Los Pop-Tops, nuestros invitados de hoy, son el otro grupo producido por Alain Milhaud en el sector del soul nacional, en este caso más cercano al góspel. Al igual que con los Bravos su mayor interés es la voz del cantante, que además compone buena parte del repertorio, corriendo a cargo de Milhaud la selección de la otra parte así como los cambios de personal. También con ellos su intención es llegar al mercado extranjero, y en ese sentido resultó ser su oferta más rentable en muchos países tanto europeos como americanos. Aquí en cambio tal vez se haya cometido una injusticia con ellos: la mayoría de los aficionados no pasa de recordar las dos o tres canciones más populares, cuando el hecho es que estamos ante un grupo, prefabricado o no, muy interesante. Probablemente sea debido a que esa mezcla de estilos negros con arreglos de piezas barrocas -y alguna horterada por medio para hacer caja, cierto- resulte un tanto indigesta para el carácter nacional, pero estoy convencido de que si hubiesen sido yanquis o británicos la cosa sería muy distinta.
Hubo una vez un conjunto llamado “Los Tifones” que se dedicaba a actuar en salas de fiestas y discotecas haciendo versiones de rhythm’n’blues, soul, beat y lo que saliese; grabar un disco era para ellos un sueño inalcanzable, pero iban sobreviviendo. Un día coinciden en una de esas actuaciones con una banda británica de parecidas expectativas cuya estrella es el cantante, un trotamundos de voz sobresaliente llamado Phil Trim, que ya había estado antes en España con otro grupo y al que hace ilusión quedarse aquí porque nuestro país va mucho con su carácter festivo. Dicho y hecho: a mediados de 1967 Phil pasa a los Tifones, que aumentan su caché y sus expectativas. Deciden presentarse al festival de grupos modernos de León, y consiguen un segundo puesto; lo cual es casi un triunfo, ya que el grupo ganador son los aclamados Continentales (que de banda surfera se están reconvirtiendo en grupo soul: de ahí se acaba de ir Álvaro Yébenes para los Canarios, por cierto). Cuenta la leyenda que ese festival, retransmitido por la radio, fue seguido por Alain Milhaud y que le faltó tiempo para contactar con los Tifones: entre la voz de Phil Trim y la buena ejecución del grupo, consideró que ahí había madera. Aunque lo primero será cambiar de nombre: eso de los Tifones, como los Huracanes, Relámpagos y demás fenómenos atmosféricos, ya está muy pasado de moda.
Siguiendo con las leyendas y las radios, parece ser que por esas fechas, en uno de sus viajes a Londres, oye en la radio de un taxi una nueva canción que resultará ser un éxito planetario: “A whiter shade of pale”, el debut de los sinfónico/progresivos Procol Harum. El hecho de que esa pieza esté parcialmente basada en algunas composiciones de Juan Sebastián Bach, y que haya otros grupos como Nice que también se acercan al repertorio clásico, da que pensar a Milhaud: tal vez ese tipo de híbridos sea una buena opción para el futuro. Y nada más llegar a España hace que sus nuevos protegidos graben una versión, que será su primer single y alcanzará unas ventas bastante decentes. El año 67 termina con un segundo disco y los Pop Tops como grupo de moda que, como los Bravos, grabará muchas de sus canciones tanto en inglés como en español, y por las mismas dos razones: el mercado internacional y la desastrosa pronunciación de su cantante (por muy patriotas que seamos, en esta afición la eufonía es lo primero). La confirmación de los planes de Milhaud y el éxito planetario de este grupo llega en 1968, ya que tras un nuevo single standard bastante decente llegan al mercado otros dos cuyo éxito será consecutivo. El primero se titula genéricamente “Los Pop Tops cantan a J.S. Bach”, con ambas canciones basadas en La Pasión de San Juan; Phil Trim compone las letras y se vuelca especialmente en la cara B: un homenaje a Martin Luther King, apóstol de los derechos civiles y la igualdad de razas, asesinado poco antes. Aquí la tenemos, precedida por su pálido primer éxito.
