Ya que hemos abierto el baúl del rock machote, recordaremos hoy a dos bandas que se presentan ante el público este año y que con el paso del tiempo formarán parte de esa lista de "respetables segundonas" de las que hablé hace poco. Son bandas que no suelen sobrepasar el top 20, pero cuya fiel manada de seguidores procura no perderse sus conciertos; bandas que no buscan un sonido innovador porque su esencia está en los estilos de siempre, interpretados con soltura y potencia sobre un escenario. Las dos novedades más notables en este apartado son Humble Pie y Mott The Hoople.
A finales de 1968 la era mod ya solo es un recuerdo. Quedan algunos fans irreductibles que se entregarán a la nostalgia en las discotecas Northern; pero los músicos que crearon aquellas piezas fabulosas se están reciclando, y dos buenos ejemplos de ello son Steve Marriott y Peter Frampton. El señor Marriott no necesita ser presentado: los Small Faces fueron obra suya, y con eso está todo dicho. Pero ha dado el portazo tras la publicación de "Ogden's nut gone flake", una de las más altas cumbres de la psicodelia clásica, cuyo problema es que resulta muy difícil atacar en directo un producto tan sofisticado; y Marriott, que no puede vivir sin los escenarios, decide crear una banda que elabore una música mucho más "humana", más directa. Por su parte Frampton acaba de abandonar a los Herd, un grupo a medio camino entre el pop y el flower power que durante 1967 y 68 ha conseguido unos cuantos singles afortunados (aunque los Herd fueron prácticamente desconocidos en España, causaron pasiones entre la masa de adolescentes británicos). Frampton, voz y guitarra, es un verdadero adonis que acaba de ser nombrado "face del año"; pero con dieciocho recién cumplidos, tanto baboseo comienza a cansarle: él es un músico serio, no una simple cara bonita. Así que cuando Marriott le ofrece participar en su nuevo proyecto, no se lo piensa dos veces.
Humble Pie es ese nuevo proyecto de estos arrepentidos del pop y sus fastos. Y poco queda de sus antiguas querencias; antes bien, podría uno creer que se halla ante una banda americana. Lo que tenemos ahora es una factoría de hard rock con algunas concesiones a las piezas acústicas e incluso country, todo ello envuelto en un sonido compacto, ideal para las actuaciones; que serán continuas, especialmente en los Estados Unidos, casi desde su nacimiento. Su primer disco -"As safe as yesterday is"- aparece en verano del 69 y se abre con una magnífica versión de "Desperation", una pieza de Steppenwolf que en la potente voz de Marriott alternada con la de Frampton y con unos arreglos grandiosos será con el paso del tiempo una de las clásicas de los Pie. El resto es una vitamínica sucesión de piezas que van desde el blues rock hasta la balada y que, si en su momento no pasó del top 30, con el tiempo ha sido reivindicado como se merece.
Una buena razón por la que este disco no llegó más arriba fue la inminente quiebra de Immediate, su casa discográfica, que no promocionó el disco en condiciones. Y una de las consecuencias fue que, buscando rentabilizar todo el material disponible, publicó en Noviembre "Town and country", un segundo disco que en realidad no era más que un grupo de cintas -en su mayor parte de piezas acústicas- que se puso a la venta sin la más mínima promoción y que por supuesto se hundió. El "disco" era muy flojo: yo salvaría de él una magnífica versión de "Heartbeat", esa delicia de Buddy Holly que los Pie elevan a divinidad, y poco más. Así que Marriott y sus amigos despiden el año con un grave revés y buscando nueva casa discográfica. Crucemos los dedos.
