jueves, 14 de enero de 2021

Estados Unidos: los primeros 80's (I)

En lo que se refiere a la música popular, el tránsito puramente numérico de una década a otra no suele significar gran cosa: el conjunto de cambios que se está viviendo cuando terminan los 70 ya había comenzado a perfilarse casi cinco años antes, y es en el trienio 76/78 cuando en realidad quedan definidas las corrientes principales que han de mantenerse como mínimo durante otros cinco años. Por lo tanto, en 1980 el panorama en Estados Unidos no es muy distinto al que se ve en Europa: la new wave y el post punk son la base de la mayor parte de la oferta. Hay algunas diferencias, especialmente en el sector del pop electrónico, que nunca ha sido muy del gusto yanki (con alegres excepciones como los Devo, por ejemplo), y por supuesto ese amaneramiento de los nuevos románticos isleños no suele tener cabida aquí; pero por lo demás no hay grandes diferencias. 

Otra cosa es hasta dónde llegan los ecos de la modernidad. El enorme tamaño del país, que implica una notable diferencia de pensamiento entre las grandes ciudades como Nueva York o Los Angeles y los estados del sudeste o el interior, hace que se mantenga una impermeabilidad muy marcada en esas zonas. En otras palabras: los grupos modernos, salvo los más populares y cercanos al rock tradicional, no suelen tener muchos seguidores en el interior del país (por simplificar un poco la situación). Como es lógico, los estilos más tradicionales siguen y seguirán siendo protagonistas en la evolución musical yanki, del mismo modo que en la Isla el folk no morirá nunca. Pero mientras que allá hay que esperar unos años para que ese estilo comience a recuperar su protagonismo, en Estados Unidos ya está surgiendo un sentimiento de, digamos, "autoafirmación nacional" que muy pronto se refleja en varios grupos inspirados directamente en las bandas de los años 60. Las influencias van desde el country rock -Byrds son una referencia inevitable- hasta el rock ácido, y en algunos casos con el enfoque post punk que los yankis "recrean" como hardcore (en mayor o menor grado). En poco tiempo nacerán etiquetas como "Paisley Undergound" y algunas más, todas integradas en lo que será la primera ola del Nuevo Rock Americano. 

Esa radical diferencia de carácter entre la Isla y Estados Unidos se ha mantenido desde los tiempos del rock and roll: los británicos recurren con frecuencia a la escuela yanki para actualizarse y luego venden el resultado a sus propios maestros, a los que con frecuencia superan. Pero luego los yankis, una vez que han asimilado los avances de sus alumnos, vuelven a sus raíces y se reinventan. En consecuencia era lógico pensar que con el camino que estaba emprendiendo la música británica, tan autosuficiente, tan ajena a la tradición, tan fugaz, nada podían sacar en limpio de ella. Conviene recordar de vez en cuando que esa diferencia de carácter se resume perfectamente en la actitud de dos grupos que en teoría militan en el mismo bando pero que no se parecen en nada: los Ramones y los Pistols. Mientras los yankis se declaran fans del duduá, el sonido Spector (que llegará a ser su productor), el rock and roll tradicional e incluso la Motown, los isleños aborrecen todo eso: como mucho aceptan algunos grupos de Detroit o Nueva York, algunos detalles del glam y nada más. El resto, a la hoguera.

Y por último conviene fijarse en la evolución de la clientela, ya que el sector de aficionados que abandonó la adolescencia y anda a caballo entre los veinte y los treinta años comienza a desengancharse de la actualidad, que les resulta cansina. Parece evidente que ya no habrá grandes cambios a partir de ahora, que la inventiva musical está agotándose y ya solo quedan los "neos", es decir, los estilos ya conocidos que se irán actualizando cada poco tiempo. Pero se percibe una situación muy curiosa: mientras los hermanos mayores, los que andan ahora entre los treinta y los cuarenta años, se sofisticaron hasta llegar al jazz rock o la música sinfónica, estos irán hacia atrás en su mayoría. Esa regresión los llevará hacia el garaje, la psicodelia, el freakbeat y en general todas esas arcadias que por la edad no tuvieron tiempo a disfrutar plenamente en su momento; de hecho, el sector de los recopilatorios de ese tipo de músicas comienza a ocupar cada vez más sitio en las tiendas de discos.  Convendría aquí la presencia de un psicólogo: ¿qué me pasa, doctor?, ¿es que no quiero crecer? 

