martes, 1 de octubre de 2019

1975-80: la nueva España (X)


Mientras España iba saliendo de las tinieblas, Argentina entraba en ellas: en 1976 se produjo el golpe militar dirigido por Jorge Videla, Emilio Massera y Orlando Agosti (o sea, Tierra, Mar y Aire: impecable). Ese trío, conocido como La Junta, establece una dictadura que, prolongada luego por Viola y más tarde por Galtieri, atenazará el país hasta 1983, tras el desastre de las islas Malvinas, última muestra de una degeneración criminal. Y como pasó aquí con Franco, el sector artístico fue de los primeros en sentir la brisa siniestra que comenzaba a soplar; en consecuencia, muy pronto comenzó también una diáspora de familias enteras. La ventaja del idioma hizo que gran parte llegasen a nuestro país, y entre ellos venían varios músicos: consagrados veteranos como Moris, Joe Borsani o Carlos Michelini (al que ya hemos visto asociarse con Ramoncín) junto a jovenzuelos como Ariel Rot o Alejo Stivel. Su influencia fue considerable (justo por el idioma, entre otras cosas) cuando todavía la sumisión a lo británico era casi la norma, y por ello tienen responsabilidad en la evolución que renovó el triste panorama con el que se encontraron: Moris, un cruce entre cantautor y rockero tradicional, es lo más parecido que hemos tenido aquí a una figura del pub rock, mientras que Borsani era un músico pop que además ejercía como productor, promotor, compuso canciones para otros artistas y varias cosas más; su esposa Rubi, al frente de los Casinos, fue también figura destacada en la nueva ola madrileña. Pero quienes consiguieron la mayor notoriedad fueron Rot y Stivel por su protagonismo en Tequila, el grupo que consiguió actualizar el rock and roll añadiendo una carga de pop mainstream que los llevó a lo más alto de las listas estándar y revitalizó el mundo de las fans al mismo tiempo que se dejaban oír en los sitios más modernos.

Ariel Rot, que tiene dieciséis años al llegar junto a su hermana la actriz Cecilia y otros familiares, sabe cantar (su madre, Dina Rot, es una conocida intérprete del repertorio sefardí) y se defiende con la guitarra. Entra en la Spoonful Blues Band, por donde había pasado Manolo Tena, y poco después se suma Alejo Stivel: eran amigos desde pequeños, de familias judías de clase media, y Alejo (un año mayor que Ariel) también canta aunque sus padres pertenecen al mundo del cine. En aquel grupillo están por entonces el guitarrista Julián Infante y el bajo Felipe Lipe; tras un cambio de batería, el definitivo será Manolo Iglesias. A mediados del 77 tienen un repertorio que en su mayoría está compuesto por Rot y Stivel, con frecuente apoyo de Infante y en menor medida de Iglesias y Lipe. Para entonces son ya Tequila (un homenaje de Felipe a Johnny Winter), y se notan diferencias con respecto a la oferta madrileña del momento porque además de su relativa calidad técnica y su facilidad para los estribillos cuidan su imagen, a diferencia de lo que era costumbre aquí (esa será una de las causas del rechazo que inspiran entre los rockeros madrileños de pro). Y aunque habían dado sus primeros pasos abrigados por aquel microcosmos conocido como Lacochu, es Vicente Romero quien los coloca en el mercado: a instancias de Jesús Ordovás e impresionado por la suma de todas sus potencias, les ofrece un contrato con Chapa. Sin embargo los jefazos de Zafiro comprenden enseguida que aquellos muchachos pueden llegar muy alto y deciden traspasarlos al subsello Novola, mucho más "respetable"; de ese modo sus dos primeras grabaciones, que iban a ser incluidas en el segundo volumen de "Viva el Rollo" pasarán ser el contenido de su primer single (mayo del 78) y luego se incluirán en el disco grande. Zafiro, una vez más, muestra lo mejor y lo peor de la industria: consigue que ese single sea número uno en los 40 Principales, los coloca en televisión, los lanza a la prensa masiva... y al mismo tiempo les roba el nombre del grupo inscribiéndolo como propiedad del sello: les llevará tiempo recuperarlo.


