lunes, 15 de abril de 2013

España: la travesía del desierto (V)


El otro día vimos que los abueletes del rock and roll cantado en español, los Llopis, se fueron a vivir a México cuando en su Cuba natal la cosa se puso revolucionaria. El país mariachi, donde ya tenían una fama notable con sus grabaciones, era como su segunda patria. Y al menos en el caso de la música que nos ocupa, esa popularidad era lógica: por su vecindad con los yanquis, los mexicanos pronto se vieron embrujados por el nuevo ritmo; si a eso sumamos el descubrimiento hecho por los cubanos de que nuestro idioma era tan válido como cualquier otro para cantar tales canciones, no es de extrañar que entre finales de los años 50 y principios de los 60 surgiesen grupos como setas por toda la geografía del país, con mucha diferencia sobre el resto de Hispanoamérica. La mayoría de ellos no llegó a este lado del océano salvo por dos o tres canciones aisladas, pero hubo algunos que consiguieron invadirnos plenamente; y de entre ellos destacan los Teen Tops, que también en su país fueron los más grandes. Por otra parte representan un gran salto en la “cadena evolutiva”: aunque no son los primeros en grabar un disco de rock and roll (ese honor es para Los Locos del Ritmo), sí lo son en versionar también a los ídolos negros del género, algo a lo que nadie se había atrevido hasta entonces. Con el tiempo tanto ellos como otros incluirán piezas del beat británico en su repertorio, aunque se les nota mucho que no es lo suyo; y por otra parte ya nos afectan menos porque teníamos cerca a los originales: la llegada del beat oscurecerá por unos años la oferta americana, sea del país que sea. 

De todos modos, ya que he citado a Los Locos del Ritmo y aunque su popularidad aquí fue mucho más reducida, creo que se merecen una reseña por ese primer LP rockero en español. Y ese es su título, además: “Rock!”. Las diferencias con los patriarcas Llopis son enormes, puesto que los mexicanos ya son un grupo eléctrico hecho y derecho; por otra parte, aunque hacen concesiones al folclore tradicional lo enfocan desde un punto de vista mucho más moderno: si los Llopis en su “Rockabillidad” meten “La Pachanga” estos meten “La Cucaracha”, no menos temible; pero su versión es instrumental y en ella se nota la influencia de la naciente música surf yanqui, lo que la hace agradable para la nueva generación. Porque los Locos son unos vanguardistas que ya han oído a Duane Eddy o a Johnny & The Hurricanes, es decir, conocen los orígenes de esa nueva corriente que inundará los States en el primer quinquenio de los 60. Y no solo eso, sino que también crean sus propias piezas, muchas de ellas instrumentales (alguna en tono blues). Sin embargo, tanta vanguardia asusta a su casa discográfica: el disco fue grabado entre 1958 y principios del 59 pero no se publicará hasta 1960, cuando por fin sus gerifaltes se convencen de que eso del rock and roll parece ser un buen negocio. Seguirán publicando discos de gran nivel durante un tiempo, y como he dicho arriba su época dorada terminará a mediados de la década; pero, con unas formaciones u otras, han estado activos hasta hoy mismo. 

Aquí tienen dos muestras de ese primer disco grande: “Nena, no me importa”, su versión de la incombustible “(You’re so square) Baby I don’t care”, compuesta por Leiber y Stoller en el 57 -o sea, que entre la de Elvis o Holly y esta hay menos de un año- y la instrumental de cosecha propia “Un vasito con agua”… Bueno, me voy a estirar un poco: a ver qué les parece luego la versión de “Peter Gunn” (una de mis instrumentales preferidas de todos los tiempos) que ellos, muy patriotas, titulan “Pedro Pistolas”. 






No está claro que los Teen Tops hayan sido el mejor grupo mexicano: hay opiniones para todos los gustos. Yo los veo más clásicos, menos arriesgados y creativos que los Locos. Pero desde luego sí fueron los más populares en España y en casi toda Hispanoamérica (gracias a la potencia de su sello, CBS). Y como dije antes, es el primer grupo grande que hace versiones rockeras tanto de la rama blanca como de la negra. Tras un corto período de ensayos, se presentan a mediados de 1960 con dos que resumen perfectamente esa mezcla: “Good golly miss Molly”, que había hecho famosa Little Richard y que ellos convierten en “La plaga”, junto a “El rock de la cárcel” (ya saben ustedes de quién). Ambas versiones cruzaron el Atlántico y se convirtieron aquí en una plaga de verdad: todo cuanto grupo o solista moderno hubo en nuestro país hizo su versión correspondiente de una canción o la otra, cuando no de las dos (y son los Teen Tops los que, con sus traducciones un poco chuscas, crean el verbo “rocanrolear”). Por tanto, en lo que a España se refiere, no hay discusión: ellos fueron la gran referencia. Y poco después aparece su primer LP, en el cual se nota la querencia por el Pequeño Ricardo ya que la mitad de las piezas son versiones de ese locuelo; el resto se compone de canciones que había hecho famosas Elvis más el “High school confidential” de Jerry Lee Lewis… y “Muchacho triste y solitario”, versión de “Lonely blue boy”, un éxito de Conway Twitty. El señor Twitty, uno de los grandes monstruos de la balada country americana, es además venerado por Enrique Guzmán, cantante y líder de los Teen Tops. Los intereses de Guzmán y los del resto del grupo no siempre son coincidentes. 

