"Nadie habla de payola, pero si quieres asegurarte un éxito en Estados Unidos ya puedes ir preparando cien mil dólares en billetes de cien".
(Iggy Pop. Años 70)
Empecemos por donde hay que empezar: el origen idiomático del sufijo -ola. En latín se utilizaba frecuentemente para formar diminutivos, y ese matiz fue aprovechado por el "creativo de marketing" que lo trasladó al inglés a finales del siglo XIX; dándole un tono familiar, cariñoso, fue asumido por el slang industrial y empezó a usarse en el mundo de las innovaciones relacionadas con los artefactos musicales. Así, el primer ingenio del que se tiene noticia con ese añadido es la pianola. Luego la compañía Victor (futuro gigante RCA) creó en 1925 la Victrola; en los años 30 apareció la motorola (la primera radio para automóvil), la gramola, la rockola o sinfonola, y así sucesivamente. Ah, y en homenaje a todo ello Jeff Beck publicó un disco titulado "Beck-Ola". En resumen, estamos ante una verdadera oleada musical.
Bien. Y ahora vamos con Alan Freed, que es ese señor tan simpático que ven ustedes en la foto: fue el disc-jockey americano más famoso de los años 50, y bajo el apodo de "Moondog" iluminó el nacimiento del rock and roll ("El padre del r'n'r", le llaman). Como muchos otros profesionales del ramo se trataba de un músico frustrado, aunque en este caso fue por culpa de sus frecuentes infecciones de oído; lo cual no le impidió convertirse en DJ de la radio militar americana en la II Guerra Mundial. Y a la vuelta comenzó su paseo por un ramillete de emisoras que lo fue haciendo famoso por su exquisito gusto para las canciones con gancho en cualquier tipo de géneros, desde el pop hasta el jazz. Pero su debilidad especial era el rhythm'n'blues (por entonces llamada "música racial"), que él consideraba como el ritmo del futuro -y tenía razón, como ya hemos ido viendo.
El caso es que para 1952 su fama era casi nacional, y esto le animó a organizar audiciones en vivo para que sus oyentes bailasen al ritmo que él pinchaba, alternadas con actuaciones de estrellas del momento (los llamados "act-shows"): sí señores, Alan es también el padre de las discotecas. Y la Historia considera que uno de esos bailes, el "Moondog Coronation Ball", celebrado en Cleveland ese año, es el primer concierto de rock'n'roll. Ahí queda eso. Por cierto, el término "rock and roll" fue acuñado también por él, partiendo de un concepto que ya se usaba en el lenguaje marinero. La fama de Freed llegó a tal nivel que incluso fue invitado por emisoras europeas como Radio Luxemburgo para "actuar" en ellas; y todo habría seguido sobre ruedas de no ser porque…
En 1958, con el rock'n'roll todavía en la cumbre, las grandes compañías eran presa de un fuerte resentimiento. Y ello se debía a que buena parte del dinero -salvo excepciones como la RCA, que ya a finales del 55 se había apresurado a comprarle los derechos de Elvis a la Sun- se lo estaban llevando las casas pequeñas: la misma Sun en el caso del rockabilly blanco y preferentemente la Chess con los negros. Aunque lo peor era la fuerte influencia de los sectores "ultras", que habían definido a esa música como un agente de Satán para corromper a la juventud americana, comenzó a hacerse insoportable. En resumen: aquel género no era bienvenido por las altas instancias. Y buscaron una cabeza de turco para hundir la imagen del rock'n'roll, y esa cabeza fue la de Freed.
El plan resultó ser perfecto, porque el propio Freed se lo puso en bandeja: figuraba como co-escritor (ficticio) en algunas piezas de la época -lo cual significaba cobro por derechos de autor-, y era evidente que las radiaba con más frecuencia que otras. Pero lo peor fue que se consiguió demostrar que aceptaba sobornos de algunas casas discográficas para radiar sus discos: pay-ola, dijeron. Y fueron a por él. Entre 1959 y 1960 fue despedido y privado de todos sus programas. Y en 1960 la payola se declaró ilegal (o sea, que antes no lo era). Intentó más tarde rehacerse en varias emisoras pequeñas hasta su muerte en 1965, por causa del alcoholismo en el que acabó sumido: así terminaba la historia de un personaje indispensable en la vida de millones de personas de su tiempo.
