Ya estamos otra vez en las orillas del Atlántico, falta poco para volver a casa. Pero nos queda una última noche de fiesta en Nueva York antes de coger el avión; y esa noche se la vamos a dedicar a los Fleshtones, que son tan queridos o más aún en Europa que en su propia ciudad. Son el grupo ideal para divertirse y también la demostración de que una buena mezcla de garaje con pop, rockabilly, surf y muchas cosas más tal vez no sea muy vanguardista (es un grupo que suena más a los 60 que cualquier otra época), pero precisamente esa mezcla -que ellos bautizaron como "Super rock"- los hace intemporales. A veces se quejan de un trato condescendiente por parte de la prensa, que por lo general no los ha tomado muy en serio, y además los grupos de baile no suelen conseguir grandes ventas porque su negocio está en el directo: no se busca la exquisitez compositiva, sino que transmitan alegría y ganas de juerga. Y en consecuencia no se harán millonarios, pero disfrutan del cariño de la parroquia en cualquier punto del planeta; por ejemplo, ni ellos mismos recuerdan cuántas veces ni en cuántos lugares de España han estado.
Teniendo en cuenta sus gustos musicales resulta lógico que sus orígenes vayan en paralelo con la new wave, esa época en la que se actualizan los estilos de toda la vida: los Fleshtones nacen sobre 1976 como resultado de la unión de unos cuantos muchachos vecinos del barrio de Queens. Más o menos por entonces se pone de moda el CBGB, que será uno de sus locales de referencia y en el que llegan a tocar con la mayoría de las luminarias del momento. Entre esas luminarias están los Suicide, que graban en el pequeño sello Red Star, uno de los primeros independientes yankis, propiedad del legendario Marty Thau, y a quien recomiendan el grupo. Como era de esperar teniendo en cuenta las hechuras del personaje, este se encariña con ellos y les produce un primer single que se publica en 1979. Y para entonces la formación de los Fleshtones será fija ya para mucho tiempo: Peter Zaremba, personaje de flequillo icónico, es su cantante frontman y compositor principal junto al guitarrista y segunda voz Keith Streng; Bill Milhizer es el batería, y Jan Pakulski el bajista. Los tres primeros siguen juntos aún hoy, mientras que Pakulski se marchará a mediados de los 80. Y este es el single: todas las virtudes del grupo están ya presentes aquí.
Sin embargo las cosas se tuercen: el grupo había grabado material suficiente para que Thau publicase un Lp, pero su sello es demasiado reducido y necesita un distribuidor, cosa que no consigue (por entonces ningún sello de tamaño medio les ve futuro). En consecuencia esas canciones quedarán archivadas hasta tres años después, cuando al rebufo de una creciente popularidad del grupo el sello Roir las distribuya bajo el título de "Blast off". Ahí se incluyen las dos canciones del single (y otras que se regrabarán luego), y aunque el sonido sea pobre es suficiente para demostrar su dominio de los estilos tradicionales y su gancho para crear ritmos bailables, de esos que te impiden quedarte quieto. Pero no les gusta que les llamen "revivalistas" y con razón, ya que saben darle un toque tan clásico como actual, muy de la época. El caso es que, compuestos y sin novia tras aquel single, agradeciendo a Thau su empeño han de buscar un sello más amplio; y parece que han tenido suerte, ya que esta vez dan con el señor Copeland III, el de IRS, donde debutan a mediados de 1980 con "Up front", un ep en el que tienen el apoyo de un dúo de saxos y donde se incluye una de sus futuras clásicas: "The girl from Baltimore". Aquí la tienen, acompañada de una de aquellas canciones del fallido "Blast off".
A efectos de ventas, sus mejor época empieza con ese ep que va seguido a principios de 1982 por "Roman gods", su primer disco grande y uno de los más populares en la carrera del grupo. Y aquí ya demuestran plenamente por qué el término "revivalismo" puede servir para grupos más ceñidos a un único estilo, pero no para ellos: hay una gran amplitud de ritmos que los conforma como grupo de baile, como pueden serlo los B-52's a otra escala, pero que como ellos tienen su propio carácter personal e intransferible, como se decía antes: no suele ser muy frecuente encontrar en un mismo disco canciones tan dispares como "The dreg", ese arranque con espíritu casi "cinematográfico", seguida por una canción tan de garaje pop sesentero como "I've gotta change my life" o luego "Stop fooling around", o ese ritmo endiablado en "R-i-g-h-t-s", e incluso el buen gusto que demuestran en su versión de "Ride your pony", haciendo suya una perla tradicional del r&b, algo supuestamente inesperado en un grupo como este. Así que podemos admitir que son una banda de garaje rock/pop, que actualizan estilos tradicionales y todo lo que ustedes quieran, pero no son un simple banda de baile y nada más; como no lo son los B'52's, como no lo son los Flamin' Groovies y algunos otros. Parece que solo puede reconocerse valía a los grupos "serios", vanguardistas, atormentados, con letras tremebundas...
En verano del 83 llega "Hexbreaker!", que junto con el anterior forma la pareja de discos más recordada de los Fleshtones. De todos modos conste que hablar de un supuesto "exito en ventas" es muy exagerado, ya que la cosa no pasó de rozar las zonas bajas de las grandes listas, pero si funcionó muy bien la importación, por ejemplo: en España ya eran uno de los grupos más apreciados en el mercado "alternativo". Y aunque quizá no tenga la tremenda variedad de ritmos que sorprendía en su debut, dan la impresión de ser más compactos, de haber adquirido la destreza que solo dan las actuaciones continuas, y de que su ejecución, además de ser técnicamente muy buena suena muy bien ensamblada. Y por supuesto hay suficientes piezas con gancho como para no dejar pasar este disco: basta citar, por ejemplo, "What's so new (about you)", "Screamin' skull" o "Legend of a wheelman", que son solo tres, van seguidas y cada una representa un estilo distinto. Con los Fleshtones nunca hace falta rebuscar en el listado de canciones, salen solas. Que por cierto, la leyenda del conductor es una magnífica instrumental surf compuesta por el saxofonista y armónica Gordon Spaeth, que no siempre figuraba como miembro oficial del grupo pero estuvo con ellos durante muchos años, hasta que tuvo que abandonarlos por problemas de salud física y mental: este es también un homenaje a él.
