lunes, 16 de mayo de 2022

1982... (IV)

Cuando se hace el "recuento" de grupos de esta época, parece obligatorio comenzar por los surgidos en la primera explosión punk. Pero hay un concepto más amplio que engloba al punk junto al pop e incluso la resurrección de los estilos negros: la new wave, ese denominador común al que pertenecen casi todos los músicos que comienzan su carrera en el segundo quinquenio de los años 70. Aunque hay una diferencia notoria en el destino de unos y otros: mientras los grupos punk o afterpunk fueron evolucionando hasta llegar al rock siniestro y/o gótico (y en casos como los Damned o Siouxsie también el pop de tono más o menos barroco), la mayoría de los que representaban la faceta más alegre, más "new wave" precisamente, no duraron mucho. Solamente los muy grandes, como los Jam, supieron crear fusiones con el r'n'b o la Motown para buscar alternativas actualizadas, pero los demás cayeron pronto por falta de creatividad. Por eso tienen más mérito algunos que en su momento fueron considerados poco menos que outsiders pero que con el paso del tiempo han dejado una herencia muy luminosa, como es el caso de los XTC.

En cierto modo resulta admirable la pervivencia de este grupo: surgidos en la pequeña ciudad de Swindon, su primer manager opinaba que su acento era un lastre y les recomendó cambiarlo. Y por otra parte tienen una gran formación musical, especialmente sobre las bandas de rock y pop clásico, que les marca mucho: su querencia arty, un tanto intelectualoide, no es precisamente muy popular en 1977, cuando se dan a conocer en la capital. Pero a su favor tienen el apoyo de John Peel, que defiende sus maquetas en Radio One; de ahí surge el interés del sello Virgin, que por entonces andaba en la transición de progre a moderno y que por lo tanto es un sello ideal para ellos, porque esa misma transición es la que los propios XTC estaban viviendo. Su conocimiento de los 60/70 no les impide ver que la actualidad exige frescura e inmediatez; y su dominio de los instrumentos, que ya desde el principio es superior a la media, les permite crear unas mixturas inusuales en aquellos tiempos. Ya sus primeros discos muestran una mezcla muy personal de new wave, art pop, un "excipiente" post punk que lo aligera todo... y un curioso sesgo demente, contrahecho, que si de entrada nos descoloca un poco al final se hace adictivo. Esa necesidad de escuchar sus canciones unas cuantas veces para ir entrando en su mundo los incluye casi inevitablemente en el sector de "culto", ya que la gente lo quiere todo hecho y lo quiere ya. Pero a la larga los beneficia, porque su parroquia, no muy populosa pero creciente, es fiel.    

Esa crescencia ya está asentada en el comienzo de la nueva década, gracias a un agotador trabajo en directo en el circuito de locales de tamaño medio pero a escala planetaria. Para entonces, XTC tienen además un nivel de ventas de sus tres primeros discos más que aceptable que se confirma en 1980 con "Black Sea", el cuarto. A cambio, el exceso de trabajo le pasa factura especialmente a Andy Partridge, el compositor principal y en esencia el "ideólogo" del grupo (ahora hay quien lo considera "el abuelo del Britpop", no sé si para bien o para mal). Hubo también un exceso de medicamentos, contraproducentes en gran medida, que terminaron quebrando su salud, tanto física como mental, y a mediados de 1982 se vieron obligados a suspender las giras. Eso les afectó económicamente, con un nuevo disco publicado tres meses antes y que casi no pudieron promocionar. La parte buena es que ese disco era tan esplendoroso que llegó a rozar el top 10 aun siendo un doble: se titula "English settlement", y la mayoría de crítica y aficionados lo consideran su obra cumbre. Ya la entrada con "Runaways", con su ambiente de grandeza coral y ese sonido de tambor acompasado que la marca, nos transporta a un mundo muy personal, ajeno a cualquier tiempo. Y a partir de ahí da igual que unas canciones sean más rítmicas y otras más reposadas, porque el ambiente de todo único que crean es asombroso: hay, por supuesto, grandes canciones para la radio o el single, como la cautivadora "Senses working overtime", una especie de folk rock de alta escuela, ese "Ball and chain"(new wave casi orquestal) o el reggae pop de "English roundabout". Pero hay también verdaderos ejercicios de estilo en juegos con todo tipo de percusiones, sobre todo en el segundo disco, que junto a las escalas melódicas tan originales dan como resultado un disco que puede igualarse a los grandes de los 60 y 70, y que por supuesto aún hoy se mantiene como en el primer día. Hubo suerte, y una buena parte del público supo entender su belleza haciendo de él uno de los más vendidos de la época (sigue reeditándose constantemente, como casi toda la obra de este grupo). Aunque en España nuestra querida Ariola, distribuidora aquí de Virgin, dejó el doble en sencillo. Es para matarlos.



