“Siempre tuve celos de las bandas como Talking Heads, que hacían cosas parecidas a nosotros pero eran de Nueva York, y por lo tanto molaban. A los ingleses no les gusta que la gente normal (inglesa) haga cosas inteligentes. Y nuestros primeros managers nos decían que tratásemos de modificar el acento, para que no se notase que éramos de Swindon”.
Andy Partridge
Hoy hemos llegado a Swindon, a una hora en tren desde Londres. Es una ciudad pequeña, sin una marcada tradición musical, y ese comentario de arriba podría aplicarse también a otras zonas de la Isla. De todos modos la gente es parecida en todas partes, y aquí, como en Manchester o cualquier otro sitio, hay alguna muy rarita; pero probablemente por el hecho de estar más al sur, donde el clima es menos riguroso, esa gente es más lunática que depresiva, y así la vida se lleva con otro talante. Un buen ejemplo de ciudadanos raritos son los XTC, el orgullo de esta ciudad. Y, como en el caso de los Fall, olvídense ustedes de términos baldíos como “post punk” o cosas parecidas; porque si también ellos se aprovechan del ambiente de la new wave para darse a conocer, muy pronto nos demostrarán que viven en su propio mundo. Y ese mundo, también intelectualoide a veces y con algunos rasgos “frenéticos” (sobre todo en sus primeros tiempos), será habitado en los años 80 por una elegante post psicodelia compuesta de ingredientes acústicos, eléctricos o electrónicos junto a melodías de corte pop e incluso folk, todo ello envuelto por la exquisitez en los arreglos y un marcado sentido del humor tanto en sus letras como en sus gestos. Partiendo de la new wave, XTC (pronúnciese “extasy”) acabarán siendo algo parecido a una agrupación psicodélica pop de cámara, si tal cosa existiera. O sea, que para bien y para mal estamos ante otro nombre de culto.
La base del grupo se asienta durante la mayor parte de su existencia sobre Andy Partridge (compositor principal, voz y guitarra), Colin Moulding (compositor, voz y bajo) y, a partir de 1979, Dave Gregory (guitarra, teclados y segundas voces); junto a ellos hay que destacar también a Terry Chambers, que fue el batería hasta 1983. Los cuatro son, ya desde la adolescencia, aficionados a un rango muy amplio de músicas que van desde los Beatles, la psicodelia o la música chicle yanqui hasta el glam e incluso el jazz rock. A principios de los años 70 ya forman parte de agrupaciones más o menos estables junto a otros colegas, hasta que después de unos cuantos cambios de nombre llega el definitivo, a finales de 1976; por entonces, junto a Partridge, Moulding y Chambers, las teclas corren a cargo de Barry Andrews. Era una mezcla curiosa, ya que mientras los dos primeros (es decir, la sección de cuerdas) dominaban sus instrumentos sin grandes alardes, los otros dos eran realmente buenos. En cualquier caso, y teniendo en cuenta que ya llevaban media década tocando, su técnica sobrepasaba a la de los nacientes músicos punkis; por entonces Partridge y compañía andaban a medio camino entre el glam y el rock progresivo, y escuchar a los Pistols les abrió los ojos: lanzarse no era tan difícil.
Una vez más es el bendito John Peel quien los descubre en una actuación y los presenta en su programa de la BBC a principios de 1977. Pronto surgen las ofertas de varios sellos y finalmente se los lleva Virgin, asignándoles como productor a John Leckie (que lo era también de Magazine). Y antes de finalizar el verano nos presentan su primer single, cuya cara A es “Science friction” y que resume perfectamente el planteamiento de estos señores en su primera época: un ritmo anfetamínico con una melodía que resulta un tanto contrahecha por la curiosa forma de cantar de Partridge (a la que deberemos ir acostumbrándonos) y sin embargo muy atractiva, tal vez por esa rareza. Ni que decir tiene que el single no fue un éxito, pero Virgin decidió arriesgarse y lanzó un videoclip para cada una de las tres canciones que venían contenidas en él; lo cual es poco frecuente y nos demuestra que ese sello es la vanguardia del momento, como años antes lo había sido Island.
