lunes, 15 de febrero de 2021

Estados Unidos: los primeros 80's (VI)

Después de que hayan pasado por aquí unos cuantos nombres ya establecidos, hoy comienzan a llegar los "nuevos valores", como se decía antes. Y de entre ellos los primeros serán los Cramps, cuyos inicios a mediados de la década anterior los hacen contemporáneos de toda esa gente que nos ha visitado hasta ahora. Aunque su consolidación fue más lenta, como suele pasar con los músicos revivalistas: por lo general la masa de aficionados busca sonidos nuevos, y salvo que se tengan rasgos de genialidad les espera mucho tiempo de trabajo hasta llegar a conseguir un puesto en el negocio. Los Cramps, aunque proceden de California y durante un tiempo anduvieron por Ohio, no empiezan a hacerse relativamente conocidos hasta llegar a Nueva York. Como ustedes saben, en esa ciudad los locales más concurridos por entonces son del tipo CBGB o Max's Kansas City, y allí compartieron cartel con todas las luminarias modernillas. Pero también con músicos que, como ellos, trataban de actualizar los géneros del pasado: Ramones, Stray Cats, Robert Gordon... Los Ramones lo consiguieron pronto porque su mezcla de rock and roll, garaje, melodías Spector y estética callejera era imbatible; pero aunque tanto ellos como los demás se revestían de un envoltorio punky para estar al día, todos los que se inclinaban al rockabilly lo tuvieron más crudo: los Stray Cats solo triunfaron cuando se fueron a la Isla, y Gordon nunca pasó de ser un personaje de segunda fila. El rockabilly no es un género de masas, ni antes ni ahora. 

Sin embargo la propuesta de los Cramps era imaginativa, porque al estilo tradicional le añadieron unos cuantos ingredientes también añejos pero que hasta la fecha no se habían mezclado: desde el tono afilado pero ardiente de las guitarras, al estilo de Link Wray y sus herederos "surfistas", hasta el gusto por la estética y la temática truculenta, vampírica, marciana de la serie B que estaba de moda en las películas de veinte años antes, pasando por el estilo garajero actualizado a través del punk y mucha provocación escénica de tono sexual con pinceladas glam, todo ello servido por una de las parejas artísticas más longevas del negocio, que además eran matrimonio: Lux Interior (Eric Purkhiser), el cantante frontman perfecto para este tipo de aventuras, y la no menos meritoria Poison Ivy (Kristy Wallace), guitarra solista y bajo cuando sea necesario. Ambos son además los compositores de la mayor parte de su repertorio propio (en el que hay muchas versiones "personalizadas"). Y junto a ellos han estado siempre acompañantes que supieron estar a la altura, aunque por supuesto son ellos dos el eje central de la escena. En suma, tenemos hoy en el bar a las primeras grandes figuras de lo que pronto será conocido como "psychobilly". 

Su primer disco grande, con el título de "Songs the Lord taught us", llega a principios de 1980; hasta ese momento su única producción consiste en dos singles publicados dos años antes, reeditados luego en un Ep. Todas esas grabaciones son producidas por Alex Chilton, que tras su época en los Box Tops y luego Big Star alterna ahora su trabajo en pequeñas bandas con un creciente interés en los estilos revival (pronto lo veremos junto a Tav Falco). Por entonces la pareja está acompañada por el segundo guitarrista Bryan Gregory, cuya imagen va a juego con ellos, y el batería Nick Knox, más discreto. La apertura con "TV set" es un buen resumen de cuáles son sus referencias; pero por si hay alguna duda nos encontramos con el "Strychnine" de los Sonics, que también podría sintetizarlas perfectamente. En conjunto es un disco muy dinámico, muy fresco y vitalista, que agrada incluso a los que no somos muy fans de este tipo de estilos y que llegó a lo más alto de las listas independientes. Ese concepto, "independiente", les acompañará durante toda su carrera, a pesar de hitos notables como el de haber hecho su primera gira europea como teloneros de los mismísimos Police: en una época en la que esa palabra tenía algún sentido, podría ser equivalente a "de culto". Es decir, que la crítica chic te pone por las nubles pero tus discos se venden poco y dependes del directo. 

Poco después se produce el primer cambio notable en la formación del grupo, ya que Gregory, un yonki notorio, desaparece tras una actuación llevándose la furgoneta con el equipo; de momento lo sustituye el muy solvente Kid "Congo" Powers tras su breve paso por los Gun Club. En 1981 llega el segundo disco, "Psychedelic jungle", producido por ellos mismos, que contiene mitad originales y mitad versiones. Nunca les ha gustado el trabajo excesivo en estudio, y se nota: las canciones suenan más cercanas, más simples y por eso mismo más directas que en el disco anterior, aun siendo una clara continuación del estilo. Es probablemente un disco más "natural" que el primero (recuerden, hablamos de los Camps), y es el preferido de buena parte de sus fans. Los que no lo somos tanto preferimos sin embargo el tercero, que se publicará en 1986 tras nuevos cambios en el puesto de segundo guitarrista (por entonces no hay uno fijo) y algunos conflictos con Stewart Copeland, manager de IRS, el sello donde grabaron sus dos primeros discos. Ahora graban en el británico Big Beat, y por unas razones u otras "A date with Elvis", que así se llama su nueva obra, no será publicado en los States hasta varios años después. Como era de esperar, estamos ante otra banda que por momentos fue más popular en Europa que en su propio país. 

