martes, 17 de septiembre de 2013

España: la travesía del desierto (XXII)



Hoy nos toca seguir la pista de Vicente Castelló y Pascual Olivas, los dos antiguos compañeros de Bruno en los Milos. Su idea es seguir adelante sin él y buscar un sello discográfico donde las condiciones técnicas sean mejores que en Discophon, y tienen suerte: EMI, que parece acapararlo todo, los recluta para La Voz de su Amo. Pero Discophon les advierte de que es la propietaria oficial del nombre “Los Milos”, un hecho que hoy puede parecer extraño pero que en aquella época era muy frecuente (los músicos españoles, por lo general, solo eran dueños de sus propias vidas. Y aún eso podría discutirse). Así que Vicente decide que a partir de ahora se llamarán los Top-Son. 

Pero el lío no termina aquí: es entonces cuando nos enteramos de que los Milos habían dejado grabadas cuatro canciones para un quinto EP que no llegó a salir en Discophon porque ya habían fichado por EMI. Y a finales del 63 su nuevo sello publica ese disco bajo el nombre de los Top-Son… con una bonita portada donde vemos a los tres Milos. Curioso. No me extraña el cabreo de Bruno al volver de su primer viaje francés y encontrarse con los hechos consumados. Porque además de todo lo anterior resulta que ese disco, por mucho que figure el nuevo nombre en la portada, es sin duda alguna el mejor del difunto trío. Hay dos versiones: “La tierra”, una de las standards más populares de la década, y “Cien kilos de barro”, que no le iba a la zaga -y en ambas Bruno demuestra una gran progresión. Las otras dos son originales, compuestas por Pascual: “Recuerdo de verano”, un poco afectada, y “Twist a María Amparo”, que causó una revolución en Valencia y más allá. En teoría el gancho del disco era la versión de “La tierra” (que figuraba en letras mayores con el nombre de “Chariot”, su título en las versiones francesas), pero María Amparo ganó la partida hasta tal extremo que incluso el propio Bruno la incluyó en su repertorio. Aquí la tienen, con su entrada guitarrera en plan Batman. 


Y llegamos a 1964. Conviene publicar ya otro disco para aprovechar el rebufo del anterior; pero el ahora dúo no ha elegido aún sus nuevos acompañantes, así que en la portada de ese disco solo se les ve a ellos dos. En la grabación participan tres músicos adicionales, entre ellos el bajista José Escribá, que pronto será un miembro imprescindible de los Top-Son como arreglista. Este nuevo disco, casi de circunstancias, tiene una pieza original y tres versiones (el “Jersey azul” de Adamo, “Despeinada” de Palito Ortega y “Your baby’s gone surfin” de Duane Eddy) que ya habían sido hechas en España por varios intérpretes y que los Top-Son no superan. La nueva original, “Te encontré”, casi acústica y desangelada, no aporta mucho; por otra parte la voz de Vicente, que ha de luchar contra el espectro de Bruno, necesita más rodaje. Algo parecido pasa con el siguiente y último de ese año, aunque al menos ya tenemos definido un quinteto: junto a la confirmación de José Escribá entran Alberto Gómez en la batería y Miguel Herránz en los teclados. Hay otras tres versiones decentes y una pieza original, “Si vuelvo a jugar”, que no pasa de mediocre. Pero como curiosidad tal vez les interese la versión de “Lovesick blues” que popularizó Hank Williams y que ellos convierten en la única pieza instrumental de su carrera con el título de “Blues de añoranza”. Oyéndola, uno no puede evitar la idea de que tal vez les hubiera ido mejor siguiendo el ejemplo de los Relámpagos; es decir, prescindiendo de la voz, que para mí fue el punto débil de este grupo. 


