lunes, 8 de marzo de 2021

Estados Unidos: los primeros 80's (IX)

Seguimos en Los Angeles, una ciudad abrasiva que al mismo tiempo es la gran potencia en el mundo del espectáculo. Ese carácter casi esquizofrénico hace que surjan figuras musicales tortuosas como los Gun Club (y muchos más antes que ellos), pero también nos da sorpresas de vez en cuando con la aparición de personajes más alegres. Hoy nos visitan dos de ellos: Paul Collins y Peter Case. Ambos son oriundos del estado de Nueva York, pero se conocieron en San Francisco y llegaron aquí a mediados de la década anterior junto a Jack Lee, creando un trío de power pop que si en su momento pasó casi desapercibido hoy es objeto de culto: los Nerves, a los que ya tuvimos en una fiesta de este tugurio. En 1976 publicaron un único Ep de cuatro canciones que se revalorizó casi diez años después porque Blondie (¡otra vez ella!) hizo una versión de "Hanging on the telephone", una canción de Lee que abría aquel Ep y abre también "Parallel lines", el tercer y más exitoso Lp del grupo neoyorkino. Gracias a eso se rescataron unas cuantas demos que el trío había dejado sin publicar y entre unas cosas y otras ya digo, los Nerves son otra de esas pepitas de oro perdidas. Lee, que era además el guitarrista y cantante oficial, siguió una carrera de perfil bajo hasta desaparecer prácticamente del negocio mientras Collins, que había sido el batería, se pasó a la guitarra eléctrica y comenzó a cantar; Case, hasta entonces el bajista, hará lo mismo. Y tras un corto período colaborando con otros músicos en una banda llamada The Breakaways, finalmente cada uno sigue su propio camino.

Paul Collins, reconvertido en cantante y guitarra rítmica, presenta su nuevo grupo a mediados de 1979 bajo el nombre de "The Beat" (que serán "Paul Collins' Beat" en Europa, para no confundirlos con los Beat británicos... que serán "Los Beat británicos" en Estados Unidos para no confundirlos con los de Paul Collins). Los músicos que le acompañan son los antiguos Breakaways menos Case: Larry Whitman es el solista, Steven Huff el bajo y Michael Ruiz el batería. Antes de que termine el año se publica el primer Lp, de título homónimo, que en poco tiempo alcanza estatus de mito... para la crítica y los frikis del pop rock, pero poco más. Aquella espléndida colección de melodías con estribillos poderosos que en su momento sirvió de inspiración a one hit wonders como los Knack y que luego serán referencia infaltable para muchos músicos de esa onda, paso sin pena ni gloria en su país: salvo en las ciudades grandes como Los Angeles o Nueva York, la new wave (por simplificar) es una rareza para snobs. La cosa fue bastante mejor en Europa, pero con la cantidad de oferta propia que había en ese momento aquí tampoco consiguieron mucho más que una críticas muy favorables.


Su segundo disco se titula "The kids are the same" y se hace de rogar, porque llega a mediados del 82. Pero es igual de bueno, por momentos incluso superando el anterior aunque la crítica diga lo contrario: ya la apertura con "That's what life is all about", ese cruce entre new wave y Buddy Holly, es suficiente para confirmarlo. CBS, el sello que los había fichado gracias a amistades que tenía Collins desde la época de los Nerves, se impacientaba por las malas ventas del primero y cargó un poco las tintas en la producción, de nuevo a cargo del legendario Bruce Botnick; pero luego la publicidad y la distribución no estuvieron a la altura. Cabe preguntarse si no serían CBS y Botnick parte del problema, ya que la música de Collins no cuadra con un sello y un productor tan imponentes. Especialmente el sello, una sociedad anónima con muy altas expectativas de rentabilidad, no es el más indicado para albergar un grupo de este estilo (que de ser isleño hubiera entrado en una independiente). El caso es que las ventas en Estados Unidos decrecieron al mismo tiempo que aumentaban en Europa, y el doble resultado era de esperar: CBS los echa, "animándolos" a pasar cada vez más tiempo a este lado del océano.


A partir de ahí, Collins pasa a ser un personaje de culto en países como España, donde vivió durante varios años (sus dos ex esposas son españolas). De vez en cuando publicaba algún mini Lp o directos que aumentaban su leyenda; no llegan a la categoría de los dos primeros, pero tampoco desmerecen mucho. Luego se pasó durante un tiempo al country rock y similares, y aún sigue en activo, alegrando la vida de miles de fans irreductibles; europeos, la mayor parte.

Peter Case creó otra de esas bandas míticas en la iconografía pop yanki: los Plimsouls, que arrancaron a mediados del 78, es decir, antes que Collins y sus Beat. Sin embargo les costó más encontrar un sello discográfico, y se fueron ganando una fama en el circuito de clubs de Los Angeles mientras se asentaba una formación fija. En 1980, cuando llegan a grabar su primer Ep, junto a voz y guitarra de Case tenemos al solista Eddie Muñoz, el bajo Dave Pahoa y el batería Louie Ramirez; ese Ep se titula "Zero hour" y consta de cinco canciones que, como los Beat, recuerdan su antigua militancia en los Nerves. Sin embargo hay una diferencia de espíritu, digamos: el estilo en la composición de Collins se acerca más al rock and roll (reitero lo de Buddy Holly, que se intuye más de una vez), mientras Case ha creado un grupo de power pop revistiendo las melodías con un sonido de garaje pop que por momento bordea incluso el soul. Y si los Beat grababan en la CBS los Plimsouls comenzaron en pequeñas independientes, pero el resultado fue el mismo: salvo en su propia ciudad, donde llegaron a ser casi estrellas, no hay grandes convulsiones en el mercado nacional.


