La enorme vitalidad que suele caracterizar a los primeros tiempos de cada generación artística hace que todo vaya muy rápido, y en el mundo punk ya a mediados del 77 surgieron los primeros músicos que trataban de buscar una evolución en su estilo con ingredientes de varios tipos. En poco tiempo se hizo popular el término "afterpunk" para definir a esa segunda hornada, cuyo nivel creativo y técnico ya es superior al de los precursores. Pero esa etiqueta es de transición y no dura mucho, puesto que antes de que termine la década ya quedan establecidas las dos tendencias básicas en las que desemboca el punk y que marcan gran parte de los años 80: siniestros y góticos. Y lo más admirable del asunto es que una sola persona es quien protagoniza la primera referencia en ambos estilos (antes que los Damned, por ejemplo). Se trata de nuestra admirada Susan Ballion, Siouxsie para los fans, que hoy vuelve a visitarnos ya en su papel de estrella aunque solo haya publicado dos discos grandes hasta este momento.
Los personajes como ella, de infancia solitaria y bastante reconcentrada, si tienen talento suelen despuntar también por su voluntad: Siouxsie decidió muy joven que su devoción por el rock (sobre todo en su vertiente glam) sería el motor que daría sentido a su vida. Y desde el momento en que se plantó en un escenario, con un grupo detrás, ya no hubo forma de bajarla de allí. Su pertenencia al grupo de seguidores de los Pistols conocido como "el contingente de Bromley" la hizo popular inmediatamente, gracias a su carácter y, por qué no decirlo, a su imaginativo fondo de armario. Pero muy pronto se desligó de ellos para crear su propia banda, apoyada por el bajista Steven Severin, y antes de finalizar la década ya se había consagrado con solamente dos discos: "The scream", el primero, se publica a finales de 1978 y es una de esas obras sobresalientes que llevan al punk a una nueva categoría, mucho más sofisticada; "Join hands", el siguiente, ya está definiendo un nuevo camino con su sonido más denso, oscuro, que comienza a marcar las directrices de la "onda siniestra". Así que, llegados a esta nueva decada, Siouxsie y sus Banshees son una de las ofertas más interesantes de la modernidad isleña.
Tras la entrada del batería Peter Clarke (Budgie), la base rítmica de los Banshees permanecerá inalterable hasta la desaparición del grupo; su nuevo guitarrista para los próximos tres años es John McGeoch, ex Magazine y por lo tanto de calidad contrastada. Entre los tres (con apoyos ocasionales para las grabaciones) crean un punto de apoyo muy sólido para desarrollar las ideas de Siouxsie, cuya capacidad creativa le basta para ser casi en exclusiva quien aporta el material en bruto, tanto musical como literario. Y esa capacidad vuelve a demostrarse en verano de 1980 con "Kaleidoscope", un tercer disco que de nuevo sorprende a la clientela porque, aun manteniendo un tono oscuro, se podría considerar como una especie de art rock posmoderno, muy imaginativo, que lo convierte en una de las obras cumbres de su discografía. Para empezar, la elección de Nigel Gray como productor es un acierto: Gray es el creador del sonido de Police en sus tres primeros discos, y con los Banshees consigue una brillantez matizada que le da un nuevo tono rebajando esa densidad extrema que a veces resultaba un poco agobiante, sobre todo en el disco anterior. De ese modo adquieren más relevancia algunas piezas que se salen de los criterios comunes como "Red light", con ese "acompañamiento rítmico" casi hipnótico que produce una máquina fotográfica al ser accionada repetidamente, con unos arreglos electrónicos que realzan también a "Tenant" o "Lunar camel", por ejemplo. Pero hay también canciones de vago tono poppie como "Happy house" o "Christine", dos éxitos en single, muy vigorosa la primera, y con efluvios acústicos y psicodélicos la segunda; o esa transición siniestro/gótica en "Desert kisses", o la supuestamente rockera "Trophy". Imagino que también se debe a Gray (en parte) ese salto de calidad que demuestran tanto Budgie como Severin, porque a partir de ahora son dos músicos con una impresionante variedad de recursos; de McGeoch no es necesario decir nada nuevo, puesto que su trabajo en Magazine ya era sobresaliente. En resumen, una obra cumbre en la carrera del grupo y su mayor éxito de ventas.
Un año después vuelven a demostrar la fortaleza de su posición con "Juju", que en algunos aspectos desarrolla los esquemas básicos del anterior, pero dándoles una nueva perspectiva. Por otra parte hay una mayor implicación de todo el grupo, que compone la parte musical en su conjunto y participa en la producción, de nuevo junto a Gray. Y la idea de "disco conceptual" que se deja caer por algunas conexiones entre las letras afecta también al sonido, que siendo muy variado guarda sin embargo un cierto espíritu de unidad. Ese resultado se consigue, digamos, con una mayor "economía de medios", ya que aquí no hay teclados; en ese sentido, se podría decir que "Juju" es más clásico, más cercano a los primeros tiempos del grupo. Sin embargo sigue habiendo una gran riqueza de matices porque el papel de McGeoch y su guitarra adquiere una relevancia "global": usando varios tipos de pedales y tonos, consigue una insospechada cantidad de texturas que hacen innecesario recurrir a los arreglos electrónicos, tal vez pensando en la exigencia del directo. Por último, esa portada sugiere una cierta atmósfera de exotismo, que se alcanza especialmente en la cara A con piezas como "Arabian nights" (el título ya casi lo da hecho), el vigoroso remolino de "Spellbound" o ese sorprendente "maridaje" entre una percusión cercana al tribalismo y la guitarra de sonido inverosímil en "Into the light"... aunque se cierre con la rockera "Monitor", un perla post punk; la cara B, más eléctrica y cercana al ambiente siniestro, contiene nuevas clásicas del grupo como "Sin in my heart" o la casi épica "Night shift". Fue otro éxito de ventas, claro. En conjunto, yo no sabría elegir entre este disco o el anterior; pero no hay duda de que es otra de las cumbres en la historia del art rock, guía e influencia para muchos músicos de la generación contemporánea y siguiente a ellos, no solo góticos o siniestros: desde los Smiths hasta Radiohead o los Peppers lo citan como uno de sus mayores descubrimientos. Aunque ninguno de ellos haya conseguido nunca llegar a estas alturas, al menos demuestran buen gusto.
