El blues rock es un género que los británicos consideran como suyo, y creo que no se les puede discutir: las enseñanzas de personajes como Alexis Korner o John Mayall, cuyo conocimiento del blues tradicional sorprendió a los mismísimos santones negros, dieron origen a una nueva invasión británica en los States a partir de 1967/68 bajo el nombre de guerra de “British Blues Boom”. Sin embargo ya hemos ido viendo que la tradicional inquietud artística de los músicos isleños, mucho menos acomodaticios que los yanquis, hizo que la mayoría evolucionase pronto hasta crear su propio estilo, que en muchos casos ya no tiene nada que ver con el original. De los nombres que siguen siendo asiduos a este local tanto tiempo después de aquella efervescencia, hoy nos visitan dos cuya suerte es radicalmente distinta: Free vienen a despedirse, mientras que Rory Gallagher está que se sale. Así es la vida.
El caso de Free es la crónica de una muerte anunciada, teniendo en cuenta la situación en la que quedaron a mediados del 72, poco después de publicar “At last”: con la marcha de Andy Fraser, esta vez definitivamente, no solo pierden a un bajista único sino también al principal compositor del grupo junto a Rodgers, con quien ya casi no se hablaba. Y la otra razón para irse fue constatar que el esplendoroso pero autodestructivo guitarrista Paul Kossoff tenía un negro futuro, ya que seguía siendo víctima -seguramente irreversible, teniendo en cuenta su quebradizo carácter- de la heroína y las pastillas. Los demás intentan seguir adelante y consiguen grabar antes de que acabe ese año; junto a Rodgers, Kossoff y Kirke están John “Rabbitt” y Tetsu (que habían grabado aquel disco mediocre con las dos “K” de Free aprovechando la baja temporal del grupo habida poco antes). En Enero de 1973 llega a las tiendas su último disco, que casi podríamos considerar póstumo: “Heartbreaker”. Al parecer Kossoff, medio ido, interviene según el día que tenga: con frecuencia -y contra sus propios deseos- la guitarra queda a cargo de Will “Snuffy” Walden, un clásico de los estudios de grabación. Y en la contraportada vemos un feo detalle: arriba el nombre de los otros cuatro en letras de buen tamaño con la relación de los instrumentos que atacan; más abajo, en letras menores, figura Paul junto a “Snuffy” y Reebop (el percusionista de Traffic, que participa en una pieza), es decir, como simple colaborador. Creo que no era necesaria esa humillación.
Sumando todos estos percances cualquiera pensaría que el resultado iba a ser un horror, pero hay que reconocer que, sin llegar a la altura de sus primeros tiempos, resulta aceptable. Rodgers es ahora el compositor principal junto a John “Rabbit”, y también hay algunas colaboraciones del grupo al completo como en “Wishing well”, la que abre el disco, en el tono de balada marchosa que habían inaugurado dos años antes; tanto los teclados como las cuerdas se refuerzan para dar un aire más compacto al sonido, casi “orquestal” en algunos momentos. Algo parecido sucede con la siguiente, “Come together in the morning”: Free, que comenzaron en el blues rock y luego fueron precursores del hard, acabaron siendo un grupo de ritmos medios y melodías de tono nostálgico, como recordando viejos tiempos; aunque puede ocurrir que esa nostalgia nos traiga un vago recuerdo de lo que fueron, como en “Heartbreaker” o “Easy on my soul”. En conjunto, ya digo, es una obra discreta (en la que por otra parte se nota que la voz de Rodgers se ha ido amansando); tal vez por el enorme cariño que se les tiene, las ventas en la Isla llegan al top 10, lo cual resulta asombroso. Pero la cosa no dura mucho más, porque Free se despiden en primavera y todos tienen ya destino buscado: Rodgers y Kirke se unen a Mick Ralphs (ex Mott The Hoople) y a Boz Burrell (ex King Crimson) para formar Bad Company, un supergrupo millonario que hace poco aún andaba por ahí; Fraser se alía con Chris Spedding para crear Sharks, banda de mucho respeto pero pocas ventas; Tetsu se unió brevemente a Faces para sus últimas grabaciones y algunas giras, mientras que "Rabit" seguirá siendo un reputado músico acompañante para muchas figuras del negocio. En cuanto a Paul Kossof, logró crear un nuevo grupo, Back Street Crawler, con el que grabó un disco decente; pero por desgracia sus hábitos no cambiaron y su corazón dijo “basta” a mediados del 76 en un vuelo entre Los Angeles y Nueva York. Tenía 25 años. Mucha gente lloró al enterarse.
