lunes, 20 de mayo de 2019

1975-80: la nueva España (II)


Madrid, la que no tiene raíces, es nuestro primer destino. Y Asfalto nuestro primer grupo: los músicos de su época más recordada son totalmente distintos a los que empezaron aquella aventura, pero entre unos y otros sus orígenes están en 1970. Y junto a ellos resulta obligatorio citar a Vicente “Mariscal” Romero, que fue protagonista principal en el nacimiento del rock urbano español dando a conocer a gran parte de esa generación. Así que vamos allá. 

Los Tickets son un grupo al que conocimos trabajando en las grabaciones de Vainica Doble, y al que nuestras dos abuelas preferidas entregaron aquel delicioso pop rock psicodélico titulado “El rigor de las desdichas”. Esa fue la cara A del único single que llegaron a publicar, mientras que para la B ellos mismos compusieron "Someone like you", un rock de medio tiempo bastante previsible cantado en inglés. Las ventas escasas y la consolidación de Julio Iglesias como cantante estrella de Columbia, que centró todas sus inversiones en él, hizo añicos el contrato de ese grupo, al que incluso se le obligó a cambiar de nombre: Asfalto se presentan en 1972 y fichan por Zafiro, donde llegarán a publicar dos singles en el subsello Acción, producidos por Manolo Díaz. No hay grandes sorpresas, aunque “Razones”, la cara B del primero, muestra ya un atisbo cercano a lo que serán luego. El resultado comercial no fue mucho mejor que en sus principios, y aquí termina la época “prehistórica” porque a continuación llega la mili. Desde la época de los Tickets el único miembro fijo es su creador, el bajista y cantante José Luis Jiménez. 

Durante unos años, con varias entradas y salidas de personal, su único testimonio grabado fue una casete, en 1976, titulada “Homenaje a los Beatles”. En lo artístico no tiene mucho valor porque es un conjunto de versiones bastante lineales, simples covers carentes de espíritu propio (cinta de gasolinera, para entendernos); pero precisamente por buscar la imitación lo más fiel posible les vino bien para adquirir soltura. Esa soltura la aplicaban luego en sus actuaciones, básicamente en fiestas patronales, bailes y demás jolgorios patrios, como muchos otros grupos que sobrevivían por el circuito nacional a base de interpretar los éxitos del momento; su radio de acción era Castilla – La Mancha, como se dice ahora (Castilla La Nueva, para los de mi quinta), y aprovechaban esas actuaciones para ir metiendo por medio material propio. Para entonces hay ya una formación estable: además de Jiménez, están los guitarristas Lele Laina y Julio Castejón, y el batería Enrique Cajide; las voces principales son las de Jiménez y Laina. Pero hay también hastío, porque van ya unos cuantos años a salto de mata sin ver un futuro más o menos claro. Hasta que un día, después de una actuación, se topan con Vicente Romero y le piden ayuda. Así que ahora habrá que explicar quién era por entonces el tal Romero. 

Vicente Romero, un fan friki del rock en general, había comenzado a trabajar en la radio sobre 1968, con solo veinte años, y a principios de los 70 su programa “Musicolandia”, en Radio Centro de Madrid, era ya objeto de culto: recuerdo perfectamente el valor que le echaba a la vida radiando discos prohibidos en España, completos, de principio a fin. Para entonces ya colaboraba también en algunos medios gráficos como “Disco Express”, y su nombre comenzaba a hacerse popular; tanto, que a pesar de que los gerifaltes de la emisora no podían ni verlo, tenían que transigir. Romero conocía perfectamente el funcionamiento de los sellos discográficos y sabía que a los grandes no les interesaba el rock nacional: con la venta de sus cuatro o cinco estrellitas solistas más la distribución de los grandes nombres extranjeros les bastaba... pero Zafiro era un caso aparte. En realidad lo había sido siempre: recordarán ustedes la creación de Novola a principios de los 60, con Sartorius y luego Maryni Callejo; ese subsello fue el que lanzó a todo trapo a los Brincos, gastando una cantidad de dinero impensable para la época. Romero tenía también conexiones con Movieplay, ya que en el subsello Gong se había publicado en 1975 el recopilatorio “Viva el Rollo” con grabaciones primerizas de algunos grupillos (todos en inglés salvo Tilburi con la canción de la cochambre), y por el medio salía también él haciendo dos versiones de sus adorados Stones. Sin embargo, solo Zafiro acepta lo que Romero propone: un sello para músicos de rock en español. 

Ese sello se llama Chapa Discos, se crea a finales de 1977 y aunque la dirección ejecutiva y económica corre a cargo del staff de Zafiro es Romero quien decide los fichajes: mientras el invento funcione, no habrá problemas. Como en la época de Novola, los altos mandos seguían siendo personajes de otra época, reaccionarios incluso, pero con visión de negocio. Otro asunto eran las condiciones de los contratos, en los que se aprovechaban de la falta de experiencia de los músicos y les obligaban a firmar cláusulas en las que no se respetaban los derechos de autor, por ejemplo; incluso en muchos casos esos músicos no llegaron nunca a saber cuántos discos habían vendido. Por otra parte, para ahorrar costes, exigieron a Romero que él mismo se encargase de la producción, sin tener conocimientos técnicos para ello y con la menor cantidad de horas de estudio posible: eso explica el sonido, bastante deficiente, de muchas grabaciones del sello... aunque tal vez sea parte del encanto. Y sin embargo, con todas sus imperfecciones, la existencia de Chapa y la voluntad de Romero son argumentos imprescindibles para entender la evolución del rock nacional en aquellos primeros años. 


