Tras nuestro viaje a la circunspecta Manchester, hoy vamos a relajarnos recordando a un grupo que oficialmente es londinense pero podía haber sido de cualquier otro sitio: The Police. Sus expectativas no tienen nada que ver con la vanguardia, sino que se basan en la visión profesional de unos músicos con la veteranía y solvencia técnica suficientes como para elaborar un producto de calidad. Y esa palabreja, “producto”, que tan mal nos suena en la mayoría de los casos, aquí se dignifica: buscan el impacto comercial cuidando todos los aspectos del negocio; y por eso mismo, la mercancía que ofrecen es de buena factura, con un sonido moderno pero pulido gracias a su destreza, y tanto el ritmo como la melodía son muy atrayentes. Por otra parte, hay también un grado de innovación en su estilo; sobre todo en los primeros discos, en los que se aúnan las piezas de punk rock matizado pero enérgico con otras que contienen escalas cercanas al jazz y una visión muy original del reggae: ese concepto de “reggae blanco” al que se les asocia es un verdadero hallazgo, e incluso la mayoría de los que soportamos malamente ese estilo solemos admitirlo.
En noviembre de 1976 actúan en Newcastle los muy respetados Curved Air, una banda de rock progresivo cuyos primeros discos eran realmente buenos; pero ha pasado su tiempo, y el batería, el yanki Stewart Copeland, ya piensa en su futuro personal. Copeland está convencido de que el punk rock es la única opción razonable en ese momento, y tiene algunas canciones que ha ido escribiendo en sus ratos libres. Tras la actuación va a un pub a escuchar un grupo de jazz local llamado Last Exit, del que le han hablado bien, y allí conoce a su bajista, un tal Gordon Sumner, que ha pasado ya por varios empleos, desde conductor de autobús hasta el actual de profesor, y que alterna el trabajo con su afición musical; su alias es “Sting”, o sea, “Picotazo”: le gustan las camisetas de rayas amarillas y negras, al estilo avispa. A Copeland, que está esperando a terminar la gira para abandonar a la banda y cambiar de estilo cuanto antes, le gusta la técnica de Sting tanto como su voz, y le propone una conversación profesional si baja a Londres: allí ya tenía convencido a Henry Padovani, un guitarrista corso primerizo, para formar un grupo.
Sting no tarda mucho en decidirse, y a principios de 1977 se constituye el trío conocido como The Police; también el nombre es idea de Copeland, que poco después tiene dos canciones preparadas para publicar un single, antes de haber hecho una sola actuación. El tema estrella es “Fall out”, un perfecto ejemplo de esa primera época punk rock en el que tanto la base rítmica como la voz ya están perfectamente definidas. La guitarra va a dos manos: el riff lo hace Padovani, el resto Copeland. Y aunque ellos mismos se han pagado la grabación el sello que lo publica es Illegal Records, una nueva creación de Miles Copeland III, el hermano mayor de Stewart. Miles se había metido en el negocio musical años antes como manager de Wishbone Ash y creando la agencia BTM: Curved Air, Renaissance y otras cuantas bandas eran clientes suyas. No muy convencido ante este nuevo trío que ha creado su hermano pequeño, accede a lanzar el single pero con muy poca promoción, y en consecuencia no alcanzó las listas. Ya llegarán tiempos mejores…
La mayor parte de ese año fue de mera supervivencia, y conflictivo además. Tanto Copeland como Sting eran conscientes de las limitaciones técnicas de Padovani, pero intentaron seguir adelante hasta que en verano, participando ambos con Mike Howlett, un ex Gong, conocen a Andy Summers. Estaban ante un veterano en toda regla, tanto por su edad (casi treinta y cinco años) como por su historial: Summers se había hecho profesional a mediados de los 60, y la primera banda popular en la que trabajó fue la de Zoot Money; en 1967 esa banda pasó a denominarse Dantalian’s Chariot, mito fugaz de la psicodelia británica, y un año más tarde se convirtieron en músicos de Eric Burdon: “Love is”, aquel doble monumental del 68, incluye a Summers y Money entre otros; la reunión no duró mucho, pero él siguió teniendo trabajos regulares en varias agrupaciones distintas. Así que fichando a Summers -y aunque durante un tiempo corto The Police pasaron a ser un cuarteto- era evidente que Padovani sobraba, y tuvo que irse poco después. Sin embargo al hermano mayor de Copeland no le cuadraba la presencia de Summers, porque según él “deslucía” la pretendida imagen punk del trío; afortunadamente, tras la escucha de una nueva pieza compuesta por Sting y que acababan de rematar, entró en razón. Esa pieza era “Roxanne”, y a Miles le faltó tiempo para conseguirles un contrato con un sello de categoría: la A&M, que además garantizaba la distribución en Estados Unidos.
