Uno de los rasgos distintivos de Barcelona ha sido siempre la existencia, en mayor o menor medida, de un sector de aficionados que mantienen con gran fidelidad el recuerdo de los estilos tradicionales, sean cuales sean: ya pasaba en los años 60, y tras la hégira asfixiante del progresivo layetano vuelven a surgir. Y si hay músicos que comienzan su carrera en el revival del rock and roll como Loquillo o los Rebeldes, lo mismo sucede con el r'n'b y para ser más concretos con el "subsector" mod, que ya había tenido su gancho veinte años antes en esa ciudad con grupos como los Salvajes o los No. Es cierto que también en Madrid hay afición (Los Elegantes, por ejemplo), pero no con esa permanente adherencia al sentimiento original que muestran muchos grupos catalanes, actualizados gracias a la new wave y en muchos casos al power pop de origen americano. En Barcelona hay pujanza de grupos de ese estilo, que en su mayoría durarán poco; pero algunos llegarán a ser relativamente populares a escala nacional, y de todos ellos el más recordado son sin duda los Brighton 64, cuyo nombre ya lo dice todo.
El núcleo de esa aventura está formado por los hermanos Ricky (bajista y cantante) y Albert Gil (guitarra rítmica). Ricky sobre todo es un fan mod total, y además del los clásicos del r'n'b y la Motown en los años 60 está completamente al tanto de las luminarias que surgen en la Isla a finales de la década anterior, encabezados por los Jam (por supuesto, el bajo de Ricky es un Rickenbacker). Con esa perspectiva crean Brighton 64, acompañados de unos músicos que irán cambiando con frecuencia. Y aunque el panorama no es todavía muy favorable para este tipo de grupos, entre 1981 y el 82 consiguen hacerse relativamente conocidos y en verano de ese último año se les ve en la televisión nacional a través del programa "Musical Express". Era un programa de producción catalana, dirigido por Ángel Casas; había comenzado con la década y en cierto modo era un reflejo de los gustos de su director, un fan del rock y el progresivo que poco a poco iba siendo consciente de que los tiempos estaban cambiando: desde Chick Corea o Emilio Cao a la Mondragón, Vainica Doble o Derribos Arias, todo era posible. Y una de sus ideas fue ofrecer una panorámica sobre los incipientes grupos mod catalanes, entre los cuales destacaban los hermanos Gil y sus colegas.
Su debut discográfíco llega a principios de 1983 con un Ep de cuatro canciones grabado en Flor Y Nata, uno de los primeros sellos independientes de Barcelona (la portada es un trabajo de Manolo García, aunque al parecer no les gustó mucho). Hay que reconocer que aún están un poco verdes y tanto las intervenciones de la guitarra como el ritmo de la batería son manifiestamente mejorables, pero se les nota la afición. Y de todos modos lo que cuenta es que ahí viene "Barcelona blues", la canción que da nombre a ese Ep y es la primera de las piezas que pasa a formar parte inmediatamente de las más recordadas del grupo, convirtiéndose además en una especie de santo y seña de la modernura contemporánea barcelonesa. Gracias a ella y a pesar de las deficiencias técnicas del disco, que por otra parte tenía un sonido poco más que regular, las ventas son bastante respetables.
En otoño publican un single en el que ya se nota una clara mejoría tanto en el sonido como en la calidad de la ejecución; "Deja de tocar a mi chica", su cara A, es otra de las que se convierte en muy poco tiempo en otra integrante de su lista particular de clásicas. Sin embargo, y aunque de nuevo se vende con facilidad, hay que tener en cuenta que las tiradas de este tipo de discos no son muy grandes porque tampoco lo es la parroquia que los sigue: los aficionados mods, como los rockers, son muy activos y apasionados, pero no muy numerosos. Y aunque junto a otros grupos llegan poco después a participar en una gran reunión mod en Roma, las actuaciones se van espaciando con el paso del tiempo porque el circuito para este tipo de músicas no da para más. Así llegarán a 1984 viviendo en plena incertidumbre, porque durante ese año no hay grabaciones e incluso se llega a dudar si el grupo seguirá adelante; por otra parte, ya desde un tiempo antes andaban tonteando con un proyecto alternativo -Las Novias- que finalmente no llegó a nada. Sin embargo entran en 1985 estabilizados como trío junto al batería Tino Peralbo, con nuevo repertorio y decididos a dar el salto hacia lo desconocido: es decir, bajar a Madrid, donde gracias a su amistad con Los Rebeldes consiguen una oferta del sello Twins.