A partir de ahí la carrera de los Fleshtones es casi un no parar. Además de regrabar "American beat" para "Despedida de soltero", la película de Tom Hanks, el sello IRS le propone a Zaremba presentar un programa sobre nuevas grupos en la MTV, cosa que hará hasta 1987. Hay por medio un disco en directo en París, y a finales de la década estarán probando nuevos bajistas hasta que en 1991 se consolide Ken Fox definitivamente. Por esas épocas (y otras cuantas) tendrán también que buscar nuevos sellos discográfico, ya que su tremenda popularidad en directo nunca se ha correspondido con las ventas, pero ya están mentalizados. Y por ahí siguen, de fiesta en fiesta, pinchando incluso en algunos bailes, habiendo participado en la banda sonora de "I was a teenage zombie", la película esa de miedo tan famosa... En fin, que le dan a todo.
Y aquí termina nuestro viaje por los primeros 80 yankis. Espero que se hayan divertido en este paseo; y como es lógico, ya que hablamos de fiestas, dentro de unos días haremos una en este local para celebrar la vuelta a casa. No se preocupen por la mascarilla, que aquí somos muy modernos y no es necesaria.
Totalmente de acuerdo, si quieres diversión déjate caer por un bolo de los Fleshtones y disfruta como un berraco. Soy fiel testigo de ello. Benditas sean estas bandas que hacen del directo su seña de identidad y que muestran al público asistente, por poco que esté atento, una amplia paleta de influencias, todas bien asimiladas.
ResponderEliminarSolo tengo su "Powerstance" y, he de reconocer, que me sabe a poco caudal. Ya lo iré completando.
Enhorabuena por la 80´s Serie. Lo he pasado especialmente bien porque fue una época en que me metí a saco con el rock y me ha traído muy buenos recuerdos.
Saludos,
Las bandas como esta dignifican el directo, que en cambio muchas veces queda como un simple trámite por parte de los grupos más grandes simplemente parta hacer caja. En cuanto a discos en concreto yo te recomendaría los tres o cuatro primeros, que en conjunto resumen muy bien su trayectoria y son los más frescos.
EliminarMe alegro de que te haya gustado la serie. Es lógico que tengamos gustos parecidos, por la misma edad y porque aquella época fue un verdadero vergel. Comprendo que otros de nuestra quinta se apartasen de la actualidad yeyé muy pronto (yo en esa época ya estoy comenzando a hacerlo también), pero sigo pensando que los 80, con sus altibajos, tienen momentos memorables.
Saludos mil.
Yo los he visto varias veces y te lo pasas cañón con ellos, en disco conecto menos. Como dices, son un cóctel perfecto, suenan clásicos y modernos a la vez, y en vivo son una fiesta.
ResponderEliminarY además les da igual un sitio grande que uno pequeño; en España al menos han llegado a actuar en bares diminutos, doy fe también yo.
EliminarPalabras mayores los Fleshtones, y en directo todavía más.
ResponderEliminarTotalmente. Y además son incombustibles, siguen por ahí a su edad...
EliminarLos conocí hace tiempo gracias un estupendo programa de Radio 3 llamado El Sótano (De lunes a viernes a las 7)y realmente me gusta mucho su sentido lúdico y despreocupado. No he tenido la suerte de verlos en directo, pero seguro que son pura dinamita. Creo que este es un caso más, uno de tantos, en que la discofilía no puede sustituir la experiencia emocional de un directo.
ResponderEliminarSon ideales no solo para bailar, sino también para cogerle el gustillo a unos cuantos ritmos "pasados de moda". Estuvieron en Coruña dos veces al menos, en el Mardi Gras (bares diminutos, como le decía a Chafardero). A ver si en un futuro cercano van a algún sitio de más tamaño...
EliminarTodo lo que he oído de Fleshtones me ha gustado bastante. No he tenido la ocasión de verlos en directo, pero me creo lo que comentáis. En este paseo por los ochenta he conocido algunos grupos que se me pasaron en su momento. También he podido repasar otros que tenía medio olvidados. Ha sido un placer. Esperaremos el fin de “fiesta” habitual.
ResponderEliminarGracias.
Saludos.
Lo bueno que tienen es que no importa mucho empezar por un disco u otro, aunque por supuesto los mejores siempre son los primeros. Y en cuanto a los 80, este es el paseo por el primer quinquenio; el otro será más delante...
EliminarSaludos mil.
Pues si señor.
ResponderEliminarMusica directa y con pocas pajas mentales. Con estos no te puedes aburrir. Nunca los he visto en directo, pero es facil imaginar que si en disco suenan así, en directo sean un fiestorro.
Me prepara ya para la fiesta, que por cierto, no se si puedo llevar a algunas amiguitas o es solo para viejos carcamales.
Un saludotes
Jose
Es el estilo de los grupos garajeros, en eso no hay duda. Fiesta y baile sin descanso. Aunque son buenos músicos y se les nota la formación, que por otra parte es fundamental si quieres vivir de esto durante tantos años.
EliminarA las fiestas se pueden llevar todas las amiguitas y amiguitos que se quiera. Y sin mascarilla, además...
Saludos mil