lunes, 21 de febrero de 2022

España en los años 80 (XXII)

Os Resentidos se habían dado a conocer "apadrinados" por Siniestro Total, con quienes compartieron aquel debut surrealista del Ep "soviético" que venía facturado por el sello DRO, el estudio Doublewtronics y el productor Paco Trinidad. La suma de tales circunstancias constituye una magnífica carta de presentación ante la intelligentsia madrileña, y les garantiza un aura de respeto. Y aunque ese material podría considerarse afín al espíritu de las Hornadas Irritantes, como los propios Siniestro al principio, el hecho de tratarse de dos grupos de la misma ciudad, nacidos en el mismo ambiente y con una clara vocación "autonómica", reforzada por el hecho de que al menos Os Resentidos cantan en gallego, muestra diferencias claras con respecto a los grupos del Foro: frente a la movida madrileña había nacido la movida viguesa. Y con el paso del tiempo esa realidad se hizo incuestionable, ya que ambos grupos, aunque desde planteamientos distintos, añaden constantemente elementos propios de la tradición musical gallega... y varias toneladas de humor surrealista, autóctono.

En el caso de Os Resentidos la evolución se confirma ya en su segundo disco, que partiendo de aquel maravilloso sinsentido que presidía su debut comienza a mostrar un estilo definible, y por otra parte será el más recordado a escala nacional: se trata de "Fai un sol de carallo", que se publica en 1986 y es un enorme salto de categoría. El aroma Residents desaparece, y el grupo adquiere una estructura más o menos convencional con una batería de verdad (a cargo de Vicente Alberte, que estuvo en los Buzos y figura también en algunos discos de Siniestro). Mientras tanto Losada, sin abandonar del todo los arreglos electrónicos, aumenta el protagonismo del saxo o los teclados según la canción que sea; en consecuencia, tanto la guitarra como el bajo suenan también mucho más naturales. A un cambio tan radical le corresponde una estructura melódica y rítmica de igual calibre, y en consecuencia Os Resentidos andan ya muy cerca de lo que suele ser una banda de rock... o de funky depresivo, como dice Reixa, que definitivamente se abona al estilo vocal rapero "porque así puedo decir más cosas en cada canción". Bueno, pues dejémoslo en rap rock funk (depresivo o no), aunque con frecuentes sorpresas fuera de programa. Y cómo no, la más destacable del repertorio es "Galicia caníbal", una especie de muiñeira (¿funk, rock?) que todo el mundo acabó nombrando por el título del disco y cuya letra un tanto siniestra -que incluye desde los sufrimientos del cerdo en la matanza hasta el hambre que se pasa en Etiopía- deja para la posteridad esa reflexión de Reixa, con esa sorna tan gallega, sobre los yeyés y sus permanentes gafas de sol. Fue el cénit del grupo en términos de popularidad, y aún hoy se sigue escuchando en fiestas y locales del gremio; lo cual oscureció un poco al resto del repertorio, igual de bueno y delirante que esa canción. Por ejemplo, aquí les dejo también "Pensionismo ou barbarie", una vaga aproximación a algo así como el punk ska... por decir algo.



Los rasgos esenciales de Os Resentidos quedaron definidos en ese segundo disco, que viene siendo una especie de "refundación", y a partir de ahí se van añadiendo mezclas de estilos que a veces funcionan bien y otras no tanto: justo un año después llega "Música doméstica", y tal vez deberían haber esperado un poco más para madurarlo, porque resulta un tanto irregular aunque, eso sí, ampliando el catálogo de recursos. La apertura con "Bamboleo" parece buscar una sensación de continuidad con respecto al anterior, seguir donde lo habían dejado para luego ir añadiendo nuevos matices, pero la canción es un tanto monótona; algo parecido sucede con "Contrarios", aunque se agradece el tono soul funky que la mantiene erguida (sobre todo por esa magnífica línea de saxo). Una de las perlas es indudablemente "Cumbia china", por muchas razones: además de la letra, que casi se hace nostálgica, ese tono de cumbia rural, tan gallega, es una seña de identidad de las orquestas tradicionales y nos transporta a una época y un ambiente de fiesta que había estado cerca de la desaparición poco antes, pero que más o menos por entonces comenzaba a resurgir con fuerza. Otra pieza "patriótica", realmente épica, vibrante, es la "Pandeirada mixta", que como su nombre indica tiene más de un componente, pero en la que, al menos para los de aquí, lo más destacado es la letra y su manera de interpretarla: estrofas como "Ai Galicia mahometana, ai Galicia protestante, a defensa de Occidente" van engarzadas con fragmentos de la Internacional y luego una sucesión de lolailos que le quedan perfectos. En suma: aquí se superan, y compensan de sobra el hecho de que otras canciones vayan un tanto deslucidas. Ya comienza a resultar evidente que lo mejor de Os Resentidos suele ser lo más racial; como le pasa a los Siniestro, por cierto.



