lunes, 29 de abril de 2024

Estados Unidos: los primeros años 60 (VIII)

Tras cumplimentar a los Sonics, el grupo más salvaje de la época y prototipo del naciente “garaje” en Estados Unidos, seguiremos con otros cuantos que, sin ser tan fieros, tienen también su carácter. Hoy nos visitan los Standells y los Shadows of Knight: ambos fueron considerados en su época como bandas de un solo éxito, lo cual es una injusticia absoluta pero muy frecuente en aquellos tiempos, e incluso después.
A los Standells, no sé por qué, se les considera ahora "los padrinos del punk rock". En realidad sus orígenes son muy similares a los de la mayoría de grupos que comienzan a principios de los años 60 haciendo versiones del rock and roll clásico, y luego son influidos por los británicos. Se presentan en 1962 en Los Angeles, donde tras unos cuantos cambios de personal y una anecdótica balada duduá grabada a finales del 63, se van haciendo un nombre gracias a sus actuaciones constantes. Los ficha Liberty Records, que cae en la misma fantasía que afecta a Columbia con Paul Revere y sus Raiders y, sin el más mínimo pudor, anuncia a los Standells como "la respuesta americana a los Beatles". Al igual que los Raiders, se les verá en alguna película y varias series de televisión; y al igual que los Beatles… se dejan el pelo largo (pasan por ser la primera banda americana con exuberancia capilar). Pero la cosa aún va más lejos: el primer single con el sello es una pieza pop bastante tonta hecha a base de coros y palmas, titulada "Peppermint Beatles", que no alcanza las listas. Así que deciden centrarse y volver a su estilo original, no muy lejano al de los Wailers, por ejemplo. Su primer LP, publicado poco después, se graba en directo en el PJ's de Hollywood (un equivalente al Castillo de los Wailers) y al igual que ellos hacen un repaso de las versiones que más han trabajado: "Money", "Louie, Louie", etc. Pero tampoco hay suerte y poco después se despiden de Liberty. 

El año 65 parece seguir la misma tónica: fichados por Vee-Jay, graban algunos singles sin brillo. Pero metidos ya en el otoño, justo cuando más negro parece su futuro, se fija en ellos Ed Cobb. El señor Cobb, antiguo integrante de los Four Preps, uno de los grupos blancos de voces más famosos en la América de los años 50/60, había comenzado poco antes a interesarse por las mesas de mezclas y la producción, además de ser un buen compositor ("Tainted love", por ejemplo, es suya). Y decide aprovechar la pequeña fama televisiva del grupo para relanzarlo: a finales de ese año les consigue un contrato con Tower Records, un sello bastante activo por entonces, y les entrega "Dirty water", compuesta por él. Es una canción con un aire Stones matizada por el órgano y que significa una ruptura total con su estilo anterior; lo cual no es del agrado de algunos de los miembros del grupo, que abandonan. Tal vez por esta razón el single ascendió muy despacio en las listas: publicado en Noviembre del 65, roza el top 10 metidos ya en Julio del 66. El mes anterior se había publicado su segundo LP, que lleva el mismo título y donde hay otras tres piezas de Cobb aparte de esa; el resto salvo una son versiones, o composiciones de colegas de Cobb, lo cual demuestra que los Standells, como la gran mayoría de los grupos de la época, no tenían capacidad creativa. Pero ese disco es realmente bueno y variado, cubriendo un rango que va desde el pop de garaje hasta rozar la psicodelia.


