Os Resentidos se habían dado a conocer "apadrinados" por Siniestro Total, con quienes compartieron aquel debut surrealista del Ep "soviético" que venía facturado por el sello DRO, el estudio Doublewtronics y el productor Paco Trinidad. La suma de tales circunstancias constituye una magnífica carta de presentación ante la intelligentsia madrileña, y les garantiza un aura de respeto. Y aunque ese material podría considerarse afín al espíritu de las Hornadas Irritantes, como los propios Siniestro al principio, el hecho de tratarse de dos grupos de la misma ciudad, nacidos en el mismo ambiente y con una clara vocación "autonómica", reforzada por el hecho de que al menos Os Resentidos cantan en gallego, muestra diferencias claras con respecto a los grupos del Foro: frente a la movida madrileña había nacido la movida viguesa. Y con el paso del tiempo esa realidad se hizo incuestionable, ya que ambos grupos, aunque desde planteamientos distintos, añaden constantemente elementos propios de la tradición musical gallega... y varias toneladas de humor surrealista, autóctono.
En el caso de Os Resentidos la evolución se confirma ya en su segundo disco, que partiendo de aquel maravilloso sinsentido que presidía su debut comienza a mostrar un estilo definible, y por otra parte será el más recordado a escala nacional: se trata de "Fai un sol de carallo", que se publica en 1986 y es un enorme salto de categoría. El aroma Residents desaparece, y el grupo adquiere una estructura más o menos convencional con una batería de verdad (a cargo de Vicente Alberte, que estuvo en los Buzos y figura también en algunos discos de Siniestro). Mientras tanto Losada, sin abandonar del todo los arreglos electrónicos, aumenta el protagonismo del saxo o los teclados según la canción que sea; en consecuencia, tanto la guitarra como el bajo suenan también mucho más naturales. A un cambio tan radical le corresponde una estructura melódica y rítmica de igual calibre, y en consecuencia Os Resentidos andan ya muy cerca de lo que suele ser una banda de rock... o de funky depresivo, como dice Reixa, que definitivamente se abona al estilo vocal rapero "porque así puedo decir más cosas en cada canción". Bueno, pues dejémoslo en rap rock funk (depresivo o no), aunque con frecuentes sorpresas fuera de programa. Y cómo no, la más destacable del repertorio es "Galicia caníbal", una especie de muiñeira (¿funk, rock?) que todo el mundo acabó nombrando por el título del disco y cuya letra un tanto siniestra -que incluye desde los sufrimientos del cerdo en la matanza hasta el hambre que se pasa en Etiopía- deja para la posteridad esa reflexión de Reixa, con esa sorna tan gallega, sobre los yeyés y sus permanentes gafas de sol. Fue el cénit del grupo en términos de popularidad, y aún hoy se sigue escuchando en fiestas y locales del gremio; lo cual oscureció un poco al resto del repertorio, igual de bueno y delirante que esa canción. Por ejemplo, aquí les dejo también "Pensionismo ou barbarie", una vaga aproximación a algo así como el punk ska... por decir algo.
Los rasgos esenciales de Os Resentidos quedaron definidos en ese segundo disco, que viene siendo una especie de "refundación", y a partir de ahí se van añadiendo mezclas de estilos que a veces funcionan bien y otras no tanto: justo un año después llega "Música doméstica", y tal vez deberían haber esperado un poco más para madurarlo, porque resulta un tanto irregular aunque, eso sí, ampliando el catálogo de recursos. La apertura con "Bamboleo" parece buscar una sensación de continuidad con respecto al anterior, seguir donde lo habían dejado para luego ir añadiendo nuevos matices, pero la canción es un tanto monótona; algo parecido sucede con "Contrarios", aunque se agradece el tono soul funky que la mantiene erguida (sobre todo por esa magnífica línea de saxo). Una de las perlas es indudablemente "Cumbia china", por muchas razones: además de la letra, que casi se hace nostálgica, ese tono de cumbia rural, tan gallega, es una seña de identidad de las orquestas tradicionales y nos transporta a una época y un ambiente de fiesta que había estado cerca de la desaparición poco antes, pero que más o menos por entonces comenzaba a resurgir con fuerza. Otra pieza "patriótica", realmente épica, vibrante, es la "Pandeirada mixta", que como su nombre indica tiene más de un componente, pero en la que, al menos para los de aquí, lo más destacado es la letra y su manera de interpretarla: estrofas como "Ai Galicia mahometana, ai Galicia protestante, a defensa de Occidente" van engarzadas con fragmentos de la Internacional y luego una sucesión de lolailos que le quedan perfectos. En suma: aquí se superan, y compensan de sobra el hecho de que otras canciones vayan un tanto deslucidas. Ya comienza a resultar evidente que lo mejor de Os Resentidos suele ser lo más racial; como le pasa a los Siniestro, por cierto.
