Una de las primeras señales de que el edificio del rock clásico comienza a agrietarse es la situación de las bandas que comenzaron sobre 1968 partiendo del blues, el sustento básico al menos en sus inicios de buena parte de los grandes nombres isleños. Sobre Led Zeppelin no tenemos noticias frescas porque este año andan muy ocupados con sus giras planetarias, pero muchos otros grupos que mantienen todavía un espíritu afín a ese estilo flojean a ojos vista. Este es el caso de las dos bandas que nos visitan hoy, Free y Ten Years After: ambas conocieron tiempos mejores.
El caso de Free es curioso, ya que en teoría esta banda dejó de existir el año pasado, y no solo por una cuestión de creatividad: recordarán ustedes que Paul Rodgers y Andy Fraser casi no se hablaban, mientras que los problemas de Paul Kossoff con la heroína eran muy evidentes. Pero es justo la situación de Kossoff la que reúne al grupo de nuevo. Estamos ante un guitarrista fantástico, muy personal, extremadamente sensible y con una rara habilidad para “entender” y hacer cantar a su guitarra, pero con tendencias depresivas y autodestructivas; incapaz de soportar una situación de soledad prolongada, había logrado convencer a Simon Kirke, el batería y su amigo más longevo desde que se conocieron en los Black Cat Bones, para crear una nueva banda junto al teclista americano John “Rabbit” y el bajista japonés Tetsu Yamauchi (ambos llegarán pronto a ser populares en la Isla). Y en otoño del 71 entran en los estudios para grabar un disco bajo el poco original título de “Kossoff, Kirke, Tetsu & Rabbit”. La falta de originalidad se contagia a la obra, correcta pero sin brillo, en la que se nota mucho la falta de Rodgers entre otras cosas.
Pero en Enero del 72, ya antes de que ese disco llegue a las tiendas, Rodgers y Fraser deciden firmar la paz: el primero había creado una nueva banda, Peace, sin muchas pretensiones, y lo mismo le había pasado al otro con Toby. Por sus diferencias personales se sentían en cierto modo responsables de la situación de Kossoff, aunque el mal lo llevaba dentro él mismo: Fraser recuerda que era descorazonador verlo en el escenario, somnoliento, casi ido, mientras “una buena parte del público lloraba o pedía -como si estuviesen rezando- que Paul se pusiera bueno”. El propio Fraser sabía que “eso era imposible: desde la muerte de Hendrix, que lo dejó tocado, y por otras muchas razones que solo él entendía, aquello era un suicidio lento. No tenía ganas de vivir, solo de escaparse, de perderse entre el caballo y el Mandrax”. Y aun así, la banda se reagrupa a principios del 72 para grabar un nuevo disco, para que Paul se sienta abrigado. El disco se titula “At last” y resultó ser uno de los más populares en la carrera de Free: siguiendo con el estilo ya marcado en su predecesor "Highway”, predominan las canciones de tiempo medio; e incluso las piezas marchosas como “Catch a train” o “Little bit of love” -un cañonazo europeo en single- tienen un ligero tono pop. Es un buen disco, si olvidamos que tiene poco que ver con el estilo original de Free, reconvertidos ahora en una banda de rock “tranquilo”, con un piano muy bien trabajado y con una presencia menor, casi testimonial de Kossoff, que en los primeros días de grabación parece ilusionado pero pronto vuelve a las andadas. Poco después Fraser ya no aguanta más y se marcha definitivamente, siendo sustituido por Tetsu… seguiremos informando.
Ten Years After viven una situación incómoda: después de haberse ganado una etiqueta para ellos solos a finales de los 60 (“blues and roll”), la fusión con el folk e incluso el sonido progresivo que muestra “A space in time”, su disco del año pasado, ha puesto el listón muy alto. En teoría deben seguir ese camino, ya que volver atrás, como si nada hubiese pasado, es imposible; pero mantener ese nivel tampoco es fácil, y el resultado queda a la vista con la publicación de “Rock & roll music to the world”, un buen disco… si no recordásemos los anteriores. De todos modos la canción que lo abre se convirtió inmediatamente en otra clásica del grupo: “You give me loving”, al estilo de dos o tres años antes pero con algunos arreglos contemporáneos que la hacen perfecta. Luego ya el resto del material decae un poco, con ocasionales pero preocupantes apariciones de tecladitos casi tecno, como ocurre en “Convention prevention” o “Standing at the station”, que sin ser malas canciones sorprenden un poco con esos extraños arreglos que no vienen a nada. Hay también alguna canción himno como “Choo choo mama”, de esas que olvidando su calidad se tararean enseguida. El conjunto, ya digo, es aceptable. Pero poco más.