En enero del 78 se publica “White music”, el primer Lp. Todas las piezas son propias salvo una sorprendente versión del “All along the watchtower” de Dylan, que dura casi seis minutos y está cantada por Moulding con una voz cuyo tono resulta más desagradable aún que el del propio Dylan; aparte del teclado casi progresivo a lo Vanilla Fudge que inicia y finaliza la canción, la estructura musical podría recordar a los Talking Heads haciendo funk con armónica, y en conjunto es una de las versiones más extrañas de esa canción que he oído en mi vida: hay que ser valiente para salirse de toda lógica en tu primer disco -en plena época new wave- y atreverse con algo así. Partridge es el compositor principal y Moulding solo presenta dos canciones, pero ya domina el bajo con bastante soltura; dice ser fan de Andy Fraser, o sea, que tiene un gusto excelente, y se va notando (justo la versión de Dylan es el mejor ejemplo). La primera de esas dos (“X wires”) es bastante caótica, pero “Set myself on fire” es ya uno de los primeros ejemplos de la estructura, a medio camino entre pop y deconstrucción de ese mismo pop, que regirá gran parte del material de la banda. XTC es probablemente uno de los mejores ejemplos de cómo la new wave tiene recursos ocultos que distinguen a los grandes músicos de la medianía. Hay algunas similitudes con Talking Heads, eso parece evidente; pero no creo que nadie esté copiando a nadie, porque cada uno tiene su propio espíritu y porque el primer disco de unos y otros se publica en un espacio temporal muy corto. Y aunque “White music” es irregular, aunque la banda está buscando aún su propio estilo, aquí figuran algunas de sus primeras clásicas como “This is pop” (una excelente autodefinición del momento en el que se encuentran), “Radios in motion” o “New town animal”. Llegó al top 40 en la Isla, lo cual es casi una hazaña.
Virgin se ilusiona con el relativo éxito de ventas y el exquisito trato de la crítica, así que prepara la edición del segundo disco a conciencia: “Go 2” sale a la venta en octubre con una portada muy original y sin embargo extremadamente sencilla, que una vez más demuestra la categoría de Hipgnosis; consiste en un texto escrito a máquina, blanco sobre negro, definiendo qué es una portada y cuál es su objetivo (y además la primera edición incluye otro disco con cinco remezclas). Sin embargo, esa búsqueda de estilo en la que anda el grupo todavía no ha terminado, y este disco es tal vez más irregular aún que el primero: junto a piezas en las que “reorganizan” la visión tradicional del reggae e incluso el ska, como “Meccanik dancing” o “Jumping in Gomorrah”, otras cuantas se hacen tediosas. Eso sí, como en el disco anterior con la versión de Dylan, hay una que resulta insólita: “Battery brides” es una aproximación al estilo de las bandas alemanas electrónicas que la mayoría de la crítica considera “aburrida”, pero que a algunos fans nos parece de lo más interesante del disco; dicen que fue hecha para agradar a Brian Eno, que se había declarado seguidor del grupo y al que pidieron que produjese este disco. Pero él rechazó el ofrecimiento contestando que eran lo suficientemente buenos como para producirse ellos mismos (Virgin, no tan convencida, les asignó de nuevo a Leckie). Por otra parte Andrews se marchará antes de que termine el año, enfadado ante la “dictadura” de Partridge, que no ha aceptado más que dos canciones suyas (pasables, simplemente). Y a pesar de todas estas inconveniencias, rozan el top 20. Es decir, que ya hay una masa de fieles, de gente comprensiva.
Andrews es un teclista solvente cuyo próximo trabajo estará junto a Robert Fripp, así que la tarea de buscarle sustituto es delicada. Finalmente se deciden por Dave Gregory, al que ya conocían de tiempo antes y que puede defenderse con la misma destreza tanto a la guitarra como con los teclados. Su llegada parece revitalizar al grupo, ya que el tercer disco será su consagración: se titula “Drums and wires”, se publica a finales de verano del 79 y tiene mucha más consistencia que los dos anteriores. No cabe duda de que se nota el trabajo de Steve Lillywhite en la producción (desde que comenzó con Ultravox, su fama sube como la espuma); pero tal vez porque el ambiente interno ha mejorado mucho con la marcha de Andrews, a Partridge y Moulding se les ve asentados en su labor de compositores y las piezas fluyen con más soltura, aunque como siempre hay algunas piezas irregulares (lo cual es lógico en este tipo de grupos tan “aventurados”). La cara A se inaugura con “Making plans for Nigel”, que se convierte en una de sus pequeñas clásicas y confirma lo acertado del título de este disco: la percusión (drums) y las guitarras (wires) son las protagonistas principales en una estructura en la que los teclados -básicamente sintetizadores- se limitan a perfilar el sonido (de un modo muy original, por cierto); mientras tanto, al menos en este tipo de canciones, la melodía es claramente pop. Pero también nos traen nuevos ejemplos de su modo tan peculiar de entender el ska, un estilo que hecho por otros puede resultar pesado como una losa: “Helicopter” o “Real by reel” son chispeantes. Y en las piezas de tiempo medio, como “Day in, day out” o “Millions”, parece como si estuviesen creando un juego de escalas nuevo, extraño pero con un embrujo que hace de XTC algo totalmente único. No pasaron del top 30. Inexplicable.
