Bueno, pues aquí estamos. Pero antes de ponernos a ello insisto en que "freakbeat" es un término de conveniencia (todos los que se inventan cuando un estilo ya ha pasado lo son), y que por lo tanto podemos "rebautizar" este material según el particular albedrío de cada uno: ya dije que hay varias canciones reivindicadas al mismo tiempo por garajeros y psicodélicos, o mods, o lo que cuadre. O sea, un sindiós alimentado por la codicia de las casas discográficas. De todos modos, supongo que cuando Smee pensó en posibles rasgos distintivos que diesen cobertura a una definición como "beat friki", llegaría a la conclusión de que el único defendible es su esencia pop, es decir, europea (aunque también incluya entre sus preferencias algunos grupos australianos o de los States): a diferencia del sonido mod o gran parte del garajero, no suele haber rastros de r'n'b. Eso sí, a veces rozan la psicodelia (blanca también). Y ya saben que otras veces los jóvenes igual se ponen a gritar enloquecidos cuando las guitarras suenan muy alto, para hacer juego.
También podrán suponer que, como ya vimos con la psicodelia y el northern soul, casi todo es grabación mono de calidad discutible: la época (1964-69) y la poca confianza de las discográficas hacían que, salvo para los ya consagrados, los presupuestos fuesen bastante rácanos. Y el sonido estéreo no se generalizó en formato single hasta principios de los años 70. Como es lógico muchos músicos empezaron en esto y luego pasaron a bandas mayores, que citaré solo cuando valga la pena. Y como es costumbre, oirán ustedes doce más una. Vamos allá:
Empecemos con una excepción, para no entrar a saco en el "género": esta pieza podría pasar por garaje americano tranquilamente, y además es una versión de Bill Haley. Fue uno de los momentos más brillantes de los Renegades, unos muchachos de Birmingham que comenzaron en 1964 haciendo beat y que por una pirueta del destino muy pronto se establecieron en Finlandia (!). Allí se convirtieron en una leyenda, e incluso hicieron giras por media Europa (también en Italia tuvieron algunos éxitos), pero en su país natal solo llegaron a publicar cuatro singles sin la menor repercusión. "Thirteen woman" es una de esas canciones, en concreto la cara A de su segundo single (del 66, tanto allí como en Finlandia), y supongo que el plácido Bill se habrá llevado un susto si llegó a oírla.
Liverpool, la madre del beat, está muy presente: la sombra de los Beatles es alargada. Uno de los cientos de grupitos beat de esa ciudad fueron los Cryin' Shames, que tuvieron un relativo éxito con su primer single (Brian Epstein se interesó por ellos, pero declinaron su oferta) para hundirse luego con el segundo y último. Paul Crane (voz) y Ritchie Routledge (voz y guitarra) decidieron abandonar la banda y crear otra, pero no fueron muy originales con el nombre: "Paul and Ritchie & The Cryin' Sames" sacaron un único single, que fracasó. Eso sí, por primera vez se atrevieron a componer algo propio; para la cara B, claro. Y esto fue lo que salió:
Vamos ahora con una de esas bandas que solo tienen un single pero no sabes qué cara elegir, de lo buenas que son las dos: los Favourite Sons. Y en estos casos se impone la racionalidad; así que aceptando las demandas de los mods sobre la cara A, elegiremos la B: esa tiene quizá un aire más garajero-pop que mod. Los Sons eran de Hatfield, y a pesar de múltiples cambios de nombre y músicos no llegaron a nada (aunque quedó material en el estudio para un LP, publicado hace poco). Pero algunos triunfaron luego: John Glascock por ejemplo, que en el momento de su muerte era el bajista de Jethro Tull.
Y hablando de Jethro Tull, aquí tenemos a los Penny Peeps. Son el caso típico de manager que se empeña en hacerlos sonar blanditos y acaba con ellos: algunas demos tenían más fuerza que sus dos únicos singles. Pero al menos les dejó una cara B a su elección, la del primero: "Model village". Una preciosidad que pasó inadvertida. Tras un nuevo fracaso con el segundo, y a la vista de que ya llevaban tres cambios de nombre en tres años, algunos miembros del grupo abandonaron; los demás se dispusieron a intentarlo de nuevo bajo el nombre de "Getsemaní", pero hubo otra baja que acabó con sus expectativas: el muchacho que años antes tocaba saxo y flauta y ahora era ya un notable guitarrista, fue fichado por una banda con mucho futuro. Ese muchacho era Martin Barre; que hizo bien abandonando la flauta, un puesto que ya estaba cubierto en su nuevo destino.