Pero de momento los integrantes de esa generación, entre los que me incluyo, todavía mantenemos un cierto interés por las novedades, aunque ya muy filtradas: no esperen ver aquí a los grupos hardcore, o el heavy metal con músicos de pelos cardados. Ese tipo de ofertas ya no es para nosotros. Cada vez seremos más furiosamente subjetivos.

14 comentarios:

  1. Es obvia la subjetividad porque estás escribiendo de pop blanco de vanguardia que en esos años está en cierto período de invernación, pero no debemos olvidar que es la época de la eclosión del hip hop,y por lo tanto los negros adoptan y desarrollan un nuevo lenguaje musical y se alejan del pop británico. También es tiempo donde la música caribeña, el reggae, ska etc... alcanza mucho protagonismo y como no de las experiencias de mestizaje tipo Steely Dan y otros grupos de jazz fusión o smooth, funk etc.
    Yo creo que lo mejor de aquellos años es que nuevas músicas se incorporaron el rígido corsé del pop blanco tradicional más allá del punk y el postpunk.

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    1. Por supuesto, herr doktor: la subjetividad es lo que cualquier aficionado a un arte se va ganando después de muchos años de devoción a dicho arte. Con el paso del tiempo nuestro carácter se va asimilando a ciertos tipos de música antes que a otros, y comienza la criba.

      Otra cosa es que esos tipos puedan ser muy variados: no soporto el hip hop, pero cada vez me interesa más la música africana, por poner dos ejemplos.

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  2. Recuerdo, a bote pronto, esa época de los 80, en lo que se refiere a su escenario específicamente americano, como el de la eclosión del llamado Nuevo Rock Americano, tú lo has mencionado en esta brillante introducción. A pesar de lo injustamente denostada que fue aquella década, no fue ese ejemplo del NRA moco de pavo, al contrario, contribuyó mucho y bien a definir musicalmente esos momentos. Y aunque no fuera americano (y llevara ya desde la década anterior publicando su catálogo), recuerdo también la importancia de un sello como ECM que, durante la década de esos 80, siguió dándonos a conocer a los mejores artistas e intérpretes del jazz-fusion americano.
    Saludos,

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    1. El Nuevo Rock Americano es, por decirlo así, la respuesta yanki a la deriva en la que se metió la Isla a partir del 82/83. Y creo que les salió muy bien, al menos en los primeros años; luego ya fue una saturación de bandas fotocopiadas unas de otras, pero eso era de esperar porque ha pasado siempre con todos los estilos.

      ECM es otro mundo, claro, pero al igual que Blue Note y alguna más que no recuerdo llegaron a popularizar bastante un género en el que a algunos siempre nos ha costado entrar pero que al menos conocemos por encima gracias a la enorme popularidad que tuvieron en los 80, precisamente.

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  3. Se agradece que te saltes el heavy, yo nunca pude con él. Como bien apuntas, no viví el garaje o el duduá y son estilos que me gustan mucho, quizás porque musicalmente idealizo esas épocas, y otros géneros que me tocaron generacionalmente hoy me tienen aburrido.

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    1. "Idealizar" es un verbo que tal vez define con bastante exactitud lo que nos pasa. Sin embargo, y al revés que en otros tipos de idealización, en los que se idolatra algo que no se conoce bien (o precisamente por eso), en este caso sabemos muy bien lo que idealizamos. Incluso dejando aparte la época y centrándonos exclusivamente en la música. Así que... ande yo caliente y ríase la gente.

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  4. Segunda vez que me leo esta entrada. Muy interesante. Cuando has hablado del 78 como hito real del cambio, superando esquemas cronológicos convencionales, uno puede pensar en 1914 como inicio del siglo XX o, más cercano aún: Enero de 2021 como extensión de 2020, Febrero de 2021 como extensión de 2020... Y espero que la broma no se alargue mucho.

    Tengo curiosidad por esta nueva serie de entradas. Del hardcore de la época, que mencionas, me gustan temas sueltos de Bad Brains, sin que la trayectoria del grupo llegue a interesarme demasiado. Y, de lo poco que sé, suscribo el comentario del Doctor acerca de la relevancia de ese nuevo lenguaje musical callejero de músicos negros en fusiones distintas, que luego cristalizarían en géneros comerciales que llevan varias décadas siendo muy populares, como el hip hop, que más que género es toda una subcultura. No es lo mío tampoco. En cualquier caso, sobra decir que no solo me parece muy respetable, sino muy lógico, que te centres en aquella música que te interesaba más de aquellos años. Lo contrario sería un blog aséptico y poco personal.

