Ya que hay dos frentes mayoritarios en las tiendas, vamos a ser ordenaditos y respetemos esa distinción. Hoy toca blues-rock: este es el año de su apogeo, como 1967 fue el de la psicodelia; pero al igual que ella, esta nueva fiebre tampoco estará mucho tiempo de moda. Como dije cuando tocó hablar del British Blues Boom, para la mentalidad británica de la época, febril, continuamente cambiante, la cosa no podrá durar mucho si no se mezcla con otras influencias: el blues, en sí mismo, es reiterativo, y eso va contra la naturaleza de los músicos de la Isla (este año el número de bandas dedicadas al blues rock sobrepasa el centenar, y ni la mitad siquiera sobrevivirán más allá de un primer disco). Pronto veremos dos tipos de grupos: los puristas, fieles a las escuelas tradicionales del blues eléctrico americano, y los evolutivos. Pero de momento, lo más brillante entre las bandas que empiezan es:
Fleetwood Mac: aún hoy siguen siendo considerados como la mejor, la más clásica banda de blues-rock en la historia del Reino Unido, y no sin razón. Los Mac se presentan en el verano del 67 con dos guitarristas que poseen un dominio total de las escalas slide y un profundo conocimiento del blues tradicional: Peter Green, antiguo sustituto de Clapton en los Bluesbreakers de Mayall, y Jeremy Spencer, fanático estudioso de todos los trucos del viejo Elmore James; pero también de la banda de Mayall proceden John McVie (bajo) y Mick Fleetwood (batería). El resultado es apabullante: su primer LP, publicado este año con el título de "(Peter Green's) Fleetwood Mac", contiene una mezcla de versiones y temas propios en la que es imposible descubrir, sin mirar los créditos, cuáles son originales y cuáles copias. Las enciclopedias definen la música del grupo como "blues de Chicago", y hasta cierto punto estoy de acuerdo; pero muy pronto se verá que, como toda gran banda, tienen su propio estilo, inimitable. Su época más brillante llegará un año después, cuando Green se queda asombrado con la destreza de un guitarrista de 17 años llamado Danny Kirwan, que milita en un pequeño trío londinense, y lo ficha de inmediato. Pero ya iremos viendo.
Ten Years After: hubo una época en la que se dijo que su guitarrista, Alvin Lee, era el más rápido del mundo (en fuerte competencia con Rory Gallagher), pero eso ya no importa a nadie. Lo que cuenta es que el señor Lee, aficionado no solamente al boogie-blues sino también al jazz y por supuesto al rock and roll, supo rodearse de tres grandes profesionales (Rick Lee, batería; Leo Lyons, bajo; Chick Churchill, teclista) que compartían con él esa mezcla de gustos. Y, al igual que en el caso de los Mac, el primer disco de los TYA es un homenaje al blues tradicional pero con la impronta británica de la electricidad y, en este caso, un órgano envolvente que le da un toque único al grupo. Ese primer disco ("TYA"), publicado a finales del año 67, es seguido poco después por "Undead", un directo en el que viene contenida "I'm goin' home", que se hará popular hasta la náusea gracias a su arrasadora actuación en Woodstock el año próximo y que definitivamente meterá al grupo en la sección de los grandes.
Free: otra manera eminentemente británica de entender el blues; menos purista, más rockera, pero con el mismo sentimiento desgarrado. Sus fundadores (Paul Kossoff, guitarra; Simon Kirk, batería) habían sido la médula espinal de los Black Cat Bones, un grupo de blues rock con poca brillantez pero en el que ya están implícitas las líneas maestras que configuran a Free: una fiera pasión entristecida, un blues rasposo, crudo. Junto a Andy Fraser, un bajista sobrenatural pero irrespetuoso -expulsado de la banda de Mayall por eso- y Paul Rodgers, un cantante de r'n'b agitanado, publican "Tons of sobs" este año: no será un éxito comercial ni mucho menos, pero sus actuaciones en vivo ya electrizan. Seguiremos informando.
Jethro Tull: una pandilla de tíos raros, de frikis. Al parecer, el liderazgo está compartido entre Ian Anderson, un amante del blues, el folk y lo que caiga, y Mick Abrahams, blues y solo eso. Se consagran en Agosto, en el festival de Sunbury, aunque ya se hablaba de ellos desde finales de Junio, tras tocar en Hyde Park como teloneros de Pink Floyd. Con un préstamo de 1000 libras consiguen autoproducirse su primer LP, titulado "This was", una mezcla extraña de blues tradicional, versiones eléctricas de clásicos como "Cat's Squirrel" y cosas así. No pasan del puesto 60 en las listas. Ya veremos (y, a pesar de que los Tull son mi banda preferida, mi banda sagrada desde siempre… ¿a que no se ha notado, eh? Imparcial que es uno).
