Llevamos unos días que no ganamos para disgustos. La cosa empezó el mes pasado con Tony Sheridan; dos días después cayó Kevin Ayers y ahora Alvin Lee. A Sheridan lo apreciaba aunque no fuese una de esas figuras que me hayan marcado; pero Kevin y Alvin son parte de mi santoral, y eso es una cosa muy seria. Así que me pongo de luto por segunda vez en menos de un mes. Y por favor, que la racha vaya parando.
Graham Barnes, más conocido como Alvin Lee, ha muerto el día 6 al amanecer en una clínica de Estepona a causa de complicaciones surgidas tras una intervención aparentemente rutinaria. España era el país donde con más frecuencia se le veía desde finales de los años 80, interesado como estaba en el estudio de la guitarra flamenca.
Malos tiempos para la Corona, Alvin: el otro día cae Kevin y ahora tú. Y con la misma edad, no tan avanzada como la de otros. Y en España, donde también él estuvo muchos años. Claro, en todo lo demás erais distintos… o no tanto: contra lo que la gente piensa, tú tampoco quisiste ser una estrella. No, tú no eras un Ritchie Blackmore ni nada parecido, nunca fuiste un tipo soberbio como él. Por no gustarte, ni siquiera te gustaba ese título de “El guitarrista más rápido del mundo” que te colgaron y que según tú fue algo involuntario: Ritchie, que abandonó a su banda porque “soy tan rápido que no pueden seguirme, no están a mi altura”, mataría por ese título. Él y toda la caterva de guitarristas ególatras y velocísimos que floreció desde entonces y que aún estamos soportando ahora: punteos estratosféricos sin sentido, sin matices, sin alma. Gimnastas de la guitarra. No, tú te hallas en el grupo de los grandes, los que saben colorear las notas y que por lo general nunca presumieron de correr mucho: Hendrix, Beck, Green, Clapton (“Mano lenta”, le llamaban)… Y mira tú que curioso: el único que compaginaba una habilidad parecida con esa afición tuya por el blues, el jazz y el folk (además del rock and roll, claro) era Rory, que murió en circunstancias parecidas y al que también adorábamos. Más aún: lo veíamos como una especie de hermano pequeño tuyo. No tenía tu talla como compositor, pero era también puro fuego. Y tampoco a él le gustaba que le llamasen “estrella del rock”.
Porque eso del “rock” es un término que a los músicos como tú os queda pequeño. Tu padre, un gran aficionado al blues y al jazz, tenía una buena colección de discos que comenzaste a devorar en la infancia y de los que, además de la afición por ambos géneros, adquiriste una percepción notable sobre la diferencia entre el artista en solitario (los viejos bluesmen, por lo general) y la labor de conjunto en una banda (el jazz). Allá por el 56, cuando Elvis abandona la Sun para firmar con la RCA y el rock and roll se consagra definitivamente como la música de moda, queda claro que se consagra también la figura del cantante solista en detrimento del grupo: todos los grandes del género son nombres propios, de los músicos que los acompañaban no se acuerda nadie salvo los historiadores. Y eso no acaba de gustarte: tú, con doce años entonces, te enamoras de ese ritmo y admiras a Elvis; pero también admiras la interacción en los grupos de jazz, la importancia de cada uno de los intervinientes. En el rock and roll hay una figura indiscutible, que además de cantar y tocar un instrumento con frecuencia es también compositor; y eso está muy bien, pero si los músicos que le rodean tuviesen un poco más de protagonismo el resultado sería redondo. También al rock and roll tendrán que llegar los grupos más tarde o más temprano, pensabas. Y tenías razón.
De todos modos era lógico que la aparición del rock and roll y el skiffle en la Isla te transformaran, te hicieran abandonar el clarinete, tu primer instrumento “serio”, en favor de la guitarra; y tu madre, alucinada, te veía ensayar continuamente, como si tratases de recuperar el tiempo perdido. Tanta prisa tenías que al año siguiente ya estabas en una banda, la de Vince Marshall y los Squarecaps, donde tocabas la rítmica. Y en 1960 conoces a Leo Lyons, otro chaval enfebrecido que toca el bajo como los ángeles y con el que formas los Jaybirds; y todo parece ir muy rápido porque en el 62 estáis tocando en el legendario Star Club de Hamburgo… pero la situación se estanca. Aún tienen que pasar tres años hasta que con Rick Lee, vuestro nuevo batería, decidáis por fin dar el salto a Londres: solo en esa ciudad pueden ocurrir cosas tan curiosas como que vuestro nuevo encargado de las actuaciones sea un teclista con formación clásica, el bueno de Chick Churchill… al que evidentemente releváis de sus funciones para formar parte de la banda. Una banda a la que ya va siendo hora de cambiarle el nombre: diez años después de que Elvis y los demás viviesen el apogeo de los solistas comenzaba el apogeo de los grupos, tal y como tú esperabas. Diez Años Después será vuestro nuevo nombre.