"Fracaso tropical", su disco del 88, es efectivamente tropical en su conjunto, y por eso mismo representa una especie de alto en el camino que gustará más o menos dependiendo de las querencias del oyente. En mi caso, el funky latino posmoderno me deja indiferente, y eso me pasa por ejemplo con esa apertura con "Galicia express", en la que incluso la letra, un conjunto de lugares comunes (demasiado acomodaticia: Reixa tiene nivel para hacerlo mucho mejor), queda un tanto deslucida con ese ritmillo. Pero, como siempre, hay algunas canciones que tienen vida propia y quedan al margen de la visión de conjunto; y justo esas suelen ser las que más me gustan a mí (y a muchos otros. No se vayan a creer que yo soy el único al que los sones latinos le resultan indigestos salvo en muy pequeñas dosis). Así que me van a perdonar que vaya directamente a ellas: "Camarada Sitting Bull" y "Galicia sitio distinto". La primera, una especie de himno rock, tiene una marchita encantadora, y la segunda es otro de esos hitos que cimentan la leyenda de este grupo, una muiñeira rap de lo más vanguardista. Y con este disco termina la producción de los Resentidos en la década de los 80. 

En 1990 Reixa y sus secuaces presentan "Jei", uno de sus discos más "internacionales", en el sentido de que la fusión de estilos es muy amplia y orientada hacia el rap rock con arreglos electrónicos. La influencia de los neoyorkinos Public Enemy se va haciendo cada vez más evidente; es un buen modo de personalizar aquella "refundación" que los llevó de Residents hasta este momento, siendo ahora ese componente electrónico el único punto en común entre las dos etapas. Como siempre, hay sorpresas por medio; sin ir más lejos, tenemos un extraño cruce entre word music, tecno y rap que es "En porras". En cuanto a los aficionados, esa intensificación rapera va alejando a unos y atrayendo a otros: yo soy de los que se alejan, aunque admiro su capacidad de actualizarse; por otra parte siempre habrá un buen grupo de gallegos que seguiremos pendientes de las palabras aunque las músicas no nos importen ya mucho. Y a efectos nacionales, sin llegar a la altura del segundo disco, tuvo una popularidad bastante notable (gran parte de la prensa musical lo valora como el mejor de su carrera). En cualquier caso y volviendo a las sorpresas, mi preferida en este disco es la que le da título y lo cierra: viene siendo un canto a Galicia, jei. ¿La habrá escuchado Julio Iglesias?




En el 91 publican "Delikatessen/Sitio Distinto". La portada parece recordar a Public Enemy pero es de los menos raperos de su discografía, e incluso lleva unos cuantos juegos vocales alejados de ese estilo; resulta un tanto disperso para mi gusto. Y en 1993 se despedirán con "Están aquí", que aun manteniendo el tipo bastante bien confirman que sus mejores tiempos han pasado (aunque en lo literario siguen como el primer día). Por otra parte Reixa, un personaje muy inquieto, ya está dedicando parte de su tiempo a otros trabajos multimedia y liquida Os Resentidos poco después. Desde entonces ha habido reuniones esporádicas y algunos otros discos, pero nosotros lo dejamos aquí: en los 80 fue uno de los grupos más vanguardistas a escala nacional, y luego desaparecieron sin esas prolongadas languideces que muchos otros han mantenido por razones puramente comerciales. Es la ventaja de los personajes "renacentistas" como Reixa, que tiene muchos recursos artísticos como para no depender de uno solo.


lunes, 14 de febrero de 2022

España en los años 80 (XXI)

