Dedicaremos nuestra tercera y última jornada en Nueva York a rescatar la memoria de las dos bandas rockeras más importantes de la ciudad. Como ya dije, esto es un cruce de caminos: ninguno de los grupos que hemos visto hasta ahora son radicalmente americanos salvo tal vez Lovin' Spoonful; y eso pasa también con nuestros dos invitados de hoy. Que son, por el bando heavy/hard los ciclópeos Mountain, y por el de los progresivos Vanilla Fudge. Así que vamos allá.
La historia de Mountain se cimenta sobre dos personajes: Leslie West, uno de los mejores guitarristas americanos de todos los tiempos, y Felix Pappalardi, bajista y productor. Ambos eran sobradamente conocidos cuando se produjo el nacimiento de este grupo, ya que West había militado en los Vagrants -banda de garaje muy popular en su época- y Pappalardi había sido, entre otras ocupaciones, productor de Cream (incluso hay mucha gente que dice que fue él quien convenció a Clapton, Bruce y Baker para formar ese trío). De vuelta a su Nueva York natal, Pappalardi produce las últimas canciones de los Vagrants y a continuación el primer disco en solitario de West: ese disco, grabado en 1969, se titula "Mountain". Un título que autoparodia la imagen de West, que además de gran guitarrista era una humanidad de más de ciento treinta kilos en aquel momento ("Dedosgordos" y "La Mole" son dos de los cariñosos motes con que le obsequian sus fans).
Pappalardi, que acaba de asistir a la defunción de Cream, ve en West a un posible héroe de la guitarra a la altura del mismísimo Clapton y con mucha más pasión que él. West, además, tiene un vozarrón inmenso que ha demostrado sobradamente con los Vagrants: su versión del "Respect" de Otis Redding está a la altura del propio Otis. Así que lo convence para formar un power trío al estilo de los británicos pero con mucha más fuerza; fichan al batería Corky Laing y se meten en el estudio a toda prisa. Y una de las primeras canciones que sale de ahí es la impresionante "Mississippi Queen", una de las mejores piezas de heavy blues que he oído en mi vida. Menos mal que Cream ya no estaban en el negocio: habrían temblado de miedo. Se halla incluida en su primer LP, titulado "Climbing" y que sale a la venta en 1970, alcanzando el top-20. Aunque luego su formación y por tanto sus recursos de sonido aumentarán, la vida de este grupo, como la de la mayoría de los de su escuela, no será muy larga; pero ese sonido ha marcado una impronta que será el espejo de muchas bandas posteriores. West intentó repetir luego la jugada del power trío junto a Jack Bruce y Corky Laing, con resultados discretos.
El caso de Vanilla Fudge ya lo hemos visto con Iron Butterfly: una banda estigmatizada por una canción. El propósito de los Fudge era construir un rock progresivo al más puro estilo británico; tanto, que algunos aficionados poco instruidos creyeron que se trataba de un grupo isleño. En 1967, a medio camino entre el progresivo y el sinfónico con tintes psicodélicos, arrancaron entre el fervor de su "culta" parroquia con una versión monumental (más de siete minutos) de "You keep me hangin' on", de las Supremes. ¿Las Supremes de la Motown, dirán ustedes? Pues sí, esas: ya ven lo que es la vida. La verdad es que, salvo la línea melódica -más o menos-, la canción era irreconocible. Estábamos ante una verdadera recreación progresiva de un magnífico éxito procedente de un campo totalmente opuesto, lo cual era innovador. Y la clientela se lo premió: esa versión ha quedado para la Historia en medio mundo, incluida España. Y su primer LP, publicado casi al mismo tiempo, se benefició de la inclusión de esa pieza para llegar al top-10.
Los Beatles, grandes aficionados suyos (Lennon, entre cuyas virtudes nunca estuvo la visión de futuro, babeaba con ellos: "son el futuro", decía), fueron los suministradores involuntarios de algunas piezas que versionaron los Fudge: "Eleanor Rigby" o "Ticket to ride" son dos de las canciones que sucumbieron en sus manos. Y digo "sucumbieron" porque la cosa empezó a hacerse insoportable: endiosados por el éxito de sus primeras grabaciones, se internaron en un jardín de arreglos pretenciosos, voces oscuras, remedos de Hendrix, órganos tremebundos… un coñazo, vamos. Si Nice (y luego E, L & P) fueron en la Isla el epítome del progresivo sinfónico para bien y para mal, en América lo fueron los Fudge: en menos de dos años demostraron lo que iba a ser el futuro del rock progresivo, a base de comeduras de tarro para oyentes "enrollados" que, junto con la megalomanía de las bandas heavy, acabarían con el prestigio del rock en el primer quinquenio de los 70. El bajista Tim Bogert y el batería Carmine Appice, sus dos elementos más destacados, formarían luego un trío de hard rock junto a Jeff Beck (¡quién te mandaría meterte ahí, Jeff!). Y cuando Jeff salió corriendo, crearon Cactus: otro coñazo de las mismas características.