A partir de ese momento, al igual que con Kevin, en este tugurio hablamos de vosotros con frecuencia, estimado Alvin. Ya sabes que, por la necesidad de sintetizar, solemos limitarnos a los datos, las canciones y poco más. Pero soy el primero en reconocer que eso no es suficiente, y a veces tratamos de resaltar algunos detalles que la gente no ve. Por ejemplo, hay que decir que esa idea de banda rockera que se tiene de vosotros no es justa ni por aproximación: cualquiera que se tome la molestia de oír vuestros discos en serio verá que hay mucho más. El verdadero espíritu de Ten Years After no está en “I’m going home”, canción que acabaste odiando -y nosotros también, en cierto modo-, ni siquiera en aquella incendiaria actuación de Woodstock que os abrió las puertas de los States y donde trabajasteis a destajo hasta quedar exhaustos, agotados, hartos: antes de todo eso, antes de grabar un solo disco, vuestra presentación fue en el festival de jazz de Windsor. Y al año siguiente en el de jazz y blues de Sunbury. Para vosotros se acuñó el término “blues and roll” pero sí, también había jazz; y folk, e incluso psicodelia. El grueso de vuestra obra, con más o menos ritmo, es una mezcla fantástica de estilos a los que hay que añadir tu afición por andar jugando con los botoncitos de la mesa de mezclas y buscar esos pequeños trucos de sonido que a otros ni se les ocurren. Y cuando ves que la creatividad decae, te vas. No quieres seguir la inercia, haciendo giras sin parar con el único fin de engrosar tu cuenta corriente a base de explotar la marca comercial, como han hecho otros. Fin.
Y luego, sí, hubo alguna reunión que no duró mucho, y unos cuantos discos con amigos tuyos o en solitario: algunos eran buenos, otros no tanto. Te limitaste a cumplir con giras pequeñas, lo justo para mantenerte en forma pero no descuidar a tu familia. Y te aficionaste a España, donde estabas feliz como una perdiz, pintando a veces (no era lo tuyo, reconócelo) y aprendiendo a tocar ese curioso instrumento llamado guitarra española del que te habías enamorado. Y aquí caíste. Pero, si tenía que ocurrir, qué quieres que te diga: estamos muy honrados. Felices por saber que en tu grupo de amistades, entre Django Reinhardt, John Lee Hooker, Elvis y otros cuantos, estarán algún día -y que sea muy lejano, por favor- Paco de Lucía o Tomatito.
Bonita reseña de un músico realmente importante. Esa segunda persona que usas para escribir de él nos lo hace todavía más cercano.
ResponderEliminarDebo decir que a veces me pierdo en los arcanos del rock/blues británico de los 60. Hay muchos personajes talentosos, espectaculares guitarristas, algunos que siguieron una carrera plagada de éxitos y prestigio pero muchos otros, Kevin o Alvin entre ellos, después del tsunami que les lanzó a la fama mundial, a veces no querido, se permitieron el lujo de naufragar en islas tranquilas y apacibles, quizás porque realmente aquel espíritu hippie al que se habían acogido era mucho más que una simple vestimenta de temporada.
Buenas, herr doktor, y gracias. El uso de la segunda persona es efectivamente lo más útil para acercarse al sujeto, que es lo que hago en las hagiografías -ya sabe, las vidas de los santos: salvo con Brian Epstein, al que por mayor lejanía traté en tercera persona, y Frank Zappa, a quien trato de "usted" no sé muy bien por qué, siempre uso ese truco.
EliminarSupongo que ese segundo plano en el que se hallaban algunos personajes como Alvin -un segundo plano muy relativo, en todo caso- es debido tanto a su voluntad de alejarse de las luces como del hecho de que su obra tiene muchos matices: no es tan frontal, tan directa, tan inmediata como la de los más famosos -que no necesariamente los más grandes.
Ese carácter es una de las señas de identidad de Alvin Lee: él mismo se quejaba, durante su época más brillante, de haberse convertido junto con el grupo en "una sinfonola andante". Acabó detestando las grandes giras. Y eso, en términos de popularidad, tiene un precio.
