domingo, 17 de enero de 2016

1973 (XVIII)

Hoy nos visitan dos bandas totalmente distintas pero ya veteranas en este local: Wishbone Ash y Badfinger. La razón por la que el destino las ha colocado juntas aquí es el año de su lanzamiento oficial, que fue el mismo (1970); pero ni ese dato es completamente cierto, puesto que Badfinger son un grupo que ya existía desde mediados de la década pasada bajo el nombre de los Iveys (no ha habido grandes cambios de personal desde aquella época). Y tanto su presente como su futuro son también opuestos, ya que los Ash son casi una banda estelar mientras que Badfinger no consigue sobresalir de la segunda fila (el porqué, los porqués, son otro asunto). De todos modos los dos grupos nos abandonan este año, justo por esas razones: el tiempo pasa, y ya no tienen mucho sentido entre nosotros.  



Wishbone Ash llegan a 1973 consagrados como una de las bandas de rock más interesantes de la Isla. Y lo suyo tiene mucho mérito, ya que no han ido a lo fácil: en vez de recurrir a los trucos clásicos -estribillos más o menos decentes apoyados por muchos vatios- ellos demuestran tener una escuela más variada e interesante. Además de emplear doble punteo (al que ahora llaman “guitarras gemelas”, no se sabe por qué) sus canciones no suelen ser lineales, sino que alternan dos o tres ritmos distintos que van engarzados o simplemente fundidos de una manera muy original; quizá por eso alguna vez aparecieron incluidos en el listado de bandas progresivas, aunque nunca pretendieron tal cosa (la base de los Ash es el rock pero son muy evidentes las influencias folk, y de vez en cuando escuchamos estructuras cercanas al blues e incluso al jazz). Su progresión ha sido ejemplar: tres discos, uno al año, y cada uno de ellos mejor que el precedente. Esa escalada se culminó en 1972 con la publicación de “Argus”, que está considerado por gran parte de la prensa británica como el mejor disco de ese año. Pero como es lógico, tras él llega la pregunta fatídica: ¿y ahora qué? Los propios miembros de la banda reconocen que su entrada en el estudio de grabación para preparar el nuevo disco fue un tanto angustiosa, ya que la sombra de “Argus” es alargada y no pueden caer en la tentación de hacer un “Argus II”. 

El resultado es “Wishbone four”, que se presenta en la primavera del 73. Tratando de reinventarse y ahuyentar el recuerdo, buscan un nuevo tipo de sonido: se ha ido Derek Lawrence, que produjo sus tres discos anteriores, y ahora son ellos mismos quienes dirigen la grabación. Ya con las primeras notas de “So many things to say”, la canción que abre el disco, nos queda claro que estamos ante otra banda, más ligera. Se ha perdido la densidad que tenían y ahora desfila ante nosotros una sucesión de canciones alegres como esa, “No easy road” y algunas más junto a baladas del estilo de “Ballad of the beacon”, “Everybody needs a friend” (demasiado larga, un poco llorona), rematando el disco en “Rock and roll widow”, decente, con un sonido brumoso cercano a la psicodelia y que tal vez sea la mejor. En cualquier caso, ese nuevo sonido no tiene la garra de los Ash, no tiene su encanto, resulta insípido: parece una obra hecha para contentar a todos los públicos, para sonar en las radios. Y a finales de año nos llega el ya casi inevitable doble directo que, como casi todos los que hemos visto en esta época, señala un punto y aparte. Sin embargo, en el caso de los Ash hay algunas diferencias: “Live dates”, que así se llama, no está a la altura de los directos legendarios de otras bandas, y de nuevo por culpa del sonido, blando, inconsistente, casi pop, a pesar de que las canciones están muy bien elegidas (como era de esperar, la mayor parte de “Argus” está presente). Resulta, como su disco en estudio, simplemente agradable de oír, pero sin substancia. 

