Aquí estamos, dispuestos a celebrar la fiesta de despedida del primer bienio de los años 80. Es una época de mucha efervescencia todavía -aunque ya se ve más de un "nublao" en el horizonte-, así que no habrá problema para reunir unas cuantas piezas ideales para disfrutar en el pub o, ahora que anda el bicho suelto, en la cálida comodidad del hogar. Ah, y como ya saben los asiduos aquí las fiestas se despachan en formato 12+1, así que vamos a ello:
Comenzamos con uno de esos grupos que en poco tiempo acabarán convirtiéndose en una plaga de radios y locales modernos: los Psychedelic Furs, dirigidos por el carismático Richard Butler junto a su hermano Tim. A mí Richard me parece el primo arty de Jim Kerr y Bono, con ese buscado toque lánguido pero oscuro (hay influencias, al menos estéticas, de la Velvet), que pronto le dio una tremenda popularidad en un momento en el que ese tipo de figuras era muy alabado (y España, en plena Movida, es uno de los países donde más culto se les rindió). La poderosa CBS, con buen criterio, recurrió al pulidor de estrellas Steve Lillywhite para producir su primer Lp, que por supuesto fue publicado en los States sin dilación. Y aunque nunca llegaron a lo más alto de las listas, tuvieron una considerable masa de fans. Reconozco que el planteamiento de este tipo de gente me agota, pero al menos en sus primeros tiempos tenían bastante nervio. He aquí un ejemplo.
Hablando de "psychedelic", recordarán ustedes que por aquí pasaron en su momento los encantadores Soft Boys. Esos sí que eran psicodélicos, aderezando sus canciones con un cruce entre post punk y new wave que los ha dejado para la historia como otra de esas bandas de culto que acaban separándose porque el culto no da de comer. Pero poco después Robyn Hitchcok, su líder, emprende una fantástica carrera en solitario que llega hasta hoy mismo y que por supuesto tendrá cabida en este tugurio. De momento, como aperitivo, echamos mano de su primer Lp: aún no está formado su nuevo y distintivo perfil de "neo Syd Barrett" (aunque con bastante más sentido del humor y recursos), y no resulta difícil distinguir los rescoldos del aroma Soft Boys, pero algunas de sus canciones ya muestran un adorable gusto por las melodías de pop eléctrico vitaminado.
Ultravox en cambio es un grupo que dará mucho dinero en el mercado de los nuevos románticos, tras la marcha de John Foxx y la llegada de Midge Ure. Pasaron por aquí en su primera época, para muchos la mejor de ese grupo; luego Foxx, que había sido su creador y figura principal, decide seguir una carrera en solitario que no le dará muchas alegrías pero que ha mantenido durante mucho tiempo. Y aunque últimamente anda cerca de los sonidos ambientales, en sus primeros discos en solitario hay algunas baladas electrónicas que superan de largo a la época moñas de Ferry o los propios Ultravox. Por ejemplo esta magnífica "Your dress", que a muchos poppies nos pone la carne de gallina.
Más veteranos: tras la muerte de Ian Curtis, los otros tres tienen la decencia de no seguir explotando el nombre de Joy Division, ya que hay un vago sentimiento culposo (al estilo de los Floyd con Barrett, por ejemplo) y su ruptura con el pasado ha de parecer lo más completa posible. Así que buscan uno nuevo; pero no consiguen del todo hacernos creer en sus buenas intenciones, ya que si "Joy Division" evoca siniestras connotaciones nazis (aunque fuese un juego irónico de Curtis), "New Order" lo hace más aún. Pronto se convertirán en una de las mayores estrellas de la música de baile en los años 80, pero su primer disco y algunos Eps muestran claramente sus orígenes y no desmerecen mucho frente a la discografía del grupo anterior.
