lunes, 30 de abril de 2018

Estados Unidos: los últimos 70s (XI)



Tras abandonar Nueva York nuestro primer destino será Akron, en Ohio. Es una zona industrial (la capital del neumático) que a efectos musicales también tiene mucha vida; y si ahora es conocida por ser la patria de los Black Keys o Chrissie Hynde, a finales de la década de los 70 hubo allí una especie de “microclima” en el que habitaron varios músicos y grupos con un cierto encanto. Aquella efervescencia llegó a tal extremo que el sello Stiff, pura vanguardia isleña por entonces, envió a sus ojeadores y no dudó en publicar un recopilatorio centrado exclusivamente en esa ciudad (disponible incluso en España), aunque tanta efervescencia resultó, como casi siempre, más ilusión que realidad: Rachel Sweet fue su único fichaje de impacto relativo en Europa. Pero lo más doloroso para Stiff fue perder a la banda que probablemente había originado todo aquel revuelo aunque su estilo fuese único, la banda “multidisciplinar” cuyos miembros ya eran veteranos en los escenarios antes de grabar su primer single: Devo. Esa pandilla de locos encantadores que estaban creando mixturas entre el pop y los ritmos sintetizados antes que surgiese tal moda, y cuya influencia se siente incluso aquí, ya que la Nueva Ola madrileña de los 80 habría sido distinta sin ellos. 

La historia comienza a principios de los años 70 en el ambiente universitario que se respira en la cercana ciudad de Kent (y en cualquier otra parte de los Estados Unidos), fuertemente influido por los últimos estertores de la guerra del Vietnam y unos cuantos hechos desgraciados como los que ocurrieron en esa misma universidad en Mayo del 70 cuando la Guardia Nacional, tratando de impedir una manifestación compuesta básicamente de estudiantes desarmados, disparó a discreción matando a cuatro e hiriendo a una decena. Para entonces Gerald Casale y Bob Lewis, dos estudiantes de esa universidad, ya estaban desarrollando una curiosa “teoría sociológica” en la que se burlaban del carácter tradicional no ya del americano medio sino de la clase media en cualquier sitio, con mentalidad de rebaño y tendencia a la sumisión a los poderes políticos y económicos. Esa teoría, que en esencia no pasa de ser una broma bien elaborada, tiene incluso nombre: la De-volución, cuyo resumen es que el ser humano ya no evoluciona sino que devoluciona, es decir, va hacia atrás (ya lo decía nuestro simpar Makoki: “cada día que amanece, el número de tontos crece”). Por otra parte, esa carga irónica incluye la afirmación de que la “nueva” realidad no es la que nos suministra la Naturaleza, sino que cada uno de nosotros debe encarar la suya propia y moldearla según su conveniencia. Finalmente en 1973 deciden crear un grupo musical que bautizan como “Devo”. Lewis prefiere mantenerse al margen, en labores de organización, mientras que Gerald y su hermano Bob se asocian con otros tres hermanos: Mark, Bob y Jim Mothersbaugh. Este último, que estaba al frente de la batería, se marcha en 1977 (poco antes de comenzar la carrera discográfica del grupo) y es sustituido por Alan Myers; los otros cuatro se encargan de cuerdas, teclados y voces. 

