miércoles, 4 de septiembre de 2013

España: la travesía del desierto (XX)


Después de haber rendido homenaje a los Javaloyas (el nombre más popular de la zona con mucha diferencia) y por extensión a todas esas sufridas agrupaciones que animaron el panorama musical de aquella oscura España, seguimos nuestro viaje levantino en la búsqueda de ofertas un poco más ajustadas a nuestras querencias. Y el primer grupo decididamente "moderno" de la comunidad valenciana son los Milos, un trío de corta existencia pero que en su momento resultó novedoso ya que su repertorio, a diferencia de la mayoría de sus paisanos, se basa principalmente en los ritmos americanos antes que los italianos o franceses aunque también tengan piezas de ese estilo. Por otra parte fue la agrupación que dio a conocer a una de las grandes voces rockeras nacionales: Bruno Lomas, nada menos. 

Hay que reconocer que su actitud es casi heroica: alternando los estudios con la afición musical (a pesar de alguna oposición paterna) y con una instrumentación primitiva supieron hacer de la necesidad virtud, ya que en sus principios los Milos disponían de dos guitarras acústicas y una eléctrica de construcción artesanal. Sin bajo ni batería, era evidente que su única posibilidad estaba en conseguir unas voces bien conjuntadas, al estilo de los Everly Brothers o la escuela duduá de Dion con los Belmonts, y a ello se ponen a finales de 1959 Emilio Balldoví (voz principal y guitarra ocasional), Salvador Blesa (guitarra solista y voz) y Vicente Castelló (rítmica y voz). Hubo en los primeros tiempos un cuarto componente llamado Ramón Pellejero, que se marchará muy pronto y que poco después comenzará a hacerse conocido con su nombre en catalán: se trata del señor Raimon, uno de los máximos exponentes de la Nova Cançó. Vicente, el mayor, tiene amistades en los Estados Unidos, y gracias a eso van recibiendo información y discos que definitivamente revolucionan a los otros dos. Y el más afectado por la exposición a tales sonidos resulta ser Emilio, admirador de Buddy Holly hasta tal extremo que adopta su estética gafapasta y se nos presenta en las fotografías con ese adminículo innecesario en él; pero además el trío luce en sus primeros tiempos unos vistosos pantalones de cuero negro, un hecho que hoy nos puede parecer nimio pero que resultó poco menos que revolucionario en el apacible Levante de la época. 

Sus comienzos resultan meteóricos, ya que en menos de un año actúan en varias salas, ganan un concurso de nuevos talentos, saltan a Barcelona, llegan a la televisión y de ahí a grabar su primer EP. Por desgracia Discophon, el sello recién creado que les toca en suerte, no es precisamente un prodigio tecnológico; y ese hecho, sumado a la pobre instrumentación del trío -acompañado por una base rítmica de alquiler- hace que nos hallemos ante un artefacto de sonido rudimentario. Por otra parte, aún están verdes: la selección no es mala (“Be bop a-lula” o “Teddy girl”, por ejemplo), pero se nota que necesitan rodaje. Tal vez deberían haber esperado un poco más. El disco pasa casi desapercibido, pero en 1961 la situación mejora bastante con el segundo: aunque el sonido sigue siendo deficiente, se les ve más conjuntados. Y como era de esperar, por fin llega el homenaje debido a Buddy Holly: “Rave on”, que ellos traducen como “Estoy chispa”. No tiene la fuerza del original -con esa instrumentación es imposible- pero sus voces bien empastadas la defienden con dignidad. Por otra parte, y a pesar de algún detalle sonrojante como esos “Love me for ever” que se oyen a veces, Emilio ya suelta algún gritito y Salvador demuestra su habilidad con los punteos. 