"A mediados del siglo XIX, en un lugar remoto, un grupo de agricultores y carpinteros montaron una orquesta. Ellos fueron los punkies de la época, igual que nosotros, siguiendo la estela afterpunk, vimos que no era necesario el virtuosismo para tocar. Y ese espíritu hizo que en medio de aquella primera mitad de los 80, que fue tan frívola, gente que venía de un mundo literario que era un coñazo, como yo, decidiesen iniciar un movimiento sin pedirle permiso a nadie y sin mayor intención que molestar".
Antón Reixa

Durante los primeros años de la década ya hemos visto que la oferta madrileña iba muy por delante, y casi todos los grandes nombres aún están surgiendo ahí: en Barcelona y salvo El Último de la Fila, que busca un alternativa más personal, la mayor parte de los nuevos grupos trabajan los estilos tradicionales en mayor o menor medida. Valencia comienza a despertar, aunque el tipo de pop que se hace allí, muy "fallero" (yo me entiendo), no es especialmente de mi gusto. En Andalucía, salvo luminosas excepciones como Pata Negra, hay un excesivo mimetismo con el postureo pop de entonces: Danza Invisible, que anduvieron tonteando también con la movida madrileña, por momentos parecen fotocopias de Simple Minds, y así sucesivamente. Pero donde menos se piensa salta la liebre: Galicia, que se había sumado a la fiesta gracias a los irreverentes Siniestro Total, sorprende de nuevo con la irrupción de Os Resentidos, también de Vigo. Amigo, esto ya es otra cosa. No se puede negar que hay muchos puntos en común con Siniestro, empezando por el espíritu de coña que también aquí es distintivo, pero musicalmente son mucho más ricos, más complejos. Y sus letras son también delirantes, pero más extrañas y descoyuntadas aún que las simples proclamas de bar (aunque también a veces haya algo de eso), con un estilo que por momentos roza el dadaísmo. Ah, y cantan en gallego, lo cual por entonces puede parecer una provocación. En suma: no se puede negar que en la actitud hay un componente punk. Pero desde luego no es el único, ni siquiera el más importante.

Antón Reixa, su líder y factótum, nace en Vigo en 1957 y con veinte años ya alterna su trabajo poético con el estudio de Filología Gallega, además de participar en la creación de varias agrupaciones culturales. Cuando acaba la carrera obtiene una plaza de profesor en su ciudad, pero ya por entonces comienza a darse cuenta de que se aburre. Por otra parte se rodea de malas compañías: los futuros Siniestro Total son amigos suyos, y si se salvó del accidente de marras fue porque esa noche se quedó en un bar con su novia en vez de subir al Renault con ellos. Poco después, que los Siniestro vayan consiguiendo mantenerse a flote es el impulso anímico para que también él decida lanzarse al proceloso mundillo musical junto a otros integrantes de aquella pandilla: el guitarrista es Javier Soto, al bajo está Alberto Torrado y Rubén Losada toca saxo y teclados electrónicos; Reixa es el frontman y compositor principal. La evidencia de que ambos grupos proceden del mismo caldo de cultivo queda personificada en Torrado, que de momento también forma parte de Siniestro.

La confirmación es el debut de Os Resentidos a principios de 1984 en "Surfin' CCCP", un Ep compartido con Siniestro, con dos canciones para cada grupo. Sin embargo las dos de Reixa y compañía ya dejan claro que estamos ante otro tipo de planteamiento: él mismo dice que el nombre de Os Resentidos, entre otras cosas, evoca a los Residents ("Julián, el de Siniestro, nos pasó siete discos de los Residents y estábamos todo el día escuchándolos"), y que por entonces también estaban muy influenciados por los grupos vanguardistas sajones, con ese punto de locura que en algunos momentos pueden recordar a la alternativa electrónica de unos Derribos Arias, por ejemplo. Y así tenemos, como integrantes del "disco soviético", como algunos le llamaban, "Cando Breznev taba palmando", que recuerda a Derribos y en general a los grupos vanguardistas electrónicos madrileños incluso en el sonido (grabado en Doublewtronics, el estudio de moda en la capital por entonces, y producido por Paco Trinidad). La segunda demencia ya comienza por el hecho de tratarse de una versión de una pieza tan inocente como el "Yummy Yummy Yummy" de Ohio Express, que ellos convierten en "Yuri, Yuri, Yuri (Cantar de xesta)", en honor del señor Andropov. No se puede definir con palabras: hay que escucharla. Como la otra, claro. Convendría que buscasen ustedes las letras en Internet, pero basta con lo que cualquier no gallego puede pillar al vuelo para darse cuenta de que también en el aspecto "literario" estamos ante algo inusual, por decirlo de un modo inteligible.