Así que ya saben: la payola no existe. Los Cuarenta no existen. Nadie soborna a nadie en este negocio, ese rumor de que circulan sobres con dinero dentro no pasa de ser una burda leyenda urbana: todo el mundo sabe que eso es ilegal. Y tampoco existe la "sexola", qué va. Además, los críticos musicales no son los únicos sospechosos, ¿eh? Porque sin ir más lejos, en España, allá por los años 20/30, se le dio un nuevo y jocoso significado a un temible adjetivo de toda la vida: si tienen ustedes algún amigo aficionado al mundo taurino, pregúntenle qué es un crítico "sobrecogedor". Ya verán lo que les dice.
Ah, por cierto: el grupo con el que Alan intentó desarrollar una carrera musical en su juventud (antes de las molestas infecciones de oído) se llamaba "Los Sultanes del Swing". Seguro que ese nombre les suena.
(Iggy Pop. Años 70)
Empecemos por donde hay que empezar: el origen idiomático del sufijo -ola. En latín se utilizaba frecuentemente para formar diminutivos, y ese matiz fue aprovechado por el "creativo de marketing" que lo trasladó al inglés a finales del siglo XIX; dándole un tono familiar, cariñoso, fue asumido por el slang industrial y empezó a usarse en el mundo de las innovaciones relacionadas con los artefactos musicales. Así, el primer ingenio del que se tiene noticia con ese añadido es la pianola. Luego la compañía Victor (futuro gigante RCA) creó en 1925 la Victrola; en los años 30 apareció la motorola (la primera radio para automóvil), la gramola, la rockola o sinfonola, y así sucesivamente. Ah, y en homenaje a todo ello Jeff Beck publicó un disco titulado "Beck-Ola". En resumen, estamos ante una verdadera oleada musical.
Bien. Y ahora vamos con Alan Freed, que es ese señor tan simpático que ven ustedes en la foto: fue el disc-jockey americano más famoso de los años 50, y bajo el apodo de "Moondog" iluminó el nacimiento del rock and roll ("El padre del r'n'r", le llaman). Como muchos otros profesionales del ramo se trataba de un músico frustrado, aunque en este caso fue por culpa de sus frecuentes infecciones de oído; lo cual no le impidió convertirse en DJ de la radio militar americana en la II Guerra Mundial. Y a la vuelta comenzó su paseo por un ramillete de emisoras que lo fue haciendo famoso por su exquisito gusto para las canciones con gancho en cualquier tipo de géneros, desde el pop hasta el jazz. Pero su debilidad especial era el rhythm'n'blues (por entonces llamada "música racial"), que él consideraba como el ritmo del futuro -y tenía razón, como ya hemos ido viendo.
El caso es que para 1952 su fama era casi nacional, y esto le animó a organizar audiciones en vivo para que sus oyentes bailasen al ritmo que él pinchaba, alternadas con actuaciones de estrellas del momento (los llamados "act-shows"): sí señores, Alan es también el padre de las discotecas. Y la Historia considera que uno de esos bailes, el "Moondog Coronation Ball", celebrado en Cleveland ese año, es el primer concierto de rock'n'roll. Ahí queda eso. Por cierto, el término "rock and roll" fue acuñado también por él, partiendo de un concepto que ya se usaba en el lenguaje marinero. La fama de Freed llegó a tal nivel que incluso fue invitado por emisoras europeas como Radio Luxemburgo para "actuar" en ellas; y todo habría seguido sobre ruedas de no ser porque…
En 1958, con el rock'n'roll todavía en la cumbre, las grandes compañías eran presa de un fuerte resentimiento. Y ello se debía a que buena parte del dinero -salvo excepciones como la RCA, que ya a finales del 55 se había apresurado a comprarle los derechos de Elvis a la Sun- se lo estaban llevando las casas pequeñas: la misma Sun en el caso del rockabilly blanco y preferentemente la Chess con los negros. Aunque lo peor era la fuerte influencia de los sectores "ultras", que habían definido a esa música como un agente de Satán para corromper a la juventud americana, comenzó a hacerse insoportable. En resumen: aquel género no era bienvenido por las altas instancias. Y buscaron una cabeza de turco para hundir la imagen del rock'n'roll, y esa cabeza fue la de Freed.