Bueno, pues se acabó nuestra visita neoyorquina. Pero mientras esperamos por el avión de vuelta a casa, nos entretendremos citando a algunas bandas realmente notables que no procedían de ninguno de los grandes centros musicales de la época. Ustedes vayan dejando libre la habitación, que aquí son muy estrictos con el horario.
La historia de Mountain se cimenta sobre dos personajes: Leslie West, uno de los mejores guitarristas americanos de todos los tiempos, y Felix Pappalardi, bajista y productor. Ambos eran sobradamente conocidos cuando se produjo el nacimiento de este grupo, ya que West había militado en los Vagrants -banda de garaje muy popular en su época- y Pappalardi había sido, entre otras ocupaciones, productor de Cream (incluso hay mucha gente que dice que fue él quien convenció a Clapton, Bruce y Baker para formar ese trío). De vuelta a su Nueva York natal, Pappalardi produce las últimas canciones de los Vagrants y a continuación el primer disco en solitario de West: ese disco, grabado en 1969, se titula "Mountain". Un título que autoparodia la imagen de West, que además de gran guitarrista era una humanidad de más de ciento treinta kilos en aquel momento ("Dedosgordos" y "La Mole" son dos de los cariñosos motes con que le obsequian sus fans).
Pappalardi, que acaba de asistir a la defunción de Cream, ve en West a un posible héroe de la guitarra a la altura del mismísimo Clapton y con mucha más pasión que él. West, además, tiene un vozarrón inmenso que ha demostrado sobradamente con los Vagrants: su versión del "Respect" de Otis Redding está a la altura del propio Otis. Así que lo convence para formar un power trío al estilo de los británicos pero con mucha más fuerza; fichan al batería Corky Laing y se meten en el estudio a toda prisa. Y una de las primeras canciones que sale de ahí es la impresionante "Mississippi Queen", una de las mejores piezas de heavy blues que he oído en mi vida. Menos mal que Cream ya no estaban en el negocio: habrían temblado de miedo. Se halla incluida en su primer LP, titulado "Climbing" y que sale a la venta en 1970, alcanzando el top-20. Aunque luego su formación y por tanto sus recursos de sonido aumentarán, la vida de este grupo, como la de la mayoría de los de su escuela, no será muy larga; pero ese sonido ha marcado una impronta que será el espejo de muchas bandas posteriores. West intentó repetir luego la jugada del power trío junto a Jack Bruce y Corky Laing, con resultados discretos.
El caso de Vanilla Fudge ya lo hemos visto con Iron Butterfly: una banda estigmatizada por una canción. El propósito de los Fudge era construir un rock progresivo al más puro estilo británico; tanto, que algunos aficionados poco instruidos creyeron que se trataba de un grupo isleño. En 1967, a medio camino entre el progresivo y el sinfónico con tintes psicodélicos, arrancaron entre el fervor de su "culta" parroquia con una versión monumental (más de siete minutos) de "You keep me hangin' on", de las Supremes. ¿Las Supremes de la Motown, dirán ustedes? Pues sí, esas: ya ven lo que es la vida. La verdad es que, salvo la línea melódica -más o menos-, la canción era irreconocible. Estábamos ante una verdadera recreación progresiva de un magnífico éxito procedente de un campo totalmente opuesto, lo cual era innovador. Y la clientela se lo premió: esa versión ha quedado para la Historia en medio mundo, incluida España. Y su primer LP, publicado casi al mismo tiempo, se benefició de la inclusión de esa pieza para llegar al top-10.