Después de un tiempo de participaciones esporádicas en festivales, en los que hay tanta música como representación “teatral”, elaboran en 1976 un primer corto con el título de “The truth about De-evolution” (está en Youtube) donde figura el “Secret agent man” de P.F. Sloan y “Jocko Homo”, pieza original en la que se contiene uno de sus “mini-himnos”, el que será luego título de su primer disco grande: “¿No somos hombres? ¡Somos Devo!”. En 1977, a través de su propio sello, lanzan una versión desquiciada del “Satisfaction” que se convertirá en pieza de culto, vía importación, en Londres. Poco después llega el segundo single (con “Jocko homo” en la cara B), cuya cara A es la legendaria “Mongoloid”, verdadero “buque insignia” de Devo y que lleva a Stiff a ofrecerles un contrato. Sin embargo su estancia en ese sello no será muy prolongada, ya que dos notables personajes se declaran fans del grupo y les buscan acomodo en la potente Warner Brothers: se trata de David Bowie e Iggy Pop, que por entonces andaban a medio camino entre Estados Unidos, Suiza y Alemania. Y a este último país se los llevan para que Brian Eno les produzca su primer Lp, que será publicado en verano del 78; ahí tenemos la regrabación de “Mongoloid”, “Jocko Homo” y “Satisfaction”, y en conjunto una selección de melodías que dejan perfectamente definido el espíritu Devo: la frescura de un pop reinventado a base de sonidos electrónicos acompañados de guitarras que no suelen pasar del rasgueo, con una base rítmica sencilla pero muy marcada y grandes dosis de humor. Mark es la voz principal y trabaja muchas escalas de voz, desde la ironía hasta la histeria. 

Como era de esperar, Devo se convierte en otro de esos productos yankis mucho más populares en Europa que en su propio país. Por otra parte su vocación teatral les hace cuidar mucho la imagen, siendo de los primeros grupos que elaboran vídeos para apoyar sus canciones, y en escena se presentan con uniformes enloquecidos, como de secta marciana. Hay que tener en cuenta que, además de la música, su implicación “ideológica” es muy potente: El General, un personaje paranoico vestido de militar, aparece con frecuencia en los vídeos o en las actuaciones controlando las actividades del grupo, mientras Booji Boy es un niño mutante medio subnormal (a ratos) que además de teclista también puede ejercer como obrero industrial. Lo grandioso del asunto es que “el General” es el padre de los Mothersbaugh, mientras que Mark representa a Booji Boy (que por otra parte era el nombre del sello que crearon para lanzar sus dos primeros singles). Las ventas definen perfectamente la situación: mientras en la Isla rozan el top 10, en Estados Unidos no pasan del 78. 

Sin embargo el aura de ese primer disco, muy en la onda new wave europea, parece no agradarles y buscan un tono más cercano grabando en California bajo la dirección de Ken Scott. Scott es un legendario ingeniero de sonido que ha trabajado con medio censo británico y que los envuelve en un clima más cálido, más relajado (dando predominancia a los teclados sobre las cuerdas) pero al mismo tiempo más convencional, aunque las canciones tienen una categoría similar a las del primer disco. El resultado se titula “Duty now for the future”, se publicó exactamente un año después que aquel y fue un error que los llevó a tierra de nadie: mientras en su país la cifra de ventas apenas mejoró, en Europa cayó a plomo. Con la publicación en 1980 de “Freedom of choice”, su tercer Lp, Devo parecen interesados en fusionar el sonido sintetizado con ritmos más próximos al pop funk; esa perspectiva les da un cierto reconocimiento, e incluso dos relativos éxitos en single: “The girl u want” y “Whip it”, dos clásicas de su repertorio. Pero ya han comprendido que el pop sintético está cayendo en la rutina pretenciosa de los grupos británicos y tratan de asentarse definitivamente en su país, lo cual resulta evidente en “New traditionalists”, su disco del 81: en él mantienen la esencia musical del anterior (cada vez más dependientes de los teclados y las cajas de ritmo que de las guitarras) y combinan ese estilo con unas letras mucho más familiares al americano medio aprovechando la llegada de Reagan y el capitalismo desbocado. A mediados de la década comienza la dispersión, conscientes de que el género no da más de sí. Algunos miembros se retiran, mientras que otros comienzan una carrera como creadores de bandas sonoras. 

El mundo de los sintetizadores está muy desprestigiado, eso es innegable. Pero la creatividad de algunas bandas como Suicide o Devo demuestran que hubo, y probablemente haya, un rango muy amplio de oferta cuando los músicos implicados tienen la creatividad suficiente: tanto un grupo como el otro son hoy de culto, a pesar de que no tienen nada que ver. Y también en Europa hubo personajes de categoría en ese sector, así que no deberíamos matar al mensajero antes de escuchar sus mensajes. 