El resultado es "Haz el amor", un mini Lp que se publica a mediados de aquel año. La cosa no fue fácil, ya que Twins no gastó un duro de más: la grabación se hizo en un estudio de doblaje, y de ahí al disco sin producción siquiera, además de que luego resulta que el orden de canciones difiere del vinilo a la funda (una funda que por otra parte es una copia que hace Albert de un cuadro de Tom Wesselmann, muy de moda por entonces). A pesar de todo esta es una puesta de largo muy defendible, el sonido mejora en relación a sus primeras grabaciones y aunque Twins tampoco se esforzó mucho ni promocionando ni distribuyendo, las ventas fueron bastante pasables. Se nota que han madurado y las canciones suenan con más densidad, además de que los arreglos son muy actuales: la canción que da título al disco tiene una entrada que recuerda a los grupos británicos contemporáneos, como también los hay en "Secreto hacer" o "La próxima vez", y hay claras influencias new wave -no necesariamente mod- en otras como "La próxima vez". Pero como es lógico también hay aromas entre soul y Motown de vez en cuando: un ejemplo es "Siga a ese coche", con esa entrada y la sección de viento, que también vitamina a otras como "Conflicto con tu ayer". Poco después los Brighton serán definitivamente un cuarteto, ya que el teclista Jordi Fontich redondea el sonido del grupo a partir de entonces y les da una profundidad que se nota en los directos, donde consolidan su leyenda: después de tanto tiempo, ese cuarteto será el que se consagre como su formación clásica.
En 1986 presentan una maqueta a Paco Trinidad, que ha entrado como productor y cazatalentos en EMI poco antes. Y aunque ese sello los tuvo enfilados desde el primer día (incluso intentaron cambiarles el nombre), no tardan mucho en publicar un maxi single de cinco canciones que llega justo en su mejor momento y que será un notorio éxito de ventas, sobre todo porque ahí se presentan dos de las más épicas de su carrera: "La casa de la bomba" y "El mejor cocktail", justo la que abre y la que cierra ese disco. Ambas tienen una contundencia magnífica, tanto por su ritmo como por los arreglos, muy bien elegidos: en la primera destaca el juego de voces con ese apoyo de teclados y los coros al más puro estilo de los años 60, y la segunda la sección de metales que nos lleva también a aquella época gloriosa del soul blanco. En concreto "La casa de la bomba", que es ya la canción bandera del grupo por los siglos de los siglos, fue declarada la mejor del año 86 en una votación entre los oyentes de Radio 3. Esa fue la canción que Trinidad había intuido que sería éxito, el argumento con el que había convencido a EMI para que los grabase; y a EMI, que había publicado este maxi como prueba para ver si la cosa funcionaba, ahora le entran las prisas y fuerza al grupo para preparar un disco grande cuanto antes.
Por fin en 1987 se publica "El problema es la edad", que podría haber sido la confirmación definitiva de un brillante futuro para Brighton 64, pero que resultó ser uno de los más entrañables testamentos sonoros que ha dado el pop nacional de los años 80. La situación no era buena, ya que las prisas de EMI no cuadraban con las situación del grupo en aquel momento, con actuaciones casi continuas; por otra parte su enfado con el sello se ampliaba ahora a Trinidad, que prefirió meter algunos músicos de su plantilla para la grabación. Y aun así, la selección es realmente buena: además de las dos estrellas del mini anterior, que se incluyen aquí, ya la apertura con "Palabras con sabor" demuestra el empuje que tenían por entonces, de nuevo con esa sección de viento que engrandece el sonido, igual que en "(Club negro) La calle 46". Aunque pueden cambiar de registro y pasarse al power pop con la misma energía, como en "Me dejo querer", e incluso atacar los tiempos medios con soltura: "Igual, nos da igual" es un buen ejemplo. Pero su primer enemigo ya era el propio sello, que no promocionó el disco; en consecuencia las ventas fueron bastante flojas (aunque con el tiempo se ha convertido en una especie del tótem del género). Y como era de esperar, a EMI le faltó tiempo para echarlos: se publicó un nuevo maxi con "Palabras con sabor" en la cara A más dos sobrantes en la B y antes de que terminase el año estaban fuera. No duraron mucho más, ya que tampoco la situación interna del grupo era buena y finalmente los hermanos Gil dan por concluida la aventura.
