lunes, 11 de diciembre de 2017

1976/77 (XIV)

Hay unas cuantas bandas que comienzan a consolidarse entre 1976/77 y aunque su origen está en el caldo de cultivo punk muestran casi desde el principio una personalidad propia. La mayoría se darán a conocer en 1978, pero ya tenemos algunas que merecen ser citadas; por ejemplo, dos tan distintas como los londinenses Wire y los mancunianos Buzzcocks. Y precisamente esa diferencia entre unos y otros es la mejor señal de la riqueza que comienza a surgir en la que se denominará época post-punk: tanto los músicos como la industria comprenden que el público no va a aceptar por mucho tiempo una oferta tan plana como la que ofrece el esquema Pistols, así que conviene espabilar. 


Wire están considerados como una de las primeras bandas de art punk, y por esta vez podríamos estar de acuerdo con la etiqueta: en sus primeros tiempos asumen los rasgos más distintivos del punk "oficial", como la brevedad de las canciones (muchas de ellas no llegan al minuto) y una aparente sencillez en su construcción. Sin embargo, escuchándolos con calma, comenzamos a descubrir una enorme cantidad de matices e influencias, desde el rock avant garde hasta momentos más relajados cercanos a la new wave. Sus miembros son casi todos recién llegados al negocio musical, pero con una formación media procedente de las benditas escuelas de arte británicas; en este caso, la escuela de Watford. El mejor ejemplo es el veterano Bruce Gilbert (1946), guitarrista, que además de su vocación pictórica y de diseño gráfico es técnico de sonido; junto a él está el también guitarrista Colin Newman, que será la voz principal. Buscan dos acompañantes para la base rítmica y reclutan a Graham Lewis: no es un gran bajista (es casi autodidacta y en sus primeros tiempos usa el bajo casi como metrónomo), pero sí un estudioso del sonido. En la batería tenemos a Robert Gotobed, otro autodidacta que comenzó como cantante y luego aprendió a tocar la batería por su cuenta; al igual que Lewis, está más interesado en las posibilidades sónicas que en la habilidad como instrumentista. Extraña pareja para una banda extraña. 

A mediados de 1976 comienzan sus actuaciones en el circuito punk; lo cual es lógico, ya que no tienen trayectoria previa y musicalmente parten de esquemas muy simples, fieles además a la técnica del “Háztelo tú mismo” tan en boga por entonces. Uno de los locales más interesantes del momento es el Roxy, donde son descubiertos por Mike Thorne. No ha cumplido aún los treinta años pero ya tiene un buen historial: comenzó como técnico de audio diez años antes, comentarista y editor de revistas musicales luego, y en la actualidad es cazatalentos de EMI (fue precisamente él quien llevó a los Pistols a ese sello, aunque luego la cosa salió mal). Mike comprende que esta nueva banda tiene mucho más fondo del que parece; tanta fe muestra en ellos que los presenta inmediatamente a sus jefes y se convierte además en su productor. Poco después los da a conocer incluyéndolos en el legendario “Live at the Roxy”, y a finales del 77 se lanza el primer LP de Wire, titulado “Pink flag”. Como dije antes, puede que en una primera escucha parezca un disco del montón, un cruce entre punk rock y new wave con sonido denso y letras oscuras, pero gana mucho en la segunda y se hace casi gigantesco en la tercera: ya solo la entrada con “Reuters”, que con tres minutos es la segunda canción más larga de las veintiuna que lo componen, es suficiente para comprender que estamos ante el origen de muchas tendencias, desde el hardcore hasta la cold wave si me apuran. 

“Pink flag” es uno de los discos más recomendables de aquellos tiempos: complejo, rico en matices, precursor de la época post punk y por supuesto otro de esos pequeños diamantes que en su época pasó casi desapercibido y hoy en día es reivindicado no solo por su visión de futuro sino también, por eso mismo, como una obra totalmente vigente aún hoy. Así que Wire es otra banda a la que hemos de seguir a partir de ahora. 



