lunes, 7 de octubre de 2019

1975-80: la nueva España (XI)


De vez en cuando surgen músicos que deciden seguir su camino al margen de las modas, y este es el caso de los que nos visitan hoy, reunidos bajo el nombre de Mermelada: en sus primeros tiempos se les asociaba con el rock urbano y pertenecieron al sello Chapa, pero su espíritu no está ahí. Mermelada son, lisa y llanamente, un grupo de blues rock blanco, heredero de la tradición británica (el rhythm and blues de los Yardbirds es una clara referencia), y por lo tanto surgen diez años después de que ese estilo hubiese comenzado a decaer en la Isla. Pero al mismo tiempo son precursores de su renacimiento en España, si es que alguna vez había llegado a "vivir" aquí: salvo en los comienzos de grupos catalanes como Sirex, Salvajes o Lone Star, el r'n'b tradicional pertenece a una época demasiado temprana para la raquítica masa de fans que había en España por entonces. Así que su empeño tiene un mérito indiscutible, al margen de su mayor o menor éxito comercial: ir por libre, en un país como este, es siempre de admirar. Porque en la Isla suele haber público para casi todos los ritmos, y allí su actualización corrió a cargo del pub rock en la onda de Dr. Feelgood, que consiguieron vivir bastante bien; pero en España tal cosa parecía imposible, y sin embargo Mermelada llegaron a ser un grupo bastante longevo. Por otra parte, a diferencia de las bandas revival clásicas, tienen pocas versiones (muy bien hechas, además): la mayoría de su repertorio es propio. Doble mérito, entonces. 

Hay otro aspecto destacable en estos jóvenes, y es que a pesar de su edad son unos instrumentistas realmente buenos: Javier Teixidor (1960), el guitarrista y cantante principal, ya es un virtuoso de la Telecaster antes de abandonar el colegio, mientras que sus compañeros Daniel Montemayor (bajo) y Antonio Yenes (batería) forman un base rítmica compacta y muy solvente. Prácticamente todas sus horas libres las dedican a ensayar y a escuchar discos de la época dorada, gracias a que el hermano mayor de Javier tiene un buen surtido, y con esa escuela es fácil llegar a la conclusión de que necesitan un "soplador". Ahí entra Javier "Moro" Encinas, que domina el saxo y, sobre todo, la armónica: su maestría con ese instrumento no tiene nada que envidiar a los británicos (como mínimo). Su primer local de ensayo compartido está en el Centro Cultural Ateneo, en el barrio de Prosperidad, que era una agrupación oficial con una enorme amplitud de objetivos: desde mantener su propia biblioteca e incluso guardería infantil hasta talleres de teatro, danza o mimo, casi todo era posible allí. También allí comenzaron a establecer amistad con personajes tan variopintos como el Zurdo o Alaska, El Gran Wyoming (por entonces en Paracelso) o los hermanos Urquijo, que junto a Jose Cano -"Canito"- eran los integrantes de Tos, los futuros Secretos. Y esa amistad hace que, sin pertenecer a la nueva ola, tengan más contacto con ese mundo que con el del rock urbano. Para entonces (1977) ya se han buscado un nombre: Mermelada de Lentejas.

El Poder, en este caso la emergente UCD, ya comenzaba a darse cuenta de la importancia de la juventud como futura clientela votante, y el alcalde José Luis Álvarez tiene a bien convocar el primer Trofeo Villa de Madrid (también llamado "San Isidro Rock") en mayo del 78. Ese festival es la puesta de largo de Teixidor y compañía, que se presentan junto a Paracelso, Kaka de Luxe y otros cuantos grupos de poco futuro; ganó el de Wyoming, pero nuestros amigos se llevan diez mil pesetillas de la época por estar entre los siete finalistas, y además se incluye una canción suya en el recopilatorio que Chapa publica a tal efecto (y que cierra el señor alcalde, animado por Vicente Romero para que pronuncie unas emocionadas palabras). Esa canción se titula "Publicidad" y ya muestra con mucha precisión el espíritu del grupo; por otra parte la letra de "denuncia", por decirlo así, cuadra con los postulados del rock urbano. Así que Romero no se lo piensa dos veces, y poco después ya están grabando un primer single que se publica a finales de Julio: "Dame la botella / Marta". La cara A es un "blues and roll" -como dirían los TYA- casi rabioso, con una exhibición de Teixidor a la guitarra, mientras que la B, más contenida pero con un ritmo muy agradable, ideal para las radios (las pocas que se enteraron, claro), muestra sus habilidades con el rasgueo. La composición es también obra de Teixidor, que será quien escriba la mayor parte del repertorio y que por lo tanto demuestra ser un músico muy completo; tal vez su único punto débil sea la voz, ya que por momentos se desgañita un poco (me recuerda a Pedro Gené, de Lone Star; incluso tiene un tono parecido). A ver qué opinan ustedes de aquel bautizo en San Isidro y de su primera cara A:



