martes, 16 de mayo de 2017

Estados Unidos: los primeros 70s (V)

De vez en cuando surgen músicos que no se sienten influenciados por la zona de donde proceden o los estilos que estén triunfando en esa época, y en la muy hippy California tenemos dos ejemplos magníficos: Canned Heat y Flamin’ Groovies, dos bandas completamente distintas pero que coinciden en su devoción por estilos tradicionales. Ambas lograron sobrevivir a los años 60 tal vez por eso, porque a la larga lo clásico siempre acaba imponiéndose al ir y venir de las modas; y cuando hay un carácter propio con el que moldear esos estilos, cuando el músico tiene personalidad, el destino suele estar de su lado. 


Canned Heat son de Los Angeles, pero ese dato carece de la menor relevancia porque lo suyo eran los pantanos del Mississippi, el blues arrastrado del Delta y las antiguas tonadas de las voces negras más primitivas. Su historia arranca en 1965, cuando Bob “El oso” Hite, un coleccionista compulsivo de discos de los viejos bluesmen a 78 rpm que además canta y toca la armónica, se reúne con otros aficionados para crear una jug band que resulta ser el germen de los Heat. En la formación original vemos a otros dos expertos, que además son guitarristas: Alan “Búho ciego” Wilson, una verdadera enciclopedia andante, y Henry “Girasol” Vestine, recientemente expulsado de la banda de Zappa por su excesiva afición a las sustancias ilegales (pero que si viene de ahí tiene que ser un guitarrista muy bueno, ¿verdad?). El bajo queda a cargo de Larry “La mole” Taylor, un técnico de categoría ya por entonces y que ha trabajado como músico de estudio. Y la batería es para Frank Cook, un veterano del circuito jazzístico, aunque tras el primer disco será relevado por Adolfo “Fito” de La Parra. Sí, estos indivíduos parecen mostrar una curiosa afición por los apodos. 

Aunque podría suponerse que ese fanatismo por el blues tradicional no será más que una rareza minoritaria, después de dos años de actuaciones son casi estrellas en el festival de Monterey sin haber publicado aún su primer disco, que aparecerá el mes siguiente. Por otra parte su fusión con el boogie los convierte en un grupo muy personal, con un sello de identidad muy claro; y finalmente, gracias a la influencia de las bandas británicas de blues rock como Fleetwood Mac y compañía, a partir de 1968 el género vive una época de gloria que consagra a los Heat como uno de los nombres más importantes del país (y esa mezcla de imágenes con el fondo de “Going up the country” en Woodstock es ya un mito). También ellos caen a veces en la autocomplacencia, con largos desarrollos y tendencias psicodélicas soporíferas -el doble “Living the blues” es un gran ejemplo de lo mejor y lo peor de este grupo-, pero consiguen entrar en la nueva década con bastante entereza: “Future blues” y “Vintage” son dos discos muy decentes, sobre todo el primero (ah, esa versión del “Let’s work together”… casi vale por el disco entero). 

Otra cosa es la situación interna: en 1969 se había marchado Vestine tras una bronca con Taylor; fue sustituido por el gran Harvey Mandel, que finalmente se marcha también en 1970, casi al mismo tiempo que el propio Taylor. Y entonces vuelve Vestine, pero a continuación se presenta la tragedia con la muerte de Alan Wilson, que entra en el Club de los 27 por una supuesta sobredosis de barbitúricos originada por una depresión galopante. A partir de ahí, en medio de idas y venidas, la banda se mantiene a trompicones pero todavía graba algunos discos decentes: además de un espléndido directo con John Lee Hooker en el 71 o el que grabaron en Europa, hay algunos en estudio como “Historical figures and ancient heads”, a finales de ese mismo año, que mantiene el tipo bastante bien. Es la ventaja de trabajar los estilos tradicionales, que ellos solos se defienden. Y aunque El oso murió en el 81 y Vestine a finales de los 90, creo que Fito sigue con la banda. O seguía no hace mucho. Me parece excesivo, pero en fin: estamos ante otra demostración de que los músicos que se dedican a los géneros clásicos se vuelven tan clásicos como las músicas que interpretan.


Si la procedencia de los Heat no importa, menos importa aún la de Flamin’ Groovies: son de San Francisco, pero no lo parecen en absoluto porque tampoco a ellos se les ve muy interesados en las músicas del momento y van contracorriente desde el principio de su carrera. Su primera grabación es un Ep autoproducido bajo el nombre de “Sneakers”, que publican a principios del 68 con un total de dos mil copias; por entonces el rock and roll es un viejo ritmo polvoriento del que nadie quiere saber nada. Sin embargo estos muchachos consiguen lavarle la cara con su estilo rugoso, duro, anfetamínico, que además lleva unas gotas de r’n’b, influencias de la invasión británica y un cierto aire folky de vez en cuando. Posiblemente contra lo que ellos mismos esperaban, comienzan a ganarse una pequeña fama entre sus conciudadanos y poco después son fichados por CBS, que los asigna a su filial Epic aunque esa relación solo durará un disco: “Supersnazz”, una maravilla cuya leyenda ya comienza con la portada pero que en la época no alcanza grandes ventas, porque su estilo queda un poco desdibujado por una producción que no le cuadra. Para entonces ya está claro que el peso del grupo se reparte entre los guitarristas Cyril Jordan y Roy Loney, que son los compositores principales aunque también disfrutan haciendo versiones de piezas clásicas; hay un tercer guitarra, Tim Lynch, que junto al bajista George Alexander y los otros dos hacen un total de cuatro voces, y a la batería tenemos a Danny Mihm: este es el quinteto oficial durante sus primeros años, aunque en las grabaciones suele haber algún teclista ocasional. 