En este año Decca, su anterior sello discográfico, trata de rentabilizar las escasas grabaciones que no habían llegado a ser publicadas o que solamente lo habían hecho en single. Esas grabaciones se reúnen en un LP que bajo el nombre de “Alvin Lee & Company” se convierte en uno de los más populares de la banda. Se trata de un caso poco frecuente, ya que por lo general los discos “de relleno” solo interesan a los completistas, pero este era bueno de verdad: están las dos canciones de su primer single, que no se incluyeron en ningún LP; y en concreto “The sounds”, que había pasado casi desapercibida como cara B, resulta ser un sorprendente avance de lo que serán dos o tres años después. El resto no pierde interés, sobre todo por ”Boogie on”, una especie de mini jam que dura casi un cuarto de hora y aun así no cansa. En conjunto es una recopilación muy digna, que en ese momento significó un buen contrapunto a la actualidad tormentosa de la banda: Alvin Lee ya comienza a estar harto de tantas giras, de tanta exigencia; de haberse convertido, como él dice, en una jukebox andante. Cuando un músico llega a ese extremo, cuidado.
Todo mi admiración para el bueno de Kossoff, genial guitarrista que merece un mayor reconocimiento; al nivel de Gallagher, Blackmore y otros...excelente entrada!!!
ResponderEliminarGracias, don AntonioR. El bueno de Kossoff tuvo mala cabeza, y por desgracia quedó una trayectoria fulgurante pero corta: después de Free, su breve etapa en los Back Street Crawlers ya es más prescindible. En cualquier caso, esa personalidad a la hora de tocar era irresistible.
EliminarTercer comentario que intento. Los otros dos se los ha comido alguien. Decía que no puedo opinar con fundamento sobre la carrera y trayectoria de estos dos grupos. Tengo algunos de los más conocidos vinilos de los dos grupos en mi estantería, pero no conozco todo lo que han grabado. Reconozco el genio, cada uno en su estilo, del hipersensible y magnífico Paul Kossoff y del "gimnástico" Alvin Lee. Y se agradece la información que facilitas. Algún día, quizá encuentre tiempo para repasar algunas trayectorias de grupos, pero siempre encuentro preferencias por algún otro asunto y me enrollo con él. No tengo remedio.
ResponderEliminarSaludossssssssssssss
Blogger lleva unos días raritos, señor Babelain, y también a mí me ha hecho trastadas a la hora de ir a comentar a otros locales. Prefiero pensar que la cosa se arreglará sola, así que crucemos los dedos: otra cosa no podemos hacer.
EliminarSobre el asunto del repaso, la verdad es que estos discos no son lo más recomendable de su carrera: en el caso de Free, claramente lo son los tres primeros, y en cuanto a TYA mi debilidad es el "A space in time", pero "Cricklewood green" o "Sshhh" son un buen modo de entrar en esta banda. Deles una oportunidad, hombre, ya verá cómo lo merecen.
Es cierto que ambas bandas perdieron mucho fuelle a principio de los setenta con respecto a sus primeros trabajos. De todas formas me quedo con el soberbio "A Space in Time" de los Ten Years After, creo que en este álbum encontraron el equilibrio perfecto de su carrera.
ResponderEliminarHay un tema en ese álbum que me gusta por encima de todos, "I´d Love to chage the World", al que ya le dediqué un post en Viejo Zapato Marrón.
Respecto a los Free, sólo conozco su primera etapa. Ya veo que tuvieron una evolución bastante tortuosa con esa luchas internas.
Después de leer su estupenda entrada, le voy a dar un repasito a este "At Last", creo que vale la pena y seguro que guarda alguna sorpresa ineteresante.
Un saludo.
Ahí, ahí. El "Space in time", sí señor. Una obra maestra de las que se hicieron pocas. De todos modos, y como le decía al señor Babelain, los TYA tuvieron unos años realmente brillantes -como Free, por otra parte. E insisto en los otros dos discos que le dije a él. Y también, por supuesto, en los tres primeros de Free. Este, con ser aceptable, no llega a su altura.
EliminarTengo debilidad por Ten Years After y sin desmerecer al resto de la banda que son unos musicazos, por Alvin Lee siento verdadera devoción. La espinita me la he quitado hace poco y he podido estar en un directo, pero faltaba su alma.
ResponderEliminarBuena entrada, Rick.
Debilidad tengo yo también por ellos y por Free, lady Jane. Por desgracia han pasado muchos años de aquello, e imagino que un directo de TYA sin Alvin no se parece a TYA más que en los títulos. Pero en fin, algo es algo.
EliminarHay que ver lo bien que comienza ese disco de Free, del que siempre se espera algo muy vitamínico, y como va bajando el nivel, canción canción, y solo remonta al final con ese Goodbye. El resto es una sucesión de tema monótonos a los que les da cierta alegría pasajera la presencia de esa guitarra chillona y juguetona.
ResponderEliminarLe pedimos mucho a Ten Years After pero es que pensamos que nunca nos van a defraudar. Me gusta ese "You give me loving" pero si me tengo que quedar con alguno prefiero el blues ortodoxo final que da título al disco.
Un saludo
Ya digo, estamos en horas bajas para ambos grupos. "At last", de todos modos, fue un disco muy vendido incluso en España: daba la impresión de que todo el mundo lo tenía. "Goodbye" es buena, sí, como "Catch a train", "Soldier boy" o "Little bit of love" (que fue la más popular, por ser single). Pero hay un tono general bastante apagado, lejos de su época dorada.
