Eh, Joe… ¿a dónde vas con esa pistola en la mano?
Cualquier aficionado al rock de garaje en Estados Unidos sabe que "Hey Joe", una canción que salta a la fama a finales del 65, es una pieza señera en el abecé de esa época junto a "Louie, Louie" y algunas otras. Pero si las demás apenas han salido de ese círculo esta ha llegado a todas partes, ya que su origen está en el folk. Y el folk tiene una gran ventaja a la hora de hacer versiones: su base es una línea cantada que puede modificarse a gusto del consumidor, y el resto está por hacer. En cambio el corazón de las demás suele ser su estructura rítmica, una escala que si se modifica las diluye. Dicho de otro modo: en “Hey Joe” tarareamos la línea melódica, en “Louie, Louie” lo primero que nos viene a la boca son esas diez notas inolvidables que abren la pieza.
Como buena canción folk, cumple al menos con dos de las características frecuentes del canon: una letra tumultuosa, incorrecta políticamente, y unos orígenes discutidos. La historia de Joe, que va a matar a su mujer porque la ha visto tonteando con otro, sería impensable en una canción actual; y muchos de sus intérpretes, ya en aquella época, modificaron algunas estrofas para hacerla más presentable. En cuanto a su origen, conocemos la esencia del asunto: Billy Roberts, un cantante folk residente en Nueva York, la registra en 1962. Él mismo reconoce haberse inspirado en la melodía de tres o cuatro canciones que fueron relativamente populares en los años 50, e incluso hay musicólogos que van más atrás y sugieren haber oído “algo parecido” en el antiguo repertorio hillbilly, pero no dan nombres ni datos. El caso es que Roberts escribe la letra y la ensambla con una línea melódica que a estas alturas ya se puede considerar como suya. Poco después se establece en Los Angeles, va cantando su repertorio por algunos bares y aquí viene la segunda parte del culebrón: entre el público se encuentra Chet Powers, que suele presentarse bajo el alias “Dino Valenti”, otro cantante y compositor del ramo que ya ha escrito algunas piezas de éxito y que incluso formará parte de la Quicksilver, una de esas bandas mágicas que comienzan a surgir en la soleada California. Bueno, pues resulta que el tal Powers/Valenti es un poco rata y, creyendo que Roberts (un pobre cantante de tercera fila, sin grabaciones hasta la fecha) no ha registrado esa canción, o que no es de nadie, se la birla y la registra a su nombre. Como ven, el fulano este tiene un morro que se lo pisa.
Pero sin saberlo, le está haciendo un favor a Roberts. Porque “Valenti” es amigo de muchas estrellas de la ciudad; entre ellas David Crosby, de los pujantes Byrds, que se enamora de esa canción y no para hasta que el grupo la incluye en su repertorio para las actuaciones –cantándola él, claro. Son por tanto los Byrds quienes hacen la transición de “Hey Joe” del sonido acústico al eléctrico, aunque de momento no han pensado en grabarla: de eso se encargarán unos admiradores suyos llamados Leaves, que han obtenido poco antes un pequeño éxito con su primer single y eligen esta pieza para el siguiente, tras haberla oido de sus ídolos. Consiguen así pasar a la Historia en Noviembre del 65 como los primeros en publicar esta canción, que se convierte en un hit a lo largo y ancho de todo el país; y aunque ya nunca conseguirán superar ese momento de gloria (dos LPs flojitos y a casa), tienen más motivos para presumir que los Kingsmen con “Louie, Louie”: esos no fueron los primeros en nada.
Y claro, Roberts se entera de que alguien anda atribuyéndose la autoría de esa pieza, lo cual le obliga a reclamarla legalmente. Mientras tanto, comienza el año 66 y se suceden las versiones: tras la de los Leaves llega la de los Surfaris (o sea, un grupo surf), que no aporta nada nuevo pero precede al aluvión de bandas de garaje que se ponen a copiarla. Porque en general son simples copias; y como era de esperar los Byrds tienen que dejar claro que fueron ellos quienes convirtieron “Hey Joe” en una pieza de folk rock, incluyéndola en esa caja de sorpresas llamada “Fifth dimension”, su tercer disco grande y donde aún figura Powers como autor.
