Aquí lo tenemos: Bruno Lomas, el nombre que faltaba para completar la trinidad de los grandes solistas rockeros españoles en los años 60 junto a Miguel Ríos y Micky. Es la mejor voz de las tres -de eso no hay duda- aunque su carrera está infravalorada por las mismas razones que las de los otros dos: una trayectoria musical un tanto errática, lastrada por el hecho de que al abandonar a su grupo y seguir en solitario su sello le obligó a mantener un perfil de baladista que no le hizo ningún favor. Pero además hay que añadir un carácter inmaduro con rasgos conflictivos: su excesiva afición por los coches veloces y las armas, sumada a una ideología de extrema derecha que lo llevó a Fuerza Nueva (por no hablar de su obsesión con el esoterismo y los ovnis), constituyen una carnaza biográfica que los medios periodísticos no dudaron en aprovechar. Y con su muerte en uno de sus incontables accidentes automovilísticos pareció morir también su obra, ya que las citas que suelen hacerse de él son cortas y apresuradas. Da la impresión de que los comentaristas se sienten incómodos ante la evocación de su nombre, de que aún no se le han perdonado aquellas veleidades.
Habíamos dejado a Emilio Balldoví volviendo a Francia en 1963 con los Diávolos tras la ruptura con los Milos, sus anteriores socios, gracias a una oferta de Johnny Stark, el manager de Johnny Hallyday. Una oferta que tiene toda su lógica, ya que son dos estilos similares: tal vez Stark haya comprendido que el español tiene mucho futuro si se da a conocer en un país con menos estrecheces que las que sufre por entonces su patria. En este segundo viaje el destino final es París, donde actúan en varios locales hasta llegar al Olympia, la cumbre. Y justo en tal olimpo es donde Bruno Coquatrix, el dueño de esa sala entre otras muchas cosas, rebautiza a Emilio con su propio nombre: Bruno et ses Rockeros recorren media Francia durante casi un año -donde graban un single patrocinado por Coquatrix-, la gira se amplía a varios paises del centro y norte de Europa y vuelven a España forrados, con un equipo que será la envidia de los músicos nacionales. Para completar la metamorfosis se desprende de sus gafas, se cambia el flequillo y se adjunta el “Lomas” (en honor según él a unas lomas que veía al pasar por una carretera de Valencia).
El single en cuestión resume muy bien la ambivalencia de Bruno: la cara B contiene “Perfidia”, un bolero clásico del repertorio latino que los Rockeros “aceleran” dándole un leve tono surf que la hace deliciosa. Y en la cara A encontramos la primera composición propia de nuestro amigo: “Sí sí, nena” un rock and roll blanco del cual en su época se sugirió que tal vez se trataba de una copia del “Whole lotta shakin’ goin’ on” del eximio Jerry Lee Lewis. Es cierto que tiene un aire con ella, pero no tanto como para considerarla un plagio. Es una buena canción, y tal vez por el valor añadido de ser su primer intento como compositor le cogió tanto cariño que la regrabaría para incluirla en su primer disco grabado en España; aunque yo prefiero esta, que muestra con más fidelidad su potente tono vocal.
A finales del año 64, de vuelta aquí y a pesar de su éxito en Francia, Bruno se enfrenta a la evidencia de que ha de volver a empezar desde cero en su propio país: Los Milos fueron un grupo minoritario, y solo Valencia conoce el increíble magnetismo de su voz. El modo más rápido de trascender es presentarse y por supuesto ganar en un concurso musical de talla como es “Salto a la fama”, un salto que lo lleva directamente al gigante EMI, donde vivirá su mejor época grabando en el subsello Regal. Poco a poco se va haciendo conocido a nivel nacional, y la mejor demostración es que en 1965, el primer año de su nueva carrera, graba nada menos que siete Eps, algo que ningún debutante había conseguido hasta entonces. Pero como la época del rock and roll está declinando, la mayor parte de su material se inspirará en el beat y las piezas melódicas: en su primer EP vemos una digna versión de “La casa del sol naciente” (aunque no llega a la altura de la que hicieron Lone Star) y otra del “Sweets for my sweet” de los Drifters, que él convierte en “Por ese amor”, muy bien defendida. Las otras dos canciones son suyas: el “Sí sí, nena” que había escrito para su single francés, y “Ahora sé”, una bonita canción que reitera la talla de Bruno como compositor, sin nada que envidiar al resto de la producción nacional. En cuanto a los Rockeros, ya le están disputando a los Relámpagos el título de mejor grupo de acompañamiento.