El segundo single de esa pareja, el último del 68, es el bombazo casi mundial titulado “Oh Lord, why Lord”, basado en el Canon de Johan Pachelbel, con letra de Phil Trim y un resultado a medio camino entre música barroca y góspel. Un vez más, los Pop Tops trascienden géneros y dejan para la historia de la música española un verdadero hito: algunos comentaristas definen parte de su obra como “pop barroco” y tal vez lo sea, pero creo que piezas como esta van muy por encima de ese tipo de consideraciones. Y por el hecho de ser tan accesibles, los aficionados más jóvenes vamos descubriendo las maravillas que encierran algunas músicas hechas tanto por adustos europeos de peluca y siglos pasados como de afroamericanos contemporáneos pero ignotos en la España de entonces. Sin embargo, aunque en las tiendas la cosa sigue funcionando durante un tiempo gracias a la publicación de un Lp compartido con los Canarios (“Lo mejor del clan”, un recopilatorio), ese será su último gran éxito de la década: intentando mejorar el sonido en directo para dar réplica a la calidad de las grabaciones -ya saben, en la Isla y con músicos de allí- Milhaud y Sonoplay deciden un cambio integral de plantilla (salvo Trim, claro). Pero no hay nuevas ideas, y los singles publicados tanto en 1969 como en el 70 son mediocres. Sonoplay no renueva su contrato y Milhaud se los lleva a Explosión, un nuevo sello de su propiedad. Y justo entonces aparece en su vida “Mammy blue”, un tema gris compuesto por un francés que no encuentra intérprete y entrega la canción a Milhaud; este pone a trabajar a sus arreglistas y muestra el resultado al francés, que cambia de opinión y entabla una aburrida pelea legal que ni nos va ni nos viene: lo que cuenta es que en 1971 los Pop Tops presentan en España esa canción, que será número 1 en media Europa y que vuelve a ponerlos en el mapa (a pesar de otras más de doscientas versiones que aparecen en nuestro continente en el plazo de seis meses). La oiremos tras “Oh Lord, why Lord” en versión fastuosa: corresponde a su regrabación de ese mismo año, en estéreo, para el único Lp que llegó a publicar este grupo (titulado “Mammy Blue”, por cierto).
Sin embargo, ese renacimiento de 1971 resulta ser engañoso: tras ese Lp, de lo mejorcito que se ha hecho en España con tono internacional, su primer disco del 72, “Hideaway”, es simplemente decente, y sus ventas son pobres; intentando hacer caja publican luego “Suzanne Suzanne”, un single que copia descaradamente la estructura de “Mammy blue”, y la cosa funciona pero por última vez. Hay otros tres singles pasables pero poco más publicados entre 1973 y el 74, el año en que abandonan: también las actuaciones se han secado. Si de música nacional hablamos, Pop Tops es uno de los últimos grupos en caer en una década protagonizada mayoritariamente por los cantantes solistas. Y esa es la alternativa que sigue Phil Trim, como la siguió antes Mike Kennedy, Pedro Ruy-Blas y muchos otros. Aunque el triunfo es para otro tipo de cantantes, los melódicos (Raphael, Nino Bravo, etc): todo lo que huela a rock, pop, soul, etc, está proscrito en esa época negra que va desde principios de los años 70 hasta la llegada de la Nueva Ola. Por mucho que se hable ahora de algunos grupos rockeros heroicos, salvo en el caso de Triana y alguno más sus ventas fueron minúsculas. Y nosotros nos despedimos de Pop Tops con las dos primeras canciones correspondientes a aquel magnífico disco grande del 71: “Sometimes you win, sometimes you lose” y “Road to freedom” (esta última fue publicada también en single). Ambas, como muchas otras, demuestran el gran nivel de un grupo que por momentos no tenía nada que envidiar a las bandas americanas del ramo.
Con los Pop-Tops se completa el cuarteto de grandes grupos nacionales en la segunda generación junto a Brincos, Bravos y Canarios. Hay otros cuantos en un segundo escalón que también visitarán este tugurio, pero antes creo que es de justicia citar a alguno o algunos que comenzaron en esa misma época y quedaron desbordados por la velocidad de las modas, grupos fieles a estilos que ya estaban desapareciendo. Por ejemplo: si hablamos de garaje, la nostalgia nos pondrá delante, sin la menor duda, a los Cheyenes. ¿A que sí?
Mis adorados Pop Tops. Me viene a la memoria el recuerdo de aquellos veranos cuando era niño y mi hermano mayor pinchaba en el pick-up aquel single de "Oh Lord, why Lord" que nos dejaba a todos con la boca abierta, incluyendo a mi padre al que le encantaba la música clásica. Mi madre sin embargo era más del Mammy Blue.
ResponderEliminarMe ha gustado a rabiar "The voice of the dying man", me lo apunto para incluirlo en alguna compilación de Viejo Zapato.
Como siempre, un placer pasar por esta casa.