Tras aquel debut enloquecido, la prensa -y no exclusivamente la musical- comienza a mostrar interés por el ideario que puede guiar a semejantes individuos, y Reixa añade a las influencias sajonas " ... una voluntad instintiva de mestizaje. Sobre todo con la música popular de verbena, que en mi tierra es tan importante y que en mi caso se tradujo en pasar horas y horas fascinado viendo a las orquestas en los bailes". Luego en El País lanza una de sus proclamas: "Os Resentidos de Vigo (gora Vigo Camasutra), es una esquimal bus band de funkie depresivo. Nuestro trascendental concepto del funkie depresivo y del rock esquimal desborda obviamente la fugacidad del lenguaje y la opacidad traidora de la escritura". Decididamente, en Discogs se quedan muy cortos cuando los definen como "Spanish punk funky rock pop folk band" . Y por fin llega su primer disco grande en 1985 con el título de "Vigo capital Lisboa". En toda Galicia, pero especialmente en el sur, se siente una especie de hermandad con nuestros vecinos portugueses antes incluso que con las regiones españolas cercanas, y no es solo por el idioma sino también por el carácter (también es cierto que una cosa es Oporto y otra Lisboa, más suspirante por los británicos, pero ese ya es otro asunto). Para los no iniciados, sepan que ese gallo de la portada es el famoso gallo de Barcelos, elemento distintivo de la tradición cultural portuguesa... cuyo origen está en un peregrino gallego, tal y como se explica en el pequeño resumen adjunto en portugués. Pero a lo que íbamos: este disco, grabado precisamente en Lisboa y producido de nuevo por el señor Trinidad, confirma lo ya sugerido en aquellas dos canciones de su debut y multiplica la apuesta. Aquí, además de un hip hop "subyacente", distintivo en el estilo vocal de Reixa, hay desde la todavía muy marcada influencia Residents, especialmente en las piezas más electrónicas, hasta ese nuevo "funk depresivo" del que habla. Pero es muy difícil etiquetar cada una, ya que esto es un revoltijo delirante tanto en lo musical como en lo literario: yo me limito a poner dos ejemplos, la primera y la última, y ustedes búsquense la vida.


Os Resentidos entran en el segundo quinquenio de los 80 con una posición relativamente asegurada, y a partir de ahí irán sofisticando su estilo y su sonido sin abandonar su esencia en ningún momento, pero eso lo veremos en la próxima semana. De todos modos, quien no conozca este disco, quien no haya escuchado nunca la amplitud de esa escala extraterrestre que va de la electrónica de tebeo hasta Derribos Arias pasando por la deconstrucción del funk o la cumbia electrónica, no sabe lo que se está perdiendo.

lunes, 7 de febrero de 2022

España en los años 80 (XX)

Uno de los rasgos distintivos de Barcelona ha sido siempre la existencia, en mayor o menor medida, de un sector de aficionados que mantienen con gran fidelidad el recuerdo de los estilos tradicionales, sean cuales sean: ya pasaba en los años 60, y tras la hégira asfixiante del progresivo layetano vuelven a surgir. Y si hay músicos que comienzan su carrera en el revival del rock and roll como Loquillo o los Rebeldes, lo mismo sucede con el r'n'b y para ser más concretos con el "subsector" mod, que ya había tenido su gancho veinte años antes en esa ciudad con grupos como los Salvajes o los No. Es cierto que también en Madrid hay afición (Los Elegantes, por ejemplo), pero no con esa permanente adherencia al sentimiento original que muestran muchos grupos catalanes, actualizados gracias a la new wave y en muchos casos al power pop de origen americano. En Barcelona hay pujanza de grupos de ese estilo, que en su mayoría durarán poco; pero algunos llegarán a ser relativamente populares a escala nacional, y de todos ellos el más recordado son sin duda los Brighton 64, cuyo nombre ya lo dice todo. 