Después de diez años de carrera, Rory Gallagher ha llegado a lo más alto. Su progresión ha sido lenta si la comparamos con otras divinidades guitarreras, pero también es verdad que nunca le obsesionaron el éxito ni la fama: simplemente, ha ido avanzando sin prisas y por lo tanto sin presiones, a su aire, disfrutando de cada actuación y de la juerga posterior en los bares más cercanos. Esa sencillez lo hace próximo a los aficionados, que se encariñan con él: “Rory es de los nuestros”, pensamos todos. Por otra parte su estilo no es tan simple como puede parecer a primera escucha, pues ya hemos visto que se maneja con igual soltura en las escalas del blues, rock, jazz o folk, mientras que su destreza con las cuerdas lo es tanto con la eléctrica como con las acústicas: en ambas sabe encontrar el espíritu de cada una. Ah, y no olvidemos que también domina el saxo y la armónica, porque esa foto fija con su Stratocaster no le hace justicia. Pero a lo que iba: 1973 es el año definitivo, en el que publica sus dos discos más populares: “Blueprint” y “Tattoo”. En realidad el primero ya estaba listo en Diciembre del año anterior, aunque se publica a principios de este; el segundo se graba en Agosto y llega a finales de año. En ambos casos y como siempre, no ha necesitado mucho tiempo para grabarlos: si puede evitar segundas tomas mucho mejor, y por supuesto la producción también es suya.
La única novedad en el sonido es la inclusión de un teclista, irlandés por supuesto, llamado Lou Martin (procedente de Killing Floor, una pequeña banda londinense). Rory ha decidido que el formato de trío se le queda pequeño: necesita más riqueza de sonido para evitar que provoque cansancio. Y creo que lo consigue, porque ambos discos son magníficos -para mí, lo mejor de toda su obra. Lo difícil es destacar uno frente al otro, y afortunadamente ambos son tan populares que no es necesario esforzarse en describirlos: “Blueprint” se abre con esa genialidad blues rock titulada “Walk on hot coals”, cuyo ritmo abrasador hace juego con el título; le sigue la melancólica pero grandiosa “Daughter of the everglades”, una verdadera lección de estilo; luego su versión del “Banker’s blues”, formal, ajustada a su estilo original; tan formal como la que le sigue, “Hands off”, de producción propia y quintaesencia del estilo Gallagher... y aún queda la cara B. En cuando a “Tattoo”, qué quieren que les diga: si la apertura va a cargo de “Tattoo’d lady”, ese diamante que se ha convertido en el santo y seña de toda su carrera, poco hay que añadir. Una vez más sabe mantener el equilibrio entre la alegría de canciones como esa, “Cradle rock” o “Sleep on a clothe’s line” junto a otras más acústicas como “20/20 vision” o “Who’s that comin”, la otra cara de la admirable escuela Gallagher. En conjunto es el disco más alegre de Rory, el más vigoroso y el que lo situó en lo más alto de las listas, incluso en España. Menos mal: en un año tan aciago como este, alegra ver que no todo está perdido.
Hola Rick:
ResponderEliminarHoy dos de los mios.
De Free me gustan todos sus discos, inclusos esos que se llevaron bastantes palos. para mi este es un buen disco, siempre he admirado al Rodgers como cantante y los primeros discos de Bad Co son impresionantes.
Al Rory, lo tengo en un altar, precisamente el "Blueprint" es uno de los primeros Lp´s que tuve en mi vida y no se si será por que me lo sé de memoria es uno de mis favoritos.
El Tatoo, otra obra maestra.
Saludos
Jose
A mí los Free me cansan un poco al final de su carrera, pero sus primeros discos son de lo mejorcito del rock británico. Bad Company ya me gustaron menos, quizá porque sonaban demasiado "evidentes", pero también tienen canciones buenas. Y de Rory qué vamos a decir a estas alturas. También me gustan más sus primeros años, como supongo que nos pasa a todos, pero su nivel era impresionante.
EliminarPues nunca me metí de lleno en la historia de Free. Si que he oído sus discos y me han gustado en su momento, pero del asunto blues, blues rock británico, me introduje con John Mayall, Grahan Bond (luego con Ginger Baker Air Force), Alexis Korner, The Rolling Stones, The Animals y los grupos de donde salieron todos esos grandes guitarristas ingleses: Yardbirds, Fleetwood Mac, Cream (luego Blind Faith) etc...
ResponderEliminarClaro que admiro a Rory Gallager y su técnica con las guitarras. Y la energía de Free; pero como no me metí de lleno en su momento, la cosa cambia. Ahora los oigo y me parecen muy buenos, sobre todo "Tattoo".