Poco después deciden recortar el nombre y dejarlo simplemente en Mermelada, que en 1979 se convierte en uno de los grupos más populares del país: la publicación de un doble single en primavera los lleva al top 5 en ventas, lo cual es una verdadera hazaña, y después de otro más con parecido resultado llega su primer Lp en otoño: "Coge el tren". En realidad es la suma de todas las canciones ya publicadas y solo hay tres nuevas, pero el personal lo agradece convirtiendo a ese disco grande en un clásico inmediato. La que da título el disco y lo abre formaba parte de aquel doble single legendario; es un rock and roll intemporal con una exhibición de armónica al más puro estilo british. Le sigue la versión del "Crossroads" de Robert Johnson, con una ejecución impecable; viene luego la regrabación de "Publicidad" seguida por "Dime cuál es tu comisión" (del doble single), un r'n'b de libro, de los de antes; "Las seis de la mañana" muy al estilo Dr Feelgood, la canta Montemayor (me recuerda a unos futuros Siniestro Total, no sé por qué); "Espero que puedas ser feliz" es la versión del "I wish you would" de toda la vida, al estilo Yardbirds, y la cara A se cierra con una curiosa instrumental titulada "Sintonía", que consiste en una especie de r'n'b en que el protagonista es un acordeón: Montemayor nos sorprende con una inesperada destreza en ese instrumento. No hace falta que les detalle la cara B porque es igual de buena; de ella he elegido "O. M", una nueva exhibición del "Moro" Encinas y su armónica, junto a la que abría el disco:



Su afición por la obra de los maestros corre pareja con un equipo realmente notable; gracias a eso los directos de Mermelada son de categoría, y durante todo ese año descansan muy poco. En muchas giras llevan a Tos como grupo telonero, lo cual crea una amistad que les hace compartir escenarios y fiestas, y deciden celebrar junto a ellos y otros cuantos el fin de año en Villalba, cerca de Madrid. Por desgracia, la madrugada del 1 de enero de 1980 será otra fecha negra más en la historia del rock nacional: parte de la comitiva se estaciona en un arcén esperando la llegada del resto para volver a Madrid, cuando llega otro coche que invade el arcén y atropella a Canito y a Antonio Yenes, los dos baterías; Canito muere dos días después, mientras Antonio sufre heridas importantes que lo mantendrán por un tiempo en el hospital. Los Urquijo y Mermelada deciden organizar un concierto de homenaje que se celebra a principios de febrero de 1980 con la participación del "todo Madrid moderno", desde Alaska y Los Pegamoides hasta Nacha Pop. Mermelada actúan y ponen el equipo para los demás; y aunque la asistencia no pasó de unas mil personas, el sonido fue horrible y la mayoría de los músicos seguían sin saber tocar, gracias a la televisión el encuentro se convirtió en un hito. Algún listo de la prensa definió aquello como "una enorme movida": la ocurrencia hizo fortuna, y desde entonces los libros dicen que La Movida, así, con mayúsculas, nació en ese concierto. Pero Alaska y compañía ha renegado siempre del término, en el que se engloba a gente muy distinta que únicamente se había reunido por un motivo concreto: ellos seguirán definiendo esa época como "nueva ola", y dejarán "la movida" para los turistas.