    Lo que sí rechazo (por mucho que lo digas de coña, como autoafirmación) es el término 'regresión' asociado a esa querencia generacional que comentas. La pregunta te ha quedado muy en la onda de esa canción de Quadrophenia: 'Can you see the real me, doctor...?'

    Muy buena esa imagen de cabecera, por cierto. 1980 fue el año de 'El imperio contraataca' y yo amo esa trilogía original. Ni George Lucas ni Disney han conseguido apagar su brillo a pesar de todo el pesado merchandising y todas las películas que han ido sacando para explotar la gallina, parece que con la intención de que odiemos la franquicia.

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    1. El ejemplo que citas sobre 1914 es exactamente la cuestión. Las exactitudes matemáticas no van con la Historia, está claro.

      Esta serie de entradas reflejará, como no puede ser de otro modo, el comienzo de una lenta decadencia que, entre otros aspectos, se ejemplifica en la radicalización: del mismo modo que el rock se endurecerá hasta extremos insospechados (tanto en Estados Unidos como en la Isla), del mismo modo que el proceso de idiotización del pop se hace imparable. Los yankis hacen muy bien volviendo a sus raíces, aunque a mí el Nuevo Rock Americano me acabe cansando un poco porque yo soy anglófilo. Pero si miro hacia la Isla me echo a temblar viendo el camino que lleva.

      Y bueno, tal vez "regresión" no sea el término más apropiado, pero en mi contestación a Chafardero he tratado de resumir el sentimiento. Y hasta el Imperio forma ya parte del imaginario colectivo de los de nuestra quinta... y las siguientes, por supuesto.

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  5. Me apunto lo que comentas y adelantas: «Pero de momento los integrantes de esa generación, entre los que me incluyo, todavía mantenemos un cierto interés por las novedades, aunque ya muy filtradas: no esperen ver aquí a los grupos hardcore, o el heavy metal con músicos de pelos cardados. Ese tipo de ofertas ya no es para nosotros. Cada vez seremos más furiosamente subjetivos».
    Veremos quien desfila por estas páginas. Seguro que hay más de uno que no conocí a fondo en su momento y que merecerá la pena descubrirlo aquí.
    Saludos.

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    1. Creo que nos pasaba lo mismo, ¿eh, Bab? Con más o menos intensidad, cada día que pasa nos vamos replegando sobre nuestros gustos de los años 60 y 70... al mismo tiempo que buscamos en otros estilos lejanos ese deleite con las sorpresas que todo buen aficionado busca.

      Saludos mil.

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  6. ¡Ramones, Ramo9nes, Ramones!

    Saludos

    Jose

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  7. Lo siento, pero los Ramones ya pasaron por este bar, ¿recuerdas? Los tuvimos aquí a finales de la década de los 70, que es cuando comenzaron su particular conquista del mundo. Puedes darle un repoaso a aquella entrada, en la que tu comentario era igual de apasionado que este. Se te nota la afición, sí señor.

    Saludos mil...

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  8. Pero... ¿esto que es?
    No sabía yo que los grupos no repetían en este garito.
    Ojito, que igual sublevo a los parroquianos y montamos un pollo repollo y te destrozamos el local y damos un "golpe de blog".
    Avisado quedas
    La triple R

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  9. Sí es verdad que algunos músicos repiten: hoy vienen los Talking Heads, por ejemplo. Pero, para que estas series no se hagan interminables, procuro limitar mucho el aforo y solo dejo que repitan aquellos que tengan una evolución clara, que vayan cambiando sus estilos con el tiempo y de esa manera resulten más atractivos.

    Los Ramones, con todos los respetos, van a tiro fijo: tienen su estilo y de ahí no se mueven. Lo cual me parece muy bien, pero me deja a mí sin nada nuevo que decir. Y entonces, si repitiesen todo ese tipo de grupos "estáticos"también, no acabaríamos nunca. Qué le vamos a hacer.

    En fon, tendré que instalar una alarma en el local...

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