Mientras tanto, en España la cosa va como la seda. Sus discos se venden a montones, y algunos principiantes patrios como Miguel Ríos reconocen haber sentido la llamada del rock gracias a ellos. En los discos siguientes aparecen Ray Charles, Chuck Berry, Carl Perkins o Fats Domino al lado de baladistas como Neil Sedaka; y aunque entre las versiones no se ven muchas baladas, las pocas originales que incluyen (casi todas compuestas por Guzmán) son de ese estilo. Por otra parte, el cantante ya mantiene una carrera solista en paralelo desde el principio: en 1960 debutó con una versión de Paul Anka, otro baladista estrella del naciente highschool (un género dulzón para adolecentes creado por la gran industria para contrarrestar la incursión rockera de los sellos pequeños). Y a finales del 62 rompe con el grupo para seguir en solitario; a partir de entonces su fama crece aquí en la misma proporción en la que se va desvaneciendo la de los Tops. Esa ruptura y la diferente suerte que corren uno y los otros refleja con exactitud lo que está pasando en el mercado, porque las razones son las mismas que en América: las grandes marcas recuperan el poder con el hundimiento del rock and roll (hundimiento al que ha contribuido indirectamente el asunto de la payola y otras malas artes), sustituido por las canciones “de amor”. Y únicamente la música surf (más la variante Shadows británica) podrá hacerles frente hasta que llegue el beat: también eso lo veremos aquí. El caso es que los grupos pioneros pronto comienzan a ser un anacronismo; y aunque en nuestro país, por su atraso, todavía seguirán siendo populares casi hasta el 65, para entonces los melenudos isleños ya están enseñando el hocico. 

Y habrá que estirarse también con los Tops, ya que lo he hecho con los Locos. Aquí tienen ustedes las tres canciones más populares en nuestro país: las ya citadas “La plaga” y “El rock de la cárcel” más otra que publicaron en 1961 y que causó un revuelo similar o mayor entre la juventud moderna nacional: la inolvidable “Popotitos”, versión de “Bony Moronie”, el mayor éxito del malogrado Larry Williams. Tiempo le faltó a Mike Ríos para aprendérsela y sacarla a toda velocidad, acompañado de los Relámpagos. 






15 comentarios:

  1. No recordaba a los Locos del Ritmo instrumentalmente son muy muy buenos. Fantástica la entrada de "Nena no me importa".
    Esos tres temas de los Teen Tops pertenecen más allá de la música al repertorio sentimental de este país. Quizás la clave del éxito de estos últimos y no tanto de los primeros está en relación con el carisma de su cantante. Con la eclosión de los crooners en los 40, todavía eran tiempos donde se valoraba más a los cantantes que a los grupos.

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    1. Los Locos fueron menos conocidos aquí que los Tops, pero en su país alcanzaron un nivel muy parecido. Y sí, yo creo que al menos en el aspecto instrumental eran más atrevidos y, sobre todo, variados. Pero como muy bien dice usted, herr doktor, el gancho de Guzmán tiró en gran parte del éxito del grupo. Teniendo en cuenta que ya estábamos en los 60 (es decir, en su país de origen el r'n'r ya iba de capa caida), el mercado del cantante era más amplio.
      "El repertorio sentimental de este país". Exactamente, herr doktor. Eso mismo pienso yo. Esos tres temas trascienden de la puyra historia musical.

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  2. Pues las tres pistas que has puesto de 'Los locos del ritmo' me han gustado más que las de los 'Teen tops', quizás porque me han sorprendido más, sobre todo 'Un vasito con agua'. Aunque la verdad: los otros también son muy buenos, y versionan el rock'n roll al castellano muy bien, para ser esos años. Es sorprendente porque, en España, no sé porqué razón, algunos primeros cantantes rockeros entonan las frases de una forma muy rara, imitando demasiado el inglés, como si quisiesen convertir el castellano en inglés. Sin embargo, estos cubanos y mexicanos cantan en español, tal cual, y queda bien, si.

    Esta entrada sí que me ha ofrecido canciones para guardarme en el bolsillo...

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    1. Es lógico que con su visión, más actual, los Locos tengan un mayor interés, estimado yerno: técnicamente, estamos de acuerdo. Pero aquí entran en consideración más cosas, como la influencia histórica a todos los niveles tal y como dice herr doktor. Así que tanta valía tienen unos como los otros.

      Eso de la entonación es cierto: no solamente Mike Ríos, sino -y sobre todo- Micky (con o sin los Tonys) tenía esa costumbre que yo no acabo de entender muy bien. Sonaba muy snob, la cosa. Pero bueno, tal vez eso influyó en la consideración de "modernos" ante una juventud que no tenía otras referencias. Y felicidades por su bolsillo.