En la primavera del 78 sale el single con esa declaración de amor (“Roxanne, no tienes por qué volver a la luz roja, ponerte esa ropa, vender tu cuerpo, te quiero desde que te conocí…”). No consigue alcanzar las listas, pero la A&M no se impacienta: poco después llega “Can’t stand losing you”, otra canción de amor, y esta vez el resultado mejora bastante. Así que, tras esas dos muestras excelentes del reggae blanco que será uno de los principales rasgos distintivos de Police, en noviembre se publica “Outlandos d’amour”, el primer disco grande; se grabó en Surrey Sound, los mismos estudios que habían estado utilizando desde “Roxanne”. No son lujosos, pero les dan un sonido muy cálido a pesar de esa impresión de lejanía con la que suenan. Destaca el hecho de que Sting figura como el compositor principal: salvo una canción escrita a medias con Copeland y otra con Summers, las demás son todas suyas. La portada muestra una clara intención de ser asimilados a la new wave del momento, aunque los punkis nunca los consideraron de su tribu (y tenían razón). Los dos singles vienen incluidos, y junto a su reggae actualizado hay unas cuantas pruebas de la categoría que alcanzan con ese punk rock casi esteticista: un buen cruce entre ambos estilos es la vigorosa “So lonely”, que aún hoy es una de mis canciones preferidas de toda su carrera. Pero no menos potentes son “Next to you”, la que abre el disco, o “Truth hits everybody”, otro cañonazo inolvidable. Su ascenso en las listas de ventas fue bastante lento, entre otras cosas porque luchaban contra la percepción de “prefabricados” que parte de prensa y público tenían sobre ellos; pero en unos meses la inversión había sido amortizada de sobra.
Cuando el grupo comienza a grabar su segundo disco, ya están muy cerca del estrellato. Las giras son continuas, lo cual tiene su parte buena y su parte mala: no hay apuros económicos, pero tampoco mucho tiempo libre para componer o para el trabajo en estudio. Y aquí es donde se demuestra la gran calidad técnica que poseen a esas alturas, ya que la grabación les llevó treinta días, más o menos, espaciados en seis meses y sobre piezas que estaban rodando en directo pero que no habían trabajado en estudio. Por otra parte, y aunque su ilusionado sello deseaba un estudio de categoría para la grabación, ellos volvieron a recurrir a Surrey Sound. Acertaron: “Reggatta de blanc”, publicado en otoño del 79, es probablemente su mejor disco. La autoría va a medias entre Sting y Copeland y, sin llegar al amaneramiento que los aquejará dos o tres años después, hay un excelente equilibrio entre los tonos new wave -la palabra “punk” aquí ya no cuadra- de “It’s alright for you” o la rockera “No time this time” junto al reggae de salón vienés que lucen en “Bring on the night” o “Walking on the moon”. Por supuesto merecen una mención especial el tránsito entre estilos de la inmortal “Message in a bottle” (¿su obra cumbre?) y ese ejercicio de estilo cósmico que da título al disco, la única pieza compuesta por los tres. En resumen: guste más o menos la actitud extremadamente profesional del trío, o su aspecto un tanto relamido, hemos de ceñirnos a la pura obra musical y reconocer que discos con la categoría y el acabado de este hay muy pocos; si coincide la calidad con la comercialidad (número uno en medio mundo), eso lo hace más grande.