El plan resultó ser perfecto, porque el propio Freed se lo puso en bandeja: figuraba como co-escritor (ficticio) en algunas piezas de la época -lo cual significaba cobro por derechos de autor-, y era evidente que las radiaba con más frecuencia que otras. Pero lo peor fue que se consiguió demostrar que aceptaba sobornos de algunas casas discográficas para radiar sus discos: pay-ola, dijeron. Y fueron a por él. Entre 1959 y 1960 fue despedido y privado de todos sus programas. Y en 1960 la payola se declaró ilegal (o sea, que antes no lo era). Intentó más tarde rehacerse en varias emisoras pequeñas hasta su muerte en 1965, por causa del alcoholismo en el que acabó sumido: así terminaba la historia de un personaje indispensable en la vida de millones de personas de su tiempo.
Así que ya saben: la payola no existe. Los Cuarenta no existen. Nadie soborna a nadie en este negocio, ese rumor de que circulan sobres con dinero dentro no pasa de ser una burda leyenda urbana: todo el mundo sabe que eso es ilegal. Y tampoco existe la "sexola", qué va. Además, los críticos musicales no son los únicos sospechosos, ¿eh? Porque sin ir más lejos, en España, allá por los años 20/30, se le dio un nuevo y jocoso significado a un temible adjetivo de toda la vida: si tienen ustedes algún amigo aficionado al mundo taurino, pregúntenle qué es un crítico "sobrecogedor". Ya verán lo que les dice.
Ah, por cierto: el grupo con el que Alan intentó desarrollar una carrera musical en su juventud (antes de las molestas infecciones de oído) se llamaba "Los Sultanes del Swing". Seguro que ese nombre les suena.
Interesante entrada...pero sin música.
ResponderEliminar;-)
Un saludo.
Algo había leído de Alan Freed, pero no tenía claro el asunto. Muy buena esta entrada de la payola, y muy ejemplificador ese primer caso de intento de homicidio del rock'n roll. ¿No cree que podría ser perfectamente el argumento de una película?
ResponderEliminar¡Así que de ahí venía ese extraño título de 'Sultans of Swing'!
"Nadie habla de payola, pero si quieres asegurarte un comentario en Blogger ya puedes ir preparando 100.000 dólares en billetes de 100".
ResponderEliminarUn saludo y te deseo un buen 2012!
Pues ese es el fundamento de las radios comerciales, las disqueras pagan para que suenen los temas que les interesan. Ahora lo llaman promoción.
ResponderEliminarTranquila, Anele: dentro de poco habrá música. Paciencia.
ResponderEliminarYa ve, yerno: los enemigos del rock and roll no descansaban. Pero a la larga perdieron, aun a costa de Freed. Sobre el cual hay al menos dos películas: se trata de "American Hot wax", de 1978 y "Mr. Rock'n'roll" para la televisión, de 1999. Y hay otras en las que aparece de modo tangencial.
Pues sí, Super Soul: el asunto este de los blogs "de mucho rollo" no le van al personal. Pero eso nos nos importa, ¿verdad? Nosotros a lo nuestro, y los demás que hagan lo que quieran.
Exactamente, Chafardero: "promoción" es una palabra infinitamente más fina y aséptica que "payola", dónde va a parar. Y por otra parte la gente lo da por hecho, así que todos contentos. Lástima del grupo o solista que no figure como "de interés potencial" para su disquera: ni un duro se van a gastar en sobornos.