Los grupos con chicas al frente quedarán "normalizados " dentro de poco tiempo, especialmente en el terreno del pop. Pero en los primeros años del punk y la nueva ola, la mayoría de ellas mostraban un carácter claramente reivindicativo, combativo, que casi constituía un subgénero por sí mismo: Siouxsie es el ejemplo más destacado, pero en fiestas anteriores han estado aquí Poly Styrene con sus X Ray Spex, las Slits o las Raincoats (estos dos últimos acabaron siendo grupos exclusivamente femeninos). De Birmingham llegan los Au Pairs, un cuarteto "igualitario" de chicas y chicos que no se muestran influidos por el sonido neo mod de su ciudad sino más bien por el aura postpunk londinense; y junto a eso, las letras (en su mayoría escritas por Leslie Woods, su guitarrista y frontwoman) suelen hacer relación a los conflictos de la convivencia amorosa, el abuso, la posesión sexual o la violencia doméstica entre otros. Como suele pasar con los grupos intelectualizados, la base musical se hace un tanto rasposa a veces, especialmente en su primer disco, aunque luego adoptaron un tinte jazzy/funk para el segundo. Poco después lo dejaron pero esos dos discos se han estado reeditando con frecuencia, lo que demuestra que no han caído en el olvido.
Otra banda de ambos sexos, y tan concienciados como los Au Pairs, fueron los Delta 5, cuya procedencia resulta muy reveladora: son de Leeds, como Gang of Four o los Mekons, que ya han estado en nuestro bar. Es evidente que esa ciudad imprime carácter, tanto en el material literario como en el musical: esos ritmos contrahechos con base post punk son muy característicos en la mayoría de los grupos que proceden de allí. Los Delta no pasaron de tres o cuatro singles y un Lp: en vista de que su propuesta, como en tantos otros casos, fue muy alabada por la prensa pero el público pareció no enterarse, lo dejaron. Una lástima, porque tenían unas cuantas canciones de categoría como, por ejemplo, esta "Make up".
Ya vimos que Coventry constituye junto con su vecina Birmingham uno de los mayores focos del revival mod que hubo entre finales de los 70 y principios de los 80; en concreto, el sello Two Tone fue la máxima autoridad en el mundillo del ska/reggae por aquel tiempo gracias a los Specials. Y una banda de similar categoría, a la que aún no habíamos tenido aquí, son los Selecter, con quienes compartieron aquel single que sirvió de bautismo al sello; no hay grandes diferencias entre unos y otros, aunque estos últimos tienen un repertorio más variado y alternaban una voz femenina con otra masculina. En su primera época no pasaron de dos Lps. pero con unas formaciones u otras se han regrupado unas cuantas veces y su discografía es numerosa. Esta es una de mis canciones favoritas de los Selecter: "Red reflections", cantada por la incombustible Pauline Black.
En los años que transcurren bajo el concepto genérico de "post punk", hubo unos cuantos músicos que aplicaron la estrategia minimalista para desarrollar un concepto personal de la estructura y la melodía. Cada uno de esos músicos, solos o agrupados, llegaron a crear pequeños mundos, fugaces por lo general, que pocas veces consiguieron trascender de un pequeño grupo de aficionados pero que en algunos casos han alcanzado el mito. Uno de esos mitos responde al nombre de Young Marble Giants: su formación más estable fue la de trío, y es uno de los proyectos que desarrollaron los hermanos Stuart (guitarra y órgano) y Philip Moxham (bajo), esta vez junto a la voz de Alison Statton. En su momento (1980/81) solo se publicaron dos Eps y un único Lp, pero con el tiempo se ha reeditado prácticamente todo lo que se ha conseguido encontrar en los archivos. Su simplicidad, cargada de belleza y armonía, es admirable. Un buen ejemplo es "Brand-new-life", que forma parte de aquel Lp, grabado en cinco días: "I've been hurt before / sorrow knocking on my door / Paiiiiin...". Una gozosa delicia para poppies.
Otra delicia fue una aventura alternativa de los hermanos Moxham a la que bautizaron como The Gist. Se trata de una agrupación momentánea de más de una docena de músicos (entre los que se encuentra la señorita Statton) y que se limitó a la grabación de un único Lp: "Embrace the herd". Su esencia sigue siendo minimalista, como en los Giants, pero con más instrumentación y variedad de estructuras. Tanto los Moxhman como Statton participaron luego en otras aventuras; pero su época más luminosa fue esta, tal vez por su juventud, la frescura de sus planteamientos y ese gusto tan especial para las melodías. Oigan si no esta "Love at first sight", que es exactamente lo que yo sentí al descubrirla.