Los primeros años 80, como era de esperar, son su plan de pensiones. La fama mundial del trío creció de forma exponencial en muy poco tiempo, mientras que su estilo iba languideciendo. Sin embargo, también hay que reconocerles que no se aprovecharon más de lo necesario: hicieron otros tres discos, ninguno tan potente como los dos primeros pero siempre con un buen estándar de calidad, y ahí lo dejaron. Sí, había broncas entre ellos, como las hubo en muchas otras bandas, pero la mayoría han tratado siempre de tragar la bilis y seguir haciendo dinero. Así que esa decisión de romper una sociedad tan productiva resulta admirable, en vista de lo que han hecho otros cuantos. Ah, y luego cada uno siguió su carrera personal sin grandes aspavientos. Así que, en conjunto, creo que la historia de los Police es la de unos músicos con un criterio profesional bastante respetable. Ojalá todos los "grupos comerciales" fueran así.
Hola Rick:
ResponderEliminarUn día el último y otro el primero, pero es que a los primeros Police les tengo un gran cariño, sobre todo su primer Lp me parece formidable, y sobre todo una canción que me encanta, el "Born in the 50´s", ¿por que será?.
además es de los pocos discos de esos de todas buenas.
El segundo, también lo encuentro muy bueno, aunque no como el primero, y después, de todo un poco, temas sueltos.
El Mensaje de la botella, fué un tema emblemático y toda una declaración de principios. Nunca lo consideré un grupo punk, sino mas bien new wave, tuvieron vista, así pillaron a los amantes de los dos estilos. Sonido fresco y limpio, en contraposición de los sonidos mas agresivos de la época.
Un grupo imprescindible, sin duda.
Saluos
Jose
Así me gusta, amor de fan. Y "Born in the 50's", aunque nos toque un poco más la fibra por el asunto generacional, es una buena canción, así que no necesita más defensa.
EliminarY sí, su primera época está mejor encuadrada en la new wave, que de todos modos es un concepto general; pero sus primeras canciones más espitosas tienen un trasfondo punki también.
Saludos mil...
También a mí me parecen muy buenos los dos primeros discos de Police. Frescos, con potencia y oiginalidad. Y encima tocaban muy bien los c....... La comercialidad no tiene siempre que estar reñida con la calidad. Este es un buen ejemplo.
ResponderEliminarNo tengo canciones preferidas de ellos. Casi todas las de los dos primeros discos podrían ser preferidas en algún momento.
Saludosssssssss
Exactamente, Bab. Por eso digo que ojalá hubiese muchos ejemplos de este tipo; hubo unos cuantos en los años 60 (empezando por los Beatles),pero en esta época ya resulta más difícil.
EliminarMás saludos mil...
La mala suerte de The Police es no ser un grupo maldito que tanto mola en los ambientes puristas del pop porque como conjunto eran unos músicos extraordinarios y tenían un directo que superaba a todos los grupos británicos del momento pero tuvieron la desgracia de tener mucho éxito popular y eso para los "sabios" es un grave pecado.
ResponderEliminarYa, el elitismo siempre ha vendido mucho, qué le vamos a hacer. Por eso recordaba antes a los Beatles, que fueron los más grandes: ya por entonces había unos cuantos "divinos" que los despreciaban. Hay mucha tontería...
EliminarA mi me parecían unos estirados, y el Sting un pedante. Paro lo que dices, en lo musical muy buenos, sobre todo esa adaptación que hicieron del reggae.
ResponderEliminarDigamos que "el factor estético" también tenía su importancia, y desde luego no seré yo quien defienda el postureo de Sting o Bono, por decir dos. Pero como suelo repetir de vez en cuando, lo que queda es la música y lo demás da igual.
EliminarInteresante. Los mismos adjetivos y elogios que aplicas a The Police serían perfectamente aplicables a otros grupos contemporáneos y anteriores a ellos, de los que reniegas vigorosamente.
ResponderEliminarMe pregunto si no habrás caído en el pensamiento único, o si tus opiniones son genuinas, es decir, lo que te realmente te conmueve o te desagrada.
Y decir que Police tienen algo de punk me parece un abuso del lenguaje.
¡Hombre, mister Troll, cuánto tiempo! Vamos allá, a ver cuántas incorrecciones he cometido hoy....
Eliminar"Los mismos adjetivos serían perfectamente aplicables a otros grupos...". No digo que no, pero desde luego no sería yo quien los aplicase, sino otros aficionados a los que les gustasen esos otros grupos. Si usted mismo dice que yo reniego vigorosamente de ellos, sería cosa de Pero Grullo que los alabase, ¿no cree?
Por cierto... ¿podría usted citar a alguno de esos grupops de los que yo reniego vigorosamente?