Su fama, que en Levante es enorme, se va ampliando al resto de España a base de grandes versiones del rock and roll tradicional y el moderno beat alternando con baladas en las que se le ve muy cómodo, gracias a ese chorro de voz que posee. Y su definitiva inclusión entre los grandes llega con un nuevo festival, esta vez el de la Canción Mediterránea, en pleno verano: con “El mensaje”, compuesta por el Dúo Dinámico, consigue el segundo puesto y la fama nacional (aunque se trata de una balada sin mucho gancho, las cosas como son). Desde ahí hasta final del año siguen apareciendo nuevas grabaciones de Bruno con una regularidad casi mensual, lo que por supuesto no es garantía de que todas las canciones hayan sido bien elegidas. En su último disco aparece una versión excelente del “I got a woman” de Ray Charles, donde se demuestra que Bruno sabe dar la talla enfrentándose a los grandes; aunque tal vez tanto EMI como él deberían dosificar con más tranquilidad el ritmo de publicaciones para no quemarse.
Como ya saben los asíduos, esta travesía española abarca el primer quinquenio de la década; lo cual implica que aquí dejamos de momento la trayectoria de Bruno, como hemos hecho con los demás protagonistas de nuestro viaje. Pero puedo adelantarles que en 1966 EMI lo convencerá para que prescinda de los Rockeros y se anuncie con su solo nombre (“eso de Fulanito y los Otros ya no se lleva”). Es una decisión difícil, que lo llevará hacia un terreno más cercano a los crooners y que ya veremos si le compensa o no: con esa duda nos quedamos.
Ah, y una vez más he de recomendarles que se den una vuelta por el local del señor Sebas, que de nuevo supera de largo este post con un sentido y profuso retrato de Bruno: es paisano suyo, y con eso está dicho todo.
Hola amigo:
ResponderEliminarLo de Bruno Lomas, se repite demasiado en la historia, unos principios auténticos y excitantes hasta que una gran casa de discos lo pilla y lo empieza a moldear para vender discos como churros.
Caso parecido el de Miky y los Tonys, sin duda la mejor banda de los beginings.
Se echan en falta los pequeños sellos discograficos tan abundantes en America donde la gente podía grabar sus canciones sin ningún tipo de marketing,
Es gente de la que piensas que pudieron hacer grandes cosas si hubiesen tenido mas libertad.
Un saludo y corro a pillar sitio a la sombra en la próxima duna.
Jose
Muy buenas, don José. En ese sentido, el de la explotación, la época fue horrible: las casas discográficas imponían no solamente sus condiciones, sino también la mayor parte de las piezas. Mucha gente se hundió por esa política, que no reflejaba la realidad de los artistas. Le pasó a Micky, a Miguel Ríos y a la mayoría de los grupos.
EliminarLos sellos pequeños no se vieron aquí, con el carácter de independencia que hubo en Estados Unidos o la Isla, hasta finales de los años 70. O sea, que íbamos muy atrasados.
Nos vemos en la próxima duna.
Impecablemente resuelto mr Rick, como siempre, ningún pero, lo he devorado con mucha intensidad, es cierto que la trayectoria de Bruno fue un tanto errática. Su constante negativa a abandonar Valencia para hacer los Madriles le relegó poco a poco a un segundo plano, también es cierto que no era compositor, ni quería serlo, un intérprete que basaba su repertorio en versiones mayoritariamente, por lo que su legado es relativamente ignorado por la mayoría. Se dejó mal aconsejar, y fue cayendo en temas de "feriantes", aunque su calidad vocal y dominio seguían siendo únicos, pongo como ejempo "Irresponsable", "Como ayer", "Amor amargo", "Llevame a la luna" o la fantástica regrabación que hizo en los 60 del "Si, si, Nena" (yo mismo la subí al tubo). Al fallecer planeaba (según cuenta José Manuel Casany) su triunfal regreso, pero me temo que no habría sido tan sonado, y posiblemente hubiese sido aún peor.... siempre nos queda su voz.
ResponderEliminarMuchas gracias, don Sebas, pero lo suyo tiene más mérito aún. Las trayectorias erráticas, como dije arriba, eran muy frecuentes en la época. Si a eso le añadimos el poder caciquil de las discográficas, pasaba luego lo que pasaba. Y en el caso de Bruno, en efecto, esa querencia por su tierra no le hizo ningún favor. En ese sentido, Miguel Ríos fue mucho más inteligente: si no estabas en Madrid o Barcelona, lo tenías muy crudo.
EliminarEl triunfal regreso... creo que tiene usted toda la razón: ya en su última época (el tristemente famoso "Bruno Lomas Show") dio unos bandazos desesperados al ver que su época pasaba, y la cosa dificilmente tenía arreglo.
Normalmente suelo conseguir que un artista me guste -o no- por o que hace, independientemente de si no me convence lo que me cuentan de él como persona.
ResponderEliminarSin embargo, es muy interesante conocer ciertos datos de su vida para entender mejor su música, incluso para saber qué dificultades ha superado.
Por ello, gracias de nuevo, joven.
Aquí, además de sufrir el calor, hemos de estar pendientes de los incendios. Hay uno aquí al lado que se aviva misteriosamente todos los días.