Así que os leo y tomo nota.
Saludossssssssssssss
Si tiene la intención de repasar a Free, estimado Bab, le recomiendo que vaya a lo seguro: sus tres primeros discos (especialmente "Fire and water", el tercero: canela pura). A mí el blues rock británico me gusta mucho, pero siempre he preferido los músicos que partieron de ahí para hacer otras cosas (Free, Cream, etc): la gente como Mayall me gusta para un rato, pero al final me aburre. No se puede estar haciendo siempre lo mismo.
EliminarPrecisamente el caso de Rory es distinto porque él mezcla varios estilos, con lo cual su proyección fue notable. Sus discos siguen vendiéndose aún hoy en día. Y "Tattoo" es el mejor ejemplo de esa mezcla.
Tengo algunos vinilos de Free y el Tatoo de Rory Gallaguer, este último es impresionante, sin duda.
ResponderEliminarHace muchos años que no los escucho, pero como siempre me ha entrado el gusanillo y voy a dedicarles aunque sea un rato. Suena "Tatoo woman" en youtube y me recuerda el ambiente de aquellos garitos de finales de los setenta que frecuentaba con los amigotes, donde corría la cerveza...!! Que buenos tiempos!!
Un saludo.
Ese ambiente es el adecuado para este tipo de música, pero a estas alturas ya vale cualquier sitio: estamos hablando de la música clásica del siglo XX, guste o no a los puristas.
EliminarLos ingleses si que supieron sacarle buen provecho a los maestros del mississippi . Dos violeros de buena cepa has traído hoy que solo dan ganas de que gire el acetato . Un abrazo
ResponderEliminarPues sí, mister Luther. Y ayudaron a los yankis, que se estaban quedando estancados. Al final, esto es un feedback contínuo y muy enriquecedor para ambas partes.
EliminarJoder, lo que me he ido perdiendo por no visitar el blog con mayor asiduidad. He aprovechado para hojear todas las anteriores entradas sobre el 1973 y, he de confesarlo, a cual más apetitosa. Por no extenderme, estos Free y Rory Gallagher forman parte de mi cabecera habitual. A Rory le ví en un concierto en el Teatro Monumental de Madrid, año 1974, y fue una de las grandes sensaciones de mi vida entonces adolescente. Un gran recuerdo que ha sido consolidado por la adquisición de gran parte de su obra. Y de Free, ¿qué decir?. Solo recordar su "All Right Now" ya me produce escalofríos.
ResponderEliminarExcelente blog, si señor.
Saludos,
JdG
Muchas gracias, don Javier. Free fueron un grupo muy popular incluso en España, aunque con un poco de retraso: hasta que apareció "All right now", prácticamente nadie los conocía. Rory comenzó a ser relativamente conocido después de abandonar Taste, pero en realidad no se convierte en un clásico hasta este año, gracias a "Blueprint" y "Tattoo" (sobre todo este último).
EliminarY gracias de nuevo. Voy a limpiarme las babas....
Hace demasiado tiempo que no escucho al bueno de Rory. Lo primero es lo primero. Gracias por recordármelo.
ResponderEliminarSaúde.
¡Uf! ¡Qué maravilla!
ResponderEliminarFree eran la polla (perdón por si resulto excesivamente técnico), pero Rory era un pasote (mis disculpas por un término juvenil tan actual).
Ha sido un verdadero placer volver a escuchar a estos dos monstruos.
Gracias, joven.
Saúde.
Lo primero es lo primero: muy buena esta táctica de "voy a ver" y luego volver con lo visto. Dos comentarios por el precio de uno. Muy bien, sí señor. Y además coincidimos en el sesudo comentario sobre el objeto de la entrada de hoy, así que no se piede pedir más. .
EliminarRory,un grande entre los grandes, para mi no hay duda y Tatoo ha sido lo que mas me ha impactado de el.
ResponderEliminarSaludos Rick, como siempre un gusto pasarse por aquí.
Gracias, Jane. "Tattoo", como dije antes, es el disco más popular y también el más alegre en la carrera de Rory. No siempre una cosa coincide con la otra, pero en este caso resulta evidente.
EliminarLos tenía en digital pero el otro día le compré en perfecto estado a un tipo en un mercadillo el Deuce, el Tattoo y el Calling Card por 15 euros los tres. Rory me parecen palabras mayores. Saludos.
ResponderEliminarEso es una buena compra, sí señor: quince euros por semejante trío es una ganga. Parece mentira lo poco que se valora el vinilo, cuando en otros paises ya casi es un artículo de lujo. En fin, que aproveche.
Eliminar