Aunque esa grabación no sea precisamente un éxito, los hace suficientemente populares como para dedicarse con más empeño a la profesión y mejorar su equipo. Y poco después, a finales del verano del 61, llega el momento cumbre de los Milos con su siguiente disco, ya que en él se encuentran las dos versiones más recordadas del trío: la inevitable “Zapatos azules de gamuza”, el gran y único éxito del señor Perkins, y “Lucille”, demostrando con ella que también el rock and roll negro de los santones como Little Richard estaba en sus preferencias. Ah, y el bueno de Emilio comienza a desatarse, sobre todo con la de Richard



Y llegamos a 1962, un año turbulento que marca el final del trío. Salvador, el más serio, decide que aquel no es su mundo y abandona para seguir sus estudios, siendo sustituido por Pascual Olivas; con él graban su cuarto disco, que resulta ser horroroso y no porque yo lo diga sino porque ellos mismos lo reconocieron: el sonido es especialmente malo, y el salto del rock and roll al madison los convierte en un supuesto grupo de baile con un estilo que no es el suyo. Son contratados para una actuación en Valencia junto a Johnny Hallyday poco después, y el mánager de Johnny les ofrece una gira por el sur de Francia. Pero lo que pudo haber sido un relanzamiento se convierte en el golpe de gracia, ya que solo Emilio acepta el reto; los otros dos, que consiguen un nuevo contrato con EMI, se desentienden de él e intentan seguir adelante con nuevos miembros. Y resulta que Discophon es la propietaria del nombre, lo cual les obliga a buscar uno nuevo: a partir de ahora serán los Top-Son, que arrancan a finales del 63 como dúo y del que hablaremos pronto.

Aunque hablaremos antes de Emilio, que se asocia a toda prisa con los Diávolos (un pequeño grupo valenciano) para que le acompañen a Francia. Y a la vuelta se encuentra con el lío Milos/Top-Son, del cual nadie le había informado. Así que decide olvidarse de sus antiguos compañeros, rebautiza a los nuevos como “Los Rockeros” y vuelve a Francia, donde también él se rebautiza: ahora se hace llamar Bruno Lomas. Y claro, dicho esto ya se pueden imaginar de qué va el próximo rollo que les aguarda en este tugurio. 


13 comentarios:

  1. Hola Rick:
    Gran sorpresa estos Milos, creo que solo había oido la de zapartos de gamuza, y la verdad es que el tema del Holly, me gusta como lo versionean con este tono dudua, apartandose un poco del tono rocanrrolero del maestro.
    Nada, que me apunto a esta travesia por el desierto, eso sí con la cantimplora bien llena de música.
    Hasta la próxima duna.
    Jose

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    1. Muy buenas, don José:

      Entre que la carrera de estos muchachos fue muy corta, las grabaciones no eran de mucha calidad y poco se les oyó más allá de Valencia, es lógico que los Milos estén casi olvidados; es más, yo diría que si aún los recordamos tal vez sea gracias a que ahí están los orígenes de Bruno. De todos modos, esa facilidad para el duduá era su principal baza.

      Y hasta la próxima duna, en efecto.

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  2. Bien, entrando en materia local!. Los Milos aportaron una refrescante pureza, rock & roll vocal sin usar casi las guitarras eléctricas y con muy pocas coincidencias con los grupos de doo-woop al uso, más bien, en una Valencia donde el Rock era un terreno fértil, sin degradación ninguna, el empaste de sus voces y su personal estilo de buenos rockeros de barrio les llevó a ser la gran "promesa" del rock, pero quedó en eso, y hasta mi querido Bruno es habitualmente ignorado en las crónicas escritas del rock patrio. Su mutación en los Top-son dio algo más de juego....Espero impaciente a Emilio...

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    1. Si, tal vez me he excedido en mis elogios, pero mi padre (batería en grupetes) y mi madre (vocalista en July y los Santos Ángeles... no los busquéis por que fue un grupo universitario), me hablaron maravillas de ellos, y tengo muchas grabaciones, conocer a Bruno años mas tarde (y que Miky me tuviera en sus brazos de niño)...empiezo a pensar que hay algo raro.... jaja ¿a ver si voy a saber cantar y no me he dado cuenta?!!!