Mott The Hoople carece de grandes nombres, al revés que los Pie: sus orígenes están en tres o cuatro grupitos de las Midlands (ya saben, esa zona del oeste central de la Isla donde sus ciudades acaban todas en -shire). Aunque han trabajado mucho -incluso en Italia- nunca se han atrevido a probar suerte en la capital hasta 1968, año en que comienzan a entregar cintas en todas las casas discográficas que se dejan. Y le caen en gracia a Guy Stevens, uno de los capos de la bendita Island Records, que les ofrece un contrato si echan al cantante y buscan otro. Lo que usted diga, señor Stevens: inmediatamente publican un anuncio en Melody Maker y con la misma velocidad se presenta Ian Hunter. El bueno de Ian es bastante mayor que ellos y tiene una dilatada trayectoria tanto como cantante como pianista, compositor y ocasionalmente guitarrista: es un verdadero corredor de fondo. Y su aspecto físico impresiona, con esas gafas oscuras y su melena rizada. Hunter se convierte en la imagen de los Hoople y pronto en su líder, aunque de momento figure como simple contratado.
En Noviembre del 69 aparece su primer disco en las tiendas. Y al igual que los Pie ofrecen una mezcla de rock en sus variantes hard y boogie, con alguna balada por medio. También al igual que ellos abren con una versión, y qué versión: "You really got me", de los Kinks; pero esta es instrumental, y la "voz" la pone la excelente guitarra de Mick Ralphs (sí, ese que luego acabará en Bad Company). Una joya rockera de los pies a la cabeza, señores (y qué bien le sienta el piano de Hunter, por cierto). Con la segunda, "At the crossroads", ya nos queda clara la gran influencia de Dylan sobre el señor Hunter, influencia que se mostrará a lo largo de toda su carrera -tanto con los Hoople como en solitario. Vienen luego dos baladas más de corte parecido, pero la cara B se abre con otra de esas piezas rockeras que levantan a un muerto: "Rock and roll queen". Con semejante título, ya me dirán. Y podríamos destacar por último "Half moon bay", compuesta por Hunter y Ralphs. Es un tanto larga de más, pero en ella vemos otra de las futuras constantes del grupo: las baladas épicas, casi himnos, a los que Hunter es tan aficionado. El disco tiene unas ventas muy pobres (no llega ni al top 50), pero con el paso del tiempo se convertirá en un clásico que sirve de apoyo a una carrera que, en sus primeros años, va a ser muy complicada.
En fin, que al menos estas dos bandas "segundonas" merecen una oportunidad. Hay muchas más, claro, pero esto tampoco es un diccionario enciclopédico: la Isla está llena de grupos cuya trayectoria quedó semioculta por el fulgor de las "grandes", lo cual a veces es una injusticia. Nadie tiene dinero para comprar todo lo que se publica, de acuerdo; pero muchas veces, en aquella época y en todas, resulta saludable evitar el penúltimo disco de la gran banda que vive de su inercia (y del bolsillo de los completistas, esos seres enfermos) y probar otras cosas con menos glamour pero más frescura. ¿No creen?
Buenas bandas presentas, querido Rick, muy pero que muy buenas. Yo personalmente soy más de Frampton, pero es que son dos músicos descomunales.
ResponderEliminarAy, me ha hecho usted tirar de Wikipedia: yo pensaba que el primer disco de los Hoople era 'el de los dudes'; de modo que me disponía felizmente a escribir un comentario elogioso acerca de Mick Ronson; pero estamos en 1969, prudencia.
ResponderEliminar¿Es cierto eso que dicen de que Rick tiene montado una especie de santuario y, en el centro del mismo, en un altar, captando la atención de todo visitante, una imagen de Islands Records?
De momento echaré un vistazo al homónimo de Mott.
Si entras en mi blog del Círculo de los Suicidas Perezosos y te sitúas a la derecha abajo podrás ver cuales son las entradas más vistas. Fíjate en la primera de todas, es un vídeo y una traducción de ese himno maravilloso que cita Dani: All the Young Dudes. No creo que David Bowie haya compuesto nada con tanta calidad e interpretado con tanta fuerza por este grupo aparentemente segundón llamado Mott The Hoople.
ResponderEliminarPd: Influencia de Dylan. Joder, y tanto xD 'Laugh at Me', 'At the Crossroads'... Por no hablar de 'Backsliding Fearlessly', que por momentos me recuerda a 'The Times They Are a-Changin'.