Los londinenses Hi-Fi's fueron uno de los muchos grupos que emigraron al continente, en vista de que en la Isla no tenían sitio: tras cinco singles a medio camino entre el soul y el beat sin la menor repercusión, saltaron a Alemania en el año 66 para aprovechar el embrujo que las bandas británicas ejercían en todo el orbe cristiano, fuesen grandes o pequeñas. Y tras curtirse en el legendario Star Club, sus dueños les ofrecieron un contrato de grabación para su recién creada rama discográfica. De ahí salió un LP bastante olvidable pero en el cual venía contenida esta canción, publicada también en single; un single que luego algunos isleños se apresuraron a importar. Representa muy bien la, digamos, rama "teclística" del freakbeat:
Doug Gibbons era un cantante de baladas para bailes de tarde, y llegó a sacar un single en 1965 con dos versiones en ese estilo. Pero de pronto se nos volvió friki: procurando que sus antiguos fans se olvidasen de él cambió el nombre a Thane Russall; y junto con sus Three se puso en manos de Paul Raven (a.k.a. Paul Gadd), un cantante fracasado que prueba fortuna en la CBS como productor y que luego también cambiará de nombre (mi yerno, por ejemplo, lo conoce como Gary Glitter). Raven le preparó una versión de Otis Redding que llegó a ser popular en Australia pero no en la Isla, a pesar de que esta canción lo tiene todo y el año es 1966, justo cuando debía. Publicó otro single más, de vuelta al pop orquestal aunque con el mismo resultado que este, y se mudó a Italia, donde hizo una pequeña carrera. Verán que esta "Security" tiene un aire a los Stones, pero tampoco: ya les gustaría a los Stones.
Al igual que Gibbons los Majority también cantaban beat meloso para bailes, y llegaron a grabar ocho singles perfectamente olvidables entre 1965 y 1968 (su mayor relevancia fue la de acompañar a Barry Ryan en la monumental "Eloise"). Ya metidos en 1969 parecen caer en la cuenta -ya era hora- de que los ritmos actuales son otros, se establecen en Francia y amplían su nombre a "Majority One", donde tuvieron un relativo éxito con su primer single gracias a la fascinación continental que dije antes. Y su mejor canción fue la cara B, en 1970, del segundo; seguido luego por otros dos sin la menor repercusión. Más tarde, entre unas piezas y otras se elaboró un LP (francés también). Y fin. Lástima que esta no se les hubiese ocurrido tres años antes y en la Isla…
"I'm not your steppin' stone" es otra de esas piezas americanas de las que hay varias versiones, pero nunca he oído ninguna con la contundencia que le dieron los Flies. Y teniendo en cuenta que en su origen es una canción "chicle" (fue compuesta para los Monkees, que no pasaron de hacer una cara B con ella), hay que reconocer que tiene su mérito. Los Flies fueron un ejemplo clásico de banda cuyos escasos seguidores lo eran más por sus salvajes directos que por sus singles (que solo contenían versiones), y al final cayeron tras publicar tres. Esta es la cara A del primero, cuya fuerza no llegaron a igualar en los siguientes.
A Dave Davies, el hermano pequeño de Ray, se le ocurrían a veces canciones que no cuadraban mucho con el repertorio de los Kinks; o eso decía el hermano mayor, que todo puede ser (tal vez celoso por haber sido Dave quien inventó el riff de "You really got me" en esa misma época). Y una de ellas es "One fine day": buscó a un cantante con una voz más apropiada que la suya y se la encomendó. El cantante era Shel Naylor (Rob Woodward), cuyo único historial era un single del montón con "La Bamba" como cara B. Consiguió un pequeño éxito cantando la canción de Dave, pero su inclinación era otra: bajo el apodo de "Lieutenant Pigeon" se lanzó luego a una carrera a medio camino entre la orquesta y el humor circense ("novelty", le llaman los sajones) que lo hizo relativamente popular durante toda la década de los años 70.
Sobre algunas joyas de la corona freakbeat hay litigios planteados por psicodélicos fundamentalistas, y ese es el caso de "Father's name is dad", de los Fire. La disputa se origina porque el único LP de este grupo, un trabajo conceptual aparecido en 1970 bajo el título de "The magic shoemaker", viene siendo una amalgama entre psicodelia y progresivo que se ha hecho una fama entre los coleccionistas (un original en buen estado no baja de los mil euros). Pero dos años antes habían grabado dos singles pop, y esta es la cara A del primero. No hubo suerte, a pesar de que el mismísimo Paul McCartney se enamoró de ella y les recomendó regrabarla: ni siquiera una fuerte promoción en la radio sirvió de nada (y los cambios, en realidad, eran muy pequeños). El segundo, con un sonido infantilizado por su productor, fue peor aún. Huyeron de ese clan, cambiaron de discográfica y de planteamiento, pasaron casi dos años y grabaron el LP antes de desaparecer. Pero esta canción seguirá siempre ahí.