El núcleo de esa aventura está formado por los hermanos Ricky (bajista y cantante) y Albert Gil (guitarra rítmica). Ricky sobre todo es un fan mod total, y además del los clásicos del r'n'b y la Motown en los años 60 está completamente al tanto de las luminarias que surgen en la Isla a finales de la década anterior, encabezados por los Jam (por supuesto, el bajo de Ricky es un Rickenbacker). Con esa perspectiva crean Brighton 64, acompañados de unos músicos que irán cambiando con frecuencia. Y aunque el panorama no es todavía muy favorable para este tipo de grupos, entre 1981 y el 82 consiguen hacerse relativamente conocidos y en verano de ese último año se les ve en la televisión nacional a través del programa "Musical Express". Era un programa de producción catalana, dirigido por Ángel Casas; había comenzado con la década y en cierto modo era un reflejo de los gustos de su director, un fan del rock y el progresivo que poco a poco iba siendo consciente de que los tiempos estaban cambiando: desde Chick Corea o Emilio Cao a la Mondragón, Vainica Doble o Derribos Arias, todo era posible. Y una de sus ideas fue ofrecer una panorámica sobre los incipientes grupos mod catalanes, entre los cuales destacaban los hermanos Gil y sus colegas.


Su debut discográfíco llega a principios de 1983 con un Ep de cuatro canciones grabado en Flor Y Nata, uno de los primeros sellos independientes de Barcelona (la portada es un trabajo de Manolo García, aunque al parecer no les gustó mucho). Hay que reconocer que aún están un poco verdes y tanto las intervenciones de la guitarra como el ritmo de la batería son manifiestamente mejorables, pero se les nota la afición. Y de todos modos lo que cuenta es que ahí viene "Barcelona blues", la canción que da nombre a ese Ep y es la primera de las piezas que pasa a formar parte inmediatamente de  las más recordadas del grupo, convirtiéndose además  en una especie de santo y seña de la modernura contemporánea barcelonesa. Gracias a ella y a pesar de las deficiencias técnicas del disco, que por otra parte tenía un sonido poco más que regular, las ventas son bastante respetables.

En otoño publican un single en el que ya se nota una clara mejoría tanto en el sonido como en la calidad de la ejecución; "Deja de tocar a mi chica", su cara A, es otra de las que se convierte en muy poco tiempo en otra integrante de su lista particular de clásicas. Sin embargo, y aunque de nuevo se vende con facilidad, hay que tener en cuenta que las tiradas de este tipo de discos no son muy grandes porque tampoco lo es la parroquia que los sigue: los aficionados mods, como los rockers, son muy activos y apasionados, pero no muy numerosos. Y aunque junto a otros grupos llegan poco después a participar en una gran reunión mod en Roma, las actuaciones se van espaciando con el paso del tiempo porque el circuito para este tipo de músicas no da para más. Así llegarán a 1984 viviendo en plena incertidumbre, porque durante ese año no hay grabaciones e incluso se llega a dudar si el grupo seguirá adelante; por otra parte, ya desde un tiempo antes andaban tonteando con un proyecto alternativo -Las Novias- que finalmente no llegó a nada. Sin embargo entran en 1985 estabilizados como trío junto al batería Tino Peralbo, con nuevo repertorio y decididos a dar el salto hacia lo desconocido: es decir, bajar a Madrid, donde gracias a su amistad con Los Rebeldes consiguen una oferta del sello Twins.



El resultado es "Haz el amor", un mini Lp que se publica a mediados de aquel año. La cosa no fue fácil, ya que Twins no gastó un duro de más: la grabación se hizo en un estudio de doblaje, y de ahí al disco sin producción siquiera, además de que luego resulta que el orden de canciones difiere del vinilo a la funda (una funda que por otra parte es una copia que hace Albert de un cuadro de Tom Wesselmann, muy de moda por entonces). A pesar de todo esta es una puesta de largo muy defendible, el sonido mejora en relación a sus primeras grabaciones y aunque Twins tampoco se esforzó mucho ni promocionando ni distribuyendo, las ventas fueron bastante pasables. Se nota que han madurado y las canciones suenan con más densidad, además de que los arreglos son muy actuales: la canción que da título al disco tiene una entrada que recuerda a los grupos británicos contemporáneos, como también los hay en "Secreto hacer" o "La próxima vez", y hay claras influencias new wave -no necesariamente mod- en otras como "La próxima vez". Pero como es lógico también hay aromas entre soul y Motown de vez en cuando: un ejemplo es "Siga a ese coche", con esa entrada y la sección de viento, que también vitamina a otras como "Conflicto con tu ayer". Poco después los Brighton serán definitivamente un cuarteto, ya que el teclista Jordi Fontich redondea el sonido del grupo a partir de entonces y les da una profundidad que se nota en los directos, donde consolidan su leyenda: después de tanto tiempo, ese cuarteto será el que se consagre como su formación clásica.