Los Beatles, grandes aficionados suyos (Lennon, entre cuyas virtudes nunca estuvo la visión de futuro, babeaba con ellos: "son el futuro", decía), fueron los suministradores involuntarios de algunas piezas que versionaron los Fudge: "Eleanor Rigby" o "Ticket to ride" son dos de las canciones que sucumbieron en sus manos. Y digo "sucumbieron" porque la cosa empezó a hacerse insoportable: endiosados por el éxito de sus primeras grabaciones, se internaron en un jardín de arreglos pretenciosos, voces oscuras, remedos de Hendrix, órganos tremebundos… un coñazo, vamos. Si Nice (y luego E, L & P) fueron en la Isla el epítome del progresivo sinfónico para bien y para mal, en América lo fueron los Fudge: en menos de dos años demostraron lo que iba a ser el futuro del rock progresivo, a base de comeduras de tarro para oyentes "enrollados" que, junto con la megalomanía de las bandas heavy, acabarían con el prestigio del rock en el primer quinquenio de los 70. El bajista Tim Bogert y el batería Carmine Appice, sus dos elementos más destacados, formarían luego un trío de hard rock junto a Jeff Beck (¡quién te mandaría meterte ahí, Jeff!). Y cuando Jeff salió corriendo, crearon Cactus: otro coñazo de las mismas características.
Bueno, pues se acabó nuestra visita neoyorquina. Pero mientras esperamos por el avión de vuelta a casa, nos entretendremos citando a algunas bandas realmente notables que no procedían de ninguno de los grandes centros musicales de la época. Ustedes vayan dejando libre la habitación, que aquí son muy estrictos con el horario.
No conocía nada de esto; he estado oyendo un ratillo un par de cosas de ambos y con lo que me quedo por encima de todo es con esa 'You keep me hangin' on', ¡¡es ENORME!!
ResponderEliminarMe he llevado un poco de decepción con su 'Eleanor Rigby', sobre todo en los primeros tres minutos, esperando que empezase la canción. Pero si la hubiesen hecho menos rara, no estaría mal. Y 'You keep me hangin' on', lo dicho: enorme, enorme.
I'll be back.
¡Joder! (Perdón el tecnicismo).
ResponderEliminarConocía este tema, “You keep me hangin' on”, pues venía en alguna recopilación jipi, y sabía de Vanilla Fudge porque algún amigo drogadito, que prefiere permanecer en el economato, me había hablado de ellos.
Pero no había caído en que era una versión de las Supremas.
Un lujo.
Es la demostración de que cuanto más conocimiento, más placer.
Muy competentes los Mountain.
Salud.
Amigo Cesare, a mí era lo que más me fastidiaba de esos temas, que tardaran tanto en empezar. tanto, que cuando lo hacían ya me había ido.
ResponderEliminarY totalmente de acuerdo en lo de que esos excesos hicieron caer al rock en un hoyo del creo que no ha salido
Ahh, arreglos pretenciosos y órganos tremebundos, ¡mis enemigos clásicos del progresivo! Aunque uno se vuelve prudente con estas cosas: ¿qué banda de prog no intimida al principio? ¿Acaso hay alguien que saboree los teclados de 'Nursery Cryme' o 'Foxtrot' at the first time? Me figuro que las diferencias entre los verdaderamente grandes y los que solo iban de ilustrados tardará en captarse: mientras los desarrollos de uno resultan más disfrutables a cada nueva escucha, los de otros te hacen paulatinamente odiar con mayor intensidad al grupo en cuestión.
ResponderEliminarEs que ayer me puse un disco de Premiata Forneria Marconi y acabé de mala leche. Aquello era insoportable. En cambio luego le pegas a unos Quella Vecchia Locanda (una de mis bandas predilectas a día de hoy) y... la cosa cambia, ya sabe.
El ‘Climbing’ de Mountain tiene buena pinta. Por cierto, ¿Climbing, Mountain? Qué chistosos.
Mississippi Queen es una bestialidad, oiga.
ResponderEliminar'Mississipi Queen' está bien, tiene fuerza y cohesión, pero parece no la consigo apreciar tanto como vosotros. 'You keep me hangin' on' para mi la eclipsa en esta entrada, qué le voy a hacer.
ResponderEliminarChafardero, pero no confundamos cualquier rock progresivo con lo que hacen los Vanilla Fudge (por cierto, que nombre más bueno) con 'Eleanor Rigby'. Eso es enrarecerla por enrarecerla, o eso me parece a mi, y perdonadme si me equivoco. Luego hay discos de rock progresivo que son la leche en verso, y que no tienen nada que envidiar a la música clásica.
