Una vez que hemos despedido a los Pekenikes, el último grupo superviviente de la primera ola del pop español, vamos ahora con los solistas, los grandes beneficiarios por la reordenación del negocio que han hecho los sellos discográficos. Hoy nos toca recibir al más veterano de todos ellos: Miguel Ríos, que ya estaba presente mucho antes de esa reordenación. Es el único que trabaja a su nombre exclusivo desde el principio de su carrera, aunque en algunas ocasiones haya figurado junto a un grupo de acompañamiento (Los Relámpagos o los Sonor, por lo general). Comenzó la década de los 60 cantando twist y rock and roll, como casi todos sus contemporáneos; vino luego una época mediocre causada en parte por su sello, pero también por una falta de criterio claro en la elección del material, hasta que por fin su entrada en la factoría Hispavox en 1968 lo situó en una posición envidiable. Y ahí sigue, como el más popular de los “cantantes modernos” -es decir, jugando en un mercado distinto a Raphael, Julio Iglesias y similares.
El éxito mundial del “Himno a la alegría”, publicado en 1969 pero cuya estela dura casi dos años, significa la consagración definitiva de Miguel, que cuenta con el respaldo impagable de los dos grandes brujos de Hispavox: el productor Rafael Trabucchelli y el director musical Waldo de los Ríos. Seguramente las generaciones actuales no conozcan esos dos nombres, pero como ya dije alguna vez son lo más parecido que tuvimos en España a Phil Spector y su muro de sonido: la mayor parte de los grandes éxitos del sello son responsabilidad suya. En 1970 se publica el segundo Lp, titulado “Despierta”, que por supuesto incluye el himno de marras; no hay grandes diferencias con el anterior, salvo el hecho de que se va acentuado la tendencia hippie, un tanto soñadora, de nuestro amigo y los arreglos son un poco más alambicados (“ligeramente progresivos”, dicen algunos comentaristas). No es un mal disco, pero tal vez haya cierta dispersión de contenido: resulta un poco difícil casar una versión del legendario “Rock de la cárcel” -bastante descafeinada, por cierto- con piezas tan “elevadas” como la que da título al disco, o el propio himno. Y es una pena que una de las mejores canciones de Miguel no venga incluida: se trata de “Como el viento”, una nueva composición de Fernando Árbex que solo se publicó en single, que refleja perfectamente el nuevo espíritu del cantante y que es magnífica tanto por su melodía como por los arreglos. Junto a ella les presento a “Miss Mattos”, la que abre el Lp, es obra del propio Miguel y que, esta sí, es un buen rock al estilo del momento, muy de los años 70.
Nuestro amigo está viviendo una época de mucho ajetreo, ya que el himno lo lleva a actuar en varios países; entre ellos los States, donde aprovecha para ponerse al día y volver a España con nuevas ideas. En 1971 nos presenta “Unidos”, su nuevo disco grande, en el cual Miguel consigue que Hispavox afloje un poco sus exigencias de éxitos orquestales; lo cual significa que junto a piezas como la que da título al disco -un trasunto de la sintonía de Eurovisión, claramente diseñado para repetir el éxito anterior- hay otras en las que se le ve mucho más suelto y que en conjunto hacen que este sea probablemente el mejor disco de su carrera. De todos modos, a partir de ahora iremos viendo una tensión cada vez mayor entre él y la disquera, cuya mentalidad “industrial” no admite de buen grado la evolución de su artista (ni de cualquier otro que esté dándole dinero. Salvo muy escasas excepciones, la vida profesional de un músico de la época en España es una pelea continua con el sello que le haya tocado en suerte, que suele considerar a sus contratados como meros sirvientes). De todos modos su aportación como escritor de canciones -básicamente, traducciones de piezas extranjeras- va prosperando (aunque algunas de sus estrofas den un poco de sonrojo por su espíritu buenista), e incluso se atreve a cantar algunas piezas en inglés además de hacer una estupenda versión en tono vagamente góspel del “Here comes the sun”. Aun sin ser muy fan suyo, creo que este es un disco bastante digno teniendo en cuenta la media nacional, y estas son dos de mis preferidas:
El ajetreo sigue: en abril de 1972 se graba un disco en directo que consiste en una selección del repertorio correspondiente a la gira de ese año. La grabación tiene lugar en Madrid, en el Monumental Cinema, durante los tres días que tiene programados en ese local, y se publica bajo el título de “Conciertos de rock y amor”, que ya lo dice todo. En la cara A tenemos una selección de clásicas del rock and roll junto a dos piezas soul, mientras que en la B nos va acercando a sus últimas tendencias con una versión de “Cantares”, una concesión al folk (“Abraham, Martin y John”) o el repaso de algunos éxitos suyos recientes. En conjunto es un disco agradable, a pesar de que por momentos sus arengas cansan un poco. Mientras tanto su relación con Hispavox va a peor, ya que su trayectoria se aleja cada vez más de los arreglos orquestales y esa tendencia hippie no ayuda al negocio; la verdad es que su rendimiento económico es bastante discreto. Pero Miguel ni se inmuta: en 1974 llegará “Memorias de un ser humano”, que marca el final de su relación con ese sello. Se trata de una evolución bastante lógica sobre sus discos precedentes, con un sonido claramente progresivo, casi experimental, y un desarrollo de la temática hippie/pacifista que le inunda en esa época. El resultado es discutible: desde el punto de vista comercial no hay canciones con gancho, y las letras son de nuevo endebles; pero tanto el sonido como los arreglos resultan novedosos, interesantes. Por desgracia resulta que la pura música no es suficiente para tener buenas ventas, y al final pasó casi desapercibido. Así pues, su despedida de Hispavox resulta ser bastante discreta. Aunque… a ver qué les parecen estas dos canciones:
Su nuevo sello será Polydor; que demuestra tener mucha paciencia, porque en términos comerciales Miguel entra en una de las épocas más oscuras de su carrera: esa vocación tan progresiva como introspectiva lo convierte en un artista minoritario hasta finales de esta década, cuando volverá a recuperar protagonismo como “viejo rockero”. A partir de entonces, Miguel será un icono de los buenos viejos tiempos: es una posición tan respetable como cualquier otra, pero nosotros lo dejaremos aquí, con una selección de sus canciones más populares en la época juvenil.