Los dos o tres años siguientes fueron bastante conflictivos en muchos sentidos. En primer lugar Partridge decide abandonar las giras y concentrarse en su recuperación, que lo lleva a un aislamiento bastante restrictivo. Esto significa que los únicos ingresos del grupo vendrán por los discos; y este asunto del dinero es crucial teniendo en cuenta que, por haber firmado en su día un contrato leonino sin asesorarse, su manager hasta ese momento los ha estado estafando: después de seis años con una relativa popularidad y un trabajo agotador en directo, se encuentran con que prácticamente no tienen dinero y deben tanto al sello como a Hacienda. La suma de ambas circunstancias influye en el aspecto creativo, como no podía ser de otro modo, y la publicación de "Mummer", su disco del 83, lo refleja: mantiene la calidad media que caracteriza a toda su carrera, pero hay un ambiente general de dispersión agravado por la marcha del batería Terry Chambers. Y aún así, teniendo además que luchar contra el recuerdo del anterior, siguen siendo exquisitos: esa sensación de pertenecer a otro tiempo y a otro espacio se reitera en delicias como "Love on a farmboy's wages", que incluso llegó a ser single (sin muchas ventas, claro), pero ya la entrada con "Beating of hearts" con ese ambiente oriental, en melodía y arreglos de percusión, es sorprendente. Hay otras piezas más débiles, pero incluso esas marcan diferencias con la media de la oferta británica de la época, de todas las épocas. Y ya sé que se me nota mucho el cuelgue que tengo con estos señores, pero si hay críticos que ven en ellos una especie de mixtura entre los Beatles de McCartney, el aroma folk rock y los fogonazos de Nick Drake más un halo psicodélico, no queda mucho que añadir.



Ya que no hay giras (al estilo Beatle, precisamente), el ahora trío se afana en preparar las nuevas canciones (casi todo el material es de Partridge) sin agobios, y en 1984 llega "The Big Express", que recupera en parte el sonido compacto y brillante que habían perdido en "Mummer", como sucede en piezas como "Shake you donkey up". Pero de nuevo hay melodías y arreglos inesperados que por una parte reiteran su buen momento creativo pero también que les gusta el trabajo en estudio. Y aunque las ventas no están a su altura (ya no lo estuvieron las de "Mummer"), a día de hoy se le considera uno de los discos más influyentes de esa época. Pero ya me estoy extendiendo demasiado, y en algún momento hay que detener la historia: luego llega "Skylarking", publicado en el 96 y que muchos consideran a la altura del legendario "English settlement". Se mantiene al gusto por el trabajo en estudio, esa vocación cada vez más clara por el pop barroco "de cámara", pero además la creatividad de Partridge (e incluso la de Moulding en menor medida) no decae. Y el hecho de seguir trabajando sin agobios de giras se nota, porque aún les sobra tiempo para desarrollar un proyecto alternativo bajo el nombre de Dukes of Stratosphear. Ahí dan rienda suelta a su vena psicodélica con dos discos, uno en 1985 y otro en el 87, que son deliciosos porque mantienen su exuberancia compositiva y el gusto por la experimentación musical que han seguido siempre en el grupo matriz. XTC seguirán su carrera deslumbrante (y a veces hasta con ventas respetables) cerrando la década con el doble "Oranges & lemons", otra obra maestra a la altura de las más recordadas, y aún hubo otros tres discos en la década siguiente hasta su desaparición a principios de este siglo.



La deslumbrante sociedad creativa que formaban Partridge y Moulding se disolvió, entre otras cosas, porque las ideas que cada uno tenía sobre la composición musical se habían hecho cada vez más distantes, hasta que resultó evidente que nunca volverían a trabajar juntos: hasta en eso me recuerdan a los Beatles. Sigo pensando que en el aspecto creativo tienen pocas cosas que envidiarles; pero cada grupo es hijo de su época, y desde luego en lo mediático nunca se les podrá comparar. Lo cual, para los verdaderos aficionados, no tiene la menor importancia. Y para despedirse de ellos con propiedad aquí les dejo dos canciones de su alter ego psicodélico, los Dukes, el sonido de los sesenta actualizado. A ver qué les parecen...




12 comentarios:

  1. ¡Cuantas veces tuve en mis manos sus "White Music" y "Drums and Wires" (recuerdo especialmente esos álbumes) y los dejé escapar! Ignoro la razón, a no ser que, como empezaba a ocurrir por entonces, ante la creciente oferta (y la escasez pecuniaria) uno prefiriera elegir otras opciones más atractivas o más alternativas, que de todo hubo.
    Agradezco por lo dicho las inclusiones musicales. Aprovecho para reencontrarme con una formación a la que no di ninguna cancha.
    Y si..., se nota a la legua que te gustaban. Patente para recomendarles sin lugar a dudas.
    Saludos,

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    1. Tú lo has dicho, era una época tan brillante como la había sido la de los 60, y no había dinero ni tiempo para todo. De hecho, muchos fuimos los que se aprovecharon de la decadencia del segundo quinquenio para ir recuperando aquellos grupos o discos que se nos había escapado.