También era de esperar que Roberts ganaría el litigio: a partir de ahora ya no veremos el apellido Powers o Valenti en los sellos de los discos (o “traditional”, como apareció en otros). Pero la vida sigue, y otro folkie llamado Tim Rose publica a mediados de ese año una versión que rescata su espíritu original; esa versión impresiona a un guitarrista de Seattle que, tras oir a Dylan, lleva una época muy aficionado a ese estilo: se trata de Jimi Hendrix, que la interpreta en el Café Wha? de Manhattan apoyado en su destreza inverosímil con la guitarra. Y hace caer de rodillas a un selecto turista británico que pasaba por allí, un turista llamado Chas Chandler, bajista de los Animals, que tiene la idea de abandonar a su grupo y meterse a manager… y que comprende de inmediato que los dioses le han hecho un guiño: Chas convence a Jimi, lo mete en un avión a la Isla y el resto es Historia.
Esa versión de Jimi ayudará indirectamente a Rose a introducirse tras él en el mercado de la brumosa Britannia, donde ambos serán más famosos que en su propio país. Por otra parte, entre la idea de uno y la potente versión del otro la pieza vuelve a quedar abierta, disponible para cualquier intérprete. Y ahora les toca a los isleños echarle el diente a Joe, desde los mods como Creation hasta los por entonces progresivos Deep Purple. Mientras, al otro lado del Atlántico también algunas personalidades del soul caen en su embrujo, como el gran Wilson Pickett: aunque cuando pensamos en este género los primeros nombres que se nos vienen a la cabeza sean Otis Redding o Sam Cooke, la voz incendiaria de Pickett no tiene nada que envidiarles, y para mí la suya es de las mejores versiones que se han hecho nunca. Aquí lo tenemos, cerrando los gloriosos años 60 con Duane Allman a la guitarra:
Y ya estamos en la nueva década. Da la impresión de que Joe va entrando apaciblemente en el selecto club de las viejas glorias, pero en 1974 hay dos notables versiones que lo vuelven a poner de actualidad. A principios de ese año se publica “That’s what I am here for”, el tercer LP oficial de Roy Buchanan, el mago de la Fender Telecaster. A quien, en cierto modo, le pasa algo parecido a Pickett: pocos aficionados lo siguieron en vida y menos aún lo recuerdan tras su muerte, mientras que entre los profesionales se le llegó a llamar “El mejor guitarrista desconocido de la Historia”. Bien, pues en ese disco viene incluida su versión de “Hey Joe”. Juzguen ustedes mismos.
Por esas fechas se presenta en sociedad una nueva cantante-poetisa llamada Patti Smith; quien, aunque nacida en Chicago, se ha hecho un nombre en los ambientes alternativos de Nueva York. Su mente, febril, es un batiburrillo de tendencias que la llevan desde su incipiente militancia en el budismo hasta su admiración por Rimbaud. Y el folk, mezclado con el sonido pre-punk que se respira por entonces en la ciudad, es otra de sus inquietudes. Poco después se hará muy famosa, pero de momento ella y su banda solo han conseguido financiación para grabar un único single. Cuya cara A es… Bah, seguro que ya lo han adivinado.
Yo creo que siete versiones, una para cada día de la semana, son suficientes. Así que terminaremos con una dominguera, alegre, festiva. Una versión latina, hispana: sí señores, también los aires tex/mex le sientan divinamente al viejo Joe; tanto, que parecen llevarlo a su medio natural. Oigan si no esta estupenda interpretación que hizo el malogrado Willy DeVille y que incluyó en “Backstreets of desire”, su disco de 1992: le acompañan los Camperos de Nati Cano y fue número uno en España (¡y en Francia!). No me negarán que resulta entrañable...