Así da gusto morirse, coño.
ResponderEliminarPocas veces he visto un obituario tan cariñoso. Debería poder leerlo el bueno de Alvin.
Me costó bastante entrar en la música de TYA, porque no hacían muchas concesiones: eran gente muy seria; pero al fin me obligaron a oírlos bien, y me alegro mucho de ello.
Así y todo, el disco que más me gusta fue una rareza en su carrera: “A Space in Time”; que creo que era el menos blusero, el más difícil de clasificar, y que, a pesar de ello, tengo entendido que gustó mucho en la época.
No tengo mucha idea de música, usted lo sabe, pero… ¿No le recuerda un poco el primer tema elegido por usted a los primeros J. Tull? La guitarra no, pero las inflexiones de la voz… Nada. Tonterías mías.
Su segunda selección (del “A space in time”), una maravilla engañosamente sencilla.
Ha estado usted muy bien, incluso se ha superado. Lo que hace el cariño.
Gracias, señor Pez. Pero mejor morirse lo más tarde posible: prefiero no tener material "cariñoso", si es a este precio.
EliminarY sí, eran gente muy seria. También yo tengo a "A space in time", que parece un poco olvidado, como uno de mis preferidos. Es inclasificable, efectivamente. No discuto que su época anterior en la Decca fue tal vez la más brillante, pero este disco tiene un espíritu muy particular. Y en cuanto a su popularidad, relativa, fue debida al hecho de que en él viene contenida "I'd love to change the world", que fue uno de sus singles más populares -especialmente en los States- y tiró de las ventas del LP.
En cuanto a los primeros Tull no va usted muy descaminado: ambas bandas se consagraron en el festival de Sunbury del 67 y pertenecían a Chrysalis Productions, la agencia dirigida por Terry Ellis y Chris Wright. Cuando se convierte en casa de discos, tras unos años siendo distribuida por Island, el primer disco que sale a la venta con ese sello es precisamente "A space in time" (CHR 1001). Los Tull, con "Thick as a brick", serán la tercera referencia de ese sello.Y por supuesto comenzaron haciendo blues, asi que hay un cierto hermanamiento entre ellas.
Embelesado en tan honroso obituario (un Requiem literario fantástico), y a la vez consternado por tan grave pérdida. Posiblemente pasó su mejor momento entre el69 y 70, aún así otro genio de las seis cuerdas que nos deja. A mi me gustan mucho TYA, en solitario lo heseguido irregularmente, de vez en cuando adquiría uno de sus trabajos, o me lo encontraba en los créditos de discos de amigos suyos como Rory Gallagher, John Mayall, George Harrison, Steve Winwood, Ronnie Wood, Mick Fleetwood,o Mick Taylor.
ResponderEliminarLo suyo con “I’m going home” es para destrozarse los dedos con la guitarra, y su poderío vocal queda más que demostrado en blues como “I woke up this morning”. Le faltó un poco mas de suerte (o de visión, no sé) para convertirse en figura mitíca, aunque sin el título, creo que hoy estará al lado de Hendrix y compañía...
Gracias, señor Sebas. Yo creo que su mejor momento duró más, desde el 67 hasta el 72 o 73 (insisto en que "A space in time", de finales del 71, es uno de mis favoritos. Y el primero, un prodigio de supuesta sencillez blusera, básicamente). Pero luego Alvin prefirió seguir a su aire, colaborando efectivamente con muchos amigos suyos y quitándose de encima el agobio del star system que tanto detestaba.
EliminarPor tanto, yo no creo que sea un problema de suerte o de visión: fue su manera de ser la que lo apartó un poco de ese escaparate de "héroes de la guitarra" que algunos vemos con cierto escepticismo. No era su papel, y me parece muy bien que haya obrado así.
Como siempre, Mr Rick, me convence con su razón, conocimiento y dialéctica, posiblemente sea por su mayor conocimiento del tema, "A space in time", creo que precisa ser revisitado por mi parte, y también debe ser cierto que nunca quiso formar parte del Olympo-rock-star. De no ser así su libertad creativa habría sido, cuanto menos ¿diferente?. Tan solo me dio un brote de reivindicación, ademas, siempre he preferido al que se queda en la parte media del escenario.
EliminarHombre, tampoco se trata de convencer por las bravas. Simplemente, repase usted "A space in time" y ya verá como ahí hay otra perspectiva. Que en cualquier caso tampoco es nueva, puesto que las piezas de puro rock no son tan "masivas" como parece en su obra a simple vista: momentos realmente cañeros, solo hay dos o tres en cada disco. Por eso digo que ese grupo es mucho más de lo que puede parecer.