16 comentarios:

  1. Cuidado que las revoluciones mas influyentes y las que quedan al final, nacieron de fenómenos culturales semejantes. Duchamp o Guy Debord tienen mas influencia real hoy en día sobre nuestra sociedad que Altusser y sucedáneos. Devo y lo que significan son parte importante de aquellos 80 y no solo por Aviador Dro y sus obreros especializados.

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    1. Es cierto que a veces un fénómeno cultural se convierte en sociológico, pero en el caso de Devo hay que reconocer que en esencia su "teoría sociológica" es más una coña que algo serio. No hay más que ver aquel primer corto, o todos sus videos posteriores, para darse cuenta de que estamos ante unos fulanos que se ríen desímismos. Lo cual, por otra parte, es muy sano. Para profetas ya nos llega con los que tenemos.

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  2. ¡Coño, los Devo!
    Pues no me lo esperaba. Siempre me hicieron gracia, sobretodo cuando salieron, pues hacían una cosa totalmente nueva, o al menos a mi me lo parecía.
    Tengo un doble CD recopilatorio, que ya está bien, tampoco es para tener toda su discografía,
    Con respecto a la comparativa con Aviador Dro, pues tienen un puntillo de música "filosófica", aunque pa mi los Dro sin infinitamente mejores (A ver que dice Bab).
    Tampoco sabía que hacián la versión del "Secret Agent Man" del PF Sloan, que evidentemente es la primera que he rebuscado y me ha costado reconocerla, y también he visto la de versiones que tiene este tema del maestro, la mejor pa mi la del Johnny River, aunque conocía la de los Ventures y he descubierto la de Los Coronas.
    Buena entrada, creo se merecen un hueco en este garito.
    Un saludo
    Jose

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    1. Pues si tienes un doble CD de estos muchachos ya estás perfectamente equipado, porque en general Devo son un grupo más de canciones sueltas que de discos grandes(salvo el primero, que casi no tiene desperdicio). Lo del Aviador Dro ya es otro asunto, aunque por supuesto todo en esta vida va a gustos. Yo era muy fan de ellos en sus primeros años (cuando más se parecían a Devo, precisamente), pero a medida que fueron pasándose al sonido electrónico discotequero de los 90 me empezaron a cansar.

      Saludos mil.

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  3. Pues yo los conozco de un recopilatorio que nos regalaste hace un tiempo y su influencia sobre Aviador Dro. Es verdad que los sintes tieben el peligro de acabar o en la pachanga o en lo pedante, pero a mi me pone. Que no todo tiene que ser guitarreo.

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    1. Yo creo que el problema no está en los aparatos, sino en quiénes los manejan. Las primeras bandas electrónicas como Suicide, Devo o algunas británicas de los 70/80 utilizaban los teclados como un medio, pero eran músicos creativos. La cuestión está en que los teclados parecen mucho más fáciles de manejar que una guitarra, y entonces se acaba apuntando todo el mundo a la fiesta. Los resultados pueden ser espeluznantes, desde luego.

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  4. Pues de los Devo sólo conozco el primer disco, el 'Q: Are We Not Men?...' y la verdad siempre me ha parecido una obra maestra. Originales y creativos. Quizá su música suena un poco desfasada desde el punto de vista del oyente de hoy en día pero para mi, en este caso, esto es uno de sus atractivos. Es como si se tratara de un disco vintage, un disco antiguo pero con estilo y que se revaloriza con el tiempo.

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    1. El primero es el mejor, porque es el más fresco. Hay que tener en cuenta que estamos ante un tipo de música que para llegar a muchos públicos necesita viveza, para no resultar cargante; y precisamente ese asunto del "desfase" que tú apuntas es la consecuencia. De todos modos, en esos primeros tiempos del sintetizador "industrial" es cuando se hicieron las mejores obras.

