lunes, 2 de abril de 2018

Estados Unidos: los últimos 70s (VII)


No todos los grupos que frecuentaban el CBGB o el Max’s Kansas City eran necesariamente miembros de la “movida neoyorkina”, de esa especie de hermandad que surgió entre los músicos más jóvenes; entre otras razones, porque también había gente ya veterana o que venía de otros mundos. Un buen ejemplo son los Dictators, nuestros invitados de hoy. Ellos no forman parte de la vanguardia que está surgiendo allí, sino que son más bien un antecedente, una muestra perfecta de la transición entre el hard glam de los primeros años 70 y ese street rock del que hablaba Gary Valentine… aunque por supuesto, ahora toda la gente de bien los considera “protopunk”. 

Los Dictators nacen en 1972/73, es decir, en el mejor momento del hard rock. Su creador es Andy Shernoff, un chaval que aún no ha cumplido los veinte años pero cuya afición ya lo tiene trabajando como comentarista musical hasta que por fin decide dar el salto. Andy prefiere que le llamemos “Adny”; será el compositor de la mayoría del material (sus letras, sencillas pero con frecuencia sarcásticas, son una de las señales de identidad del grupo), y puede intervenir como teclista, bajista y cantante. Junto a su amigo Ross “The Boss” Friedman, un guitarrista que ha tocado en pequeñas bandas de la ciudad, buscan a un guitarra rítmica y dan con Scott Kempner (Top Ten, para los amigos); poco después llegará el batería Stu Boy King. Esa será la formación original, pero hay otro personaje al que llaman su “arma secreta”: Richard Blum, más conocido como El Guapo Dick Manitoba, que de combatiente en el circuito de lucha libre (una de las aficiones de estos muchachos) ha pasado a ser su roadie, a quien de vez en cuando dejan cantar alguna canción y que incluso será el protagonista en la portada de su primer disco. Hay un tono general de coña en este grupo que es muy saludable y le da otro aire a ese ominoso “Dictadores”. 

Murray Krugman y Sandy Pearlman, que son al mismo tiempo managers y productores de los Blue Öyster Cult (hay similitudes en los primeros años de ambos grupos), les consiguen un contrato con Epic y producen “Go girl crazy!”, su debut, en 1975. Una vez más, estamos ante un disco de pocas ventas en su momento pero con una enorme leyenda que ha ido creciendo con el paso del tiempo: bajo el punto de vista europeo, no podemos considerarlo como precursor del punk; pero sí hay algunas características comunes que lo asocian con el tono general de sencillez que comienza a imperar a ambos lados del océano. Los Dictators hacen rock and roll de escalas simples, aunque sus canciones andan entre los tres y los cuatro minutos; recrean dos viejas piezas del pop como “I got you babe” o, al igual que los Ramones, “California sun” (y copian los coros de los Beach Boys en “Cars and girls”), mientras que el sentido del humor está continuamente presente en un conjunto de canciones -las originales son todas de Shernoff- que tienen dinamismo y presencia suficiente como para ser incluidas en la gran tradición americana del rock callejero. Y esa desdramatización, esa burla continua, los separa del tronco hard del que provienen: para entonces las bandas como los Öyster Cult ya se están echando en brazos del gótico o cosas peores, mientras que los Dictators tal vez estén más cerca de los New York Dolls. En todo caso, algunos comentaristas y músicos de la época consideran que aquí está uno de los orígenes del punk rock yanqui; no hay nada que discutir, es asunto suyo. 