En 1986 presentan una maqueta a Paco Trinidad, que ha entrado como productor y cazatalentos en EMI poco antes. Y aunque ese sello los tuvo enfilados desde el primer día (incluso intentaron cambiarles el nombre), no tardan mucho en publicar un maxi single de cinco canciones que llega justo en su mejor momento y que será un notorio éxito de ventas, sobre todo porque ahí se presentan dos de las más épicas de su carrera: "La casa de la bomba" y "El mejor cocktail", justo la que abre y la que cierra ese disco. Ambas tienen una contundencia magnífica, tanto por su ritmo como por los arreglos, muy bien elegidos: en la primera destaca el juego de voces con ese apoyo de teclados y los coros al más puro estilo de los años 60, y la segunda la sección de metales que nos lleva también a aquella época gloriosa del soul blanco. En concreto "La casa de la bomba", que es ya la canción bandera del grupo por los siglos de los siglos, fue declarada la mejor del año 86 en una votación entre los oyentes de Radio 3. Esa fue la canción que Trinidad había intuido que sería éxito, el argumento con el que había convencido a EMI para que los grabase; y a EMI, que había publicado este maxi como prueba para ver si la cosa funcionaba, ahora le entran las prisas y fuerza al grupo para preparar un disco grande cuanto antes.



Por fin en 1987 se publica "El problema es la edad", que podría haber sido la confirmación definitiva de un brillante futuro para Brighton 64, pero que resultó ser uno de los más entrañables testamentos sonoros que ha dado el pop nacional de los años 80. La situación no era buena, ya que las prisas de EMI no cuadraban con las situación del grupo en aquel momento, con actuaciones casi continuas; por otra parte su enfado con el sello se ampliaba ahora a Trinidad, que prefirió meter algunos músicos de su plantilla para la grabación. Y aun así, la selección es realmente buena: además de las dos estrellas del mini anterior, que se incluyen aquí, ya la apertura con "Palabras con sabor" demuestra el empuje que tenían por entonces, de nuevo con esa sección de viento que engrandece el sonido, igual que en "(Club negro) La calle 46". Aunque pueden cambiar de registro y pasarse al power pop con la misma energía, como en "Me dejo querer", e incluso atacar los tiempos medios con soltura: "Igual, nos da igual" es un buen ejemplo. Pero su primer enemigo ya era el propio sello, que no promocionó el disco; en consecuencia las ventas fueron bastante flojas (aunque con el tiempo se ha convertido en una especie del tótem del género). Y como era de esperar, a EMI le faltó tiempo para echarlos: se publicó un nuevo maxi con "Palabras con sabor" en la cara A más dos sobrantes en la B y antes de que terminase el año estaban fuera. No duraron mucho más, ya que tampoco la situación interna del grupo era buena y finalmente los hermanos Gil dan por concluida la aventura.


Poco después se presentan Los Brigatones, un nuevo proyecto de los hermanos en el que se fusiona el soul trompetero con algunos otros estilos un tanto inusuales: llegaron a grabar un disco y desaparecieron para, ya en los 90, reaparecer bajo el nombre de Matamala (segundo apellido de su padre, un abogado laboralista muy prestigioso): duraron casi toda la década y publicaron varios discos, cantando generalmente en catalán; entre eso y la distribución, su popularidad no fue mucho más allá de Cataluña. Y luego han estado yendo y viniendo muchas veces: la música no es su ocupación principal, pero de vez en cuando les gusta darse un homenaje e incluso grabar algunas canciones nuevas. Hacen bien.