Un último dato: van más de mil versiones contabilizadas. Y seguimos contando, pero ustedes podrán comenzar su colección particular con estas siete si pinchan aquí. Cuidado con enviciarse, que Joe es adictivo...
La de Hendrix y la de Deville son sencillamente geniales. Estupendo post, Rick. Un abrazo.
ResponderEliminarGran entrada, me lo he pasado pipa leyendo y escuchando. No conocía casi ninguna. La de Hendrix supongo que siempre será la mejor ''Hey Joe'' para mi, pero ostia... todas son muy buenas, Difícil ordenarlas en un ranking personal.
ResponderEliminarMe ha sorprendido mucho la ¿original? de Billy Roberts (si, tenía que buscarla en Youtube), y me ha sorprendido para bien: me esperaba algo menos serio y muy distinto a la versión de Rose. Pero veo que Hendrix podría haberse inspirado directamente en Roberts si hubiera dado con su disco. Por cierto, ¿qué fue del tal Roberts?
Mola la historia de esta canción a través de California (me encanta la música californiana de los sesenta, desde el pop más pop de los Beach Boys hasta la psicodelia de la segunda mitad de la década, y los bluesys). Ahora mismo no sabría decidirme entre la versión de los Byrds y la de los Leaves, que es muy fresca.
Patidifuso me he quedado al escuchar la del tal Buchanan. Sobre todo cómo se va desarrollando. Buscaré los discos de ese tipo.
Reconozco que la de Patti no me ha convencido nada al principio, e influirá que no conecto bien con esa mujer, no me cae muy bien (en el futuro Dios dirá, porque tampoco he escuchado mucha música suya, que digamos), pero al final me ha gustado su versión, no está nada mal.
Y la versión de DeVille es curiosa, está bien, jeje.
Vaya chapa he soltado aquí, perdone usted.
Se me olvidaba mencionar la de Wilson Pickett, que también es muy buena. Allman aporta su estilo con la guitarra, pero basicamente creo que sigue a Hendrix en los solos, como también lo hará Randy California en Spirit.
ResponderEliminarEstaba buscando ahora a cierto cantante folk que descubrí hará cosa de un año o así, pero he olvidado. No estoy muy seguro, pensaba que era newyorkino, y que tocaba en los bares en la misma época en la que lo hacía el joven Dylan. Me he quedado con la duda al escuchar a Roberts, pero me equivoco seguro. En fin.
"Por cierto, ¿qué fue del tal Roberts?"
ResponderEliminarDigo yo que, tras ganar en los juzgados, el tipo se haría de oro; algo raro si no tenía que suceder por allí con los derechos intelectuales.
Por cierto, qué lujazo de versiones (mi favoritísima, la de Pickett, con sus berridos y su todo), y de paseo. Así da gusto.
Lo de los orígenes confusos me resulta comprensible, pero ¿cómo es posible que tantos miles de fans y expertos no hayan dado con una presunta canción base (o varias, las que usted -no- menciona de los 50) a partir de testimonios o cintas? Aunque bueno, ¿qué más da? xD
Impecable reseña.
ResponderEliminarNo conocía la rica historia que encerraba ésta canción, solo había escuchado las versiones de The Byrds y obviamente la de Hendrix, que por supuesto es mi preferida.
Pero tienes razón, la de Wilson Pickett es también maravillosa.
Un abrazo.
Aquí hay tomate. La voz de Pickett es la hostia y tenéis razón con que es un temazo, pero antes me quedo con otras. No sé si la banda de viento favorece esta canción... ¡falta el drama! Como la inmortal de Hendrix, la de Buchanan...
ResponderEliminarEn fin... ¡votemos!