Poco después se presentan Los Brigatones, un nuevo proyecto de los hermanos en el que se fusiona el soul trompetero con algunos otros estilos un tanto inusuales: llegaron a grabar un disco y desaparecieron para, ya en los 90, reaparecer bajo el nombre de Matamala (segundo apellido de su padre, un abogado laboralista muy prestigioso): duraron casi toda la década y publicaron varios discos, cantando generalmente en catalán; entre eso y la distribución, su popularidad no fue mucho más allá de Cataluña. Y luego han estado yendo y viniendo muchas veces: la música no es su ocupación principal, pero de vez en cuando les gusta darse un homenaje e incluso grabar algunas canciones nuevas. Hacen bien.
Los primeros temas que pones parecen de la época de Los Salvajes o Lone Star. Creo que es un grupo con cierto tono amateur para macroconciertos de esa tribu urbana si es que llegó a existir aquí alguna vez y no es una mera copia de la inglesa.
ResponderEliminarSí, al menos los dos discos pequeños muestran claramente su espíritu sesentero. Hay más un tono general que mimetismo con un grupo en concreto, pero la cosa es así. Luego fueron ampliando el estilo, tal vez porque había más influencias que el soul o los grupos británicos: se nota un airecillo pop rock americano de vez en cuando. En fin, que era un grupillo bastante decente.
EliminarEn su día solo escuché La casa de la bomba, creo que no tuvieron mucha repercusión. De la selección que nos has regalado los dos primeros temas suenan reguleros, pero luego suben el nivel en Hablando solo y La próxima vez. El mejor cocktail lo recuerdo de alguna de tus recopilaciones, está muy bien. En general no han envejecido mal, y vencer el paso del tiempo no lo hacen muchos.
ResponderEliminarNo tuvieron mucha repersusión a gran escala; es decir, no eran comparables a unos Radio Futura o monstruos de ese calibre, básicamente porque los grupos "neo" tienen el público que tienen. Pero a mediados de la década se escuchaban bastante en los pubs, y desde luego "La casa de la bomba" llegó a sonar hasta en las emisoras generalistas.
ResponderEliminarLa verdad es que pese a conocerlos no les seguí mucho la pista y me era más fácil conectarlos con Ariadna Gil, actriz que empezó a aparecer por las pantallas algo después por ser hermana de los creadores de la banda. Curiosidades.
ResponderEliminarTienes razón, en Barcelona siempre ha cuajado (mejor que en Madrid en muchas ocasiones) una escena revival (del tipo que sea) que ha dado lugar a bandas como esta. Tienen un savoir faire especial que hace que muchas propuestas fructifiquen más allí que en otras partes.
Lo he pasado muy bien escuchando las canciones, apenas tenía recuerdo de muchas de ellas. Agradecido.
Saludos,
La hermosa Ariadna, cuya pareja actual es Viggo Mortensen, que por influencias suyas y de su familia se ha hecho miembro de Òmnium Cultural, esa agrupacióon indepe tan simpática...
EliminarLas malas lenguas dicen que Cataluña, como muchas otras comunidades autónomas, es tierra de grupos pop proclives al espíritu "vintage" porque no han conseguido una vanguardia o al menos un estilo autóctono como sí lo consiguió Madrid en los primeros años de la década. El revival está muy bien, pero no es suficiente para crear un ambiente con la potencia necesaria para subsistir.
Saludos mil.
https://youtu.be/YAyR3rXby48
ResponderEliminarMuchas gracias, herr doktor. Parece que los Gil llevan unos meses bastante activos regrabando parte de su repertorio, y esta es un buen ejemplo. No soy fan de los grupos "redivivos", y creo que estas versipones pueden ganar en sofisticación, buen sonido y mejor técnica, pero por el camino han perdido lo importante: la frescura, la sencillez, la vida. Son como esas mariposas clavadas en un papel para la posteridad.
EliminarLos recordaba un poquito más durillos, pero parece ser que no lo eran tanto. Tampoco yo les seguí mucho la pista, así que viene bien este recordatorio.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, Bab. No eran durillos (vamos, no eran rockeros), ya que lo suyo es en esencia el power pop más o menos potente. Por lo tanto su arma, como buen grupo pop, era la melodía con gancho engarzada en un ritmo lo suficientemente fresco como para bailar. Son los representantes más populares de aquel renacimiento mod que hubo en Cataluña, aunque por supuesto este tipo de grupos está reducido a un sector muy concreto de fans.
EliminarSaludos mil.