Aquel primer disco grande, titulado "Matrícula de honor", se publica poco después y es un éxito inmediato. Incluso la prensa más seria, sin los prejuicios que mostrará poco después, se rinde ante el embrujo de esta colección: "Rock and roll en la plaza del pueblo", la que lo abre, es con seguridad la más recordada de su carrera y también una buena síntesis de su estilo; pero a su lado no desmerecen las dos que se habían presentado en el single, demostrando además una insospechada versatilidad en la cara B con tiempos medios como "El ahorcado", compuesta por Sergio Makaroff, otro veterano argentino llegado a España y a quien ya conocían (de hecho fue una de sus primeras influencias allá), o "Abre el día". Y las sorpresas no terminan ahí, ya que además hay dos instrumentales de categoría: "Vacaciones en Copacabana", una especie de jazz/blues latino, y el cierre con "Israel", que comienza con un leve tono de jazz rock progresivo y termina con un ritmo acelerado muy de los primeros años 70, dejando claro que no son los Stones su única guía. Por otra parte la producción, a cargo de Romero, no es la más indicada para un grupo de este tipo, y ya se han dado cuenta: no están muy de acuerdo con su empeño en el sonido denso, rugoso, como si fuesen un grupo madrileño más. Pero esa divergencia no empaña un triunfo que llega a sectores de público muy distintos, incluyendo su irrupción en el mundo de las fans adolescentes (con la rotunda colaboración de Zafiro, claro). Porque hasta entonces ese tipo de asuntos eran cosa de guapos pasteleros al estilo Pecos y compañía; pero los Tequila son tan guapos como ellos, y además tanto en su música como en su aspecto hay el puntito canalla del rock and roll que al parecer también comienza a resultar tentador para las hispanas. Otro asunto será la opinión del sector "serio" del negocio, que si les dio una tregua inicial por haber formado parte de Lacochu ahora ya comienza a afilar las uñas, pero de momento todo va como la seda.


En esas condiciones llega, en 1979, "Rock and roll". Aquí ya son ellos quienes dirigen la grabación con la ayuda de Joaquín Torres, el ex-Pasos metido a productor, y la selección musical es mucho más homogénea. Haciendo juego con el título, predomina el material "bailable" salvo por dos o tres piezas de medio tiempo, como la balada "Hoy quisiera estar a tu lado" o el reggae blanco "El barco". Y con un sonido más brillante que en el primer disco, el resultado resulta imbatible: "Yo qué sé", "Matrícula de honor", "Me vuelvo loco" y la que le da título son las más aceleradas, pero otras como "Rock del ascensor" (una nueva colaboración de Makaroff),"Todo se mueve" o "Quiero besarte" -bordeando el funk- son igual de clásicas. Y hay otro homenaje al rock argentino en "Mister Jones", una canción compuesta y grabada por Charly García, clásico entre los clásicos de aquel país, cuando formaba parte del legendario dúo/cuarteto Sui Generis a principios de la década; Tequila le da aquí un estilo Stones que la rejuvenece. Y este será su disco más vendido, pero los críticos "auténticos" comienzan a volverse en contra: sin entrar a valorar de verdad las canciones, algunos les echan en cara el haberse vuelto un producto de consumo para los 40 Principales, un invento de laboratorio (Romero los llama "vendidos"); otros, que alabaron su actualización del rock and roll, se cabrean ahora por "ablandarse" y ofrecer su mercancía a un público "que no se lo merece" (dicho por Oriol Llopis). Lo cierto es que ellos, demasiado jóvenes como para manejar una situación así, no son plenamente conscientes de los peligros: su paseo por el jardín del sexo, drogas y rock and roll está muy cercano aún a la inocencia. Y la mejor prueba de ello es que no saben ni cuánto dinero están ganando, puesto que viven en una rueda de actuaciones continuas, fiesta, desmadre y chicas que los esperan a las puertas de los hoteles. Los datos, que se los pidan a Zafiro.