      Y sí, ya reconozco que les tengo mucho amor. Pero, sin que haya que meterse a escuchar su obra completa, creo que al menos tres o cuatro discos deberían interesarle a todo buen aficionado a estas músicas: "Drums and wires", "English settlement" y "Skylarking", ajustando ya mucho, me parecen esenciales.

      Venga, atrévete...

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  2. Una entrada muy exhaustiva para un grupo que me suena más por los vídeos de MTV que por otra cosa y por lo tanto no tengo una opinión interesante sobre ellos

    Respecto a tu reflexión previa respecto a la deriva de los grupos postpunk entre la línea siniestra y alegre que llevaría a la New Wave, diría que hay dos factores a considerar. En primer lugar el gran desarrollo de la música jamaicana a principios de los 80 y su influencia sobre el pop británico para darle ese toque rítmico y de baile. El otro factor, a mi modo de ver, era la cultura musical de los grupos. Los grupos "adanistas" que pensaban que la música nació con ellos lo cual aumentaba su atrevimiento y los que eran conscientes de ser herederos de una tradición anterior y por lo tanto preferían recrear o actualizar viejos estilos, quizas como estos XTC.

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    1. Pues le digo lo mismo que a Javier, herr doktor. Esos tres discos como mínimo...

      En cuanto a sus dos consideraciones, estamos de acuerdo que en que el r'n'b y la influencia jamaicana están en la evolución de muchos músicos de la primera ola: hasta cierto punto la evolución de Paul Weller, por poner el ejemplo más notable, se basa en ese tipo de músicas. El problema es que se trata de unos estilos bastante cerrados, sin muchas posibilidades de evolución, y a finales de los 80 aquello ya estaba agotado. En cierto modo actitudes como el britpop en la Isla o el grunge en Estados Unidos son una reacción "airada" contra esa deriva en la que fue cayendo la oferta.

      Y los grupos "adanistas", como usted dice, tienen un ejemplo perfecto en los Sex Pistols: un disco, algunos singles y fuera. Por eso me parece un simplificación meterlos en el mismo saco que a los Ramones. Estos tenían una formación muy superior y en consecuencia respeto a los viejos maestros. Sin humildad no se va a ninguna parte,.

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  3. Yo los conocía solo por entradas anteriores tuyas. Me suenan a grupo arty, new wave y a veces folky, pero sus melodías y ritmos son muy originales. Tendré que escucharlos más a fondo.

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    1. Son todo eso que dices y más. Reitero los tres discos que he dicho más arriba, y en ese orden además. La cronología, como siempre, nos hace admirar con mayor intensidad la evolución de los grandes grupos. Bueno, y de los pequeños también.

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  4. Busqué en mis discos duros y no encontré a XTC. Y eso que alguna vez tuve algo de ellos. Me gustaban bastante. Entonces, un tal Rick, sujeto poco recomendable, me envió, ya hace algún tiempo, lo mejor de su discografía: "Drums and wires", "English settlement" y "Skylarking". Aprovecho la ocasión para agradecerle de nuevo al tal Rick aquel detalle. Esos discos no tienen desperdicio. Es un grupo que merece ser reivindicado de vez en cuando; para mí está entre los mejores de su época.
    Saludos.

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    1. Ah, pues si quieres podemos pasar a la fase dos, para que vayas ampliando el archivo de estos señores. Tienen muy pocos discos mediocres, en comparación con la mayoría de sus "congéneres"...

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  5. También me enviaste el "1980 Black sea" y "The Dukes of Stratosphear. 1985 25 O'clock". El regalito era una joya.

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  6. Entonces de los grandes ya no faltan muchos, pero tomo nota. Pronto tendrás noticias...

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  7. Me gusta muchísimo más su vertiente psicodélica de los Duques de la Estratosfera. Saludos.

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    1. Hombre, es cuestión de gustos, no vamos a discutir eso. A mí los Duques me gustan mucho, pero sobre todo porque se ve claramente que son XTC desarrollando casi en exclusiva uno de sus géneros más queridos, que es la psicodelia pop. Comprendo que haya gente a la que solo le interese ese estilo, pero XTC me parece un grupo mucho más complejo y completo. Como mínimo esos tres discos que he citado arriba me parecen igual de buenos, por no decir mejores; desde luego tienen una perspectiva mucho más amplia.

      Saludos mil.

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