Poco después se marcha Ted Turner, una de las dos “guitarras gemelas”, y es sustituido por Laurie Wisefield (ex–Home, banda británica de rock con tintes americanos y muy buen sonido). Los Ash se van a vivir a Estados Unidos, donde ganarán mucho más dinero. Los dos discos siguientes mejoran un poco la calidad del cuarto, porque en parte vuelven a sus raíces; luego pasan por el hard, el heavy… no sé, dejé de seguirles la pista por entonces. Pero sus tres primeros discos me siguen cautivando. 



Badfinger llevan una vida accidentada desde que comenzaron su carrera bajo ese nombre, como ya hemos visto en años anteriores, ya que a la dejadez con la que son tratados en Apple se suma la voracidad de Stan Polley, un manager mafioso que organiza la mayor parte de sus contratos y cuyo expolio acabará provocando la catástrofe. Pero además el grupo sigue luchando contra la sombra de los Beatles: el haber sido apoyados en un principio por ellos, sumado a la influencia evidente que ejercen sobre su estilo musical, hace que muchos aficionados -británicos sobre todo- los desprecien considerándolos como una simple franquicia de los de Liverpool. Y subrayo la nacionalidad británica porque una de las consecuencias de este desprecio es que tienen mejor venta de discos (aun sin ser grandes cifras) en Estados Unidos que en su propio país. La última afrenta que sufren por parte de Apple, que ha rechazado la primera grabación y les obliga a regrabarlo, es la publicación demorada de su cuarto y último disco en ese sello: aquellas primeras grabaciones comienzan en 1972, el trabajo continúa por tres o cuatro estudios distintos con dos cambios de producción por medio y finalmente llega a las tiendas a finales del 73… en Estados Unidos, porque en la Isla no lo hará hasta la primavera del 74. Aunque también es verdad que Apple a esas alturas ya no tiene capacidad de maniobra, y su desastrosa situación financiera restringirá su negocio únicamente a lo que produzcan los cuatro Beatles. Y para completar el remolino, Polley les informa de que Warner Brothers está interesada en ficharlos: cuando la banda decide firmar con el nuevo sello, todavía están en plena grabación. 

El disco se titula “Ass”, y su trayectoria comercial sufre el contagio de todos los accidentes anteriores: Apple no lo promociona, el conjunto de canciones resulta irregular (lo cual es lógico teniendo en cuenta las circunstancias) y en poco tiempo habrá pasado al olvido. Sin embargo no es un mal disco, o al menos resulta ser bastante más digno de lo que se podría esperar. Tiene su punto de emoción el hecho de que se abra con “Apple of my eye”, la agridulce, magnifica despedida que escribe Peter Ham como dedicatoria al sello al que ama pero que tiene que abandonar; aunque también hay sitio para la ironía, como ocurre con la rockera “The winner”, escrita por Joe Molland y en la que se lanzan algunas pullas contra Lennon. El espíritu alegre de esa canción también se encuentra en “Get away”, muy en su estilo tradicional, y en otras como “Blind owl” o “Constitution” que parecen mostrar una tendencia mucho más americana, como si estuviesen intentando adaptarse a su nueva existencia e ir abandonando la influencia Beatle. En fin, que sin ser una joya pienso que mereció bastante mejor trato del que tuvo, pero las turbulencias continuas que envuelven al grupo lo convirtieron en su disco de más larga gestación y más rápido olvido. Hay muy pocas cosas lógicas en la carrera de Badfinger, una de las bandas más desgraciadas en la historia del rock. Y mira que hay desgracias en esa historia… 


8 comentarios:

  1. Hola Rick:
    Pues después del magistral Argus, cualquier disco queda empequeñezido, aunque para mi este Four es un digno sucesor y está entre mis favoritos de su discografía, quizás será por que en su epoca tenía una cassette con esos dos discos q1ue sonaban a todas horas.
    El Live Dates, me parece también un buen disco, aunque comparado con los doble lives de los Purple o los Pie, si que queda por debajo.
    De Badfinger poco puedo opinar, pues no los conozco demasiado, quizás sea por que de joven tenía un Lp suyo que me parecía aburridísimo, aunque a lo mejor lo oigo ahora y me gusta, pues últimamente he escuchado cosas sueltas que son realmente interesadas, así que ya me podeis decir cual es el disco bueno y empiezo por ahí.
    Saludos a todos los parroquianos, y sirveles algo y me lo apuntas en mi cuenta.
    Jose