La década de los 80 comienza con "Viva! Tequila!"; se grabó en Londres, y aunque no hay grandes diferencias de sonido con respecto al anterior se nota más redondo, con más cuerpo. El material, quizá un poco más uniforme, sigue siendo de altura: "Mira a esa chica", "Ring ring", "Las cosas que pasan hoy" o "Dime que quieres" son las más chispeantes; pero hay otras en medios tiempos con el mismo nivel de calidad, como el tono new wave de "Que el tiempo no te cambie", o la madurez tanto en letra como en estilo de "Es solo un día más" y "Necesito un amor". Sin embargo la creciente campaña mediática de desprestigio comienza a minarlos, y las ventas se resienten aunque las giras de momento siguen siendo continuas. Los ecos de su popularidad, por otra parte, habían llegado hasta Japón, y de allí viene una extraña oferta: grabar un disco para aquel mercado en el que figuren algunas de sus piezas más populares, pero cantadas en ingles; y junto a ellas, las versiones de dos éxitos de Leif Garret (un ídolo del mercado fan en medio mundo, España incluida). Aceptan pensando que es un buen modo de introducirse en aquel país, pero finalmente el resultado es un fiasco y las ventas son mínimas. Esto sucede a mediados de 1981; para entonces la situación interna del grupo ya comienza a ser caótica, entre problemas personales y el consumo excesivo de algunas sustancias poco recomendables. Pero también hay un desfase económico a pesar de su trabajo incesante, y la prensa "seria" ya prefiere ignorarlos antes que seguir metiéndose con ellos: no hay mayor desprecio que el no aprecio.


Poco después vuelven a Londres para grabar su cuarto disco, titulado "Confidencial". Suele citarse aquí la gran afición que sienten por los Clash para describir el material del disco, pero las influencias son más amplias: me resulta difícil creer que no hayan escuchado también algunas bandas de pub rock punk como los Vibrators, ya que las canciones más espitosas del tipo "Me voy de casa" o "Esta chica no es para mí" son de ese jaez; y su gusto por los arreglos más elaborados queda claro en otras como "Nena", pura actualidad para el sonido imperante en aquel momento. El cierre es de categoría, ya que "Salta", un pop de estructura rítmica cercana al ska, es su último gran éxito y probablemente haya quedado a la altura de "Rock and roll en la plaza del pueblo", que fue el primero en la escala de canciones más populares de Tequila. Ahí se cierra también el ciclo "mitológico" del grupo: las ventas siguen bajando, el acoso llega a las actuaciones, y aunque han estado grabando algunas maquetas ya no habrá nuevo disco. Para entonces, de la formación original quedan Ariel, Alejo y Julián, aunque el primero ya casi no se habla con los otros dos; Zafiro también ayuda con otras cuantas marrullerías, y por fin en 1983 Tequila desaparecen del mapa. Los reconocimientos llegarán años más tarde, cuando se valore con propiedad su obra y se reconozca su trascendencia; por supuesto su herencia directa -Los Rodríguez- o algunas reuniones sirven para mantener viva esa memoria, pero por entonces la despedida de la crítica fue un clamoroso silencio.



16 comentarios:

  1. Los vi como creo que sabes en agosto y la verdad fue un concierto memorable. A pesar de que andan bordeando los 60, los dos supervivientes Ariel y Alejo son capaces de levantar una plaza con sus viejas canciones. Cuando aparecieron allá en aquellos lejanos tiempos los sentimos como un soplo de aire nuevo y eran todo un cambio con respecto a aquella mierda de música chicle de Formula V y Diablos que se podía ver en televisión. Decáin que eran un grupo para fans pero creo que nadie se le courrió compararlos con gente como Leif Garrett o aquellos ídolos de jovencitas a lo Pedro Marín, Pecos etc... Ahora pasados los años podemos darnos cuenta de su importanica.