EliminarY sí, a mí también me cargan un poco los ídolos, que a veces dan la impresión de buscar el estrallato más que de estar a lo suyo.
Pues la verdad que sí, después de leer esto me doy cuenta que hay un montón de detalles que desconocía empezando por lo del festival de jazz de Windsor. Realmente un gran homenaje. Saludos.
ResponderEliminarGracias por la visita, mr. Johnny. No suelo ser muy aficionado a dar detalles sin más, por llenar espacio, pero en este caso creo que era necesario para comprender el perfil de un guitarrista y un grupo que son mucho más ricos y variados de lo que parece. Comprendo que "I'm going home" se haya convertido en un tótem, pero Ten Years After no se quedan ahí. Es más: Alvin no era muy amigo de las giras, los grandes públicos y la necesidad de repetir todos los días la misma pieza. En el fondo, siempre le gustó más el estudio.
EliminarHola, Rick. Ya me tienes aquí, tratando de buscar en la red los temas y los grupos que mencionas. Como ves, llegué tarde a esto del rock: pocos nombres me suenan de los mencionados, pero te agradezco el esfuerzo que haces (que tan cojonudamente haces). Empezaré escuchando A space in time, uno de tus álbumes favoritos.
ResponderEliminarEspero que la próxima semana no muera nadie querido por ti, no vaya a ser que tengamos que acudir a tu blog vestidos de Bernarda Alba :-)
Un abrazo.
Hola, Caruano. Admiro profundamente tu fuerza de voluntad, oye. Sé que este tipo de músicas no son lo tuyo: no es, como piadosamente dices, que hayas llegado tarde. Y cada uno tiene su carácter, su modo de disfrutar con las corcheas. Así que mayor mérito tienes. Porque... no te estarás volviendo rockero, ¿eh?
EliminarY sí, la verdad es que yo también espero que pare la sangría. Menuda racha llevamos.
¿Alguna vez te has visto a ti mismo como una especie en peligro de extinción? Quiero decir, melómanos se cuentan por millones, críticos también, narradores de la música más de lo mismo. Pero el número escasea cuando de esa lista seleccionamos solamente a los que vivieron intensamente la música de la que escriben, a los que la vivieron y han seguido viviéndola durante cuarenta años. En un mundo de identidades musicales volátiles o inexistentes, me gusta lo que representas.
ResponderEliminarY ojo, esto no significa que solo haya identidad allí donde las cosas se viven en su momento de eclosión.
EliminarPd: Un acierto lo de colgar 2 temas al final. xD
EliminarBuenos dias, signore Giovanni. Le agradezco mucho sus palabras laudatorias, que vienen siendo una manera muy elegante de llamarme friki. Pero es verdad: soy un friki, qué le voy a hacer. En cuanto a lo de que los frikis como yo escasean, eso es debido a que el rock (por resumir) es un tipo de expresión artística que nunca fue masivo en España. Si usted se da una vuelta por la blogosfera, verá un montón de blogs hechos por frikis de casi todo: fútbol, cine, cocina, literatura, etc. Y verá también que hay bastantes sobre este tipo de músicas, pero muy centrados en géneros o épocas concretas. Del tipo de este también hay, pero por lo general sus autores son americanos, británicos, alemanes...
EliminarPor otra parte en España todavía se asocia al rock, pop, etc, con una edad determinada: si tienes más de treinta años y sigues en esto es que eres un infantil, un colgado. Si te gusta la música, ya deberías haber abandonado estos géneros y pasarte a la sinfónica, el jazz, ese tipo de sonidos que yo respeto mucho pero que no me emocionan tanto. En los países sajones, ese prejuicio está superado hace mucho tiempo. Pero todo evoluciona, y también aquí comienzan a verse algunos personajes que, como yo, se quedaron efectivamente "colgados". Por otra parte, insisto en lo de antes: verdaderos afionados, en España, hay menos de los que parece. Otra cosa son los monotemáticos: los que se conocen al dedillo la vida y milagros de Beatles, Stones, Elvis, Dylan etc pero no suelen pasar mucho de ahí. Yo no sé tanto de ninguno, a mí me gusta más la variedad (y estoy copiando casi al pie de la letra una frase de mi admirado Diego Manrique).
