A veces da la impresión de que aquella vuelta al pasado que comenzó a finales de los años 70 fue privilegio exclusivo de los mods y la música negra, pero no es así: también los rockers, los teddy boys, tuvieron su protagonismo aunque, al menos en los primeros momentos, fue bastante débil y hasta cierto punto "acomplejado" por el dominio aplastante del otro bando, tanto en la prensa como en los locales de baile. Por otra parte, hay una serie de prejuicios que siguen vigentes en ese momento: la historia del antagonismo entre mods y rockers, por lo general contada desde la perspectiva de los primeros, atribuye a los otros un carácter montuno, producto de unas mentes estrechas e ignorantes, además de estar pasados de moda. Para los mods y la prensa afín, los rockers son sujetos de pelo grasiento que a duras penas saben leer y escribir, y que son incapaces de ir más allá de las cancioncillas rancias del rockabilly con sus ídolos acartonados: Eddie Cochran, Gene Vincent, ese tipo de elementos (la propia palabra "rockabilly" había nacido en los States como un insulto hacia los rockeros del sur del país: un rockabilly es un hillbilly -es decir, un montañés- aficionado a esa música). Y esa situación no se equilibró hasta que un día, de buenas a primeras, se planta en la Isla un trío de músicos yanquis al que un colega les ha contado algo sobre un revival allí (tal vez por los ecos de algunas bandas surgidas años antes, en la época del glam, el relativo éxito de los Matchbox y poco más). Ese trío son, evidentemente, los Stray Cats; y, al igual que Hendrix, fue en la Isla donde cimentaron su carrera.
lunes, 30 de noviembre de 2020
1980-81 (XIX)
lunes, 23 de noviembre de 2020
1980-81 (XVIII)
lunes, 16 de noviembre de 2020
1980-81 (XVII)
Una de las tendencias que surgió al rebufo de la new wave fue el rescate de los estilos de baile jamaicanos que tanta popularidad habían tenido diez o doce años antes, en la hégira mod. Ya vimos que, como había ocurrido en aquella época, tal furor no duró mucho: por aquí han pasado Madness, que cuando vuelvan serán ya un grupo pop, y los Specials, cuya época dorada no va más allá de dos años y dos discos; a partir del 81 comienzan a perder entidad y se convierten en una banda casi intemporal pero anecdótica, como le ha pasado a la mayoría. Los géneros de baile son para bailar, y no es frecuente que este tipo de músicos puedan vivir de los discos indefinidamente. Otra cosa es que surja algún grupo que, partiendo de los ritmos tradicionales, sepa añadir elementos nuevos y les dé un lavado de cara: con esa estrategia se puede durar un cierto tiempo, tener éxito a veces, y eso fue lo que consiguieron los Beat. De sus tres discos, los dos primeros fueron top 5 y el tercero, para mí el más elegante, rozó el top 20: ahí lo dejaron.
Birmingham es junto con Londres la ciudad con mayor asentamiento de inmigrantes procedentes de las Indias occidentales, y en consecuencia ha tenido siempre un circuito de locales y músicos bastante nutrido (de la cercana Coventry, que a efectos musicales pertenece al área de influencia de Birmingham, proceden los Specials y su sello Two Tone, por ejemplo). Y aquí viven dos guitarristas blancos aficionados a ese tipo de estilos: Dave Wakeling, que además canta, y Andy Cox. Allá por el 78 deciden crear un grupo revival pero que tendrá más amplitud de criterio que la mayoría, y junto con un colega bajista llamado David Steele se reúnen con tres músicos de origen antillano. El más veterano de ellos es Lionel Martin (Saxa para los fans), un saxofonista de expediente apabullante por haber trabajado con las figuras más grandes de la década anterior (entre ellos Desmond Dekker o Laurel Aitken, sin ir más lejos). El batería, Everett Morton, es más joven pero ya se ha hecho un nombre en la ciudad, mientras que Ranking Roger, el cantante, es el más joven de todos: quince añitos. O sea, que promete. Bien, pues esta banda tan igualitaria racialmente -tres y tres-, después de unos meses de fogueo en el área de su ciudad fichan por Two Tone, como era de esperar, y a finales del 79 debutan con un single cuya cara A es una versión de la legendaria "Tears of a clown", del señor Robinson y sus Miracles. Es decir, que han recurrido a la Motown para presentarse; eso significa que partiendo del ska saben fusionarlo con el pop negro, y desde luego lo demuestran con una solvencia impresionante:
lunes, 9 de noviembre de 2020
1980-81 (XVI)
lunes, 2 de noviembre de 2020
1980-81 (XV)
La onda siniestra, cuyo origen se debe preferentemente a la influencia de Siouxsie y sus Banshees, comienza a ser una de las modas con más adeptos del país. Buen ejemplo de ello es Robert Smith, un muchacho que al frente de su banda -los Cure- comenzó su carrera musical en los terrenos del post punk y luego, en vista de por dónde iban los tiros, no tuvo inconveniente en ir reciclándose a toda prisa. Con el paso del tiempo Smith será considerado como el personaje más representativo del estilo, ya que a Siouxsie se le ha terminado encajonando en el gótico; sin mucha lógica, a mi parecer (y aunque es mejor que él en el estilo que sea). Pero hay que reconocer que los Cure dan muy bien la imagen de grupo siniestro, e incluso gótico también: además de su estética, Smith sabe hacer frases que en cierto modo son una vuelta de tuerca sobre ese tipo de mentalidad. Y hay una que me encanta: "Nos llamaban depresivos, pero en realidad lo único que reflejábamos era apatía". Así se entiende mejor la obra de este grupo, elevado a la categoría de gloria nacional pero que a los de nuestra quinta nos escamó bastante porque aquí se encuentran algunos rasgos de la decadencia que comienza a oscurecer la Isla. En fin, no me hagan mucho caso: me caen bastante mal, es cierto, pero no se puede negar la evidencia de que tuvieron -y tienen- una verdadera legión de seguidores.
El señor Smith, que tiene estudios musicales, domina con cierta solvencia algunos instrumentos de cuerda (guitarra, bajo, violín) y teclados (piano, organo). Aunque también tiene un buen tono de voz, cuando comienza a participar en algunos grupillos familiares prefiere que canten otros. Entre 1976 y el 77 forma su primer grupo estable, el cuarteto Malice, luego llamado Easy Cure y finalmente, como trío, The Cure en 1978; para entonces Smith ya es el cantante y guitarrista, junto al bajo Michael Dempsey y el batería Lol Tolhurst. Los tres participan en la composición, aunque está claro que es Smith quien dirige la línea musical. Y han conseguido un manager de campanillas: el neozelandés Chris Parry, que en sus tiempos fue el batería de los añorados The Fourmyula, el grupo beat más famoso de aquella isla. Parry además tiene vocación de productor y está montando un sello propio, Fiction Records, que se integrará en el conglomerado Polydor. En los últimos días de Diciembre Fiction publica el debut en single del grupo:"Killing an arab". Con semejante título era de esperar que hubiese lío, y Smith tuvo que dar explicaciones: no, no es racista. Es que lee a Camus, y en su novela "El Extranjero" le llamó la atención la frialdad con la que Meursault asesina a un árabe. Y en esencia la letra refleja precisamente esa escena, pero siempre hay gente que se escandaliza sin saber de qué. El caso es que entre la calidad de la canción -un típico ejemplo de post punk de final de década con algunas escalas "magrebíes" a cargo de la guitarra- y la publicidad "involuntaria" causada por su título, el single se vendió bastante bien. A ver ustedes qué opinan...