Si Liverpool fue la vanguardia del pop en los primeros años 60, ahora entramos en una época en que la vecina Manchester, su rival directa, nos sorprenderá con un carácter propio. Por lo general las propuestas que salgan de esa ciudad tendrán una proyección muy marcada, original; tal vez un poco oscura a veces, pero siempre de categoría. De ahí proceden los Buzzcocks, que fueron doblemente importantes: por su obra y por ser el germen de los espléndidos Magazine. La historia comienza a finales del 75 en la universidad de Bolton, cuando Howard Trafford y Peter McNeish se unen para mezclar sus dos tendencias: la electrónica y el rock; ocasionalmente un colega suyo, Garth Smith, les acompaña con el bajo. En verano del 76, impresionados tras haber visto a los Pistols en Londres, consiguen traerlos a Manchester para su primera actuación allí. Y con ellos viene Malcolm McLaren, que conocía a otro universitario al que se encuentra en la actuación: “¡Este será vuestro bajista!” exclama, presentándoles a Steve Diggle. Por fin, convencidos ya para crear una banda, reclutan a John Maher, un estudiante de colegio que solo tiene dieciséis años. La voz queda a cargo de Trafford, que cambia su apellido a “Devoto”, mientras que la guitarra es cosa de McNeish, a quien desde ahora apellidaremos como “Shelley”. 

A finales de ese mismo año, fieles al “Háztelo tú mismo” y después de reunir quinientas libras que les prestan sus familias se dirigen a New Hormones, un pequeño sello independiente local, donde graban en tres horas un artefacto mítico: “Spiral scratch”, un Ep de cuatro canciones que no solamente es el primero autogestionado en la historia del punk sino también el mejor, al menos para mí. Esas cuatro canciones, compuestas por Devoto y Shelley, están perfectamente equilibradas entre la urgencia punk, la voz matizada con las escalas tan personales de Devoto (apoyada a veces por Shelley) y el gusto por la melodía cercana al pop de Shelley. La producción corre a cargo de Martin Zero, que pronto se hará famoso con su verdadero apellido, Hannett, como uno de los elementos decisivos en el sonido Manchester. El disco se publica ya en 1977, con lo cual se convierten en la tercera banda punk en grabar, tras Damned y Pistols, aunque el hecho de la autogestión les otorga mucho más valor. La primera tirada de mil copias se vendió enseguida, y tras ella una segunda de dieciséis mil apoyada por la cadena de tiendas Virgin; en aquella época no eran ventas suficientes para aparecer en las listas, pero tras la sucesión de reediciones se calcula que ha podido llegar a ser un top 30. Así que estamos ante una de las supuestas “grabaciones de culto” más populares en la historia del vinilo británico. 

Por desgracia, la sociedad entre Howard Devoto y Pete Shelley termina aquí: la perspectiva del primero, más cercana al punk rock de tonos progresivos (e incluso al art punk, como Wire) se aleja de la querencia new wave del segundo. Devoto nos alegrará la vida a partir del 78 con Magazine, pero ahora estamos a lo que estamos: vuelve Garth Smith con su bajo, ya que Steve Diggle pasa a ser guitarra rítmica. En Junio del 77 participan en el famoso directo en el Roxy donde también están los Wire, y poco después consiguen un contrato con United Artists. Por fin, en Noviembre, llega el primer single oficial de los Buzzcocks: “Orgasm addict”, la síntesis de lo que debería ser el punk pop de alta escuela en tan solo dos minutos. Lo tiene todo, además de su brevedad: un ritmo endiablado pero con criterio, un ejecución simple pero impecable y… bueno, sí, esa letra. Fue una de las últimas composiciones entre Devoto y Shelley, lo cual hace que nos preguntemos a qué altura habrían llegado de seguir juntos. El productor es Martin Rushent, ya conocido en este local por serlo también de los Stranglers (recuerden, estamos en United Artists), y como era de esperar la BBC vetó la canción; en su momento solamente rozó el top 50, pero ahora es otra leyenda del género. Poco después hay que despedir a Garth, que se está aficionando demasiado a la botella, y fichan a Steve Garvey justo a tiempo para entrar en el estudio y comenzar la grabación de su primer Lp, que llegará el año que viene. No sé si podremos resistir la espera… 



12 comentarios:

  1. Ando muy perdido yo con estas bandas y no me suena nada,
    A ver si entre todos encontramos unos reproductores para blog que funcionen definitivamente. A mi esto me lleva loco.

    Saludos.

    Antoni.