Celebro que resalte usted la versión de Willy, mr. Alex. Yo creo que las siete son muy buenas (y hay otras veinte o treinta realmente memorables). Pero descartando la de Hendrix, sobre la que parece haber consenso, ese aire hispano que introduce DeVille le sienta como anillo al dedo: cuadra perfectamente con la letra y el espíritu de la canción. Y lo que parece una propuesta “exótica” es en realidad una vuelta a los orígenes. Es, digamos, de las versiones más “reales” que se podrían hacer de esta canción.
ResponderEliminarYa me imaginaba yo que su ojito derecho es la versión de Hendrix, yerno. Lo cual es perfectamente comprensible, ya que reúne dos perspectivas: es la más popular y está hecha por Jimi y su guitarra: palabras sagradas. Bien. Nada que objetar. Pero celebro que se haya fijado también en las demás: un comentario por versión es algo loable, sí señor. Así que no se preocupe usted por la supuesta “chapa”. A mí estos rollos me encantan, como seguramente ya sabe.
No he incluido la versión de Roberts ni la de Rose porque, como usted ya habrá comprobado, solo tienen su importancia histórica pero no artística: son muy parecidas. Rose se limitó a hacer una transcripción (al parecer) de la interpretación en directo de Roberts, y este no grabó la pieza hasta unos años después. Es posible que el círculo haya sido “Roberts – Rose – Hendrix – Roberts”, es decir, que a la hora de grabar el propio Roberts se hubiese inspirado ya en Hendrix (una sospecha que se hace patente al oir la entrada de la versión grabada de Roberts).
En cuanto a los Leaves y los Byrds, es evidente la tendencia garajera de unos y la folk-rock de los otros, aunque también son relativamente similares. Y sobre Roy Buchanan y su amada Nancy (su Telecaster del 53), espero que dentro de poco ya pueda usted darme lecciones a mí. Pero se lo advierto: para un guitarrista, la exposición excesiva al sonido Buchanan puede producirle estados alucinatorios. Queda usted avisado.
Patti es una muchacha un tanto inestable, que lo mismo te hace una pieza inolvidable como te sumerge en un profundo aburrimiento con sus introducciones metafísicas. No la defiendo ni la ataco: mi afición por ella va a días. Y su versión tiene ambos componentes. Podía haberse ahorrado el rollo inicial, que no viene a nada, pero no sería Patti.
Sobre la versión de Willy Deville ya le dado a mr. Alex mi opinión: me parece encantadora, y muy real. Venga hombre, ¿no tiene usted un adjetivo más empático que “curiosa”?
Y ¡uf! Cuando ya pensaba yo que se le había escapado (o que, directamente, no le había causado ni la más mínima impresión), reengancha usted para citar la de Pickett : “también es muy buena”, dice, tal vez para salir del paso e ir a lo que van siempre los guitarristas. La guitarra. Tengamos en cuenta que Duane no está en el papel de Hendrix: el solista es Pickett, y la guitarra es un contrapunto en esta versión. Un gran contrapunto. Es cierto, en todo caso, que tanto Duane como Randy se basan en Jimi; pero cada uno a su aire (lástima no haber incluido la versión de Spirit, otra de mis preferidas. Pero tal vez demasiado “psicodélica – especializada” para un pequeño post como este). Y sobre el resto de la pieza sigo luego, que ya he visto algunos comentarios muy interesantes a continuación.
En efecto, signore Giovannni: hace mucho que Roberts vive de los royalties, a pesar de su decrépita salud –agravada por un accidente hace veinte años. Y gracias por ese “lujazo” de alabanza, especialmente a la versión de Pickett. Aaahh, ya me siento mejor. Y el viejo Wilson también.
ResponderEliminarY luego se pone usted detectivesco. Lo cual me parece bien, aunque haya que sacar trapos sucios. Porque esa vocación marujera a veces tiene su gracia. No se lo diga a nadie, pero…
Roberts estuvo casado casi diez años con Niela Miller, otra folkie que consiguió publicar en 1955 una canción titulada “Baby please don’t go to town”, de la cual su esposo “arañó” al menos la intro. Juzgue usted:
http://youtu.be/xN7otqp3MfQ
Esta es la referencia más directa. Tras registrar la pieza en 1962 (a lo que ella no puso objeción alguna), se divorciaron en Reno. A continuación él marchó a Los Angeles. Si ella no ha dicho nada nunca, menos vamos a decir nosotros.