La nueva década comienza muy bien para ellos: tras la CBS van a caer en Kama Sutra Records, un subsello caótico de la no menos caótica Buddah Records, teóricamente especializada en música chicle pero sin una dirección muy clara. Esto es un arma de doble filo, ya que los “melómanos serios” desprecian ese sello; pero a cambio los Groovies pueden grabar lo que les dé la gana. Y vaya si se aprovechan: en 1970 presentan “Flamingo” y en 1971 “Teenage head”, una pareja de discos que, como es norma ya en la banda, no consigue grandes ventas pero con el paso del tiempo se ha hecho mítica. Hasta cierto punto su impacto histórico recuerda a otros grupos minoritarios en su tiempo (como Velvet Underground, por ejemplo) pero reivindicados luego entre los fans de la new wave o el post punk: su influencia se ha de sentir en la siguiente generación, no en la suya. Esos dos discos son la confirmación de su estatus de banda clásica, con un sonido aparentemente simple y crudo, casi de maqueta, pero tal vez por eso mismo incendiario. Viene luego una larga época de oscuridad: Loney y Lynch se marchan, siendo sustituidos por Chris Wilson y James Farrell. Wilson será a partir de entonces el principal colaborador de Jordan (justo como había sido Loney), pero el grupo se orienta a partir de ahora hacia un sonido más melódico, con juegos de guitarras al estilo Byrds, cuya influencia es clara en estos “nuevos” Groovies. 

La travesía del desierto dura casi cinco años; durante ella, y a pesar de algunas giras por Europa (donde su fiel parroquia de fans crece como la espuma), no consiguen grabar más que dos o tres singles. Hay que tener en cuenta que las músicas imperantes por entonces son el rock duro o el progresivo, y los sellos discográficos no se fían de una banda que, como siempre, va a su aire, fuera de onda. Pero la perseverancia tiene finalmente su premio y en 1976, justo a tiempo por primera vez en su carrera, consiguen fichar por la heroica Sire Records; Dave Edmunds, amigo suyo y con quien ya habían grabado un single años antes, les produce lo que será una reentrada en la Historia con todos los honores: “Shake some action”, que se convierte en una de las biblias de ese nuevo sonido revival que en el fondo es la new wave. No haría falta decir que los isleños enloquecieron con ese disco, mientras que en los States pasó sin pena ni gloria; hoy en día es un clásico total, seguido por otros dos igual de clásicos: “Now” en 1978 y “Jumpin’ in the night” el año siguiente. Y luego llega la decadencia, y unos se van y otros se quedan, pero los Groovies ya se han consagrado como uno de los grupos más queridos por la parroquia europea (en España se les adora), y hasta hace poco aún andaban por ahí. Lógico: el paso del tiempo les ha traído siempre sin cuidado. Quién les iba a decir a ellos que acabarían siendo la referencia para dos o tres generaciones… 



16 comentarios:

  1. Pues de los Canned Heat nada sabía, tienen un blues muy apañado. A los Groovies los conozco más, pero reconozco que nunca me he esforzado mucho con ellos. Me apunto el listado de discos que nos das e iré llenando otra de mis lagunas.

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    1. Dentro de lo clásicas que son las dos bandas, ya ves que hay donde elegir: blues pantanoso o rock and roll anfetamínico. Y los Groovies son ideales para una fiesta, por cierto.

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  2. A mí me pasa al revés que a chafardero; conozco bien a Canned Heat (incluso soy admirador de Harvey Mandel) y he seguido la carrera de los Heat. Al menos en los primeros tiempos. Me gusta ese sonido seco y directo que consiguen con sus blues. He disfrutado mucho con sus primeros discos.

    A los Flamin’ Groovies los he oído aquí o allí, canciones sueltas y en épocas distintas. Siempre me han parecido un buen grupo, pero no les he prestado la atención que se merecen. Asignatura pendiente.

    Saludosssssssss

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    1. Los Heat fueron bastante conocidos en España casi desde el principio de su carrera (grababan en la Liberty, que tenía buena distribución), mientras que los Groovies solo tuvieron un recopilatorio aquí durante varios años, hasta mediados de los 70. Es la lotería de los sellos, qué le vamos a hacer...

      Saludos mil..