Tower queda satisfecha por las buenas ventas del LP y decide utilizar la misma técnica que estaba empleando Columbia con los Raiders, o sea, exprimirlos. Los Standells publican otro LP en 1966 ("Why pick on me"), pero es evidente que no tienen el gancho comercial de Revere y sus chicos: hay otro puñado de versiones, algunas muy buenas, de clásicos como "Paint it black" o "Black hearted woman" en un tono levemente pop, pero las nuevas de Cobb o las de su cantante Larry Tamblyn son un tanto flojitas. Y llegados al año 67 publican otros dos más, a los que hay que añadir su participación en la banda sonora de "Riot on Sunset Strip". La mayor parte de su repertorio siguen siendo versiones (algunas tan curiosas como el "Black is black" que lanzó a los Bravos), mientras se deslizan gradualmente hacia la psicodelia. En cada disco hay tres o cuatro piezas realmente interesantes, pero de ningún modo justifican semejante exuberancia discográfica, que al final acabará con ellos. De todos modos, y a pesar de que “Dirty water" sea su única pieza famosa, es un grupo ideal para un recopilatorio como mínimo: son mucho mejores de lo que parece.


Shadows of Knight, de Chicago, son ya una consecuencia directa de la invasión británica. Tanto, que hasta el inconsciente les juega una mala pasada cuando en 1964 -la fecha de su nacimiento- deciden bautizarse como "Shadows" a secas, hasta que el año siguiente se enteran de que hay un grupo con ese nombre en la Isla. En ellos (a los que ahora también se les llama "punk") confluyen dos sanas influencias: además de su admiración por los grupos isleños del sector r'n'b está su propio origen, ya que Chicago es la Meca del blues urbano; incluso podemos considerarlos como la primera banda blanca del país con piezas blues en su repertorio. Aunque es una versión la que los pone en el mapa: "Gloria", de los irlandeses Them. Esa versión llega a oidos del sello Dunwich Records, que la publica como cara A de su single de debut a finales del 65; dicho single alcanza el primer puesto en Chicago, va saltando de estado en estado y en conjunto es un top-10 nacional poco después. Lo cual les permite ponerse a grabar inmediatamente su primer LP, titulado como la pieza que les dio la fama y que se convierte en un clásico. De todos modos, el grueso del repertorio está formado por versiones del blues más o menos tradicional (hay tres de Willie Dixon, por ejemplo) y alguna pieza muy brillante de cosecha propia como "Light bulb blues".


Sin embargo, las ventas no fueron satisfactorias. Visto ahora, tal vez estaban fuera de tiempo o de lugar: se hicieron más populares en la Isla que en su propio país, quizá porque el rhythm and blues no tenía suficiente mercado aún en los States. Hay un comentario de la banda que los retrata: "Stones, Animals y Yardbirds cogieron el blues de Chicago y le dieron el toque inglés. Nosotros hemos cogido la versión inglesa y le hemos añadido el toque de Chicago". Ya, la idea es muy buena... pero recordemos que a principios del 66 los Yardbirds (salvo por "For your love") eran un grupo menor en América, y que Stones y Animals vendían muchos más singles que LPs. Es decir, en ese género había mercado para canciones sueltas con gancho, pero poco más. Si nos referimos exclusivamente al blues rock, Cream no serán populares allí hasta bien entrado el 67, y ese blues ya tiene más ingredientes. Shadows of Knight publicaron su versión de "Hoochie coochie man" o "Spoonful" años antes que Cream, pero sin su altura y quizá demasiado pronto para los gustos de sus demorados compatriotas.


Un nuevo single había llegado poco antes a las tiendas: "Oh yeah". La canción es de Bo Diddley, pero ellos trabajan sobre la versión de los Yardbirds y pienso que la mejoran. Es un nuevo éxito -aunque no tanto como lo había sido "Gloria"- e ilusiona a Dunwich para darles una nueva oportunidad, que se substancia con la publicación de "Back door men", su segundo disco grande. Solo han pasado cuatro o cinco meses desde la aparición del primero, pero ya se nota que estos chicos tienen más cosas que ofrecer: aparte de clásicas como "Spoonful", que por fin trasladan al estudio después de mucho tiempo haciéndola en directo, hay incursiones en la naciente psicodelia tan curiosas como "The Behemoth", una instrumental que junto a "Eight miles high" de los Byrds anuncia un nuevo género: la raga rock, que con frecuencia acabará siendo un poco ladrillo pero que en el momento fue una verdadera revolución; y tenemos también una versión de "Hey Joe", la pieza de moda en 1966. Es un gran disco, para mí superior incluso al primero, y anticipa en cierto modo el estilo Doors: seguro que Ray Manzarek -al menos él- tomó apuntes de esta obra. Sin embargo este disco siguió la suerte del anterior: la banda, frustrada, comenzó a desintegrarse a tal velocidad que en 1967 y de la formación original ya solo quedaba el vocalista Jim Sohns. Quien intentó seguir adelante con la marca comercial, pero sus posteriores grabaciones fueron cayendo en el pozo común del garaje decadente: otra vez pop, música chicle y psicodelia sin substancia.