Las demás proximidades son sugeridas por Tim Rose, amigo de Powers y al parecer enemigo de Roberts: la alusión al repertorio hillbilly fue iniciada por él –sin resultado práctico hasta la fecha. Pero también insinuó que la referencia al Colt del 44 y la muerte de la mujer está tomada de “Little Sadie”, una clásica del country desde los años 20/30 (hay varias versiones en Youtube). Bueno, ¿y qué?
Por último, siguiendo en plan pejiguero, hay una “Hey Joe” del 53 escrita por Carl Smith en la que, además del título, la letra –nada que ver con la de Roberts- tiene formato de diálogo. Pues muy bien.
Así que olvide todo esto: no nos lleva a nada. Roberts habrá oído cosas, pero la pieza es suya. Mucho más suya que otras sobre las que no hay tanta discusión.
Gracias, señor Tiranosauro. Esta pieza es de las más historiadas del repertorio folkie, y aunque estamos en el medio de una serie sobre el garaje me pareció el momento ideal para hablar de ella, ya que fue gracias a ese género que se hizo conocida. Dios escribe recto con renglones torcidos, no hay duda. Y gracias también por lo de Pickett: espero que entre su alabanza, la del señor Giovanni y otro repasito que le voy a pegar ahora, mi yerno entre en razón.
Hay tomate, sí. La voz de Pickett es la hostia, sí. Es un temazo, sí. Y ahora ya se lo digo con todas las palabras, yerno: es mi versión preferida de toda la vida (¡Anatema! Gritará usted. Pues me la suda).
ResponderEliminar“La banda de viento”: soul puro. Grandiosidad, que lleva la historia de Joe a extremos de tragedia griega. Esa es precisamente una de las magnificencias del soul. Una voz rasgada, hiriente como el tema del que trata, cantada por un negro que posiblemente haya vivido situaciones parecidas en aquella época (o esa fantasía podemos hacernos sin que se nos tache de exagerados: el gueto, ya sabe). Falta el drama, dice usted. Pues yo creo que es al revés: hay drama por todas partes. Esa sección de metales es justo el contrapunto apocalíptico a una voz quebrada , a una guitarra lamentosa… En fin, que ya lo dejo.
Cada uno tiene sus gustos, y ya sabe que yo para eso soy muy respetuoso. Por otra parte, como ya le dije antes, comprendo su pulsión hacia la de Hedrix; que, nadie lo niega, es una versión fabulosa. Pero los que no concedemos preponderancia a un instrumento sino a la pieza en su conjunto, lo vemos de otro modo, con otra perspectiva. Y con esto no digo que la de Wilson, por decreto ley, haya de ser la mejor: digamos que me mola mucho el soul (yo soy mod, recuerde). Y el bueno del señor Pickett es un jefazo.
''una sospecha que se hace patente al oir la entrada de la versión grabada de Roberts.''
ResponderEliminarEso me llamó la atención, que la entrada fuera la misma. No sabía que esa grabación era posterior, pero podría ser una explicación.
Me cuesta mucho descargarme discos desde que cerraron tantos enlaces, pero he conseguido bajarme un disco de Buchanan para empezar. Ya le comentaré, la cosa promete.