Gracias a usted, señor Pez. Creo que en el caso de Bruno hay que dar esos datos, que explican -al menos en parte- los bandazos que dio su carrera: mal aconsejado, como dice don Sebas, y sin el menor interés por el aspecto "mecánico" del negocio, fue perdiendo el norte. Auque de vez en cuando parecía renacer: hay algunas grabaciones ya en los años 70 que son realmente magníficas.
EliminarHace poco leí, creo en EL PAIS, que Bruno Lomas en sus últimos años se dedicaba a cantar en playback en pueblos costeros levantinos. Su caso es en cierta medida paradigmático de muchos pioneros europeos del rock and roll en clave solista. En realidad triunfaron muy pocos y se mantuvieron en la cresta de ola muchos menos. Cliff Richard en GB, Celentano y Bobby Solo en Italia, Miquel Ríos en España etc..
ResponderEliminarBruno Lomas era un gran cantante, ese Arroz Amargo todavía me parece una de las obras maestras del pop español de los 60, pero le perdieron como a otros las malas compañías, las físicas y las que firman los cheques.
En efecto, herr doktor: es el "tristemente famoso Bruno Lomas Show" del que hablaba a don Sebas. Una especie de circo ambulante que daba más grima que otra cosa. Y también es cierto que la mayoría de los solistas tuvieron una carrera irregular: incluso los que usted cita vivieron altibajos contínuos. Entre lo que digo arriba, que fue una década de grupos mucho más que de solistas, y que solían equivocarse con mucha frecuencia en la elección de los temas, el resultado a veces fue penoso.
EliminarTal vez el espíritu de un grupo, donde estás acompañado por otros con tus mismos intereses, te refuerza. Y por otra parte, esa interacción es la fuente de las ideas. Monstruos como Frank Sinatra no ha habido muchos, las cosas como son: además de su voz y su astucia, supo rodearse de buenos consejeros.
Espectacular, Bruno Lomas. Conocía muy poco de su historia, aunque por estas tierras su nombre siempre a sonado mucho. Recuerdo haberlo oído nombrar a mis padres durante mi infancia.
ResponderEliminarTambién recuerdo que actuó en una famosa sala de fiestas al aire libre que había en Alicante. concretamente en El Campello, llamada "El Gallo Rojo", donde actuaba lo más granado del panorama musical español e internacional de la época. El mismísimo Ray charles, pasó por allí un verano.
No hay duda de que Bruno poseía un potencial de voz incomparable, me ha sorprendido mucho la versión de "I got a woman", excelente sin duda.
Bueno, Rick, espero impaciente la próxima entrega.
Fue un monstruo, don Antonio. Mal encaminado y peor aconsejado, pero fue un monstruo. A veces, fantaseando, se pone uno a pensar en qué hubiera sido de tal o cual artista en otro país o con otra cabeza, y el caso de Bruno es de manual.
EliminarEn fin, ya pasó. Nos queda su obra, como se dice siempre que una cosa ya no tiene arreglo.
Por poderío vocal y por garra me parece de largo el mejor solista rock de los sesenta. Y su gusto por los coches de carreras, ovnis y demás le daba el toque extravagante que se espera de toda rock star que se precie. Como citan más arriba, Amor amargo y sobre todo Irresponsable son de esos temas que te hacen perder la cabeza. Estoy en un tablet que no me deja oír su selección, pero conozco el de Sí, sí nena y es de los de bandera. Es verdad que fuera del rock bajaba mucho el listón, pero qué pegada tenía. Uno de los grandes, como siempre muerto antes de tiempo.
ResponderEliminarEstamos de acuerdo, señor Chafardero. También es verdad que no había mucho donde elegir (salvo Micky y Miguel Ríos, poco más), pero esa voz mereció un mejor repertorio. En cuanto a las rarezas de rock star, la verdad es que tiene un punto con Elvis, ¿verdad? Otra cabeza loca.
EliminarY aún haciendo baladas hay piezas muy buenas, en las que su sola voz defendía a veces un material mediocre. Era nuestro Joe Cocker particular, diría yo.
Sigo con interés esta travesía aunque sea en silencio. Efectivamente Bruno Lomas es muy apreciado y popular en la zona de Levante. Conocía bastantes datos que mencionas y, aunque sabía de sus tendencias ideológicas y de los coches ignoraba lo de Fuerza Nueva o lo del esoterismo y los ovnis. Que siga la travesía. Salud.
ResponderEliminarPues muchas gracias por su deferencia, mister Johnny. Este tipo de datos no suele ser necesario, porque el asunto de los manejos y las presiones discográficas estaban a la orden del día. Pero por su manera de ser Bruno era tal vez una víctima indefensa: otros supieron manejarse mucho mejor con el negocio, y el caso de Miguel Ríos es el más claro. Al final hizo lo que quiso.
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