Asfalto se convierte en la banda que inaugura el sello Chapa con un disco grande en la primavera del 78; no tiene título, salvo el nombre de la propia banda. La autoría de las canciones figura compartida por los cuatro integrantes, y aunque hay un trasfondo progresivo se distinguen al menos dos estilos: el tono entre rockero y hippie de canciones como “Capitán Trueno”, “Ser urbano” o “Días de escuela” (que se convirtieron en las más populares) y otras más “técnicas” como “Todos los días” o el gran momento acústico de “El emigrante”. Por el contrario no hay una gran diferencia en el espíritu de las letras, a veces reivindicativas, otras melancólicas o soñadoras, tal vez un poco ingenuas, pero siempre muy cercanas al sentimiento de una generación entre la adolescencia y la juventud que estaba comenzando a ver otro tipo de mundo, por decirlo de algún modo. El sonido, los arreglos y las mezclas son deficientes, entre otras cosas porque no dan una imagen real del grupo (esa flauta, por ejemplo), pero el resultado comercial es espectacular: se calcula que este disco anduvo cerca de las veinte mil copias. Fue algo inesperado, muy por encima de las expectativas teniendo en cuenta la escasa penetración que tenían los grupos nacionales hasta ese momento. Y por supuesto se convirtió en el santo y seña de la nueva época que estaba naciendo: el rock español podía ser rentable.



Pero muy poco después surge la sorpresa: Jiménez y Laina abandonan el grupo. La situación parecía desesperada, porque además de ser las dos voces titulares se sospechaba lo que se confirmó luego, que Jiménez debía de ser el compositor principal, entre otras cosas porque él fue quien había comenzado la aventura con los Tickets, el único elemento constante todos estos años. Las razones fueron, además de su disconformidad con el sonido -es decir, la producción- del disco, las diferencias de criterio artístico con los otros dos miembros; sobre todo Castejón, que ya por entonces se apartaba un poco de la visión rockera de los otros dos para acercarse más al progresivo con tintes sinfónicos. Por un momento él y Cajide pensaron abandonar, pero finalmente siguieron adelante fichando al teclista uruguayo Jorge García Banegas (veterano cuyo prestigio había comenzado casi diez años antes en los progresivos Psiglo, una leyenda en su país) y al bajista José Ramón Pérez, procedente de un grupo llamado Ámbar, al que no conozco; Castejón y Banegas serán a partir de entonces los compositores de Asfalto. 

Por supuesto, también Jiménez y Laina reclutan nuevos músicos. En verano se presentan ante el público bajo el nombre de Topo, que será otro de esos grupos madrileños míticos: a la batería está Terry Barrios, ex de Franklin entre otros; el teclista es Víctor Ruiz (de los ignotos Alubión). Y antes de que termine este año tan convulso Asfalto presenta su segundo disco, así que dentro de unos días volveremos con esta entretenida saga de dos por uno.

 

16 comentarios:

  1. Allá por el 74 siendo muy crío y en un viaje a Madrid conocí de cerca a uno de aquellos pioneros de aquel sonido madrileño, que luego sin buscarlo mucho se convertiría en el más famoso cantante heavy del pop español. Por entonces, él y su peña, sobrevivía como dices haciendo discos estilo Beatles o jingles para la tele. Todos formaban una piña y andaban en busca permanente de un productor o de promoción en algún oscuro programa de televisiónde ´sabado por la mañana. Hacían lo que podían y supongo que el Mariscal Romero o García Pelayo con sus aires de grandeza fueron muy importantes para no perderse en la selva musical y seguir adelante.

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    1. La época de transición entre unos estilos y otros, a mediados de los 70, fueron tiempos heroicos: nada había muerto ni nada había nacido. Y si eso mismo pasaba en la Isla, con más dureza pasó aquí. Por lo tanto el mérito de todos estos grupos que consiguieron mantenerse entre dos aguas durante tanto tiempo es enorme, gusten más o menos.

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  2. Promete mucho la nueva entrega de arte patrio, donde música y nostalgia, al menos para mí, irán de la mano.
    Como buen aficionado a los tebeos, yo de aquella leía las aventuras del capitán Trueno, y descubrir la canción de Asfalto fue sorprendente. Como bien dices, un tema que conectaba con mis vivencias y no con ñoñadas o marcianadas que se oían por ahí.

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    1. Sí, nostalgia va a haber bastante, me temo. Ya la había en la época de los Bravos y similares, pero ahora ya somos conscientes del la época en la que vivimos y las cosas se hacen más tangibles. Y lo del Capitán Trueno, en efecto, fue algo tremendo: un personaje con doble posteridad, nada menos...