La versión de De Ville me gusta, de verdad, lo de ''curiosa'' no lo decía por decir algo. No es mi estilo preferido, pero está bien, y es original. Aparte de lo que dice usted, que ese rollo hispano pega con la idea de la canción. Y respecto a la de Pickett, que también me gusta. Como dice Dani, la voz y sus 'berridos', por decir, son de diez. Una voz insuperable. EL soul también me gusta, aunque seguramente haya escuchado una milésima parte de lo que habrá escuchado usted. Las clásicas ''My girl'' y demás, y luego las de Otis Redding me chiflan. Su último comentario es como para publicarlo en un post aparte, se le nota la pasión. Yo creo que incluso ha sacado usted la parka mod del armario XD
Lo dicho: todas muy buenas. La de Hendrix sigue siendo mi preferida (no digo que sea la mejor, ¿eh?), quizás influya que la haya escuchado tanto, quizás influya la guitarra, la mística del momento... Pero han sido unos descubrimientos de bombazo todas ellas.
hola, como veras, me llamo Lisa Palmieri y soy de Argentina. encontré tu blog todavía no se como, solo se q me gustaría ponerme en contacto contigo de alguna manera ya q hay muchas de todas las cosas q escribes, q realmente me sirven de inspiración y como punto de reflexión. sin mas manera de retenerte, te dejo un saludo, y espero respondas mi sencillo mensaje! te dejo mi email lisa_iio@hotmail.com
ResponderEliminarREALMENTE me gustaría estar en contacto contigo
Buenas, yerno. Sobre la versión de Roberts, cabe la posibilidad de que hubiese oido antes a Rose o a Hendrix; pero esto es en realidad un círculo, así que al final la cosa queda casi como estaba. Y en cuanto a Buchanan espero que tenga usted suerte. Venga, ánimo.
ResponderEliminarY sobre Pickett... bueno, tampoco hace falta sacar la parka, pero en fin. Lo que sí ha de tener en cuenta es que "My girl" (supongo que se refiere a la versión de los Temptations o similares) es sonido Motown, no exactamente soul. Recordará usted que las músicas de ese sello son en realidad pop negro, con mucha frecuencia derivadas del duduá; mientras que el soul (Atlantic, Stax, etc) provienen básicamente del gospel.
Y no sufra por Hendrix, hombre, que también es una gran versión.
Buenas, señorita Palmieri. En mi perfil verá usted el correo que uso. Cualquier consulta o comentario relativo a lo que aquí escribo puede enviarlo a ese correo, si quiere.
Me vino bien esa puntualización, porque no 'encasillaba' yo bien al sonido Motown, que también tiene su variedad y bebe de distintas fuentes. Pues entonces rectifico: me encanta el sonido Motown. Y el soul de Pickett y demás también me gusta, pero tengo menos material.
ResponderEliminarTodo un ejercicio de erudición musical. Yo conozco el tema de toda la vida pero no sabría decir cual sería la versión de referencia ( quizás la de los
ResponderEliminarByrds. Es algo mágico el que una melodía pueda inspirar a tanta gente. a mi es la tipica canción que me hace levitar
ResponderEliminarErudito melón mano:
ResponderEliminarEstoy muy contento de haber leído todo este royo, y sólo disiento en una cosa: El mejor guitarrista desconocido fue Stevie Ray Vaughan.
Da gusto entrar aquí de nuevo y encontrarse con una entrada tan soberbia a la par que bien documentada. Discrepo un poco respecto a tu visión del folk como música cantada y por tanto más moldeable instrumentalmente. Si algo ha caracterizado al folk en su historia es su contante readaptación a las más diversas circunstancias tanto musical como en terreno literario. Por otro lado los temas que tiene un origen puramente instrumental son los más sugerentes a lo hora de ser readaptados, es lo que han hecho los músicos de jazz en los últimos 90 años.
ResponderEliminarPor supuesto, a pesar de mi admiración eterna por Pickett, la buena de Patti, Byrds y compañía me quedo con la de Mr. Jimi Hendrix.
Así que poco material, ¿eh, yerno? Bueno, pues búsquese un "Grandes éxitos" de Redding, Cooke y Pickett para salir del paso; ah, y otro de Aretha Franklin. Esos cuatro nombres son el comienzo ideal para entrar en el género. Ya verá como me lo agradece.