Que en los años 80, cuando comenzó la furia por el revival, los dos primeros discos de Shadows of Knight fuesen elevados a los altares y la banda sea considerada hoy en día como de lo más florido de esa época, es un triste consuelo. Aunque como dije antes fueron mucho más populares en la Isla que en su país, y eso significa algo. La tristeza nace ya por el hecho de que sean considerados como "serie B" siendo como eran bastante más interesantes que algunas figuritas del momento a quienes ya nadie recuerda, mientras que ellos, finalmente, sí son recordados. Pura justicia: poética tal vez, pero justicia al fin y al cabo.

3 comentarios:

  1. Pues si, justicia poética tal vez, como dices, pero justicia bien merecida para ambas bandas. Una de las buenas ideas en aquellos primeros Lps de Standells era la gran cantidad de canciones que incluían, nada menos que 18 en su "Dirty Waters", entre composiciones de Cobb y versiones, casi todas muy aceptables, y otras 18 en su "Try It", enmascarada en esa etiqueta de "Banned!" ("Prohibido!") por el alto contenido sexual de su tema homónimo, lo que propulsó las ventas, lógico.

    The Shadows of Knight también son buena tela y, como tú, prefiero su segundo "Back Door Men" a su anterior "Gloria". Me gustan más estos últimos a Standells, tienen más empuje bluesero chicagüense, midentras los primeros son más californianos, su celebrado "Riot On Sunset Street", fue todo un himno en la escena angelina de aquellos años.

    Dos grandes bandas que, como apuntas, han ido ganado prestigio y apoyos según pasaba el tiempo.
    Saludos,

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    1. He estado buscando y veo que tienes la fortuna de poseer unas reediciones muy potentes, ya que las más comunes no pasan de 14 o 15 piezas (y los discos originales tienen diez cada uno). Supongo que esas piezas a mayores serán las que iban quedando sueltas en los singles, así que entre unas cosas y otras se reúne la discografía casi completa aparte del segundo disco.

      A mí también me gustan más los Shadows of Knight, quizá por esa querencia hacia el blues rock que los asemeja un poco al estilo europeo. Bajo ese punto de vista, su segundo disco es más interesante que el primero, aunque de todos modos los dos son muy recomendables.

      Saludos mil.

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  2. Eso de que Standells eran "la respuesta americana a los Beatles" no se lo creen ni ellos. Tengo el "The Hot Ones-Try It" de veinte temas en el disco duro, y también "The Best of the Standells". Suenan bien, tienen su punto. Las versiones me parecen correctas. Curioso lo de"Black is black". Seguramente sea su "Dirty water" lo que más me gusta de ellos; aunque no les sentara bien a sus fans al principio.
    Y sobre "The Shadows Of Knight", he oído esta mañana los dos discos que tengo, aprovechando esta entrada, "Back Door Men" y "The Best Of The Shadows Of Knight". Coincido contigo y con Javier; me gustan más que Standells. Creo que tienen más "sustancia". Bueno, qué buen repaso le estamos dando a los viejos tiempos con estas entradas tan jugosas y bien contadas. Se agradece.
    Saludos.

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