Como siempre, quedan muchos otros discos a su disposición en las tiendas (Chicken Shack, Savoy Brown, Groundhogs y otros muchos nuevos apóstoles del blues rock), pero yo siempre elijo cuatro: de lo contrario, no acabaríamos nunca. Ya tengo que ir pensando en los progresivos, y aún no sé por dónde empezar: vamos, Sam, que hay que abrir.
Fleetwood Mac: aún hoy siguen siendo considerados como la mejor, la más clásica banda de blues-rock en la historia del Reino Unido, y no sin razón. Los Mac se presentan en el verano del 67 con dos guitarristas que poseen un dominio total de las escalas slide y un profundo conocimiento del blues tradicional: Peter Green, antiguo sustituto de Clapton en los Bluesbreakers de Mayall, y Jeremy Spencer, fanático estudioso de todos los trucos del viejo Elmore James; pero también de la banda de Mayall proceden John McVie (bajo) y Mick Fleetwood (batería). El resultado es apabullante: su primer LP, publicado este año con el título de "(Peter Green's) Fleetwood Mac", contiene una mezcla de versiones y temas propios en la que es imposible descubrir, sin mirar los créditos, cuáles son originales y cuáles copias. Las enciclopedias definen la música del grupo como "blues de Chicago", y hasta cierto punto estoy de acuerdo; pero muy pronto se verá que, como toda gran banda, tienen su propio estilo, inimitable. Su época más brillante llegará un año después, cuando Green se queda asombrado con la destreza de un guitarrista de 17 años llamado Danny Kirwan, que milita en un pequeño trío londinense, y lo ficha de inmediato. Pero ya iremos viendo.
Ten Years After: hubo una época en la que se dijo que su guitarrista, Alvin Lee, era el más rápido del mundo (en fuerte competencia con Rory Gallagher), pero eso ya no importa a nadie. Lo que cuenta es que el señor Lee, aficionado no solamente al boogie-blues sino también al jazz y por supuesto al rock and roll, supo rodearse de tres grandes profesionales (Rick Lee, batería; Leo Lyons, bajo; Chick Churchill, teclista) que compartían con él esa mezcla de gustos. Y, al igual que en el caso de los Mac, el primer disco de los TYA es un homenaje al blues tradicional pero con la impronta británica de la electricidad y, en este caso, un órgano envolvente que le da un toque único al grupo. Ese primer disco ("TYA"), publicado a finales del año 67, es seguido poco después por "Undead", un directo en el que viene contenida "I'm goin' home", que se hará popular hasta la náusea gracias a su arrasadora actuación en Woodstock el año próximo y que definitivamente meterá al grupo en la sección de los grandes.
Free: otra manera eminentemente británica de entender el blues; menos purista, más rockera, pero con el mismo sentimiento desgarrado. Sus fundadores (Paul Kossoff, guitarra; Simon Kirk, batería) habían sido la médula espinal de los Black Cat Bones, un grupo de blues rock con poca brillantez pero en el que ya están implícitas las líneas maestras que configuran a Free: una fiera pasión entristecida, un blues rasposo, crudo. Junto a Andy Fraser, un bajista sobrenatural pero irrespetuoso -expulsado de la banda de Mayall por eso- y Paul Rodgers, un cantante de r'n'b agitanado, publican "Tons of sobs" este año: no será un éxito comercial ni mucho menos, pero sus actuaciones en vivo ya electrizan. Seguiremos informando.
Jethro Tull: una pandilla de tíos raros, de frikis. Al parecer, el liderazgo está compartido entre Ian Anderson, un amante del blues, el folk y lo que caiga, y Mick Abrahams, blues y solo eso. Se consagran en Agosto, en el festival de Sunbury, aunque ya se hablaba de ellos desde finales de Junio, tras tocar en Hyde Park como teloneros de Pink Floyd. Con un préstamo de 1000 libras consiguen autoproducirse su primer LP, titulado "This was", una mezcla extraña de blues tradicional, versiones eléctricas de clásicos como "Cat's Squirrel" y cosas así. No pasan del puesto 60 en las listas. Ya veremos (y, a pesar de que los Tull son mi banda preferida, mi banda sagrada desde siempre… ¿a que no se ha notado, eh? Imparcial que es uno).