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    1. Son muchos años de veteranía, los que tienen esos dos. Y en su época tal vez al principio no los tomamos mucho en serio, pero no hay duda de que revitalizaron el sector del baile rockero. Hay una cosa que envidio de aquella tropa de argentinos, y es que tenían menos complejos que nosotros.

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  2. Hola Rick:
    Con Tequila si que me siento identificado. Recuerdo aquellos años rebeldes de mi primera juventud, en que saltábamos y gritábamos como locos, escuchando sus canciones. Me gustaba en especial el tema "El Ahorcado" de su primer álbum : "puede que esté vivo, puede que no, puede que se mueva, puede que no..."
    Genial. Cuando los escuchábamos, sentíamos con orgullo que eran algo nuestro, algo que se entendía, y que se podía cantar a grito pelao en los garitos.

    Buena entrada, Rick. Me trasportado al pasado.

    Antoni.

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    1. "El ahorcado" es otra de las grandes, sí. Los de vuestra edad no érais mucho más jóvenes que nosotros, pero ya veníais con otra mentalidad; por eso a vosotros ya no os costó trabajo entrar en su onda.

      Gracias, pero el pasado siempre está ahí.

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  3. Su popularidad por aquellos años era enorme, veías a las abuelitas bailando con sus nietos en las fiestas de los barrios, o en los pueblos de la sierra, al ritmo de sus canciones. Fueron un auténtico aldabonazo en el panorama musical español. Creo que no disgustaban a nadie, salvo, según leo, a una minoría de amargaos. No he tenido nunca ninguno de sus discos, pero no me duelen prendas en reconocer que fueron uno de los nuestros.
    Saludos,

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    1. Sí, hubo una época en la que acabaron siendo el grupo más popular de España, además entre clases y edades distintas. Eso ya dice mucho de su categoría. Y los "amargaos", pues ya sabes: ajo y agua.

      Saludos mil...

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  4. Muy interesante. Me ha venido bien leer tu texto, porque de 'Tequila' realmente no sabía casi nada. Por supuesto, conozco bien algunas de sus canciones más famosas (sobretodo 'Salta' y 'Dime que me quieres'), que tienen su chispa, como dices, pero como el grupo nunca me ha atrapado de verdad, no me ha dado por escucharles ni conseguir un solo disco suyo. Es uno de esos casos en los que uno es consciente de que el material tiene calidad, pero simplemente no le llegan a uno a la patata, por la razón que sea. Y, salvando las diferencias estilísticas, me pasa parecido con los Rodríguez. Salvo ''Sin documentos'', que es un temazo que agradezco que pinchen los DJ's para romper con la pachanga de turno. Así que lo dicho, de 'Tequila' y de los 'Rodríguez' no tengo nada malo que decir; simplemente, no habré estado a la altura para apreciarlo y ha habido una falta de atención por mi parte. En fin, para gustos...

    Duda: En el post cuentas que de repente cierta prensa se les echó encima, y luego les marginó. ¿Qué fue lo que ocasionó esto?

    (He borrado el otro comentario porque se me fue la mano y dejé aquí un tostón que no venía al caso. Perdón otra vez)

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    1. Tal vez por ese aire de "livianos" que tenían, mucha gente conoce solo las canciones que sonaban en la radio. Y como el sector "serio" no los consideró aceptables, quedaron como grupo para fans. Precisamente esa es la obra de "cierta prensa", como dices tú: desde el principio destacaron por su aire desenfadado, lo guapos que eran y lo modernos que lucían. Esa suma de componentes estéticos no estaba bien vista en la España rockera de mediados/finales de los 70; lo estaría luego, en los 80, pero en ese momento no.

      En esencia, la prensa "auténtica" los respetó en un principio por haber encontrado acomodo en Lacochu, por las alabanzas de Jesús Ordovás y porque inicialmente los produjo Vicente Romero. Pero ya digo arriba que a ellos nunca les gustó esa producción, y que a Romero no le gustaron sus pintas. Y en cuanto comenzaron a triunfar entre las fans, esa prensa rockera de pro, culta y cultivada, se apartó de ellos como de un contagio. La estupidez de los "enteraos", como siempre.