ResponderEliminarBienvenido, mister Chafardero. En efecto la versión de los Byrds es la más notoria de las primeras que se hicieron en tono folk-rock. Y luego, en su segunda época, yo me quedo con la de Hendrix y la de Pickett. Pero hay muchas realmente magníficas: la canción lo vale.
Buenas, mister Átono. Lamento no estar de acuerdo con usted en el asunto Vaughan, que es de lejos mucho más conocido que Buchanan: pregunte entre sus amistades melómanas, ya verá.
El bueno de Roy pertenece a ese oscuro e ilustre grupo de nombres que se oyen a veces pero a los que pocos han oído: inclúyalo usted entre, por ejemplo, Harvey Mandel, Tony McPhee o John Whitney, a los que tampoco -y por desgracia- se les suele citar.
Bienvenido usted también, herr doktor. Creo que, como en otras ocasiones, discrepamos menos de lo que parece, ya que en realidad lo que usted dice y lo que digo yo se complementan. La constante readaptación musical del folk viene precisamente del hecho de ser tan moldeable, y en cuanto a la parte litararia estamos de acuerdo totalmente: hay letras para todos los gustos.
En cuanto a los temas instrumentales, estamos de acuerdo en los que han sido versionados por los músicos de jazz, que tienen otra visión, continuamente cambiante. Pero no hay tantas diferencias si quienes hacen esas versiones son bandas folk. Cojamos por ejemplo una clásica total como "John Barleycorn": salvo la de Traffic (que vienen de otro mundo) y alguna más, pocas diferencias hay entre las decenas de bandas británicas que atacaron esa pieza.
Y anoto su predilección por la versión de Hendrix: calculo que va encabezando una imaginaria votación de los asistentes. Aunque mi voto va a medias entre esa y la de Pickett.
Me copio esto de mi propio blog, investigué un poco sobre el tema para un post sobre el origen del tema, añadirá un poco más de controversia al tema:
ResponderEliminarPero ¿realmente era la canción de Billy Roberts?, desde luego los royalties los sigue recibiendo él... pero estaba su novia de aquellos años, Niela Miller. La chica era una cantante folk, de corte parecido a Joan Baez, que no conseguía triunfar, aunque colaba alguno de sus temas de vez en cuando entre los exitos locales. Niela mantenía una relación con Roberts en 1956, qien un día la vió interpretar un tema que había compuesto un par de años antes "Baby don’t go downtown", en la letra no hay crimenes, ni pistolas, ni huidas...pero si uno escucha la progresión de acordes y el arranque de la melodía no puede llegar mas que a una conclusión, Billy Roberts le copió, sin ningún pudor, hasta la última nota.
Buscar el tema, y que cada uno juzgue ;)
Vale (como siempre), me he apresurado, repasando los comentarios, veo que ya se ha hablado del tema, (i'm sorry), pero aún así me decanto por mi propia teoría, Niela, Roberts y Byrds (en vivo), Leaves, Hendrix...jeje, a mi me pareció lógico cuando lo investigué, aunque en cualquier caso carezca de verdadera importancia.
ResponderEliminarUn saludo de nuevo
Al final yo creo, mr. Sebas, que no vale la pena darle más vueltas: es verdad que el arranque de "Hey Joe" es claramente el de Niela, pero el resto ya es de Roberts. Y como dije arriba, si ella no protestó para qué vamos a hacerlo nosotros.
ResponderEliminarEsto pasa mucho en el folk, pero también en otros estilos: a veces una canción de éxito es la suma de tres o cuatro tonadas que ya existían, pero yo creo que quien sabe fusionarlas sin llegar al plagio y lanzarlas de nuevo tiene su mérito. Y en cualquier caso, la letra es suya: eso como mínimo es inobjetable. Porque esa es la otra parte del asunto, que los precedentes no llegaron a hacerse populares, mientras que "Hey Joe" es un clásico total. Y eso se lo debemos ya casi exclusivamente a Roberts.