Lo del "pensamiento único" no lo pillo. Y mis opiniones no sé sin son genuinas o no: son mías, y eso es lo que me importa.
En cuanto al punk y Police, hace poco don Javier (justo el que viene a continuación) dijo algo así como que "el punk no es solo escupitajos e imperdibles". Me parece de un simbolismo perfecto, esa frase. El punk (cuyos antecedentes están en las bandas de garaje de los 60) es un concepto más amplio de lo que se suele admitir en España, pero en todo caso he dicho "Punk rock matizado" o "Punk rock esteticista", he dicho que el propio Copeland parte de ahí para escribir sus primeras canciones (reitero eso de "primeras") y que por supuesto la tribu punki nunca los consideró de su grey.
Y esto es todo. Como verá, yo también le tengo amor al lenguaje.
Recuerdo haberlos visto en el estadio del Moscardó C.F., allá por la época de las Termópilas. El cartel lo completaban Dr. Feelgood y XTC, era verano, eso sí. Police, un nombre de envoltorio tremendamente punk, para una música que poco tiene que ver con el estilo, new-wave y reggae blanco, ese es el calificativo más comúnmente aceptado entre los aficionados. Sus dos discos primeros son fundamentales, básicos en cualquier colección que se precie. Me da la impresión, no obstante, que el paso del tiempo les ha anclado, les ha inmovilizado un tanto. Salvo Fischer Z, que siguió sus pasos coetáneos, ningún grupo siguió su camino.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
Ya digo que el asunto del envoltorio punk tal vez solo fuese eso, puro envoltorio, pero lo hubo. Y es cierto que su estilo no tuvo muchos seguidores (incluso Fischer Z lo son a medias) porque el reggae es un rimo muy marcado, con pocas posibilidades de alteración rítmica, por decirlo así: un personaje como Marley estaba bien para un rato, pero a mí al menos me acababa cansando bastante.
EliminarSaludos mil.
Hola Rick,
ResponderEliminarGran entrada esta semana. Ahora ya no los escucho tanto pero durante una epoca fueron de mis preferidos. Quiza su trayectoria fue de mas a menos a lo largo de los años pero siempre ofreciendo unos minimos y no creo que tengan disco malo. En cualquier caso los años 78/79 que nos ocupan son fundamentales y seguramente, con el permiso del Zenyatta Mondatta, ofrecen lo mejor de si mismos.
Saludos
Gracias, Comendador. Lo de la trayectoria de más a menos es lo usual, así que tampoco nos va a extrañar eso. Y aun así ya digo que supieron mantener el tipo bastante bien hasta el final. En resumen, que no hay queja. Su trayectoria y su decisión de cortar por lo sano me parecen impecables.
EliminarSaludos mil
Hola Rick:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que sus dos primeros son los mejores, con permiso del Zeniatta Mondatta, pero a mi especialmente me gusta el segundo, será porque en su momento lo escuché hasta la saciedad. Por ahí tengo guardado el vinilo de Reggatta de Blanc que me hizo brincar y sentirme joven y vivo como ningún disco.
Sin duda The Police era una banda muy especial, pocas poseen un sonido tan personal que los hace reconocibles al instante. Recuerdo aquellos años con mucha nostalgia y cariño.
Un saludo
Antoni.
Hola, Antoni. También yo creo que el segundo es el mejor: pierde un poco de frescura y de potencia con respecto al primero, pero los arreglos son excelentes y las canciones redondas.
EliminarLuego ya lo de la nostalgia y el cariño... Vamos viejos, y algunos más que otros...
Hola Rick:
ResponderEliminarComo bien dices en los años ochenta fue de los grupos más famosos, incluso ¿el más imitado?.
Tengo una duda ¿Andy Summers estuvo en Soft Machine y con Kevin Ayers?
UN saludo
Como decía Javier, Police dejaron poca escuela; porque el reggae, blanco o no, es un estilo muy cerrado y hace falta tener mucha talla (como tenían ellos) para sonar con un cierto grado de personalidad.
EliminarSummers era amigo de Ayers, pero su relación musical fue muy esporádica: antes de trabajar con Burdon acompañó a Soft Machine en una gira o dos, y también en algunas actuaciones de Ayers. Pero que yo sepa no llegó a grabar nada con ellos.
Saludos mil.