De todos modos su categoría como compositores va a seguir desarrollándose, especialmente en el caso de Partridge, y su mejor época comienza justo ahora. En resumen: XTC son ya una especie a proteger (incluso en Estados Unidos hay ya una pequeña masa de seguidores incondicionales). Así que no duden ustedes que estos curiosos habitantes de Swindon volverán al bar en la próxima década.
Lástima que sea yo el que inicie los comentarios alegando mi absoluta dejadez por XTC, un grupo que se quedó en el baúl de los relegados (de entonces) y al que no he sido capaz de recuperar (cuando tuve oportunidad de hacerlo). Puede que este sea el momento. Esa mención a "la agrupación pop de cámara", si existe, ahí tienes a The Left Banke.
ResponderEliminarSaludos,
¡Swindon también existe!
JdG
Hola, Javier. Tal vez no tenga muy claro el impacto que los XTC hayan podido dejar en España por entonces (cuando uno y varios amigos son fans de un grupo a veces la visión se deforma y se cree que medio mundo lo es también); pero casi todos sus discos fueron publicados aquí, e incluso recuerdo alguna canción suya en los bares de moda. Es cierto que no fueron unos Police, pero tampoco pasaron desapercibidos. De todos modos, lo que te pasó a ti con ellos me ha pasado a mí con otros grupos: no hay tiempo para todo. Pèro ahora que ya hay más "tranquilidad", te los recomiendo fervorosamente.
EliminarLeft Banke son efectivamente unos pioneros, aunque sin el tono psicodélico de XTC y siendo mucho más líricos; para ellos se había inventado el término "pop barroco", que en cierto modo hereda la tradición de los grupos británicos al estilo Procol Harum o Bee Gees (en su primera época). Pero sí, hay algunas similitudes.
Swindon y Teruel, sí señor.
Ni idea, primera noticia. Quizás me suene el nombre pero me son completamente desconocidos. No sé si sus fans los han protegido tan bien como sería menester, en todo caso no los han difundido lo suficientemente para los que no estamos muy metidos en el postpunk. Suenan bien todo hay que decirlo.
ResponderEliminarPues le digo lo mismo que a don Javier, herr doktor. Son un grupo realmente valioso y, sobre todo, muy original. Venga hombre, déles una oportunidad...
EliminarPues esta semana casi casi ni tiempo pra leer tu artículo. El nombre del grupo me es familiar pero la música totalmente desconocida. Creo que no son mi estilo aunque escuchando los temas que propones no suenan mal.
ResponderEliminarGracias y Saludos
Te recomiendo dos discos para acercarte a ellos: "Drums and wires", del que hablo arriba, y "English settlement", del 82, que refleja muy bien el espíritu de una banda que ya está hecha y anda a medio camino entre el rock, el folk, la psicodelia y varias cosas más. ¿Te atreves?
EliminarHola Rick:
ResponderEliminarPues resulta que a esta peña solo los conocía de oidas, aunque no de oirles, que cambia la cosa, aunque hace pocas semanas un amiguete me envió una colección de Ep´s de ellos, los he escuchado y no suenan mal, aunque de ahí a entusiarmarme va un trecho.
De todas formas les daré otro repasillo.
Saludos
Jose
Son un poco raritos, eso no te lo discuto. Y tal vez sea que a mí los grupos raritos me van mucho, no sé. Pero te digo lo mismo que al Commendatore: prueba con esos dos discos. Y más adelante incluso tienen trazas de popsike, a mediados de los 80. Así que...
EliminarSé valiente y atrévete. Estoy seguro de que te acabarán gustando...
Pues yo si los conocía. Pero no de primera mano. Fue ya en época de internet. No sé si en 1PocodMusica o alguna otra web. Me gusta su estilo camaleónico. Aunque nunca pensé en compararlos con Talking Heads, uno de mis grupos favoritos de la época. Lo curioso es que he buscado en mis tropecientos discos duros y no encuentro ningún CD de ellos. Misterio sin resolver. Ya sabía que te gustaban porque en alguna de tus selecciones navideñas los incluías. Qué pretenciosos son algunos, gente normal que quiere hacer cosas inteligentes. Qué se habrán creído.
ResponderEliminarSaludossssssss
Pues repito lo de arriba: como mínimo "Drums and wires" y el doble "English settlement" merecen la pena. Y un músico como tú seguro que descubre un verdadero filón de ideas. Por supuesto, si no los encuentras avisa.
EliminarSaludos mil.