Si el mismísimo Phil Smee afirma que esta canción es una de sus dos preferidas, no seré yo quien le lleve la contraria. Volvemos al año 66: fue tal vez el momento cumbre de este sonido en la Isla, y justo entonces una banda de Birmingham que ya iba por su tercer nombre consiguió por fin un contrato de grabación: su productor, Larry Page, había decidido que se llamasen los "Craig" (y no es la única canción producida por él en esta lista: Larry es uno de esos alquimistas de los que habría que hablar un buen rato; o de Joe Meek, o de… pero no se puede estar a todo). Aunque al principio puso pegas con el batería (¿a que ese tipo de conflicto les suena?), al final transigió y se dispusieron a grabar su primer single: flojito, la verdad. No llegó a las listas. Y el dubitativo Page, que les había impuesto la cara A de ese primer single con una versión sin substancia, aceptó que las dos del siguiente fuesen suyas: ya lo había sido la cara B del otro, y peor que la A no era. Y esta vez Geoff Brown, su cantante y compositor, se puso las botas en ambos frentes: si ustedes aún no tienen clara una definición para el beat friki, este joven y sus amigos se la dan hecha con "I must be mad" (¡qué buen título, además!). Y aunque la cara B ya era mucho más normalita, la única explicación para el hecho de que este single no triunfase fue, como otras, que salió antes de tiempo. El caso es que la banda se disgregó y pocos siguieron en el negocio: Brown y su guitarrista Richard Pannel crearon luego Galliard, un grupo con dos LP's raritos pero buenos, entre folk-rock y soul progresivo, que fracasaron por mucho que John Peel los alabara; pero la sorpresa la dio el batería dudoso, llamado Carl Palmer.
Y claro, ahora toca "la otra preferida de Phil Smee" (no seré yo, etc.) Ya les aviso, es otra historia triste: o nos va el drama o nos gustan los perdedores, una de dos. Otros perdedores que ya nunca serán olvidados del todo gracias a Smee y unos cuantos como él son los Wimple Winch. De Liverpool. Cosecha del 66, aunque empezasen antes y con otro nombre haciendo beat del Mersey. Hasta que un día comprenden que los Beatles ya están muy lejos, que a ese género se le acaba el tiempo si no se endurece, y a ello se ponen: tras un saludable cambio de discográfica y nombre publican tres singles en este año, pero ninguno llega a nada. Visto ahora se puede entender que fracase el primero, muy afectado todavía por el sonido anterior del grupo; pero las caras A del segundo y el tercero son otra incógnita como la de Craig y unos cuantos más: aun aceptando que por lo general las casas discográficas no se gastaban mucho en promoción, hay que suponer que salieron antes de tiempo. Y especialmente "Save my soul", la del segundo single, es otro Grial para los frikis de esto. La desgracia se cebó con los Winch, ya que poco después de ser despedidos por su discográfica ardió su equipo en el club donde estaban contratados como banda fija. Y ante tal panorama, hartos, la mayor parte de ellos acabaron abandonando el negocio. Esta canción y la anterior de Craig me parecen hermanas. Y no sé cuál de las dos es mejor, ni me importa.
Y llegamos a la 12+1, que también aplauden algunos frikis isleños aunque sean pocos. En aquella época no había muchos grupos continentales que llegasen a publicar en Britannia, pero algunos lo consiguieron. Y hay al menos tres españoles que figuran en las listas de buscados: los Canarios (por "Get on your knees") entre los seguidores del "northern soul", los Bravos (que llegaron a publicar un LP allí, aparte de los singles que ya ustedes se suponen) y los Brincos. Sí señores, los Brincos. Su tema estrella es "El pasaporte", como no podía ser de otro modo: para mí es de lo mejor que hicieron en su vida. Y la regrabaron -un poco más garajera pero al mismo tiempo más suave que la española, pienso-, la cantaron en inglés y la echaron a volar: cayó a plomo. Una pena. Pero ya digo, algunos isleños le tienen cariño.
Creo que como introducción a esta marca comercial es suficiente. Como en el caso de la psicodelia o el northern soul, hay otras cuantas joyas escondidas; no tantas como dicen los mercaderes, pero las hay. Ustedes verán. En todo caso, creo que al menos estas merecen ser recordadas, ¿verdad? Bien, pues aquí las tienen reunidas, para no tener que ponerse a pescarlas una por una.
Actualización Mayo 2015:
Don José Kortocircuito ha publicado una entrada que le va como un guante a esta ligera aproximación al "genero": aquí la tienen.