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  5. Eran buenos, sí. El desparpajo que tenían, la facilidad para componer, su imagen. Aunaban calidad y comercialidad, eran roqueros con miles de fans detrás suyo. En su día tenía todos sus discos, me gustaban todas sus canciones. Pero como me ocurre con el Ramoncín, hoy estoy muy distante de ellos, se me han quedado anclados en esa época. Aunque la de Necesito un trago me sigue gustando mucho.

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    1. Tenían un componente pop dentro de su estilo de rock and roll, y por eso llegaron tan alto. Es cierto que con la edad este tipo de músicas nos aburre un poco, pero cada cosa en su época (y unas cuantas canciones suyas, aún hoy, siguen siendo agradables de oír en una fiesta, que conste). En cualquier caso, si llegan salir ahora arrasan, con el panorama general que sufrimos.

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  6. Hola Rick:
    Me das un alegrón con este post.
    He de confesar con verguenza, que en su tiempo no les presté a atención que se debían, cuestión de prejuicios tontos, si que conocia inevitablemente todos sus éxitos que no fueron pocos, pero los recibía con el insulso: "No está mal".
    Pero mira tu por donde, hace un año, repasando grupos españoles, los redescubrí y me quedé impactado y me fascinaron, además, todos sus discos, que tuve una temporada que sonaban uno detrás de otro.Me gustan todas sus facetas, desde la mas rocanrolera a la mas quinceañera, y como ejemplo, esa a perla teenager llamada "Hoy Quisiera Estar a tu Lado".
    Inevitablemente, en la vida y en la música, el tiempo pone las cosas en su lugar. Tequila ya forma parte del Olimpo de la música española.
    Saludotes
    Jose

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  7. Hola, José:

    Ya veo que con la edad te me estás volviendo medio popero. Cuidado con eso, que se empieza así y se acaba coleccionando a las cantantes yeyés francesas, o cosas peores. Pero en serio: me alegro de esa conversión tuya. La gente como Tequila debería ser materia obligada para los chavalitos que empiezan en esto, a ver si se les pega algo de ese gusto por las melodías, los ritmos y los estribillos.

    Saludos mil....

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  8. Buen y merecido repaso a Tequila; a mi entender. Desde el principio me parecieron una gran banda de rock and roll con conexión al pop. En uno de mis viajes a Madrid (no recuerdo el año) estábamos tocando en un sótano donde ensayaba el grupo de mi amigo Pepe “el Sputnick”. En el local de al lado estaban los tíos de Tequila y al oírnos tocar un rock and roll trotón, se unieron a nosotros y montamos una jam de mucho cuidado. También conocí a Julián Infante que pasó una corta temporada aquí en el pueblo con su novia. Estaba ya bastante perjudicado, aunque tocamos un par de temas con él en el garaje del Chino.

    Saludosssssssssss

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    1. Hala, el señor Bab haciendo jam sessions con Tequila... O sea, que a ti no hay que promocionarte el producto porque lo conoces de sobra (incluyendo esos últimos momentos con Julián). Así que has comprobado de primera mano la debilidad de esta gente por el rock and roll tradicional, que está en la base de casi toda la música que nos ha gustado durante estos últimos cuarenta años. Envidia te tengo...

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  9. Qué gran repaso a Tequila. Qué exitazo tuvieron. Las mejores canciones seguramente estaban en los primeros álbumes pero el disco más redondo para mí fue Viva Tequila. Saludos.

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    1. Pues no sabría decirte cuáles son exactamente las mejores canciones de Tequila, que no tienen por qué ser las más populares. Y tampoco sabría elegir uno solo de sus cuatro discos, porque creo que estaban a la altura unos de otros. Precisamente una de las alabanzas que se les podría hacer es que fueron bastante regulares, no eran un invento de un día ni una cosa "prefabricada" como dijeron muchos señores comentaristas...

      Saludos mil...

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