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  3. Hola Rick:
    Pues los Canned Heat, sin duda uno de los grandes que se han sabido mantener con dignida, cosa nada facil, tengo casi todos los Lps 60-70 que recuerdo encontrarmelos en una tienda de segunda mano en Pamplona años ha, casi nuevos. El disco que grabaron con John Lee Hooker, es una obra maestra que casi pasó desapercibida.
    Con los Groovies me pasa como a los demas parroquianos, tengo un Cd doble suyo que me va un montón, pero nunca me ha dado por profundizar en su obra, me gusta su sonido directo.
    Bueno, esta vez no hay collejas.
    Hasta la próxima.
    Jose

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    1. Menuda bicoca, las tiendas de segunda mano. A veces se encontraban maravillas. Qué tiempos...

      Yo soy más de los Groovies, supongo que por mi tendencia poppie, pero las dos bandas son tremendas. Clásicas totales, de las de manual.

      Espero que no me caigan collejas ahora, por traer a don Francisco...

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  4. Buff, los primeros Canned Heat y los Groovies en todas sus etapas son palabras mayores en mi vida. Abrazos.

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    1. Son palabras mayores para cualquier aficionado clásico, mister Johnny. Eran muy grandes.

      Saludos mil.

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  5. Otros dos pilares de la música USA, ¡si señor!. Ví en directo a los Canned en el Teatro Monumental allá por el 70 o setenta y muy pocos. Inolvidable experiencia. La vasca (entonces nos conocíamos por ese palabro...) gritando el nombre de "¡Fito, Fito, Fito...!, y el batería levantándose y saludando al personal. Su single "On the road again / Boogie music" aun lo conservo como oro en paño. Hicieron mucho por dar a conocer a los bluesmen negros y su estilo boogie tan característico es marca indeleble de la casa. ¡Larga vida a su legado!
    Flamin´Groovies. Me metí con ellos mucho más tarde. Entre los aficionados con los que me cruzo siempre hablamos del "Flamingo" como su acercamiento a los Rolling, del "Teenage Head" su onda más Beatles y el "Shake Some Action" su aproximación más rendida al primigenio r&b inglés de los primeros 60. Les ví hace muy poco en el Siroco y dieron realmente pena, lástima. Si no fuera por el artista invitado que trajeron, un tal Roy Loney, salen por piernas. muy mal concierto, apesar de la expectación (nada raro) que causaron.
    Saludos,
    JdG

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    1. Las bandas como Canned Heat en directo eran tremendas, porque técnicamente podían con todo. Es otra de las ventajas de recurrir a los estilos tradicionales. Otra cosa es la época, claro: a mí me hubiese gustado ver a los Groovies en los años 70, pero no pude. Y verlos ahora debe de ser frustrante: son demasiados años.

      Saludos mil.

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  6. Me ha encantado que me recuerdes a los Flamin', ahora los estoy poniendo en el plato, que grandes, junto a otros olvidados como los Sha Na Na, aunque los Flamin son más protopunk, y de los Canned que decir, tengo un bootleg de su primera época que flipo con el, canción más corta 5 minutos, con esos largos desarrollos soporiferos que me encantan.

    PDT: hablaré con el jefe de 1pocod para que añada tu blog a la lista

    Salud

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    1. Sha-Na-Na eran más simples, más "de raíces", como se dice ahora, en realidad se dedicaban más a la juerga en el escenario que a otra cosa,y no duraron mucho. Los Groovies me parecen una banda mucho más hecha, más profesional. Y sí, los largos desarrollos de Canned Heat a veces eran muy largos. Tengo que renonocer que ese estilo puede llegar a cansarme un poco.

      Pues muchas gracias por el detalle: 1pocodMusica es una de esas páginas legendarias de referencia para una generación o dos por lo menos...

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  7. Si te das cuenta ese estilo guitarrero de "Shake some action" no deja de sonar en un montón de grupos españoles de la Movida desde la mismisima Nacha Pop. Poco más puedo decir de los Groovies ya que solo los conozco superficialmente.
    Canned Heat ya es otra cosa, un grupo tan actual que hasta en su pinta parecen la de una pandilla de hipsters sacada de cualquier tugurio modernillo. Luego es un grupo que ha sobrevivido al tiempo de forma admirable sobre todo en esos directos directos, es decir cuando no les dan por ponerse virgueros y prentender que son los mejores bluesmen del mundo mundial. El buho ciego, el oso y demás compañía nos dieron un montón de buenas lecciones de porque el bles siempre estará ahí mientras mueren todo las demás músicas que le rodean.

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    1. Exactamente, y por eso digo que estamos ante una de las biblias de la New Wave: Nacha Pop o los Secretos han heredado ese sonido cristalino de las guitarras, a medias entre Byrds y Groovies. Los Heat son más "serios", por decirlo así, pero gracias a las bandas como esa conseguimos enterarnos un poco de qué iba eso del blues. Una verdadera escuela, eran esos señores.

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  8. Dos grandes en mi vida, aunque me gusten poquitas canciones suyas. Eso sí, las que me gustan lo hacen a rabiar; por ejemplo: On the road again/Canned Heat y Don't put me on/Flamin´Groovies.

    Saúde.

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    1. Pues esos son buenos comienzos, don Luis. Ahora le toca profundizar un poco: ¿qué tal el "Shake some action" de los Groovies?

      Venga hombre, no me sea remolón..

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