EliminarY los TYA, más o menos, están en una situación parecida. Que sí, que tienen algunas canciuones muy buenas aún, pero van hacia abajo. Ya les queda poco, a ambos grupos, y al menos podrán presumir de no haber seguido arrastrándose durante años y años solo por la pasta: ese mérito no se les podrá negar.
hola Rick:
ResponderEliminarhoy si que me lo pones facil, pues son de mis bandas mas admiradas, tengo todos sus Lp´s originales en vinilo, lo mas destacable para mí, opinión personal, es que me gustan todos sus discos casi por igual. Ayer lo escuche en la cama y me sigue encantando.
el de Free, con su tono decadente es casi mi favorito, esas canciones lentas pero pesadas son ideales para que se luzca el Rodgers.
Y de Ten Years After idem de idem, me gustan todos, quizás este sea un poco difernte a los anteriores, pero los sigo considerando geniales. Alvin Lee siempre fue un genio, vivió al final en España, un tipo muy sencillo y que nunca se le subió la fama.
Cambiando de tema, el disco favorito de la prensa inglesa de ese año fue el "Argus" de "Wishbone Ash", con lo cual estoy totalmente de acuerdo. No es que insinue nada, pero ahi lo dejo caer.
Antes de darle a publicar me lo copio, que luego pasa lo que pasa.
Un saludo
Jose
También son dos de mis bandas favoritas, don José, aunque lamento no poder decir lo mismo que usted, que todos sus discos me gustan por igual. Como dije antes, si tengo que salvar tres discos de cada grupo, lo haría con los tres primeros de Free y los otros tres que cité de TYA. Lo cual, por supuesto, no implioca que los otros sean realmente malos: yo también tengo la colección casi completa de los dos (salvo el "Positive vibrations" de los TYA, que me negué a comprar).
EliminarEn cuanto al "Argus".... anda usted flojo de memoria, caballero: Wishbone Ash son una de las bandas fijas en este local; y si "Argus" es su mejor disco, no dude usted que saldrá aquí. Solo faltaba.
Dos monstruos. Sí: vienen de hacer cosas mejores, pero lo de este año sigue siendo grande, pese a los conflictos que cita en su excelente análisis.
ResponderEliminarTYA me congraciaron en su día con el blues blanco (otros, gustándome, me resultaban cansinos), aunque el disco que más me arrebató fue el inefable A space in time, el más inclasificable.
¿El Argus mejor disco del año? Por lo poco que conozco al señor Rick, creo que habrá de contenerse para no dedicarle cuatro o cinco entradas a ese LP.
Saúde.
Bueno, aunque ya no sean tan grades, "el que tuvo retuvo", como suele decirse: un disco flojo de cualquiera de estas dos bandas le da mil vueltas a otras cuantas. Al menos bajo nuetro punto de vista, ¿verdad?
EliminarY estoy viendo que vamos a tener que montar un club de fans de "A space in time", porque parece que la mayoría de los aquí presentes lo tenemos en un pedestal. Lo curioso es que en su época no vendió tanto en España como puede parecer ahora, pero en fin. Y el Argus... tampoco vendió tanto, qué casualidad...
A TYA sigo sin pilotarlos, así que me callo. El At Last es flojete, si, aunque algún tema medio decente tiene, pero en general está muy por debajo de sus dos inmediatos antecesores. Por cierto, siempre me hizo mucha gracia el parecido del riff de Soldier Boy a este otro: https://www.youtube.com/watch?v=_R2734wYgSg
ResponderEliminarSeñor Fernández, ha de subsanar esa carencia suya con los TYA de inmediato: cuando vea a un poppie (como es mi caso) hablando bien de una banda rockera es que la cosa merece ser estudiada. Se está perdiendo usted algo realmente grande. Sobre Free ya digo, no están en su mejor momento (ni los TYA, claro), pero alguna canción buena siempre hay.
EliminarY precisamente "Soldier boy" es de las que más me gustan, aunque lo de AC/DC no lo veo tan claro: he ido al Youtube y no sé qué decir. Para empezar, en esa pieza no hay una línea clara de riff tal y como se concibe un riff por lo general, pero no me cabe duda de que una banda como los canguros a buen seguro eran seguidores de Free. El hard rock británico casi lo inventaron ellos.
Pues yo navego por aguas poco conocidas, que mi conocimiento de estos dos grupos viene basicamente de lo que usted nos ha mostrado.
ResponderEliminarEl disco de Free empieza muy bien con el Catch a train y después hasta Little bit of love va discreto pero ameno. Se agradecen los tiempos medios, y la supuesta decadencia que les achaca a mi me va bastante.
El disco de TYA me parece bastante correcto según mi escaso criterio sobre ellos. Su referencia a trabajos anteriores que son de más nivel no deberían empañar el disco en cuestión, aunque entiendo que es difícil no comparar.
El disco de Free no es malo, en realidad. Poco brillante tal vez, pero desde luego muy por encima de otras cosas, tanto modernas como antiguas, que se venden y se jalean sin el más mínimo pudor. Y en cuanto a los TYA les pasa algo parecido: no están en su mejor momento, pero aun así ya les gustaría a muchos firmar un disco como este.
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