Ya comenté en otra entrada dedicada a esta vieja gloria que a pesar de ser un tipo que me cae bien su música me deja indiferente. Quizás ese buenismo que apuntas tenga la culpa, que mucho rollo roquero y en el fondo es un blandengue, y en esto del rock o tienes un poco de garra o te dedicas a otra cosa. Los temas que nos ofertas apañados, sin más.
ResponderEliminarSí, posiblemente resulte un poco blandengue para rockero, y tal vez por eso las épocas que más me interesan de él sean justo las que van por otros caminos. Tal vez lo más destacable en él, con el paso de los años, sea su voluntad de aguante, que pocos tuvieron.
EliminarHola Rick:
ResponderEliminarAun sin ser muy seguidor suyo, creo es el "MUSICO" mas emblemático de toda la movida musical española, se ha movido por los tiempos con total solvencia y se ha ido adaptando a ellos pero siempre manteniendo su personalidad.
Siempre le he tenido mucho respeto y admiración y "Memorias de un ser humano" es un disco que me encanta.
Un saludo
Jose
Creo que más o menos vamos todos por la misma línea, José: no es el preferido de nadie, pero tiene épocas relativamente interesantes; y sí, "Memorias de un ser humano" es de lo mejor de su carrera. No se puede ser muy exigente con los músicos españoles de por entonces, y como dije arriba hay que tener en cuenta el nivel medio de lo que se grababa aquí para comprender el verdadero valor de los discos como ese.
EliminarSaludos primaverales.
Más o menos digo lo mismo que Chafardero y Jose. Me cae bien, nunca muy seguidor suyo, lo admiro y respeto por defender su carrera musical en un país como este ...
ResponderEliminarNo conocía esos dos último temas; muy curiosos. Es cierto que las letras, a veces no parecen muy defendibles. Creo que lo has "defendido" muy bien en este post; se merece ese lugar que se ha ganado a pulso en la historia del rock hispano.
Greacias por el regalito.
Saludosssssssssss
Exactamente, Bab: en un país como este no se puede pedir mucho. Y aunque las letras puedan resultar un tanto patéticas, los arreglos musicales son bastante decentes.
EliminarEspero que hayas descubierto alguna sorpresa más en el paquetillo.
Pues me pasa como a mis ilustres antecesores comentaristas, me cae bien pero su música ni fu ni fa. Creo además que siempre estuvo sobrevalorado. Magnífico post, como siempre. Abrazos.
ResponderEliminarEs cierto que probablemente estuvo (y está) sobrevalorado, aunque yo creo que se debe a la cantidad de años que ha conseguido mantenerse: parece que la supervivencia puntúa. Pero en fin, su época en los primeros setenta me parece bastante defendible.
EliminarGracias por el paseo.
Después de leer este estupendo post sobre Miguel Rios, mi opinión sobre él ha cambiado radicalmente. Me explico: Nunca fui un gran admirador de Miguel, tal vez por eso de las comparaciones con lo de fuera a las que los españoles éramos muy dados y ya se ha comentado en varias ocasiones en esta casa.
ResponderEliminarNunca me preocupé de investigar su carrera desde el principio, por que lo tenía infravalorado e incluso menospreciado, pero hoy me dado cuenta de que había vida antes del Rock & Rios y los temas que he escuchado en esta entrada me han abierto los ojos y descubierto a un Miguel Rios completamente desconocido para mi.
Creeme amigo Rick si te digo que me he llevado una sorpresa muy agradable.
Sin duda se merece su lugar en la historia.
Gracias por abrirme los ojos.
Un saludo.
Antoni
Vaya, Antoni. La verdad es que cuando escribí esta entrada no pensaba que fuese a "impresionar" mucho a nadie, ya que como ves la opinión general es bastante tibia: hay que hablar de él porque forma parte de la Historia y eso no lo discute nadie, pero no causa grandes amores. Pero si a ti te ha descubierto facetas inesperadas, pues me alegro.
EliminarEspero que disfrutes el paquetillo, entonces. Y gracias a ti.