lunes, 31 de enero de 2022

España en los años 80 (XIX)

En el mundo de la música popular, al menos hasta el momento en el que nos hallamos, solía cumplirse una norma no escrita por la cual los cambios generacionales y de estilos comenzaban a mediados de la década: eso había pasado en los 50, los 60 y los 70. Sobre 1984/85, aunque la nueva ola madrileña sigue protagonizando la actualidad, ya comienza a notarse una cierta fatiga que viene acompañada de una creciente fragmentación entre los aficionados más veteranos, muchos de los cuales dejan de prestar atención a dicha actualidad para volver sus ojos a tiempos pasados. A cambio la masa de aficionados más jóvenes está creciendo, y entre ellos hay ya un buen sector al que no interesan los fenómenos post punk o electrónicos. Crece también, como alternativa, la afición por los grupos de corte netamente "español" como Radio Futura o Gabinete Caligari: ambos surgieron en aquel ambiente madrileño primario, pero ya poco queda en ellos de sus orígenes. Entre unas cosas y otras, se percibe una creciente "deslocalización" que resta influencia a Madrid.

Bajo esas nuevas circunstancias surge a finales de 1984 El Último De La Fila, el proyecto definitivo de García y Portet, que a partir de ahora trabajan con total profesionalidad. Cuando ya tienen un repertorio sólido negocian con el pequeño sello PDI la grabación, pero antes presentan dos canciones a un concurso de maquetas organizado por la revista Rock Spezial (epítome de la modernura por entonces) y lo ganan. Eso les daría la ocasión de grabar en Virgin, pero ya tienen un contrato con PDI que respetan porque quieren independencia total, y lo único que les interesa de la revista es su apoyo mediático. A mediados de 1985 llega el debut: "Cuando la pobreza entra por la puerta el amor salta por la ventana". Aquí ya se nota con claridad el sesgo "españolizante" que ha tomado el dúo, tanto en las melodías como en el tono aflamencado de García, que a veces se pasa un poco pero que en su justa medida da buenos resultados: el equilibrio entre letra, música y voz en piezas como la casi épica "Dulces sueños" o la que da título al disco es exquisito. Hay un extraño experimento electrónico supuestamente vanguardista titulado "A cualquiera puede sucederle" que a algunos nos parece casi una parodia, pero que fue una de las piezas que habían presentado en aquella maqueta ganadora: deducimos por tanto que ellos están interesados en que la consideremos como una de sus señas de identidad. El caso es que este disco se grabó en quince días, y poco a poco tanto la prensa como el boca a boca lo van aupando hasta llegar a una cifra de ventas muy decente, cercana a las treinta mil copias. Al fin lo han conseguido: las actuaciones ya se prodigan por España adelante, y su vistoso directo redondea la faena.



En 1986 consolidan su posición con "Enemigos de lo ajeno". Entre otras cosas esa querencia andaluza que imprimen a algunas canciones actualiza de algún modo las posibilidades del rock sureño; no llego a decir que esto sea exactamente flamenco rock, pero se le acerca bastante: piezas como "Lejos de las leyes de los hombres" abren mucho el campo para ese estilo. El cierre con "Para qué sirve una hormiga", a mí me suena como un cruce entre Andalucía y el Magreb con un agradable toque psicodélico. Y entre esas dos hay un abanico bastante amplio de estilos muy inteligentemente mezclados, además de unas letras con una carga poética de categoría. Tengo que reconocer que "Insurrección", esa pieza tan alabada, no es de las que la que más me atraen a mí, pero le reconozco el gancho; "Mi patria en mis zapatos" o "Las palabras son cansancio" son más de mi estilo. En cualquier caso, precisamente esa variedad es la que hace que este disco sea un éxito de ventas, y que junto a su deslumbrante directo -tanto en imagen como en sonido- los eleva ya a la categoría de estrellas del circuito nacional. Por supuesto también la crítica se rinde ante ellos, y aprovechando esa situación de poderío rescatan unas cuantas canciones de su anterior etapa y las regraban, publicando a principios del 87 el resultado bajo el título de "Nuevas mezclas", que por supuesto dan como resultado un sonido mucho más actual. Esa actualización no agrada a todo el mundo, y a muchos de sus fans de primera hora no se les ve muy contentos; de todos modos, posiblemente por el tirón que ya tenían se vendió bastante bien.