ResponderEliminarEstoy de visita en tu blog que no conocía y gracias a tu comentario en Los Sueños, ya empecé a explorar, me gustó de inmedisto y ya te tengo entre los que estaré visitando a menudo.
ResponderEliminarSaludos
No conozco a los chavales de los que hablas, querido Rick, aunque las pintas no tienen desperdicio; y siempre me gusta cómo los describes.
ResponderEliminarTengo que reconocer mi ignorancia ante los que presentas hoy. Solo Frampton me suena, creo que heredé algún single suyo, pero ahora mismo no me acuerdo qué tocaba. Queda todavía tanto por oir.
ResponderEliminarMuchas gracias, mister Alex. Yo soy de Marriott, lo cual es lógico ya que los Small Faces son uno de mis grupos sagrados. En cuanto a Frampton he de reconocer que es un guitarra finísimo, de los más hábiles, aunque el soft rock que emprendió luego con Frampton's Camel o en su carrera en solitario no es exactamente lo mío. Ya sabe, cada uno es cada uno y sus cadaunadas.
ResponderEliminarEl señor Ronson es uno de esos guitarristas que levantan pasiones, en efecto. Pero en efecto también, tendrá usted que esperar un poco, mister Dani. De todos modos, los Hoople tanto en esta época como en la segunda que usted cita siempre anduvieron bien servidos a las seis cuerdas.
Y lo de Island Records es una exageración, aunque le contaré un secreto: cuando yo era chavalito, sobre la cabecera de mi cama había tres posters: a la derecha un tal Ian Anderson levantando la pata mientras tocaba la flauta; a la izquierda un tal Winwood con la guitarra. Y en medio, un enorme logotipo de Island Records. Lo juro. Pero juzgue usted mismo: Jethro Tull, Traffic, King Crimson, Fairport Convention, Free, Spooky Tooth, Cat Stevens, Mott The Hoople... y unos cuantos más. Ahora dígame si alguna otra discográfica de la época tenía un plantel comparable. En esa época, cuando llegabas a la tienda y veías un disco con ese logo, lo oías inmediatamente aunque no conocieses de nada al grupo en cuestión: si era de Island era bueno; raro tal vez, pero bueno siempre.
En efecto, herr doktor, esa estupenda pieza es de lo mejor que hizo Bowie en su vida. Aunque él no está muy de acuerdo en que se considere un himno: la propia letra, un tanto cínica, indica que es tal vez un "contra himno". Bowie, que era fan de los Hoople, se enteró de que Hunter estaba a punto de disolver la banda a causa de su poco éxito. Y les ofreció "Sufragette City", que a Hunter no le gustó (flipante opinión, por cierto). Así que propuso "All the young dudes": ésta sí fue aceptada por Hunter, ya que como he dicho le va mucho el tono épico -de himno-, y fue la que relanzó la carrera de los Hoople.
Pues sí, mister Dani again: uno de los puntales sobre los que se sostiene la carrera de Hunter es esa devoción suya por Dylan. Hay algunas piezas en las que incluso la voz puede llegar a confundirse con la del viejo cascarrabias.
ResponderEliminarMuchas gracias, señor Ariel, por su visita. Y reitero mi aplauso por su post sobre los Flock: debe de ser el primero que veo en el mundo blogueril sobre esa banda, injustamente olvidada. En el post XII que hice sobre América los cité brevemente, porque el espacio de estas entradas va en otro plan, pero usted ha ido en serio: muy bien.
Las pintas, querida Violetera, es otro de los encantos de la época: mucho pelo y ropas underground, que era lo suyo. Pintas "de músicos", como decía despreciativamente la gente mayor en aquella época. Y gracias por tus loas, que no merezco.
Eran grupos sin tanto brillo como los "grandes", mister Chafardero. Pero cada disco suyo tenía tres o cuatro piezas magníficas. Ahora que ya pasó la época de estar contínuamente al loro, tal vez sea buen momento para concederles una oportunidad (teniendo en cuenta que una banda "segundona" de aquella época era infinitamente mejor que una "estrella" de hoy en día).