Los Top-Son se han hecho más famosos por sus actuaciones que por sus discos; y eso está muy bien, pero por desgracia su fama no va mucho más allá de Levante, donde son unos verdaderos ídolos: al igual que Bruno en sus primeros tiempos, poca gente los conoce en Madrid, aunque llegaron a actuar allí más de una vez. Y en 1965 llega su último EP, al que los cronistas definen como el mejor pero que en realidad no es muy diferente a los anteriores: es el más vendido, lo cual no significa exactamente lo mismo. Y esas ventas son debidas a una sola canción, que se convierte en el santo y seña del grupo: una vez más la compañía discográfica yerra el tiro poniendo de gancho en la portada del disco “Me has cazado”, una versión anodina de “You really got me”, que no llega ni de lejos a la altura de otras que se han hecho en español. Pero el verdadero bombazo lo constituye “Viva la gente” (y no, no es esa que ustedes están pensando), una nueva pieza de Pascual, un tanto infantil aunque con tono “reivindicativo”, que se convierte casi en un himno por aquellos lares. Gustará o no, pero fue su canto del cisne. 


Tras este disco Pascual Olivas, la máquina pensante del grupo, decide marcharse en busca de emociones más fuertes: le han ofrecido un puesto en los Huracanes (nombre a recordar para el próximo quinquenio, ya que será uno de los orgullos de Valencia y en general de todos los españoles de bien). Y aunque las actuaciones van a buen ritmo durante lo que resta del año 65, pronto comienza un trasiego de músicos que preludia el fin: los Top-Son se disuelven poco después. Aunque con el paso del tiempo algunos de los miembros originales volvieron a las andadas: el circuito de la nostalgia los tiene aún hoy en nómina. 


12 comentarios:

  1. Corta andadura si,pero en constante evolución, trío, duo, quinteto... rock, twist, stroll... lo hacían todo bien y además en Español (no es que eso fuera mejor, pero muchos opinaban que el Rock debía cantarse en Inglés)), uno de los grandes combos de nuestro Levante, muy reconocidos y queridos (al igual que Bruno y los Milos, aunque no tanto en el resto de la península. También trabajaron mucho como grupo de acompañamiento, había que hacer de todo. Solo discrepo en una cosa, tal vez por que las conocí por ellos, su versión de "Jesey Azul" y "Despeinada" me parecen infinitamente superiores a muchas otras que conozco (incluyo a Palito Ortega y por poco a Adamo)...llameló reivindicación sentimental... Un saludo (esta vez he sido el primero, debe ser adicción)!

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    1. Eran buenos músicos, don Sebas, aunque mis reticencias vienen por el cantante. Comprendo que es imposible alcanzar la talla de Bruno, pero creo que Vicente haría mejor en dedicarse exclusivamente a la guitarra. Y ese lastre es el que me hace decir que muchas de sus versiones son un poco flojitas: en un grupo que tenía en las armonías casi la mitad de sus recursos, si eso falla vamos mal. En todo caso tenían madera, eso está claro.

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  2. Hola Rick,
    La verdad es que a esta banda no la tenía muy controlada,y los tres temas que has puesto me han gustado, mas que nada por que suenan auténticos, sin arreglos raros de estudio, muy de moda en aquellos .tiempos. Lo de siempre, cuanto talento desperdiciado por la manipulación de las discográficas, El twist de MariAmparo me parece genial, por la letra y su sonido, cuantos grupos americanos tocaban peor y cantaban bastante mal y ahora los idolatramos precisamente por esto, por la precariedad de su sonido que ningunos arreglos de estudio pueden superar.
    Desde luego vaya desierto el español, aunque otros paises tambien estaban enterrados en la arena.
    Corro a pillar sitio en la próxima duna que ya veo a Sebas corriendo hacia alli.
    Saludo

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    1. Muy buenas, don José.
      Es lógico que este grupo, como muchos otros de la zona, se nos hayan escapado a los que no vivíamos allí: las posibilidades de hacerse conocidos fuera de su zona eran muy remotas, a no ser que se tratase de primeras figuras. En cuanto a María Amparo, es de los mejores twist que se hicieron en aquella época, sin nada que envidiar a los foráneos, como usted muy bien dice. Pero en la época había mucho complejo de inferioridad (en parte con razón, claro), y de ahí al desprecio por todo lo que se hacía en casa. Por desgracia ese complejo no se ha borrado del todo, ya que aún sigue habiendo gente desinformada que ignora o quiere ignorar todo lo que tenbga que ver con aquella época. Mal hecho.
      Y otro saludo. Ah, y tranquilo, que hay dunas para todos.

