosas a la vez, no sé. Pero es cierto que hay unas cuantas ofertas que en la juventud nos hacían mucha gracia y ahora nos ahuyentan, y este es el caso de gran parte del material progresivo. Con los Crimson como dije antes no suele haber mucha discusión, salvo esta plastez de disco y alguna cosa más: eran muy buenos y gran parte de su obra clásica se mantiene aún. Yes, en fin, ya hemos dicho todo. Y Genesis también, pero insisto por si acaso: esta época es realmente interesante. Aunque ya no tengamos aquella edad, de los discos que han salido hoy me sigue pareciendo el único defendible.

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  7. Bueno, amigo Rick, esto ya es otra cosa. El anterior post no opiné por que desconocía los discos, pero en esta ocasión hay dos joyas que en su dia fueron para mi discos de culto: " Close to the Edge" en su dia me elevó a los altares de la gloria, flipé mucho con este álbum. Creo que en mi opinión estamos ante la obra cumbre de Yes, el antes y el después de la historia del grupo.
    Respecto a "Foxtrot" tambien brilla a gran altura, aunque no es lo mejor de la mejor época de Génesis y yo también pienso que "The Lamb" es insuperable
    Ahora bien, volvemos a lo que ya se ha comentado en otras ocasiones: no suenan igual en la actualidad que entonces. A mi se me hacen muy pesados de escuchar y al igual que opina el amigo Jose Kotozirkuito, en la actualidad me da una pereza infinita desempolvar los viejos vinilos que con tanto cariño y devoción, guardo en mi estantería.
    De todas formas, me he alegrado mucho al ver estas preciosas portadas anunciadas y he disfrutado leyendo este excelente artículo.

    Un saludo.

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    1. Ay, don Antoni. Lamento que la mayoría del personal aquí presente no esté de acuerdo con su apreciación sobre Yes, pero qué quiere: si todos opinásemos lo mismo la vida sería un coñazo. Así que tomo nota de su agrado por este disco, lo que por otra parte justifica un poco su inclusión aquí. En cuanto a “Foxtrot” pienso lo mismo, que su obra cumbre viene dentro de un rato pero este disco es de lo más digno de su carrera. Y claro, su reflexión final ya es compartida por la generalidad de la clientela.

      De todos modos, y en la previsión de que algún joven despistado leyese esto, deberíamos aclarar las consideraciones anteriores: lo que nos pasa a nosotros es fruto de la edad, pero hay discos de este género muy defendibles aún hoy.

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  8. Hola, ando algo tarde en esto y solo hace unos pocos años que escuché a Yes y a Genesis pero la verdad me impresionaron mucho. Supongo que el no haberlo hecho a su tiempo, la percepción que tengo de ellos cambia un poco.
    Muy interesante, Rick.

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    1. Pues yo creo, lady Jane, que justamente lo que acabo de decirle a don Antoni puede ir que ni pintado para usted: desconozco su edad, pero si usted dice que hace pocos años que descubrió a Yes y a Genesis, mejor así. Puede ilusionarse aún con unos cuantos discos que a los puretas aquí presentes nos aburren un poco. Y sobre todo en el caso de Genesis, creo que es una de las bandas más defendibles del género; junto con gran parte de la obra de los Crimson y las criaturas de Canterbury, por supuesto.

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