En cuanto a la identidad por la vivencia, totalmente de acuerdo: ya se puede usted imaginar que a mí el rock and roll, por ejemplo, me pilló en la cuna. No lo viví, como no viví el blues tradicional, y gran parte de la música de los años 60 la conocí cuando ya había pasado de moda. Y a usted le pasa lo mismo, ¿verdad? Pues eso.
Me ha encantado esta entrada, señor Rick, pero creo que no ha estado a la altura de la interesante pregunta del señor F.A.: Ha aprobado usted, pero raspado.
EliminarPara empezar, nadie le ha llamado friki (Yo no creo que lo sea). Y a mí también me gusta –y me es imprescindible- lo que representa.
Existen opiniones, respetables, que se plantean si la música sobre la que usted nos ilustra no terminará por ser la música clásica del siglo XX (con un poco más de fusión). Y, desde luego, no hace falta ser coetáneo de Beethoven para entender lo que hizo.
Otros, tan respetables (o no), dicen que todo eso se borrará de la memoria colectiva, y que será Georgie Dann quien perdurará.
Dios y Francisco I no lo permitan.
Bueno, señor Pez, ya sabe que yo soy un tipo dicharachero y cuando digo "friki" lo hago en un sentido cariñoso y no tan degradante como pueda parecer. Es más, hay muchos frikis que me caen bien y creo que en ocasiones incluso puede ser una alabanza; que es sin duda lo que el signore Giovanni ha hecho y que le agradezco. En todo caso, una de las acepciones originales de esa palabra en inglés y por extensión en español ("freakie" viene de "freak") es "raro". Y rara es de momento la gente como ustedes o yo, en el sentido de "minoritaria". Reconozca usted que muchos no somos.
EliminarYo también creo que el blues, el jazz y el rock (por abreviar e incluyendo al pop) son la música clásica del siglo XX, mal que les pese a algunos. Y probablemente también del XXI, por la pinta que lleva el asunto. En fin, el siglo que viene hablaremos.
Esto... antes escribí un largo comentario. Juraría que había sido publicado.
ResponderEliminarhttp://static.tvtropes.org/pmwiki/pub/images/darth_vader_nooo_7675.jpeg
Y lo volví a escribir y se me ha vuelto a borrar solo. Esto da problemas. En fin, me voy a aprender de memoria el mensaje letra a letra al final... seré telegráfico (por si acaso tampoco se guarda esta vez)
ResponderEliminarDecía que esto me puso los pelos como escarpias: ''al que evidentemente releváis de sus funciones para formar parte de la banda. Una banda a la que ya va siendo hora de cambiarle el nombre: diez años después de que Elvis y los demás viviesen el apogeo de los solistas comenzaba el apogeo de los grupos, tal y como tú esperabas. Diez Años Después será vuestro nuevo nombre.'' No me lo esperaba, porque no relacionaba Alvin Lee con TYA, o sea que no conocía a Alvin Lee. Ya me vale. Y eso que hace poco me entraron ganas - no sé si te llegué a decir - de ponerme con este grupo en serio, porque es el tipo de música que me apetece escuchar ahora, junto a Fleetwood Mac, que apenas estoy comenzando a descubrir. Tengo problemas para busca links de descarga, y con este ordenador no me arriesgo a descargarme nada desde cualquier página.
Que muy de acuerdo con Krapp: tu uso de la segunda persona es muy bueno, es usted un orfebre del lenguaje, se nota su interés y conocimientos filológicos. Decía también que no veo ese parecido entre ese primer tema que nos has dejado (muy buenos los dos, por cierto) y el primer disco de los Tull, pues tienen texturas distintas y son muy distintos. Y que, volviéndolo escuchar, con la sugestión encontré ese parecido que decíais, en todo caso en el 1:05, con ese quejumbroso agudo que recuerda a Ian Anderson. En todo caso.
Y que comparto opinión con mis compañeros blogueros al respecto de usted como bloguero, le respeto mucho y respeto mucho este blog. Es más, mi blog 'Fun House' está evidentemente muy influenciado por 'El bar de Rick', y cualquiera que entre lo puede ver. También respeto su saber estar 'internetil', que se guarda de decir una palabra más de la debida o a salirse de su personaje. Ya decía esa frase suya en el viejo blog algo así como: 'Paseando veo a la gente pasar, yo de mi ya me lo he dicho todo.'