El Último de La Fila graba en 1988 su último disco de esta década; y lo hace a lo grande, con una de sus obras más recordadas aún hoy. Se titula "Como la cabeza al sombrero" y representa un giro hacia un sonido más pausado y sencillo que en los anteriores, con un tono acústico general con arreglos suaves: "Dios de la lluvia", la primera, es un buen resumen del repertorio. De todos modos, por alguna razón que no sé explicar, me parece distinguir alguna vaga influencia de los grupos de pop melódico electrónico como los Simple Minds en algunos momentos: los teclados no son invasivos, ni mucho menos, pero ese ambiente general que abriga algunas canciones tiene un aroma casi nuboso, casi norteño. Y esa sensación se refuerza en momentos con los arreglos que lleva "Ya no danzo al son de los tambores", por ejemplo. Da la impresión de que se sienten a gusto en ese pop entre rítmico y melódico que empieza a triunfar en la Isla, un pop blanco pero con tonos muy marcados de funk en la percusión. La canción que da título al disco es sin embargo una de las más cercanas a su estilo anterior, y queda muy bien ese refuerzo de palmas que suena por momentos. Poco después dan un salto de categoría y se hacen conocidos a escala internacional gracias a su participación en un macroconcierto a favor de los Derechos Humanos organizado por Amnistía Internacional en Barcelona junto a pesos pesados como Peter Gabriel, Springsteen, Sting y otras cuantas luminarias. Así que el dúo llega a los años 90 en el momento de más popularidad de su carrera.



"Nuevo Pequeño Catálogo de Seres y Estares" será el disco con el que se inaugura la nueva década, y en él se recupera parte del vigor que tenían antes de ese ligero relajamiento del precedente; un relajamiento que de todos modos solo afectaba a su trabajo de estudio, porque en directo nunca perdieron su fuerza. Supongo que esa opinión general de que este es un disco más "experimental" se debe a que hay una mezcla de estilos más cercanos al pop. Las ventas siguen subiendo. En el 93 publican "Astronomía razonable" con un acercamiento al sonido más tradicional, sin teclados electrónicos; hay un predominio de los tiempos medios y un tono general más sureño. Por fin su carrera discográfica terminará en el 95 con división de opiniones: "La rebelión de los hombres rana" es su última grabación en estudio; la marca seguirá vigente unos años más, aunque poco después de las giras de presentación del disco su actividad desaparece, sustituida por trabajos en solitario de Portet y García. En definitiva, lo que nos queda es un trabajo discográfico bastante aceptable (aunque al final se hacían un tanto reiterativos) y una magnífica memoria de sus directos: es un buen equilibrio.



18 comentarios:

  1. Me abstengo de comentar. En su momento se me atragantó Manolo García. Así que paso de momento. Otra vez será.
    Saludos.

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    1. Hola, Bab. Yo también tengo atragantado al señor García, aunque esta primera época del dúo (sobre todo sus dos primeros discos) me gusta bastante. Tal vez abusó de ese tonillo lolailo, pero hay que reconocer que tenían más cosas aparte de eso.

      Saludos mil.

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  2. Es interesante ese fenómeno de la 'deslocalización', tal y como explicas. Mi problema con este grupo, así como con los discos en solitario de Manolo García, no es tanto la opción de tirar (hasta cierto punto) hacia el tono flamenco, sino la forma de cantar de Manolo, que nunca me ha gustado. No tengo argumentos objetivos, me resulta un tanto soso y blandengue, o será por su timbre aflautado. Eso ya me impide disfrutar de las composiciones. En su momento escuché más indirectamente sus dos primeros en solitario, porque una amiga mía era fan, y veo que me ocurre lo mismo con lo que hizo en 'El último de la fila'. Qué le vamos a hacer. Hay otros que tienen rechazo a 'Héroes del silencio' por la epicidad o grandilocuencia de Bunbury.

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    1. A mediados de los 80 ya comenzaba a ser posible que un grupo "de provincias" tuviese un futuro viable. Y no me refiero solo a la localización geográfica, sino también al estilo: grupos como este, con carácter propio, consiguieron llegar arriba precisamente por eso, por salirse del tonillo ya un poco agobiante de la modernura madrileña, a la que se le estaba pasando el arroz.

      Y en cuando a Manolo, ese tonillo probablemente acabó aburriéndonos a todos... los aquí presentes, porque a nivel nacional se retiraron en loor de multitudes, como suele decirse. La tendencia sureña es la más fuerte en España, nos guste o no.

      De Bunbury casi mejor no hablo.

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  3. Hola Rick.
    Yo tampoco he sido nunca fan de Manolo García. No me entran sus canciones y no es que tenga nada contra el buen flamenco, pero ese tono aflamencado de su voz siempre se me ha atragantado.
    Parece que de momento no hay mucha aceptación hacia su persona en los comentarios. De todas formas hay que reconocer que es un tio muy querido, tiene una legión de seguidores en nuestro país y que levanta pasiones en sus conciertos.
    Respecto al comentario de Rodión sobre Héroes del Silencio, tengo que decir que yo también soy uno de esos. No soporto como canta Bumbury.

    Buen trabajo.

    Saludos
    Antoni

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    1. Hola, Antoni. Ya ves que a la mayoría de los parroquianos del bar nos pasa igual, que ese tonillo nos acaba cansando mucho; pero como le digo a Rodión, el sur tira mucho en España.