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    1. Tranquilo, Antoni; tú vete escuchándolos poco a poco y seguro que acabas descubriendo a más de uno que te guste. En cuanto a los reproductores de sonido, estos de Box suelen funcionar bastante bien aunque a veces se cuelgan.

      Felices fiestas descontroladas...

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  2. Un temazo de los buenos ese "Reuters" no lo conocía como tampoco al grupo. La escuela mancuniana, no me acostumbro a decir esa palabra relacionada con Manchester, ha alimentado al pop desde entonces hasta ahora a pesar de no tener tanta repercusión en los primeros tiempos del género.
    Buzzcocks es un grupo de mayor repercusión popular y recuerdo algún tema con ese aire freso y provocador como el que has puesto.

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    1. Sí, también a mí me suena raro eso de "mancuniano": parece una escuela filosófica antes que un gentilicio, pero...

      Manchester se convirtió en una enorme potencia musical a partir del punk. Y la cosa duró hasta finales de los noventa por lo menos, cuando se inventaron aquello de "Madchester". Hoy en día ya todo es igual, pero los 70/80 fueron fastuosos en esa zona.

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  3. He seguido a ambas bandas muy escasamente, a Wire en su "Ibtaba" del 89, ya tarde, y a Buzzcoks en su directo en Manchester en el 78, "Beating Hearts", también demasiado tarde puesto que lo compré en la reedición del sello italiano Get Back del 2001. No los tengo muy trabajados, por tanto. Me queda la esperanza de que atisbo al gran Devoto y su fantástico Magazine, de los que me considero el más experto conocedor en mi bloque de pisos.
    Saludos,
    JdG

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    1. Wire pasaron bastante desapercibidos por aquí, aunque sus primeros discos estaban en las tiendas. Buzzcocks tuvieron más suerte: su música es muy accesible, y justo por la aparición posterior de Magazine se revalorizó su obra. Y sí,los fantásticos Magazine serán invitados de honor en el 78. Veo que tenemos gustos muy parecidos en esa época.

      Saludos mil

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  4. Hola Rick:
    ¡Ostras los Buzzcocks!, casi se me habían olvidado, y eso que tenía una cinta suya de esas de "vuelta y vuelta" que se decía antes. Sonaban frescos y contundentes.
    Los "Wire"ni puta idea que se dice", el tema que has puesto suena de fábula y tiene ese toque siniestrillo que tanto me va, además ahora me estoy reenganchando con la bandas estas medio góticas y siniestras, eso que llamaban el post-punk.
    Se ha acabado el tema, pero sin problemas, le vuelvo a dar al play. A ver si consigo algo de esta peña.
    Saludos.
    Jose

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    1. Ahí la has clavado, José: los Buzzcocks eran una banda perfecta para una cinta del coche. Yo casi los compararía con la Creedence y bandas de ese tipo, sin complejos. Los Wire ya digo, pasaron bastante desapercibidos, aunque por lo menos sus dos o tres primeros discos han sido reivindicados luego.

      Espero que te gusten. Saludos mil.

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  5. Muchas gracias por darme a conocer estos grupos, sobre todo a Wire. Reuters es un pedazo de tema, y los demás a gran altura también. Rápidos y directos, como debe ser. El tema de Buzzcocks de recibo también, como dices prototipo de tema punk.

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    1. Para eso estamos, mister Chafardero: para ir recogiendo a los caídos en la cruel historia del pop. Y los Wire no sé, pero estoy seguro de que Buzzcocks tiene que ser una banda muy de tu agrado. Atrévete a bucear...

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  6. Tampoco yo tenía controlados a los Wire. A los Buzzcoks un poco más, pero no te vayas a creer. Me viene muy bien esto para dales un repaso. Bucearé ahora, antes de que empiece el caos de las fiestas, que luego pasa lo que pasa.

    Saludossssssss

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    1. Ya, los Wire pasaron bastante desapercibidos por aquí. Y tampoco es que fuesen muy populares en la Isla, pero con el tiempo parece que van consiguiendo su sitio. Los Buzzcocks sí que fueron bastante apreciados, incluso llegaron a escucharse aquí.

      Suerte con las fiestas, que son de temer. Y Felices navidades, y año nuevo, y Reyes....

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