Any Trouble son un grupo que comenzó a mediados de los 70 como músicos de pub y bailes, haciendo todo tipo de versiones, y cuando llegó la new wave ya tenían una soltura que técnicamente los elevaba sobre la mayoría de sus contemporáneos. Su valor principal era Clive Gregson, que además de cantante y buen guitarrista era el compositor de la mayor parte del repertorio. Empezaron muy bien, a finales del 79, apoyados por John Peel y la mayor parte de la prensa, lo que incluso les permitió elegir sello: Stiff era una de las marcas de referencia por entonces, y allí fueron. Sin embargo, en parte por la escasa promoción y también porque había demasiada oferta en las tiendas, este fue uno de los grupos que nunca consiguió llegar arriba a pesar de que sus dos primeros discos son realmente valiosos. De hecho aún hoy suenan frescos, con un magnífico engarce entre ritmo, melodía y sentimiento, demostrando unas influencias muy amplias que van desde el pop ska hasta la new wave yanki o la escuela Costello. Por razones que desconozco algunos comentaristas los definen como banda de rock, aunque, eso sí, los de Melody Maker los ponían a la altura de los Pretenders.
Otros que también tenían un amplio repertorio de influencias eran los Secret Affair, a los que se suele describir como grupo neo mod aunque no se quedan ahí. Comenzaron bajo el nombre de New Hearts en 77 como grupo nuevaolero, y dos años después cambiaron de nombre para acercarse al revival mod; eso incluye buenas dosis de northern soul, r'n'b y pop, que ellos reforzaban con un tono rockero que recuerda mucho a los pequeños grupos a los que ahora los aficionados definen como "freakbeat". La idea era buena, pero en la práctica sus discos suenan un poco dispersos además de que la producción y la sonoridad del sello no les hacen ningún favor. De todos modos, rebuscando entre sus tres discos es fácil reunir unas cuantas canciones memorables como esta "Dancemaster", muy representativa de su contundencia.
La docena se completa con Pete Wylie, el tercer miembro de los Tres Cruciales de Liverpool junto con Julian Cope e Ian McCulloch; no tuvo la fama ni la proyección de sus antiguos socios, pero al menos sus primeras grabaciones son de una calidad muy similar. Tal vez el haber caído en Eternal -un oscuro subsello de la Warner- fue un mal comienzo, pero tampoco ayudó el carácter un tanto errático del propio Wylie, que durante su carrera ha hecho varios cambios radicales de estilo. Y para empeorar la situación estaba además aquella manía de andar modificando el nombre de su grupo: en teoría era Wah!, pero hay grabaciones a nombre de Wah! Heat, The Mighty Wah! y cosas parecidas. El caso es que su debut en disco grande, en 1981, contenía algunas piezas realmente sobresalientes, como la instrumental "The seven thousand names of Wah!", un título con el que Wylie demuestra que sabe reírse de sí mismo, una actitud muy saludable.
Llegamos al cierre con la selección 12+1, es decir, fuera de programa. Esta vez la rareza consiste en que estamos ante una banda que no es tal, sino un grupo de músicos de sesión de la plantilla del sello Stiff que en ratos libres han escrito dos o tres cancioncillas para no aburrirse, y al menos una de ellas es tan buena que el sello decide lanzarla en single como cara A. El grupo se presenta como The Stiff All Stars, tal vez buscando que los posibles compradores crean que bajo ese nombre se encuentran las luminarias de la casa (y muchos nos lo creímos hasta ver los nombres de los integrantes). La canción se titula "Maybe tonight", y es una verdadera perla de new wave tardía (se publicó en 1980) aunque el sonido, demasiado comprimido, demuestra que la Stiff no se gastó mucho dinero en producción... o tal vez así tiene el encanto del single clásico, de la vieja época del garaje. Al año siguiente, con varios cambios de plantilla, sacaron un segundo single y mucho después apareció un recopilatorio con casi toda su producción, pero ninguna otra pieza suya llega a la altura de esta.
Y ya está, se acabó la fiesta. Espero que se hayan divertido y como siempre aquí les dejo el paquetillo correspondiente. De todos modos creo que muy pronto volveremos a vernos, porque ya está encima la Navidad y ello nos obliga a una nueva fiesta. Esto es un sinvivir.