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  3. Desconocía la existencia de los Locos del Ritmo (y los Llopis creía que eran españoles), y me admira que hayan hecho esa versión en menos de un año, en 1958. Son buenos, pero me es más fácil escuchar lo ya conocido: Los Ten Tops.
    Coincido con el señor Fraile, pues creo recordar que algunos músicos ibéricos –no solo Mike Ríos- tenían un extraño acento filo-inglés. La verdad es que para la juventud, durante mucho tiempo, lo español tenía un punto casposo. Oídos ahora, se agradece en buen acento americano.
    Salvo en el caso del señor Caruano, que se defiende con solvencia en cualquier idioma.

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    1. Pues ya ve, señor Pez: rápidos y solventes. Así eran los Locos. Y claro, le digo lo mismo que a mi yerno pero al revés: es lógico que usted, por su provecta edad y la memoria sentimental a la que alude herr doktor, prefiera a los Tops.

      El acento, ya digo: el peor, que yo recuerde, era Micky, que se pasaba varios pueblos a veces. En cambio los hispanoamericanos no tenían ese tipo de prejuicios, y me alegro. Espero que el señor Caruano, cuando nos presente su versión de "All Shook up", no caiga en ese error. Es más, sé que no lo hará.

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  4. De los Locos tuve en su día una casete de esas que se encontraban en los expositores de los bares, de sonido infame y reproducida hasta la saciedad para escándalo de los que iban del palo Pink Floid y demás.
    "Todo el mundo en la prisión corrieron a bailar el rock" es para mí una de las frases que encarnan el espíritu del rock, la irresistible sensación que se apodera de uno al oír esa música. Las tres piezas que nos ha regalado de los Teen Tops son como la carta fundacional del rock en español. Y por cierto, muy versioneadas por las orquestas pachangueras, que de vez en cuando acertaban.

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    1. Suerte tuvo usted con esa cinta, señor Chafardero: no creo que hubiese mucha distribución de los Locos una vez que pasó su época. Y los del palo Pink Floyd, que con su pan se lo coman. Había mucho enterado, mucho soberbio. Un buen aficionado tiene perspectiva y sabe valorar unas cosas y las otras, no hay por qué ser excluyente.

      Muy bien expresado eso del espíritu del rock: yo lo veo talmente igual. Irresistible, sí señor. Y con los Tops la ventaja es que no hace falta comerse la cabeza para elegir unas u otras: son esas tres. Que en efecto, fueron la base de todo lo que se hizo luego aquí. Y es verdad, no se me había ocurrido: las orquestas también se pusieron las botas con estas tres. Qué tiempos.

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  5. Parece ser que hoy fue el "Record Store Day".
    Normalmente me la soplan los días específicos para recordar algo. Y éste también, que le vamos a hacer. Tengo el corazón de piedra.
    Pero si ¿es necesario? dedicar un día a las tiendas de discos, es que les queda muy poco. Desgraciadamente. Menos incluso que a las librerías.

    Salud.

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    1. Bueno, sobre el asunto este de si les queda poco o mucho a las tiendas me remito a la entrada aquella que hice sobre Discos Shiva: o te especializas o mueres. Es evidente que la tienda-mogollón desaparece, suplantada por la venta por correo. Pero las tiendas pequeñas y especializadas yo creo que tienen futuro. Todo depende de si los supuestos aficionados lo son de verdad o no. Y esto mismo vale para las tiendas de libros, películas y demás material cultural.

      En fin, ya veremos.

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  6. Querido e idolatrado Rick:
    Me alegro de haber llegado a tiempo para comentar en tu entrada (ayer volví de un viaje), pero es tarde y mañana me espera un duro día de trabajo con la desbrozadora, la motoazada y la cortacésped (no quieras ni imaginar lo desaforada que está la hierba en mi campo - quién fuera Eduardo Manostijeras-). Prometo volver mañana para leer con atención tu escrito y escuchar los temas. Abrazo.

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    1. Hola, ajetreado Caruano. Feliz tú, que andas de viaje en viaje, así que no te quejes. Y en cuanto al rudo trabajo agrario, sarna con gusto no pica: seguro que también disfrutas con eso, aunque acabes baldado. Ahora, que no hace falta que te agobies más todavía con la "urgente" lectura y audición de estos tochos, ¿eh? Porque, si no pasa nada raro con Blogger (crucemos los dedos), aquí seguirán por mucho tiempo. Y en todo caso no necesitas verte en la obligación de prometer nada. Tú sigue a lo tuyo y ya pasarás por aquí en cuanto consigas reducir la maraña vegetal, no sufras.

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  7. Respuestas
    1. ¡¡ Señor Átono, que aquí le están saludando !!

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    2. Buenas noches, admirado señor Caruano (con el permiso del anfitrión). No quise contestar antes, por no meter presión reclamando la nueva versión musical que nos ha prometido. Sé que no tengo derecho, pero, así y todo, aguardo anhelante.
      Salud.

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