ResponderEliminarVaya, veo que se ha quedado usted anonadado con esa versión, estimado yerno. Es muy buena, en efecto. Lástima que su sonido sea un tanto flojo, pero resume lo mejor de las habilidades de los Fudge. Luego ya el resto comienza a hacerse pesadito, y "Eleanor Rigby" es un buen ejemplo. Raritos, dice usted. Pues sí, lo eran: yo creo que se vieron obligados por sus seguidores a hacerse cada vez más oscuros y complicados. Es muy difícil superar algo como "You keep me...", y eso fue lo que les pasó.
ResponderEliminarNo se preocupe usted por el tecnicismo, don LuisC: a veces no hay más remedio que utilizar esa terminología. Lo raro es que no hubiese caído en el asunto de que era una versión, porque creo recordar que -aparte del título- esa circunstancia fue vendida por los publicistas con gran énfasis. pero en fin, una nueva alegría para usted. ¿A que tiene más gracia ahora que sabe ese detalle?
Y los Mountain, en efecto, muy competentes. Es una pena que en España hayan pasado casi desapercibidos.
Estoy con usted, mister Chafardero: esa manía del progresivo de irse por las ramas para dar impresión de alto nivel fue lo que hundió la carrera de muchos grupos de este género. Y en cuanto al rock en general, pasa lo mismo: el exceso y la grandilocuencia son un cáncer.
Veo que tenemos los mismos enemigos, don Dani. El engreimiento es muy típico del rock: da la impresión de que algunos se sienten tocados por la mano de Dios para traernos la verdad revelada, o algo así. Y por desgracia los teclados son uno de los instrumentos más traicioneros, porque dan mucho juego.
ResponderEliminarConste que, en todo caso, yo no soy muy aficionado al rock sinfónico: me encantan Genesis, pero más por sus líneas melódicas -Gabriel era un maestro- que por el órgano, que a veces se cargaba algunas piezas con tanta floritura.
Precisamente esa desgana mía por el sinfónico hace que yo no alabe tanto a los italianos en general. En todo caso, estoy de acuerdo en que los Locatis esos son mejores que la Premiata, e incluso Banco del Mutuo Soccorso los superan a veces. Por cierto... ¿a qué viene esa manía de ponerse nombres tan largos?
Ignoro cómo ve la juventud actual a los Premiata, pero le diré que estos italianos tuvieron la gran suerte de ser apadrinados por E,L & P: los vieron actuar en una gira e inmediatamente los contrataron para su casa de discos (Manticore). Acababan de fundar esa discográfica y buscaban talentos de su misma onda; fueron ellos quienes les recomendaron modificar su "E festa" para convertirla en "Celebration", que arrasó como single y tiró de las ventas de su primer LP "británico" ("Photos of ghost"). Y por supuesto, con la influencia de Emerson y Lake, el mercado europeo se les abrió de golpe. Esa suerte no la tuvieron los demás.
Y con el rollo me he olvidado de Mountain: en efecto, "Mississippi queen" es una bestialidad. Pienso que tenían más fuerza que Cream en las piezas de hard/heavy. Y sus discos tienen un equilibrio muy bueno entre la fuerza y el lirismo (aunque algunas canciones jipis de Pappalardi sean un poco cargantes, que conste). En todo caso, y como le he dicho a don LuisC, merecieron mejor suerte en España, por donde pasaron de puntillas.
ResponderEliminarHombre, yerno, tampoco es que se pueda comparar a los Fudge con Mountain: trabajan en sectores distintos. Que usted los prefiera, de este entrada, es una cosa, y que sean mejores o peores es otra. Por otra parte, yo salvaría muy pocas canciones de los Fudge aparte de esa, mientras que Mountain tuvieron una carrera bastante coherente.
Y si quiere apreciar "Mississippi queen" con propiedad, le recomiendo un buen sonido: el bajo y los rasgueos de la guitarra son monumentales, pero es necesario un buen aparato para valorarlos.
Pues si, no es tanto el grupo lo que me interesa (Vanila Fudge) sino esa canción en particular. En cuanto a 'Mississipi Queen' y el sonido: ahí me has dado donde duele XD
ResponderEliminarEsa es la cuestión, yerno: a veces, con una sola canción es suficiente. Dejemos el resto para los completistas, que también son de Dios.
ResponderEliminarY el sonido, ya sabe: si se ha portado bien, escriba la carta a los Reyes.