Muy buenas, don Antoni. Es precisamente "Oh Lord, why Lord" la canción que mejor define la carrera completa de los Pop Tops; y aunque "Mammy blue" ha vendido casi tanto ella, lo siento por su señora madre: lleva las de perder. De todos modos, las dos fueron verdaderos cañonazos que han quedado para la historia de la música española. Y celebro que le guste "The voice of the dying man", aunque en usted no me extraña: es una pieza exquisita, y está bastante olvidada.
EliminarHayyy los Pop Tops...
ResponderEliminarPues de todo un poco, menos pretenciosos que los canarios, pero igual, una de cal y otra de arena. Son como dice la serie, "ascensión y caida", los conjuntos yeyés se quieren hacer serios, tocar bien los instrumentos y todas esas historias, con tristeza digo que fué el fin del yeyé.
Los Cheyenes, desde luego, de lo mejor.
Me intriga como será la siguiente serie, pues después de "Ascensión y caida", hasta que llegue la "Resurrección" habrá que esperar casi diez años.
Un saludo y un placer visitar este tugurio.
Jose
Ayyy, don José. Ya, ya me imagino que este tipo de músicas no es lo suyo, pero de vez en cuando viene bien y es muy saludable salir del mundo de uno y curiosear un poco en el de los demás: hay que comer de todo, decían nuestras madres, y tenían razón. Fue el fin del yeyé, sí; pero eso era inevitable porque los géneros y las modas pasan. Otra cosa es que lo que venga luego sea mejor, pero en fin.
EliminarDesde la "Ascensión y caída" hasta la resurreción hay grupillos por el medio, como usted sabe. No tuvieron la fama de los anteriores ni los posteriores, pero algunos hubo. Ya los veremos, cuando lleguemos allá.
Tengo en mis manos el single del 68 del "Oh Lord, Why Lord"/"El Mar" (excelente esta versión del legendario tema de Charles Trenet), comprado en Cortidix (la tienda de discos de El Corte Inglés) en 1968. De acuerdo en que fue un grupo de diseño y que, durante el tiempo en que duró su éxito, fueron de lo mejorcito en el campo del pop español.
ResponderEliminarNo estoy tan alineado con esa visión de que desde los primeros 70 hasta la aparición de la nueva ola el panorama nacional fuera tan negro. Grupos, además de Triana, Bloque, Ñu, Asfalto, Barón Rojo, la Dharma, la Mirasol, Eduardo Bort Bambule Band, Medina Azahara, Tapimán, Máquina!, Storm, Iceberg, Música Dispersa, los primeros Burning, Leño, Vainica Doble...(y muchos más), nos hicieron pasar muy buenos momentos musicales.
Excelente entrada.
Saludos,
JdG
Gracias por su visita, don Javier. Fue un grupo de diseño, sí, como lo fueron los Bravos; nos guste o no, la mayor parte del mérito se la lleva Alain Milhaud, un personaje imprescindible para entender el pop español en el segundo quinquenio de los años 60. En cuanto al negro panorama setentero, quede claro que me refiero al grado de popularidad de los grupos que lo vivieron, que es como decir a su importancia en ventas: los principios de esa década estuvieron protagonizados en gran parte por algunos grupos catalanes (Maquina!, Música Dispersa, etc) y por los andaluces Smash: ni unos ni otros consiguieron sobrevivir. Y la gran mayoría del resto son ya de finales de la década, aunque de nuevo con ventas bastante ínfimas. Otra cosa es que a nosotros -es decir, a título personal- nos gustasen mucho: la masa de aficionados españoles, los que decían ser aficionados a la música moderna, pasaban ampliamente de la oferta nacional, y no los culpo. Explicar todo el asunto sería un poco largo, pero, por ejemplo: ¿pueden competir los grupos de hard rock españoles con los isleños? Me temo que no.
Eliminar¡Qué bien han superado la prueba del tiempo!
ResponderEliminarEn su momento me encantaron, y la voz de Phil era escandalosamente buena: pude oírlo cantar a unos cinco metros de mí y acojonaba. Y la producción, perfecta.
¿Travesía en el desierto? Ya he manifestado otras veces mi absurda teoría de que los 80s, salvo excepciones muy honrosas, fue la época de los torpes con pretensiones. Cualquiera se subía a un escenario a destrozar con desfachatez temas de Bowie y otros.
Además de los que han nombrado ahí arriba, ya me hubiera gustado encontrar algo del nivel de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán en los ochenta. Pero solo es mi discutible opinión.
Saúde.