En 1981 llega su primer Lp, una delicia de ambiente new wave que podría recordar a algunos grupos isleños, pero también a una especie de Flamin' Groovies rejuvenecidos (que por otra parte es una banda de ida y vuelta entre Europa y los States) y que contiene algunas clásicas como "Hush hush" o "Lost time", que suenan casi como himnos. La popularidad local del grupo les dio la confianza suficiente como para atreverse a ir por delante de su propio sello y financiarse poco después la grabación de un single conteniendo "A million miles away". Tuvieron suerte, porque llegó a ser un pequeño superventas en buena parte del país; no es necesariamente su mejor canción, pero sí tal vez la más cercana al estilo que los yankis valoran en el pop: sonido muy arreglado y estribillos cortos. Ese relativo éxito (llegó a formar parte de la banda sonora de "Valley girl", una película que no he visto) hizo que el sello Geffen se fijase en ellos, y en 1983 llega su segundo disco grande, titulado "Everywhere at once". La fortaleza del sello les dio un poco más de proyección, pero no creo que les hiciese ningún favor con el tipo de sonido, que como en el caso de los Beat en la CBS acaba deformando su imagen original. En cualquier caso el grupo se separó poco después; Case siguió una discreta carrera en solitario y ha reagrupado la banda más de una vez, pero como siempre lo que cuenta aquí es aquella primera época tan corta como intensa.



10 comentarios:

  1. Anoto tu comentario sobre el segundo Lp de The Beat porque para mi solo había un disco, EL DISCO, su estreno homónimo. Aunque hace mucho que no lo escucho no importa. Sus canciones, imbatibles en esa grabación, se enganchan como lapas, obligan a bailar, algo siempre a reivindicar. A The Nerves creo recordar que me los presentaron en Ruta 66. De Plimsouls hablaremos mañana.
    Saludos,

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    1. Hola, Javier. Ya digo que para mí el segundo es igual de bueo que el primero. Tal vez sea menos directo, en parte por la producción, un tanto recargada, casi "épica"; pero la categoría de las canciones está a la altura y por momentos incluso supera al primero (y esa primera canción del disco es un buen ejemplo). Sin embargo tuvo poca promoción y parece que a la crítica tampoco le cayó muy bien: incluso en España se escuchó más el primero. En fin, injusticias de la vida, y tal.

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  2. He conocido a Paul Collins por su etapa española y sus intentos, muy frikis, de cantar en castellano. Es de esos personajes que sabe mantenerse en el candelero década tras década porque tiene un pop que no suele envejecer pero que tampoco ofrece nada nuevo.

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    1. Collins es un tío muy divertido, aunque él mismo reconocía que España era tal vez un poco excesiva hasta para él (hay que tener en cuenta que pilló en Madrid la época 80's/90's, la más tremenda del siglo). Y sí, lo realmente grande de su carrera es la época Nerves y sus dos primeros discos; pero el resto está casi a la altura y además es de esos músicos que se defiende muy bien en directo.

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  3. No conocía los grupos que traes hoy, y sobre todo Paul Collins' Beat me ha encantado, tanto las canciones que compartes como otras que he oído luego. Pop guitarrero y brillantes melodías, qué más se puede pedir. Los Plimsouls también son de recibo.

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    1. Son dos grandes ejemplos del pop/new wave yanki en aquella época, y que deberían haber surgido aquí. Lo de Collins es el ejemplo perfecto: en España era uno más.

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  4. Con estos si estoy más familiarizado. Tengo en discos duros a Paul Collins, The Beat, The Nerves, Plimsouls... y les estoy dando un repaso esta tarde. Qué bien vienen estos "artículos" que te montas. Merece la pena volver a oír esta música tan... fresca. Por decir algo. Te da buen rollo. Se agradece. Recuerdo que en alguna de tus selecciones aparecen también.
    Saludos.

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  5. Será la nostalgia, no te lo niego, pero escribir sobre toda esta gente me rejuvenece. Es como los abuelos con sus batallitas, igual. Y además soy abuelo, así que...

    La familia esta de Nerves y sucesores fue uno de los mejores ejemplos de pop yanqui de los 80, e incluso en España tuvieron bastante tirón. Era un power pop muy alegre.

    Saludos mil.

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  6. El primer disco de Paul Collins con The Beat es imbatible, aunque el segundo no se queda manco. Seguimos leyendo estos apasionantes episodios. Saludos.

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  7. A mi me gustan los dos por igual. El segundo tal vez suene un poco sobreproducido, pero a cambio hay algunas canciones realmente grandes. Si su sonido fuese igual que el del primero, resultaría difícil decidirse por uno.

    Saludos mil...

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