El caso es que, entre unas cosas y otras (incluyendo la mili), Mermelada no publica su nuevo disco hasta 1981, con el título de "A punto". Dos años de distancia con respecto a su primera época tienen que notarse, y se notan: la base sigue siendo el r'n'b, pero un poco más ligero, y por momentos cerca del pop. Canciones como "Soy así" (que abre el disco y fue además la cara A de un single precedente), "Seis", "F.M. blues" o "Aunque tú lo intentes" conservan el espíritu del grupo, mientras que otras como "No me va tan mal" o "Me da igual", sin salirse del patrón, son más cercanas al rock and roll pop de unos Tequila, por poner un ejemplo. De todos modos, aunque hubo cierta división de opiniones sigue siendo un gran disco, que además cuenta con la participación de miembros de los Elegantes, amigos suyos y de querencias musicales muy cercanas. Vienen luego algunos cambios: abandonan Chapa, se marcha Yenes y en su lugar entran Antonio Melgar más Juan Carlos Camacho como guitarra rítmica; Encinas será desde entonces colaborador ocasional, ya que entra en Mamá y luego pasa a Desperados hasta su muerte en 1987. A partir de ahí creo que se puede considerar a Mermelada como un grupo más de carretera que de grabaciones: el siguiente disco, muy flojo y lanzado con título homónimo en 1983 por un pequeño sello de Julián Ruiz, no tuvo promoción y pasó como un fantasma. En el 86, ya en el sello Victoria, llegó el mini Lp "Recomendable", que tampoco era muy allá pero vendió lo suficiente como para conseguir nuevas giras; por entonces Mermelada ya no era solamente una banda de r'n'b, sino que más bien se movía en ese mundo difuso que va del rock and roll mainstream hasta el power pop y que como dije antes tiene mucho más éxito en directo que en las tiendas de discos. Con esa nueva perspectiva, algunos cambios de personal y su gran altura técnica se han mantenido durante casi cuarenta años: aunque desde principios de este siglo se llamen J. Teixi Band, la perspectiva es la misma y siguen gozando del respeto por lo que fueron en otros tiempos.




8 comentarios:

  1. Aunque estuve muy metido en la movida de la época ( por llamarlo de alguna manera, la movida abarcaba bastantes cosas más, además de la música...), Mermelada reconozco que pasó un poco de largo, sin dejar demasiado huella en mí. De hecho, he recuperado su "Coge el tren" en una muy reciente reedición. Me iba mucho más el pop de entonces, la nueva ola, el rock urbano, no tanto, por no decir bastante poco. Reflejas muy bien el momento "inaugural" de todo aquello con el concierto homenaje a Canito, un evento del que se habló mucho entonces, pero al que no tanta gente asistió, la comunicación no era como ahora.
    He estado escuchando con bastante regularidad este verano pasado su "Coge el tren" y, ahora, tantos años después, reconozco lo que dejé pasar de lado. Una gran banda.
    Saludos,

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    1. Hola, Javier. Es cierto que con el término "Movida" llegó a significar una corriente completa en casi todas las artes, pero su arranque fue una mera casualidad. Tal vez "nueva ola" hubiese servido perfectamente para englobarlo todo, ya que nueva ola era.

      Los primeros años de Mermelada fueron muy agradables, aunque quizá su enorme gancho en directo perdía un poco en los discos. En cualquier caso, los dos primeros (como mínimo) son perfectamente defendibles.

      Saludos mil...

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  2. Buen grupo, me retrae a buenos momentos. En la onda con variaciones esos sí de Los Rebeldes, éstos más rockabilly, La Frontera y los mismos elegantes.
    Ay esa voz que poco juego da con ese grupo detrás.

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    1. Pues casi todos esos grupos arrancan gracias a la influencia de Mermelada, precisamente. Fueron los primeros en reivindicar un estilo clásico que además había pasado sin pena ni gloria en España durante los años 60. Y sí, esa voz... es muy justita. Ya digo, me recuerda a veces al bueno de Pedro Gené.

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  3. Qué grupazo, y qué gran tipo Teixi. Hace un par de semanas hablé con él. Coge el tren es obra maestra absoluta. ABrazos.

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  4. ... Y además es un gran guitarrista, cosa que pocas veces se recuerda. Parece que en España los únicos guitarristas buenos son los heavies, ¿verdad?

    Saludos mil...

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  5. Yo los tenía encasillados en el rock urbano, gracias por refrescarme la memoria. A mí me dejan indiferente, pero sí que tienen temas buenos y la armónica suena genial. Quizás su mayor virtud fuera la de actualizar los géneros clásicos y preparar el camino para Rebeldes y demás. Eso y Coge el tren, pedazo de tema.

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  6. Sí, esa categoría era la más utilizada para definirlos, al menos en sus primeros tiempos. Pero como grupo de transición fueron de lo más interesante que dio la oferta de aquella época, y además de unas cuantas canciones realmente buenas está el hecho de seguir su propio camino desde el principio. Lo cual, en un mercado tan seguidista como el español, es de agradecer.

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