"Fracaso tropical", su disco del 88, es efectivamente tropical en su conjunto, y por eso mismo representa una especie de alto en el camino que gustará más o menos dependiendo de las querencias del oyente. En mi caso, el funky latino posmoderno me deja indiferente, y eso me pasa por ejemplo con esa apertura con "Galicia express", en la que incluso la letra, un conjunto de lugares comunes (demasiado acomodaticia: Reixa tiene nivel para hacerlo mucho mejor), queda un tanto deslucida con ese ritmillo. Pero, como siempre, hay algunas canciones que tienen vida propia y quedan al margen de la visión de conjunto; y justo esas suelen ser las que más me gustan a mí (y a muchos otros. No se vayan a creer que yo soy el único al que los sones latinos le resultan indigestos salvo en muy pequeñas dosis). Así que me van a perdonar que vaya directamente a ellas: "Camarada Sitting Bull" y "Galicia sitio distinto". La primera, una especie de himno rock, tiene una marchita encantadora, y la segunda es otro de esos hitos que cimentan la leyenda de este grupo, una muiñeira rap de lo más vanguardista. Y con este disco termina la producción de los Resentidos en la década de los 80.
En 1990 Reixa y sus secuaces presentan "Jei", uno de sus discos más "internacionales", en el sentido de que la fusión de estilos es muy amplia y orientada hacia el rap rock con arreglos electrónicos. La influencia de los neoyorkinos Public Enemy se va haciendo cada vez más evidente; es un buen modo de personalizar aquella "refundación" que los llevó de Residents hasta este momento, siendo ahora ese componente electrónico el único punto en común entre las dos etapas. Como siempre, hay sorpresas por medio; sin ir más lejos, tenemos un extraño cruce entre word music, tecno y rap que es "En porras". En cuanto a los aficionados, esa intensificación rapera va alejando a unos y atrayendo a otros: yo soy de los que se alejan, aunque admiro su capacidad de actualizarse; por otra parte siempre habrá un buen grupo de gallegos que seguiremos pendientes de las palabras aunque las músicas no nos importen ya mucho. Y a efectos nacionales, sin llegar a la altura del segundo disco, tuvo una popularidad bastante notable (gran parte de la prensa musical lo valora como el mejor de su carrera). En cualquier caso y volviendo a las sorpresas, mi preferida en este disco es la que le da título y lo cierra: viene siendo un canto a Galicia, jei. ¿La habrá escuchado Julio Iglesias?
En el 91 publican "Delikatessen/Sitio Distinto". La portada parece recordar a Public Enemy pero es de los menos raperos de su discografía, e incluso lleva unos cuantos juegos vocales alejados de ese estilo; resulta un tanto disperso para mi gusto. Y en 1993 se despedirán con "Están aquí", que aun manteniendo el tipo bastante bien confirman que sus mejores tiempos han pasado (aunque en lo literario siguen como el primer día). Por otra parte Reixa, un personaje muy inquieto, ya está dedicando parte de su tiempo a otros trabajos multimedia y liquida Os Resentidos poco después. Desde entonces ha habido reuniones esporádicas y algunos otros discos, pero nosotros lo dejamos aquí: en los 80 fue uno de los grupos más vanguardistas a escala nacional, y luego desaparecieron sin esas prolongadas languideces que muchos otros han mantenido por razones puramente comerciales. Es la ventaja de los personajes "renacentistas" como Reixa, que tiene muchos recursos artísticos como para no depender de uno solo.