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    2. Estoy de acuerdo con usted, don Sebas, en ese empaste para las voces. Pero como le he dicho a don José, era su único punto fuerte: las dificultades técnicas y de equipo no les permitieron mucho más. Y en cuanto a Bruno estoy más de acuerdo todavía: no digo yo que sea ignorado, pero casi. Era la mejor voz solista del país, pero hubo algunos condicionantes que lo marcaron. Y sí, los Top-Son, sin que hayan llegado tampoco a lo más alto, tienen una producción bastante decente.

      Y qué suerte ha tenido usted con sus progrenitores, oiga. Casi resulta extraño que no se haya metido usted en el mundillo. Por lo menos, debería haberlo intentado, ¿eh?

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  3. Pues si a los Javaloyes no los conocía de nada, a esto Milos, menos todavía, a pesar de ser valencianos, ni idea, oiga, al principio pensé que hablaba de Los Mitos. Muy curioso lo del sr. Raimon, quien se iba a imaginar que empezó de rockero. No me puedo tampoco imaginar el impacto que los pantalones de cuero harían sobre el incauto público españolito de aquellos oscuros años.

    En fin, Sr. Rick, que como siempre, le agradezco el buen rato que me hace pasar con estos estupendos capitulos.

    Espero impaciente el siguiente.

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    1. Mmmmm.... lamento decirle que no es usted un buen valenciano, don Antoni. Puedo entender que no conociese a los Milos, por las circunstancias que he dicho antes; pero Los Javaloyas, gustasen o no, fueron tremendamente famosos. Hubo una época en la que fueron casi tan famosos como Mustang o Sirex, a mediados de los años 60.

      Y sí, lo de Raimon tiene gracia. Aunque duró poco precisamente por el tono rockero que los otros tres querían imprimirle al grupo. Él, evidentemente, tiraba más hacia el folk.

      Y gracias a usted, por venir. A ver qué le parece el gran Bruno.

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  4. He oído otras veces a Los Milos y recuerdo hace unos años un homenaje que se le hicieron en un programa de radio, quizás en Radio 3. Lo que echo de menos es ese célebre "Pitágoras" que ellos popularizaron en este país, ahí hay un despliegue de voces realmente extraordinario. Las voces en el primer tema que has puesto están casi colocadas con calzador, jugando con esa especie de tartamudeo para encajar la letra. Me encanta el guitarreo de Lucía, creo que lo tradujeron así en aquel disco, y Bruno está como está siempre: fantástico. Pena de la baja calidad de la grabación.
    Saludos

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    1. Tengo que reconocer, herr doktor, que "Pitágoras" podría haber estado aquí sustituyendo a cualquiera de las tres que he seleccionado, ya que entre otras cosas no fue menos popular. A veces no me queda más remedio que jugarme la selección a los dados, y luego pasan estas cosas. Y sí, tanto la voz de Bruno como la guitarra de Salvador son excelentes, teniendo en cuenta las dificultades. Lástima que Salvador se retirase, porque podría haber llegado muy arriba.

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  5. Pues un placer saber de los comienzos de Bruno Lomas, para mí de los mejores roqueros del país. Algo había leído sobre Los Milos, pero es la primera vez que los escucho. El primer tema suena bastante tosco, pero en los otros dos ya se nota el poderío de Bruno. Y con pantalones de cuero y gafas de pasta tendría que ser la bomba en su época. ¡Qué grande era!

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    1. Me alegro de su alegría, señor Chafardero. Hay que reconocer que los Milos no fueron nada del otro mundo, pero aunque solo fuese por esas voces y por ser el primer grupo del gran Bruno, como usted dice, ya valdrían la pena.

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  6. Había escuchado algo de estos tipos, pero sin saber que el gran Bruno estaba allí.

    ¿Va a entrar para el examen?

    Un placer, como siempre, joven.

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    1. Pues ya ve usted qué sorpresas se lleva uno, señor Pez. El gran Bruno, sí señor. Ah, y no se preocupe por el examen, que al final me dará pereza y creo que caerá un aprobado general; por no ponerme a corregir exámenes, más que nada. Es muy cansado.

      Gracias por la visita, que ya sé lo ocupado que anda usted este mes.

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