      Y sobre Bunbury, me remito también al comentario anterior.

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  4. Discrepo de los comentarios anteriores. El mejor pop español ha sido el que se ha sabido despiojar de las maneras británicas buscando una definición propia. El éxito de Gabinete, de Radio Futura, de los Brincos, de Lone Star, de Triana, de los Módulos, de Niños Mutantes o del El Último de la Fila nacen de la imperiosa necesidad de buscar el propio camino aún a riesgo de caer en el flamenquismo sui generis. Manolo García es un excelente cantante que me recuerda a Pepe Robles y es su senda cercana a lo que pretendía y aún pretende Kiko Veneno y los cantantes de las nuevas hornadas tras la debacle de los grupos españoles cantando en inglés de hace ya dos décadas.

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    1. Estamos de acuerdo en que el mejor pop español es el autóctono. Otra cosa es, tomados uno por uno, los grupos que crearon ese pop: para mí, Radio Futura fueron los mejores. Luego ya los tonos aflamencados me cargan bastante, aunque hay algunas excepciones como Pata Negra que, siendo mucho más densos, tienen un poderío y una categoría que Manolo no ha alcanzado nunca. De todos modos y como siempre, este es un asunto de gustos personales. Así que...

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  5. Tengo sus dos Lps "Enemigos de lo ajeno" y "Como la cabeza al sombrero" y debo reconocer que me gustaron y los escuchaba con regularidad. Me parecieron enormemente originales, esa mezcla sureña de García y del seny catalán de Portet me sedujeron entonces. Creo que fueron uno de los grupos más interesantes de la época y, estoy de acuerdo contigo, supusieron una alternativa al acopio que las bandas madrileñas ejercían por entonces. Esa referencia que haces a la "españolización" de su propuesta, al igual que la de Radio Futura y Gabinete Caligari, es cierta. Yo incluiría aquí a Los Coyotes, sobre todo en la época en que se presentan como Víctor Abundancia y Los Coyotes; su panórámica más conectada con los "hermanos latinos" creo que fue una apuesta muy válida.
    Otra cosa es cuando El último de la Fila se separan y el amigo García empieza a descollar a lo grande. Ahí estoy con la mayoría de los comentaristas, llegó a cansar, a hartar. Y de Bunbury prefiero pasar directamente.
    Saludos,

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    1. Yo me quedo con los dos primeros, y a partir de ahí la cosa comienza a cansarme un poco. En cuanto a la españolización, que resulta evidente (y es además uno de los principales apoyos para los grupos periféricos), reitero lo que le digo a herr doktor: en sí misma, la españolización es un buen argumento. Otra cosa luego es el carácter de cada grupo, y algunos se hicieron realmente cansinos: Gabinete es otro ejemplo. En cuanto a Bunbury, ya veo que vamos coincidiento todos. Menos mal.

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  6. Por aclarar mi comentario, al hilo del coloquio, decía como Antoni que no le pongo pegas a la influencia del flamenco en el cante; en mi caso, simplemente no me entra la voz y estilo de Manolo García. Pensaba que era solo una manía mía. Pero esto no tiene importancia: una cosa son las filias y fobias particulares y otra la valoración musical, y la música de EUDLF y Manolo García no es precisamente la de Andy y Lucas o de otros 'flamenquitos' mediocres que hemos sufrido en el pop español.

    El fenómeno de la 'españolización' del que habla Rick en su posible relación con el final de la Movida madrileña me parece interesante. No creo que haya pautas generales, porque las excepciones las desbordan, pero lo encuentro asimismo fuera del contexto de la Movida madrileña, en otros géneros: el heavy español primero fue pura imitación de Black Sabbath, Kiss o Iron Maiden, y la fórmula se agotó muy rápido, así que se reinventó con elementos propios; el rock urbano o macarra, entre finales de los ochenta y principios de los noventa vio nacer a grupos de las periferias, con 'Extremoduro' como mejor ejemplo, pues comenzaron incluyendo varias jotas extremeñas en sus maquetas y conciertos (según Roberto Iniesta, su primera discográfica les pidió un disco entero de jotas); el grupo valenciano 'Seguridad social' si mal no recuerdo tuvo su mayor éxito a comienzos de los noventa, cuando los gustos aceptaron su punk-rock castizo, etc.

    Por otro lado, esas tendencias coincidieron con nuevas influencias musicales de importación, como el indie y el grunge, lo que llevó al fenómeno que comenta Dr. Krapp: bandas que llevaron la influencia foránea tan al extremo como para cantar en inglés. Luego, la fórmula se agota y de nuevo toca actualizarla mirando a elementos propios. Ni me gusta ni tengo pajolera idea de trap o reguetón, pero me consta que uno de los álbumes más exitosos el año pasado en España fue 'El madrileño' de C. Tangana, donde dicen (yo no lo he escuchado) que ha mezclado su viejo estilo con influencias castizas, por no hablar de Rosalía. En fin, el fenómeno de asimilación y finalmente integración, cuando ocurre, puede producir siempre algo interesante.
    Perdón por el rollo. Un saludo otra vez.