Por lo tanto, en vista de que Siouxsie y sus colegas demuestran un estado de forma envidiable, y de que el concepto "siniestro" o "gótico" son únicamente un par de etiquetas que ni de lejos engloban una repertorio tan florido como el suyo en esos momentos, forzosamente han de volver a deleitarnos con una nueva visita en el próximo bienio. Mientras tanto, aquí nos dejan uno de esos singles que no consideran necesario incluir en un Lp, porque no cuadra mucho con el tono general y porque, como les pasaba a los Jam, van sobrados y se lo pueden permitir: "Israel", concebida como canción para publicar en la Navidad del 80, de letra triste como mandan los cánones ("Pequeños huérfanos en la nieve, sin lugar alguno al que llamar "hogar", comienzan su canto..."), con breve intervención de coros que parecen de ultratumba, creando en definitiva una especie de marcha eclesial siniestra que resulta ser una de sus canciones más representativas.
Agradecido por la primicia de "Israel", no la conocía. Mira que pegaron fuerte esta banda por aquí, tanto por su música como por su imagen, hicieron estragos entre buena parte de las tribus urbanas más enrolladas de la época (doy fe después de haber asistido a un par de conciertos suyos en Rock Ola). Llegúe a ellos con su "Juju" y les seguí hasta la aventura conjunta de Siouxsie y Budgie en The Creatures. Sin duda, una de las grandes formaciones de toda la década ochentera.
ResponderEliminarNota: he asistido muy recientemente a un concierto de una banda (relativamente nueva) llamada Fat White Family y me parecía estar escuchando de nuevo a Siouxsie y los suyos.
Saludos,
Irreprochable grupo, pionera y pioneros con un sonido que te atrapa desde el primer segundo. Lástima que fueran más pasajeros de lo necesario aunque supieron crear una escuela de la que aún vivimos.
ResponderEliminarHe tenido problemas para poner los audios desde la propia página.
Hola Rick:
ResponderEliminarPues un gran grupo.con mucha frescura y que aglutinaba bastantes estilos, pero con su estilo propio.
La zagala llenó el hueco de diosa del rock que dejó bacante la Janis años ha, y que ninguna mujer se atrevió a suceder.
Mis amigas jipis eran de la Janis y las punkis de Siouxie, de otras tribus no tenía amigas, bueno si, de las jevis, pero en este estilo no estaba muy claro quien era la reina.
Otros para el "Olimpo".
Saludotes
Jose
Pues a mí me sigue pareciendo una música muy oscura con la que no conecto, independientemente de su calidad. En su día me molaron, pero ha llovido mucho.
ResponderEliminarMe han encantado los dos álbumes. En una primera escucha, sobre todo 'Israel', 'Trophy' y los temas que abren los discos: Happy house y Spellbound. Pero todas suenan muy bien.
ResponderEliminarEn un principio me había quedado con el primero "The scream". Pero luego he ido repasando canciones sueltas de otros discos y uno se tiene que rendir ante este grupo. Tienen muchos recursos. No se quedaron anclados. Siguieron su camino con brillantez. En mi opinión, claro.
ResponderEliminarSaludosssssssssss
Saludos, señor Rick. Espero que vaya todo bien.
ResponderEliminarDe Siouxsie me gustaban principalmente canciones sueltas o su fabuloso directo Nocturne, pero ya era una cuestión de gustos porque les reconozco una importancia fundamental. Sus 3 primeros discos The Scream, Join Hands y Kaleidoscope estaban bien pero creo que el clarísimo gran álbum de Siouxsie fue "Juju" con ese toque conceptual y esa apertura. Con él se podría decir que comenzó el término gótico. Saludos.
ResponderEliminarHola Rick:
ResponderEliminarHacia tiempo que no pasaba por esta casa, pero parece que todo vuelve a la normalidad dentro de nuestro encierro, claro.
He escuchado los discos por encima, ya que sólo conocía a Siouxie por el nombre. Tengo que decir que esta música en sus días de esplendor no la seguía mucho, sólo lo que escuchaba por ahí de forma inconsciente, alguna canción suelta.
Bueno, pues la experiencia no ha estado mál,este sonido oscuro neo punk es más digerible que el punk primitivo y salvaje, creó escuela y hoy en día suena muy bien, y bastante atemporal a pesar de haber transcurrido cuarenta años.
Saludos.
Antoni
hola Rick, hoy se cumplen 3 meses de tu ultima entrada ¿desapareciste camino a Casablanca? volveras?
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