Pero a lo que íbamos: ese nuevo disco, con una producción más pulida y mayor diversidad de estilos, inicia la época en la que los Cramps estuvieron más cerca de ser un grupo de mayorías, una época que continúa con "Stay sick!" en 1990 y que terminará poco después. En cualquier caso los años 80, especialmente su segundo quinquenio, fueron su momento de más popularidad aunque muchos fans recalcitrantes no vieran esos dos discos con buenos ojos. Y a partir de ahí mantuvieron su estatus publicando de vez en cuando y haciendo giras continuas hasta la muerte de Lux en 2009. Como los Ramones, los Stray Cats y en general todas las bandas revival, esa actualización de estilos los hace atractivos a las nuevas generaciones, que en muchos casos se basan en ellos para seguir evolucionando. Su valor "educativo" es incuestionable.







12 comentarios:

  1. A mí me encantan los tres primeros, aunque quizá mi favorito sea su debut. El secreto de los Cramps está, en mi opinión, en que la mirada al pasado se hace con originalidad, sin ser un calco de lo pretérito y sin abandonar la inmediatez del primer rock and roll. Tuve la suerte de verles unas de esas giras continuas que comentas, un concierto apoteósico en 1998 en el que actuaron después de unos Motörhead también formidables. Para la historia.

    Un abrazo.

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    1. A mí me gustó mucho el primero por la novedad, y luego los dos últimos que cito, entrte el 86 y el 90. Y estamos de acuerdo en lo de la originalidad. En eso superaron a los Stray Cats, por ejemplo, pero ya ves: fueron mucho más populares los Cats aunque durasen mucho menos. La gente, está claro, no quiere muchas "aventuras".

      Saludos mil.

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  2. Empecé con su "A date with Elvis" (yo lo tengo en la edición francesa de New Rose) y me gustaron desde el principio. Ese personalísimo descaro suyo al mezclar estilos diferentes, esa imagen en la que juega también la parafernalia provocativa y medio cabaretera, el gancho de sus letras insinuantes ("What´s inside a girl" / "Can your pussy do the dog"...), todo jugó a su favor para crear un pequeño terremoto del que muchos nos seguimos alimentando a día de hoy. Resumiendo, una grandísima banda.
    Saludos,

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    1. El de Elvis fue el primero que comenzó a escucharse con relativa frecuencia en España, aunque los del Ruta 66 llevaban ya años poniéndolos por las nubes. Y desde luego esa mezcla provocativa, en todos los terrenos, los hizo imprescindibles para mucha gente. Tienen la grandeza tal vez de unos Ramones pero a otra escala.

      Saludos mil.

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  3. No soy un experto en The Cramps, pero las veces que me he topado con ellos me resultaron muy atractivos por ese mezcla de humor macabro y ese toque fronterizo guitarrero. Representan una continuación postmoderna de aquella tradición de Big Booper, Sam the Sham the Pharaos, The Champs con los que casi coinciden en el nombre etc...

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    1. Es eso, la mezcla de un rockabilly muiy vitaminado, con muchos ingredientes, más su arrsadora puesta en escena. Para la época, aquello fue un shock comparable, en otros términos a lo que había sido el glam años antes.

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  4. Yo los descubrí a mediados de los ochenta, una vez que me inicie en lo del Psicobilly con los Meteors. Lux Interior y señora hacían una pareja imbatible, aunque él se me antojaba un poco pasado de vueltas. Pero revitalizaron el género, el empujón que le dieron llega hasta la actualidad

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    1. Uf, los Meteors. Esos llegaron a disputarle el título de inventores del psychobilyy a los Cramps, nada menos. En fin, yo prefiero a esta pareja. Lo de él creo que le ha pasado a más gente que lleva muchos años en el mimo papel: que se lo acaba creyendo.

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  5. Hola Rick:
    Pues a mi eso del psychobilly si que me va, y en mi discoteca tengo solo uno de los Cramps, el Psychedelic Jungle, que siempre me ha gustado un montón.
    Buena mezcla de estilos, pero con un toque que llegó a ser muy personal.
    Buen grupo.
    Saludotes
    Jose

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    1. Hola, José.

      A mí el psychobilly me va para un ratito, o un poco más si son pesos pesados como los Cramps. No hay nada que reprocharles, y ya que Chafardero saca a los Meteors, yo creo que esta pareja era mucho mejor y con más recursos que ellos.

      Saludos mil.

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  6. Tenía el L.P. A date with Elvis, y en disco duro tengo Psychedelic Jungle. No recuerdo haber oído otros discos de The Cramps. Estos dos me gustan bastante y no solo por su música, también por su parafernalia. Que me caen bien, vamos.
    Saludos.

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    1. Salvo que se sea muy friki no es "necesario" tener la discografía completa de esta pareja; pero sí, esos dos por ejemplo son una buena elección. Yo creo que le caían bien a casi todo el mundo, ¿no?

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