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  3. Maria Amparo es todo un clásico y más para mí, aficionado como soy al twist. Me sorprende saber que no era de Bruno, aunque él la borda. El arranque de la canción, el club, la carraca vieja, esto es twist y nada más: no tiene desperdicio. El instrumental también se deja oír. Y sin arreglos orquestales, cosa de agradecer. El último tema es el más flojo, y es que el nuevo cantante pues quedaba un par de años luz por detrás del Bruno.

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    1. Totalmente de acuerdo, señor Chafardero: como le decía a don José, es de los mejores que se han hecho aquí, y era obligatoria su inclusión. Bruno la borda, en efecto, y quizá la única pena es que no saliese a nombre de los Milos, como debía haber sido. En realidad los Top-Son no superaron al trío anterior, o eso creo yo.

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  4. Mi conexión a Internet vacacional está agonizando, y las guifi de la zona son muy precarias: no puedo escuchar ninguna canción de las que propones. Sólo pude hacerlo unos segundos con el batman de Amparo, y tenía buena pinta.

    Ya haré los deberes el lunes.

    Salud.

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    1. No se preocupe, mister Pez: esto seguirá aquí. Ahora, que si va a "hacer los deberes el lunes", me temo que eso significa que se acabaron las vacances, ¿eh? Pues vaya, lo siento. Aunque un personaje tan activo como usted seguro que ya echa de menos el curro, y tal. Y no, no es una maldad: según dicen los sicólogos, de un tiempo a esta parte, ante la sensación de masacre laboral que estamos viviendo, los traumas postvacacionales han bajado mucho. O sea, que el personal casi da gracias por volver a la rutina. Espero que ese sea su caso: el que no se consuela es porque no quiere.

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  5. Hay que decirlo de una vez: tiene mucho más mérito dedicarle un rock, twist o no twist, a María Amparo o a Mari Carmen como el Dúo Dinámico, que hacérselo a Carol, Lucille, Peggy Sue o incluso Lolita del mismo dúo catalán. Valoremos la cuestión y pensemos que ese desierto del que tanto se habla es lógico y absolutamente normal cuando se trata de recorrer un territorio nuevo y más en un país sometido a una férrea dictadura. Me quedo con el instrumental con su toque surfero y lógicamente con el tema de Bruno Lomas donde una vez más da cuenta de su poderío rockero incluso más allá de su fuerza vocal.

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    1. Sí señor: María Amparo, Mari Pili, Mari Carmen y todas las Maris del mundo tienen tanto derecho a su propia canción como las guiris que usted cita, herr doktor. Pero vuelvo a lo que comentaba antes: hay mucho papanatismo con lo nacional, sobre todo en lo referente a aquella época, de la que algunos solo ven la caspa. En esto, como en otras muchas cosas, parece que todo lo que viene de fuera es maravilloso, y lo de aquí un churro. En cierto modo nos vendría muy bien un poco del chauvinismo francés (un poco, digo). Somos y hemos sido siempre unos acomplejados.

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  6. Una vez subsanados los problemas técnicos, totalmente ajenos a mi voluntad, ya he hecho los deberes.

    María Amparo, muy bien; la instrumental, no tanto; y, con respecto a la última, me imagino cómo se meterían en la vida de los jóvenes en esa época, con la iglesia católica tocando las gónadas continuamente.

    Muy bien el señor Lomas, pero coincido con alguien que dijo que el mejor solista de esa época era Miky; claro que eso va por gustos.

    Saúde.

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    1. Bienvenido a la rutina, señor Pez. Celebro que la haya gustado María Amparo (veo que hay unanimidad sobre esta pieza), y coincido con usted en que las otras dos son más flojas: Bruno es mucho Bruno.

      Luego ya la consideración sobre Micky va a gustos: probablemente su actitud, mucho más british que la de Bruno, lo hace un poco más cercano para los que no vivimos la época del rock and roll; y en ese sentido hay que reconocer que el valenciano podía parecer a veces un poco acartonado. Pero lo salvaba aquel torrente de voz que tenía, algo que en cambio escaseaba en Micky. Son dos estilos muy distintos, y me temo que la comparación resulta difícil.

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