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    1. Precisamente por lo de la influencia del flamenco cito yo a Pata Negra: hay muchas maneras de enfrentarse a una influencia y sacar lo más provechoso de ella teniendo en cuenta el carácter del músico. Y en ese sentido Manolo García comenzó muy bien para acabar resultando una parodia de sí mismo, con todos los respetos para sus seguidores más acérrimos.

      Y en cuanto a lo de la españolización, vuelvo a lo que le digo a herr doktor: esa actitud es buena en sí misma, ya que los mejores grupos españoles fueron siempre los que supieron añadir a un estilo la propia idiosincrasia nacional, desde los Brincos a Radio Futura. Y luego ya viene la segunda parte, que es el carácter personal de cada músico, su tendencia y su querencia. Con unos nos identificaremos más que con otros, proque esto al final es siempre una química.

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  7. A mí en su día me gustó mucho Enemigos de lo ajeno. A pesar del tono flamenco con el que no conecto, las letras eran muy buenas y las melodías luminosas, originales, con sabor local y cargadas de sentimiento. Insurrección me sigue pareciendo un buen tema, pero el resto del disco ha envejecido mal. Sus siguientes trabajos me parecieron cansinos, pegajosos, hasta el punto de que hoy me resulta difícil escuchar algún tema de ellos o de Manolo García en solitario.
    Sobre lo de reivindicar lo autóctono solo por ser de aquí no estoy de acuerdo. No me gustan las jotas ni otras músicas locales y no tengo por qué escucharlas, ni solas ni mezcladas. Hay grupos que tiran de la tradición propia y les sale bien, caso de Radio Futura, pero a la mayoría no les funciona.
    Y como temo que no le vas a dedicar una entrada al ínclito de Bunbury ya te adelanto que tampoco me gusta su forma de cantar ni su estilo épico-apocalíptico-epatante que te mueres

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    1. A mí ya digo, los dos primeros, aunque es cierto que "Enemigos de lo ajeno" tiene un punto más cercano al pop, con menos dejes aflamencados. Y luego, como casi todos los presentes, comienzo a aburrirme un poco.

      Bueno, tal vez haya que matizar eso de "reivindicar lo autóctono". Yo también detesto las jotas y otras músicas locales, así que en el caso de existir un grupo de pop jotero (que seguro que existe) prefiero que pase de mí ese cáliz. Quizá nos estemos refiriendo antes a un modo de ser que a un estilo musical en concreto, y el caso de Radio Futura (de sus primeros discos sobre todo) es ese: no hay un ritmo o una melodía declaradamente "españoles", sino más bien un modo de encarar el pop.

      Sobre Bunbury, reitero con orgullo que al parecer no tiene un solo seguidor aquí.

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  8. Hola Rick.
    Ya empiezo a sospechar que me estás espiando mi santuario para hacer esta serie. Pues los dos primeros discos de esta gente allí están, rodeados de velas, cervecitas y tapas de calamares.
    Y es que cuando irrumpieron fué toda una revolución y no me extraña que fuese venerado por todos, desde los mas melómanos a los que ni fu ni fa, pues parece una música hecha para la gente mas sencilla y rapidamente conectas con ellos.La frase "barras de bar, vertederos de amor" creo que lo define totalmente, y supo juntar, por unica ven en la vida a los lolailos y a los ultras anti-lolailos, entre los que me incluyo.
    Además, una curiosidad que me ha descubierto Sebi esta mañana, en la portada, la imagen de Manolo aparece cortada, y es para que no se vea que se levanta la ceja con el dedo, igual que su compañero, que no le hace falta ese truquillo.
    Grupo definitivo de la música española sin ninguna duda.
    Sañudotes.
    Jose

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    1. Hola, José.

      Pues no sabía yo que fueses fan de Manolo y su socio. Como ves, en general estamos de acuerdo en sus primeros discos, que entre otras cosas tenían una originalidad que en efecto unió a muchos tipos distintos de aficionados. Luego ya la cosa se va haciendo un poco cansina, y en ese aspecto a mí me recuerda el camino que siguieron Gabinete.

      Lo de la ceja si, ya se ve que intentaba arquearla por medios ajenos a la propia ceja. Lo que no sabía es que hubieran cortado la foto para que no se le viera el dedo. Tal vez hubiese quedado más gracioso si se le viese, no sé...

      Saludotes mil.

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  9. si es que esta musica no se pierda

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    1. No se perderá, señor Anónimo. Para eso están los medios electrónicos actuales....

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