La banda en cambio no se emocionó tanto como sus apasionados pero escasos fans: ni las ventas del disco ni las actuaciones son suficientes para mantenerse y Shernoff decide abandonar, seguido por King. Sin embargo meses después los demás consiguen convencer a Shernoff para que vuelva, y esta vez se encargará de los teclados porque en ese tiempo han contratado a Mark Mendoza como bajista; ahora el batería es Ritchie Teeter, y el guapo Manitoba es ya la voz principal. Shernoff sigue escribiendo canciones, y con el apoyo de la pareja Krugman-Pearlman consiguen contrato con Asylum (o sea, Elektra). El resultado se titula “Manifest destiny” y es toda una sorpresa porque en 1977, en pleno año punk, presentan una colección de canciones casi de medio tiempo, en ocasiones cercanas a la balada rock (“Sleepin’ with the TV on”, ”Hey boys”), y solo al final parecen remontar con dos canciones más o menos en su estilo; cerrando, eso sí, con una gran versión del “Search and destroy” de Iggy y los Stooges que casi los redime. Tampoco esta vez las ventas son espectaculares, pero han aumentado un poco gracias a ese sonido y ese tono más suave, mas radiable, que parece agradar a un nuevo tipo de fans: los seguidores de sus primeros tiempos, confundidos, abjuran del nuevo estilo de los Dictators, pero Asylum les concede una segunda oportunidad. 

De todos modos Shernoff y compañía son conscientes de que ese no es su estilo y que tampoco les mantendrá por mucho tiempo, así que deciden jugarse el tipo a cara o cruz volviendo a su ser en 1978 con su tercer y último disco, titulado “Bloodbrothers”. Podría haber sido perfectamente la continuación del primero, porque es aquel mismo estilo actualizado: piezas como “Faster and louder”, “Stay with me” o “I stand tall” ya tienen un aire más contemporáneo, y de nuevo cierran con una clásica, esta vez el “Slow death” de los Flamin’ Groovies. Pero las ventas siguen bajo mínimos y finalmente el grupo abandona en 1979, aunque luego ha habido algunas reuniones alternativas aprovechando la fidelidad de un puñado de fans irreductibles. En cualquier caso, aquel primer disco ha quedado como una de las referencias inevitables para entender la evolución del rock yanqui a mediados de la década; que se le llame “protopunk” o no, es lo de menos. 




14 comentarios:

  1. Pues en su día escuche este 'Go Girl Crazy' y no me llamó demasiado la atención. Al cabo de un tiempo le dí otra oportunidad consciente de que está considerado un clásico y a lo mejor me equivocaba y tampoco me emocionó. No digo que sea malo pero siempre me ha parecido un disco previsible y sobrevalorado. Cuando un disco no te entra no te entra. El resto de su discografía la desconozco, ya les he puesto una barrera inconsciente. Quizá algún día...

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    1. Son un buen grupo de hard rock, sin estridencias. No se les puede pedir milagros, pero en concreto aquel primer disco sigue sonando muy agradable. Y por supuesto hay que tener siempre en cuenta las inclinaciones de cada uno: yo por ejemplo soy incapaz de soportar más de una canción de Queen, y ya ves lo adorados que son. O que fueron.

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  2. Pues yo en mi manifiesta ignorancia me he puesto a oírlos y me gusta ese estilo de guitarra y esas voces arrastradas y de tono burlón. Uno piensa que el I got to babe tiene algo de la coña del My Way de los Sex Pistols pero mucho mejor construido. También es hermoso ese comienzo percusivo y esa forma irónica de desmitificar el California Sun. The next big thing también tiene gancho.
    Un descubrimiento.

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    1. De eso se trata, de que gusten lo suficiente como para escuchar el disco entero. De vez en cuando viene bien un disco así para oxigenarse un poco; no todo va a ser grandes maravillas,¿verdad?