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  3. Como me gusta este "único" disco de Asfalto. Como muy bien explicas ese trabajo fue irrepetible y poco que ver con las dos corrientes que siguieron, aunque al cabo de los años volvieran a unirse los cuatro.
    kk

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    1. A mí es el que más. No niego que los dos siguientes son "razonablemente" buenos, pero para mí este es el imprescindible. Claro que tampoco soy yo el más indicado para hablar, porque no los he seguido a partir de los años 80.

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  4. Hola Rick:
    Pues ASFALTO, creo se debe escribir en mayusculas en la historia de nuestra música por ese mítico album que contenía dos himnos para la "generación Born in the 50´s (Police)", el Capitán Trueno y Dias de Escuela, pues nos llevó a una infancia entonces no demasiado lejana y casi todos nos sentimos identificaos, con los tebeos, que luego se llamaron comics y sobre todo el tema "dias de escuela", que yo afortunadamente viví solo de refilón, aunque de niño recuerdo que cuando mi abuela se puso muy enferma mi madre y yo nos traslaamos al pueblo y yo estaba encantado de que a mitad de mañana en el cole nos diesen leche. No sabía de que iba la cosa.
    El disco es redondo lo mires por donde lo mires y no creo que haya mejor manera de empezar la serie.
    Saludos
    Jose

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    1. Hola, José. Efectivamente, solo con esas dos canciones ya bastaría para consagrar a este disco, pero las demás tampoco son de relleno. También a mí me pilló la infancia "curtelera" de refilón, pero aún recuerdo detalles surrealistas. En fin, no es cierto ese de que "todo tiempo pasado fue mejor", ni mucho menos.

      Seguiremos informando. Saludos mil...

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  5. ¡Ah!, pues es en ese segundo disco de Asfalto, no me adelanto..., fue en el que pillé su onda, y no lo hice instantáneamente porque, por entonces (mea culpa), para mí el "rock nacional" estaba circunscrito al recuerdo de la gran época del pop marca Brincos, Pasos, Bravos, Canarios, Sirex...
    La reivindicación de Mariscal Romero es, a todas luces, justa y necesaria. Su labor en Zafiro y Chapa (además de la radiofónica y periodística, también la promocional) es fundamental para conocer la historia de nuestra música contemporánea.
    Estaba, por entonces, más metido en las ondas hippies, pero le seguía la pista (he de reconocer que a cierta distancia), al ROLLO.
    Esto promete.
    Saludos,

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    1. El segundo es más "sinfónico", en resumen, pero no hay duda de que en la historia del rock español este primero irá siempre por delante. Y en el ambiente del Rollo tampoco yo estuve muy metido: este tipo de músicas se me hacía un poco lejano, pero siempre hay momentos insteresantes en casi todas las épocas (menos en estos últimos años, por cierto)...

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  6. Coincido con el comentario de Javier. Me costó trabajo entrar en el rock nacional del estilo de Asfalto, ya que también me había marcado la época de Brincos, Canarios, Cheyenes, Salvajes, Lone Star…
    La verdad, nunca entré de lleno, aunque reconocía su valor en aquellos momentos. Estaba en otra historia. A pesar de todo compré el recopilatorio “Viva el Rollo” y lo gasté de tanto usarlo, como al amor.

    Saludossssssssssss

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    1. Veo que casi todos estamos cortados por el mismo patrón, y que nuestra tendencia era otra; pero efectivamente, recopilatorios como esos resultaban casi obligatorios. Y como le digo a Javier, ya nos gustaría que en estos tiempos hubiese algo parecido... que hubiese algo, para resumir.

      Saludos mil....

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  7. Hola Rick:
    Aunque fuera de tiempo, sólo quería comentar que me gusta especialmente el tema "Días de Escuela". Por lo demás
    Asfalto fué un grupo de lo más aceptable de su época, y que nos hizo pasar buenos ratos en los bares.

    Saludos.
    Antoni.

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    1. Hola, Antoni:

      ¿Fuera de tiempo? En este bar el tiempo no pasa, es una de sus pocas ventajas. No estamos al día en absoluto. Y sí, Asfalto es uno de los clásicos totales de un tiempo que precisamente quedó medio sepultado entre el pop nacional de finales de la década anterior y el que surgirá dentro de poco. Los años 70 aquí fueron bastante grises.

      Saludos mil.

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  8. Hola Rick,
    Empezamos bien esta historia musical de finales de los 70, la verdad es que me ha gustado bastante el priner disco de Asfalto. Además esta gente eran para mi unos desconocidos, o sea que premio doble, un buen disco y una banda más de la que hablar.
    Gracias y saludos

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    1. Muy buenas, Commendatore.

      Empezamos por donde hay que hacerlo, por Asfalto. Fueron los primeros grandes de una época que no se prodigó en grandezas precisamente; de hecho, esta serie no será de las más prolongadas. Pero siempre hay algunos nombres para rescatar, ya lo verás.

      Saludos mil....

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