Lo de que todos nosotros seamos frikis no lo comparto, hablando en serio. Yo también uso mucho eso de 'friki', pero también en broma. Es una palabra nueva de esas que llegaron para quedarse. Si friki es tener aficiones propias algo diferentes, entonces vale, pero... Alguien que se levanta a las siete de la mañana de un domingo para ver Formula 1, no le llamamos 'friki', sino aficionado, y por supuesto, a todos los que se saben la alineación del Celta de Vigo o del Real Madrid de memoria, jamás se nos ocurriría pensar que son 'frikis'.
Al señor Átono le gustará este vídeo:
http://www.youtube.com/watch?v=NZ0JuKa5Zr0
Y una vez visto, os invito a ver este otro:
http://www.youtube.com/watch?v=ewdNvyHiJcY
¡Hombre, mi yerno fraile! Acojona usted un poco con ese avatar, qué quiere que le diga. En un tugurio como este, daría la impresión de que viene en plan Inquisición a quemarnos, o algo...
EliminarEl asunto de los largos comentarios: NUNCA pase del tamaño que ha utilizado en su segunda aparición. Sé de sobra, por experiencia, que Blogger admite un número máximo de caracteres en las respuestas. No tengo ni idea de cuál es ese máximo, pero debe de andar cercano a lo que usted ha escrito. Así que ha tenido suerte por los pelos. Le recomiendo que si ha de hacer un comentario largo lo fraccione en dos o tres intervenciones.
Y sí, ya le vale que no haya asociado a Alvin con los TYA. Comprendo que sus estudios lo tengan muy atareado, pero en este local ya son habituales: repase usted las entradas del año 68, 69 y 70 y lo verá.
El parecido con los Tull se lo ve el señor Átono, o no. Su parecido es más bien de espíritu que real: ambas bandas comenzaron haciendo blues, y algo se pega. Ah, por cierto: imagino que él disfrutará mucho con esos magníficos reportajes históricos que nos ha puesto usted: son impagables. Y el señor Átono es un friki (jijijiji) de este tipo de cosas.
Precisamente sobre el término "friki" le he expuesto mi opinión ahí arriba, y como verá usted yo también lo uso de coña. No me considero más ni menos friki que los aficionados que usted cita y que saben tanto o más que yo de lo suyo. Pero eso es lo bueno, que haya variedad. Y muchas gracias por el respeto, aunque ese tipo de palabras me intimida un poco.
Otra lamentable pérdida,amigo Rick, y como es como es costumbre en mi, me entero tarde.
ResponderEliminarRecuerdo con nostalgia aquel temazo de 1970 titulado: "I´d love to change the world", un tema que consigue ponerme todavía la carne de gallina cada vez que lo escucho. Respecto a la dedicatoria que se hace en este blog, sólo puedo calificarla de magnífica, a la altura que se merece el gran Alvin. Otra vez se ha lucido usted, maestro.
Pues ya ve, don Antoni. Al paso que vamos, no me extrañaría que algunos visitantes de este tugurio acabasen entrando con prevención: a ver quién se ha muerto hoy...
EliminarEse temazo que usted cita fue precisamente la canción estrella de "A space in time", de mucho éxito en el mercado americano; no tanto en la Isla, pero aun así, inolvidable. Es una de sus grandes canciones, no hay duda. Y gracias por sus alabanzas, pero entre lo de "maestro" de usted y el "respeto" de mi yerno estoy empezando a sentir picores. Ni que fuera yo don Benito Pérez Galdós, o algo así...
Por desgracia, se va a convertir en un especialista en obituarios. Este es uno de los grupos que descubrí gracias a usted y poco me ha durado la alegría al ver a su líder camino del paraíso del rock.
ResponderEliminarEn lo de que los grupos de jazz están más compenetrados que los de rock hay mucha tela que cortar, que aquí hay mucho amigo de los monólogos interminables con sección rítmica detrás.
Y lo de friki es una palabra peyorativa donde la haya que sobre todo la usan esos que se levantan a las siete a ver una carrera de coches o te recitan la alineación del betis. Viniendo de ellos es un alago.
Ya ve, mister Chafardero, llevamos una racha horrible. En fin, espero que ahora pase un buen tiempo sin que nos sobresaltemos con otra noticia de este tipo. Toco madera...
EliminarTiene usted razón en lo del jazz: yo también he sufrido algunas actuaciones con el típico solista narcisista de esos que te quitan la afición. Pero vamos, hablo en teoría. También en el rock hay que sufrir a veces al guitarrista divino. Es un problema de reparto de tareas: si no se dejan las cosas claras desde el principio, puede pasar eso.
En cuanto a lo de "friki", ya digo: los hay de todos los colores, pero no siempre tiene porqué ser una palabra peyorativa.