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  3. Sonando mientras escribo el "Breakfast in America" de Supertramp es difícil bajar a las calles de Nueva York y dejarse seducir por aquellos sonidos que Dictators, por lo visto, tan bien encarnaron. Debo confesar que nunca seguí ni fui fan de la banda neoyorquina, y eso que, gracias a Pepe y a Ricardo, antiguos dueños de Record Runner, y promotores de los muchos conciertos que los Dictators dieron en Madrid durante los 90 y muy principios de este s XXI, gocé de varias invitaciones para verles en directo, pero ni modo, oiga. Nunca me encandilaron, no se porqué la verdad, debe tratarse de una de esas misteriosas decisiones que hacen que deseches una banda por el artículo 33. Es lo que Il Commendatores comenta en cuanto a la barrera inconsciente.
    Saludos,
    JdG

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    1. Pus no, la verdad es que entre Supertramp y los Dictators no hay comparación posible. A mí me gustaban (quizá todavía me gusten) los tres o cuatro primeros discos de aquel grupo, especialmente el "Crime of the century". Luego ya me fueron cansando. En realidad ni unos ni otros son exactamente mi tipo, pero de cada uno de ellos me han gustado siempre algunas cosas sueltas.

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  4. Coincido con Il Commendatore y con Javier. Tampoco les presté atención en su momento. Y ahora tampoco me dicen mucho. Pero soy un alumno aplicado y hago mis deberes. Pagué la inscripción al Máster en su día (tengo el resguardo), y asisto regularmente a las clases (testigos a tutiplén). Defenderé mi TFM y lo grabaré en vídeo para que quede constancia, no vaya a ser que...

    Saludossssssssss

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    1. Ya sabes que en este tipo de asuntos hay que tener siemprte presente el "contexto histórico". Ese primer disco se publica en una época en la que el rock clásico va cuesta abajo sin frenos, y las bandas como esta o los New York Dolls son casi necesarias para mantener el pulso,para recordarnos que el rock era otra cosa. Luego ya, en el conjunto de grupos de la década, tal vez no signifiquen mucho; pero ya sabes, cada mnomento tiene su encanto.

      Ojo con tener la documentación al día, eso sí. No sea que luego salgas en los telediarios...

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  5. Pues yo creo que les vi no hace mucho todavía y recordaban a los Ramones, una cosa apañada sin más. Pero los entendidos del concierto hablaban maravillas de su labor en los setenta como pioneros. Ahora estiran el chicle.

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    1. Ahora creo que algunos de la primera formación todavía siguen en el negocio, pero eso ya es pura anécdota porque su tiempo pasó hace mucho. De todos modos ya sabes que eso de vivir del nombre lo hace mucha gente, así que estos no son peores que otros.

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  6. Hola Rick:
    Pues parece que esta vez nos has pillado a todos con el paso cambiado. La verdad es que casi no me acuerdo de esta peña, lo cual debe de significar que no debían de matar demasiado. Creo que en su tiempo tenía algo suyo, pero tampoco lo tengo muy claro, esto debe ser al Alzeimer, en fín, intentaré escuchar algo de ellos atentamente, aunque no se si lo digo con la boca pequeña, debido a la cantidad de cosas pendientes de escuchar que tengo y que me atraen mas.
    En fín, es lo que hay.
    Saludotes
    Jose

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    1. Bah, no te preocupes; ya digo que no estamos ante un grupo fundamental (dicho ahora,con el paso del tiempo). De todos modos, si encuentras un hueco para escuchar solamente su primer disco, tal vez te lleves una sorpresa. Imagino que al menos la canción que he puesto arriba la habrás escuchado, ¿no?

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    2. Pues si que la he escuchado, me suena remotamente y no esta mal, pero tampoco mata, por cierto, me ha costado dios y ayuda oirla, pues hasta que box no carga todos los reproductores no la puedes oir, y si la conexión no va fina, cosa que me pasa bastante a menudo, la cosa pasa a ser una odisea. CReo que habrá que buscar otra alternativa.
      Jose

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    3. Sí, lo de la alternativa también lo estoy pensando yo, a ver si tengo tiempo un día de estos y me pongo a ello. De todos modos da la impresión de que los señores de Internet no quieren este tipo de recursos gratuitos: de diez años a esta parte han caido casi todas las marcas de widgets de sonido, así que algo raro hay detrás. Yo ya he tenido que cambiar las barras de sonido cuatro veces, y supongo que llegará un momento en que pasaré de todo y acabaré por quitarlas.

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