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  5. A mi me impactó aquella versión de Satifaction. Al principio no sabía que pensar, me pilló con el pié cambiado. Pero luego me rendí a su encanto. Y la influencia sobre Aviador Dro es evidente, aunque los Dro me hicieron su gracia también. No me piques, Jose, que te conozco.

    Saludossssss

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    1. Esa versión es para enmarcar, estimado Bab: viene siendo algo así como "nos reimos de todo, empezando por nosotros mismos y acabando por los santones del rock". Con un par. Tal vez a los de nuestra quinta nos sorprendió un poco al princpio porque no estábamos acostumbrados a semejantes "herejías", pero aquello fue muy sano.

      Los Dro, ya digo: están los fans a muerte como José, que le gusta toda su carrera, y luego los que nos quedamos en su primera época.

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  6. Es curioso como el dejar escapar un disco (no encuentro expresión más exacta) parece que te condene, si dejas también escapar el siguiente y el de más allá, al ostracismo con respecto al artista o grupo en cuestión. Me pasó con alguna que otra banda de la época, con Devo y con Eddie & The Hot Rods (los rememoro aquí porque están de paso estos días actuando en lo que parece ser su concierto de despedida). Recuerdo, cómo no, su versión alucinante del "Satisfaction" y algún que otro video-clip o canción suelta, poca cosa. A pesar de mi prácticamente nula inmersión en el grupo de Akron si reconozco la semblanza, aunque sea en la pose, entre Devo y Aviador Dro, grupo al que tengo especial cariño.
    Dicho lo cual, está muy bien de vez en cuando recordar a los 4 de Kent y al gran e inconmensurable Makoki.
    Saludos,
    JdG

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    1. Eso de "dejar escapar discos" nos ha pasado a todos, Javier. En las épocas más efervescentes, con tanta oferta, no hay tiempo ni dinero para estar pendientes de todo lo que sale; ni siquiera es posible hoy en día, con Internet o lo que se quiera. El mercado es inabarcable.

      Lo de la brutalidad policial, en aquel país y aquellos tiempos, era casi proverbial. Aunque de eso sabíamos mucho aquí también, claro. Y Makoki, qué quieres que te diga: otro clásico.

      Saludos mil.

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  7. No conocia mucho a los Devo, la verdad. Habia leido por ahi que el primer disco suyo era uno de esos imprescindibles y lo tenia como pendiente en mi siempre larga lista de discos pendientes. Asi que he aprovechado este articulo para meterle mano. Me parece un disco increible, algo pasado de moda, cierto, pero super original y lleno detalles interesantes. Asi que contento por el descubrimiento. Rick, el resto de su discografia ¿que tal? ¿Vale la pena invertir tiempo? Saludos

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    1. Pues me reafirmo en lo dicho más arriba: efectivamente, el primer disco es el mejor. Y a partir de ahí, un buen recopilatorio es lo más práctico porque Devo es una banda más de singles que de Lps (como la mayoría de las de su estilo, por cierto). Luego ya si te enganchan y el recopilatorio te parece poco, siempre estás a tiempo de seguir en ello; en todo caso te recomiendo que no pases del sexto, "Shout", publicado en el 84 y que es el último de su época clásica. Hay una vuelta años después, pero es francamente evitable.

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  8. Pues de esto tíos ni idea, oiga. Pero como siempre digo, aquí hemos venido a aprender y se aprende mucho.
    Y es que yo siempre he ido con retraso en esto de la música. Creo recordar que en aquel final de década, todavía estaba con un pie entre los sesenta y los setenta, y después de 40 años no he evolucionado mucho que digamos.

    Veremos las siguientes entradas lo que nos deparan.

    Saludos.
    Antoni.

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    1. Devo fueron bastante populares incluso aquí (ya digo,una referencia fundamental en la nueva ola madrileña), aunque no se escucharon mucho en la radio salvo Radio 3, claro. De todos modos, por su naturaleza pop, yo creo que deberías echarles un vistazo al menos a su primer disco.

      Saludos mil.

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