Pues sí mister Pez, el sonido de estos muchachos sigue siendo fresco a día de hoy. Tal vez porque el pop barroco, como todo lo barroco, ya ha trascendido y no se ve afectado por el momento histórico, o algo así. En cuanto a su opinión sobre los años 80, no se preocupe: ya la conozco. Y estoy de acuerdo a medias, como también sabe usted: sí, tal vez algunos eran pretenciosos, pero también muy divertidos. En cuanto a los CRAG, tendrá usted que esperarese a que lleguemos a su época. De momento, sin ir más lejos, Rodrigo anda por Colombia enrolado en los Speakers. Hay que esperar a que vuelva.
EliminarNo era de mis grupos preferidos, pero los aprecié en su momento. Tampoco los ví en una actuación en directo pero si pude verlos ensayar en una discoteca de Madrid (no recuerdo cómo me colé en el ensayo) y sonaban de lujo.
ResponderEliminarBuenos metales (aunque no veo muchos adeptos a los metales por aquí) y buena voz, más la "mano" del maestro Milhaud. En esa onda prefería un pelín más a Los Canarios.
Como siempre, un artículo ameno, lleno de detalles jugosos. Gracias.
Y para el próximo, claro que sí: Los Cheyenes, mi grupo autóctono favorito de garage.
Saludosssssssssssss
Creo que este tipo de sonido se aprecia mejor con unos cuantos años encima que cuando se es muy joven, mister Babelain. Tal vez sea demasiado arregladito, cuando lo que uno buscaba en aquella época era... a los Cheyenes.
EliminarEn cuanto a los metales, desengáñese: somos minoría los que disfrutamos con ellos. Incluso yo mismo tengo mis prevenciones, no crea.
Es una pena que un grupo tan estupendo tuvieran su debut con una versión tan horrorosa de uno de los temas más grandes de la historia del pop. Luego han sido uno de los grandes grupos de aquel período.
ResponderEliminar¿Era Pop Tops un grupo gospel? Tengo mis dudas al respecto. Creo que estaban más influidos por el soul lento de un Percy Sledge o un Brook Benton que por el propio gospel de forma directa.
Aunque no es el tema, no creo en esa teoría de que el pop/español se viniera abajo en los 70. Tenía su público, alejado de las grandes masas. Algo parecido a lo que ocurre ahora. Son ciclos como dirían Los Canarios.
La nómina es enorme: Los grupos catalanes layetanos, el rock madrileño de Leño, Asfalto, Ñu, Coz, Topo, Barrabás, Módulos. Luego Triana, Smash, Veneno, Bloque, Tabletom, Alameda, Media Azahara, Caí y muchos otros.
Un abrazo
Sí, la verdad es que como versión resulta bastante floja. En parte por la mala producción, y tal vez también porque es una grabación hecha en España, con los miembros del grupo: como usted sabe, la mayoría de las grandes canciones de los Pop Tops, como las de los Bravos o los Canarios, están grabadas en la Isla con músicos británicos.
Eliminar"Gospel" es una etiqueta muy resbaladiza para un grupo del tipo Pop Tops, pero en piezas como "Oh Lord, why Lord" creo que está bastante justuficada. Hay soul lento también, si, y hay esa otra etiqueta, "pop barroco", que también valdría.
En cuanto a los grupos de los años 70, vuelvo a lo que le he dicho a don Javier y que usted mismo reconoce: tenía su público, alejado de las grandes masas. O sea, vendía muy poco, y esa es la razón por la que cayó el rock progresivo catalán sin ir más lejos. Luego ya el rock de barriada llega más tarde, y sigue siendo de parroquias. Ah, y Módulos es un grupo que va a caballo entre dos décadas: de sus primeros años habra que hablar en este culebrón.
A mí es que me aburren un montón. La de su blanca palidez mira que hay que ser patoso para versionear mal una canción perfecta, la de Mami blue no me gusta pero es un tema pegadizo, que no te suelta aunque quieras, y sus experimentos clásicos-soul me dejan indiferente, cuando no dormido. Por lo menos el cantante resulta más competente y creíble en este palo que los Canarios y demás.
ResponderEliminarQué cruel es usted, mister Chafardero. Estoy de acuerdo en que la versión de esa joyaza de canción es bastante desastrosa, pero en cuanto se pusieron a trabajar con canciones propias o de encargo la cosa mejoró bastante. Siempre es lo mismo: hay que buscar un estilo propio y no copiar a los demás. Pero los "experimentos clásicos-soul", aunque no siempre fuesen excelsos yo creo que a veces funcionaron: sigo creyendo que "Oh Lord, why Lord", sin ir más lejos, es una gran canción.
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