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    1. No digo que sea exactamente malo, pero sí que se nota mucho la diferencia de calidad. Aunque también es cierto que resulta difícil llegar a la altura del Argus, claro. Y el directo, se salva más por las canciones que por su sonido, demasiado descafeinado me parece a mí.

      En cuanto a Badfinger, te recomiendo que pruebes con los dos primeros: "Magic Christian Music" y "No dice". Todo va a gustos, claro, pero para mí son los mejores.

      He puesto una ronda, pero la pago yo. Te la debo por lo del freakbeat.

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  2. Saludos a los parroquianos; a mi, por favor, me pones un zumo de piña con hielo, que las fiestas han sido durillas. Paga Jose K.

    De estos dos grupos poco puedo hablar. Tenía el L.P. Argus de Wishbone Ash (ya no lo tengo, desapareció en combate) y recuerdo que lo disfruté, sobre todo aquél juego de guitarras que los hizo famosos. Ahora lo he vuelto a oír y me cansan un pelín, aunque hay que reconocer que eran muy buenos músicos.

    De Badfinger conozco canciones sueltas que recuerdo sonaban muy bien, y si que estaban influenciados por The Beatles. Le echaré un oído a ese Ass. He tomado nota.

    Gracias.

    Saludosssssssssss

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    1. Así que de resaca, ¿eh? Vaya, vaya. Con lo formal que parecías...

      Te recomendaría que rebusques en "el combate" y rescates el "Argus": vale la pena, aunque también es verdad que ese tipo de sonidos suenan un poco pasados de moda, muy de aquella época. Y en cuanto a Badfinger, te digo lo mismo que a José: prueba con los dos primeros.

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  3. Son dos discos que suenan muy dignamente, pero la vida es así de dura: luego de escuchar muchos otros que han pasado por este bar, no resisten la comparación.

    Saúde.

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    1. Ya, es lo malo que tiene el paso del tiempo: se vuelve uno selectivo, y de cientos de discos que antes nos gustaron ahora solo rescataríamos una pequeña parte. Pero en fin, nunca está de más repasar unos cuantos.

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  4. Muy buenas.
    De los Wishbone Ash, sólo tengo un viejo álbum que hace siglos que no escucho, creo que es el Argus. Estoy en youtube dádole una escucha a este Wishbone Four y me parece bastante bueno desde el primer tema, posee un sonido muy limpio. Me gusta especialmente "Ballad of the Beacon" tambien "Everybody needs a friend", aunque es demasiado larga.
    Respecto al álbum de Badfinger, este tampoco lo conocía, me quedé en su primera y maravillosa época con el "Magic Christian" y en especial el tema "Carry on Till Tomorrow" (Recomendado a Jose Kortozirkuito).

    Estoy escuchando "The Winnwer y me suena a Paul McCartney. lo cual ya es bastante bueno para mi. Noto la inspiración americana de la que hablas, en la blusera "Piano Red" y en "Cow Boy".
    Me parece un álbum bastante digno y bueno en general. Los Badfinger supieron adaptarse bastante bien al cambio de década por lo que veo.

    Un saludo.

    Antoni.

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    1. Pues te digo lo mismo que a Bab, estimado Antoni: el "Argus" es un disco de primera línea, aunque hoy en día tal vez suene un poco pasado de moda. Y en cuanto a Badfinger, estamos de acuerdo en que su p`rimera época (sus primeros dos o tres discos) son la mejor; pero aun así, casi toda su carrera fue bastante decente, al menos hasta la muerte de Ham en el 75.

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