Como siempre, quedan muchos otros discos a su disposición en las tiendas (Chicken Shack, Savoy Brown, Groundhogs y otros muchos nuevos apóstoles del blues rock), pero yo siempre elijo cuatro: de lo contrario, no acabaríamos nunca. Ya tengo que ir pensando en los progresivos, y aún no sé por dónde empezar: vamos, Sam, que hay que abrir.
Uy, aquí hay mucha carne que cortar, por mi parte, porque no conozco a casi nadie, así que volveré. Soy un poco esquemático y me gusta tener las cosas organizadas, por eso valoro tanto este blog como escuela. Vale, así que 1968, en las tiendas de discos triunfaba por un lado lo nuevo del blues-rock y por otro el progresivo. Luego habría quien hiciera ambas cosas y tal y cual, ok, pero como esquema general esto me ha gustado.
ResponderEliminarY Mr. Rick, quería decirle también lo mucho que me ha escamado (me gusta esta palabra) el hecho de que haya elegido a los Fleetwood Mac para ilustrar esta entrada de hoy, en lugar de sus adorados JT. Yo que hasta pensaba que les iba a dedicar capítulo aparte, como hiciera con aquel alfabeto musical, donde la 'J' fue la excepción a los demás conceptos: simplemente Jethro Tull jeje
Peter Green es un jodido genio.
ResponderEliminarBlack Magic Woman. Y con eso se dice casi todo de él.
De JT me quedo con "Aqualung".
Tal como desgrana usted las cosas se podría dibujar un esquema. Aunque es evidente que los grupos que usted destaca tienen su propia marca. Y es lo que los hace únicos. Tanto que muchas veces ellos, y no un estilo de música (rock, blues, etc.), son los que influyen en otras bandas posteriores. Se nota claramente cuando a los músicos se les pregunta por sus influencias y, a menudo, en lugar de nombrar géneros, nombran grupos, que pueden pertenecer a géneros dispares.
ResponderEliminarY ahora he recordado ese maravilloso "Oh well" de los Fleetwood...
Echando mano de un adjetivo que utilizó en un post anterior, estos grupos me parecen pantanosos. Yo creo que los frecuenté algo a finales de los setenta, y allí se acabó mi interés por ellos. Parte de la culpa la tiene mi querencia por el blues en su vertiente jazz. Estos los siento pesados, sucios, y lo peor, aburridos.
ResponderEliminar¿Va a ser que usted, por mucho que presuma de progresivo, de popero, o de amante de la psicodelia, no deja de ser un amante del blues?
ResponderEliminarEso sí: británico.
Fleetwood Mac
Mayall
Ten Years After
¿Free?
Rory Gallagher
Jethro Tull
Mick Abrahams
... A usted le gusta el blues, compañero.
Blues blanco, pero blues al fin y al cabo.
Espero, don Raúl, que ya haya avanzado en su estudio de las ofertas que aquí se detallan: ojalá hubiese muchos como usted.
ResponderEliminarEn cuanto a mi decisión de ilustrar esta entrada con los Mac, era lo más lógico. Son los más genuinos representantes del blues rock británico, de pura cepa, así que no había otro remedio. Los Tull son otra cosa.
El señor Green era un genio, en efecto. Lástima que acabase como acabó, pero su estilo era inconfundible. Y desde luego, esa canción que usted cita, mr. Alabama man, es la síntesis perfecta de la carrera de los Mac.
Tiene usted bastante razón en lo que dice, Lady Dusch: la gran categoría de estas bandas y otras hizo que definamos a esa época como "la edad de oro del rock". Eran tan endiabladamente buenas que no importaba lo más mínimo en qué género militaban: en un disco o dos cada una de ellas ya era su propio género.
Me temo que le queda a usted mucho sufrimiento por delante, señor Chafardero. Pero no desista: algún día llegaremos al año 77, que seguramente le atraerá más que esta época.
Bueno, don Luis: sí, soy un amante del blues rock si por tal cosa se entiende a ser aficionado a este tipo de personajes. Pero usted sabe tan bien como yo que, tal y como le he comentado a Lady Dusch, esta gente supo constituirse en una entidad propia, sin etiquetas, a partir de su segundo o tercer disco. ¿O definiría usted, por ejemplo, a Jethro Tull como una simple banda de blues-rock? ¿A que no?
Por cierto, don Luis, que casi se me pasa: ¿por qué ha puesto usted al grupo conocido como "Free" entre interrogantes?
ResponderEliminarNo se me ocurre respuesta alguna para esa pregunta. Acláremelo, plis.