martes, 20 de abril de 2021

Estados Unidos: los primeros 80's (XIII)

De entre todos los grupos pertenecientes a la hermandad del paisley underground, no cabe duda de que los más recordados son los Dream Syndicate. Lo curioso del asunto es que, contra los teóricos planteamientos iniciales del "género", que comenzó siendo una reivindicación preferente del pop y la psicodelia, los Syndicate son una banda de rock con escasa querencia psicodélica (otra cosa será su rumbo actual) pero fuertemente influenciada por el estilo eléctrico y melódico que se ejemplariza en los neoyorkinos Velvet Underground. Por otra parte Steve Wynn, su líder y compositor principal, es una especie de discípulo de Dylan (ha publicado al menos dos discos de versiones suyas), con lo cual la mezcla puede resultar muy interesante. Y desde luego son una banda de guitarras al estilo clásico, sin nada que ver con las tendencias de aquel momento, sin un sola nota de teclados. Por ello los Syndicate cuadrarían antes en la etiqueta del nuevo rock americano (alternativo o no ya es otra cuestión, pero ellos son una de sus primeras referencias) que en la del paisley, aunque a diferencia de muchos de sus colegas Wynn sigue defendiéndola. Y si él lo hace no vamos nosotros ahora a discutírselo. 

Wynn y su amiga Kendra Smith se conocieron en 1977 en la universidad y pronto formaron su primer grupo, junto con colegas como Russ Tolman y Gavin Blair, luego en True West. Ese grupo se llamaba Suspects, se pagaron la grabación de un single y por él vemos que parecían talmente una banda new wave británica, comenzando ya por la voz de Kendra; ambas canciones son de Wynn, lo cual demuestra que sus gustos por entonces no eran muy yankis precisamente (la impresión se confirmó tiempo después, cuando se publicaron algunas actuaciones del grupo y en ellas hay versiones de T. Rex, los Stones o... sí, la Velvet). Los Suspects estuvieron en activo hasta el 81, cuando Wynn y Smith deciden dar un salto de categoría y crear una nueva banda. Pero hay por el medio un breve lapso de tiempo en el que Wynn entra en contacto con Scott Miller y sus Alternate Learning para grabar un único single bajo el nombre de 15 Minutes; lo producen a medias Wynn y Miller, y ahí tenemos la primera versión de "That's what you always say", que más tarde será una clásica. Así que vamos con las dos caras A, la de los Suspects y esta.



A finales de 1981 se forma Dream Syndicate. Junto a Wynn (voz y guitarra) y Smith (bajo y segunda voz) está el solista Karl Precoda y el batería Dennis Duck, que es quien sugiere el nombre del grupo en honor a la agrupación de Tony Conrad. En la primavera del 82 debutan con un Ep de cuatro canciones en el que ha desaparecido el aura new wave y la influencia de la Velvet es evidente; incluso hay momentos, como en la apertura con "Sure thing", en que parece que Wynn está imitando la voz y la manera de cantar de Lou Reed. Hay una nueva versión de aquella cara A con los 15 Minutes, ya más perfilada y cercana a la que será la definitiva (además de un primer diseño de "When you smile"), y aunque el sonido todavía parece a medio hacer no hay duda del progreso que han seguido en menos de un año. Claro que tampoco hay duda de que aquello ya es casi un proyecto personal de Steve Wynn, que por otra parte es quien canta en todas las canciones.


En otoño llega "The days of wine and roses", el que acabará siendo legendario primer disco grande de los Syndicate (y probablemente el mejor de su carrera). Lo produce Chris D., un músico y comentarista de formación punk, que le da un tono rasposo a las guitarras aumentando su poderío -muy al estilo Neil Young- y equilibrando perfectamente el punteo de Precoda con las ráfagas de la rítmica de Wynn: este sonido, y esa intención, tienen poco que ver con el supuesto espíritu paisley. Y lamento repetirme tanto, pero no me cabe duda de que estamos ante la versión "costa oeste" de los Velvet, con todas las actualizaciones estilísticas que se quiera. En cualquier caso suenan ensamblados, poderosos, en una colección de piezas muy variada pero compacta: además de la espléndida revisión de las dos canciones ya conocidas por su debut, está la sobresaliente "Halloween" (mi preferida) o, en otro tono completamente distinto, "Until lately" o la única canción en la que canta Kendra Smith, "Too little too late", con una vaga pero perceptible cercanía a... Nico.


Por desgracia ese disco, que se convirtió de inmediato en un clásico dentro de las modestas perspectivas comerciales de un grupo independiente, también fue para Kendra la señal de que debía seguir su camino: como ella dijo, "fue la plena realización de las ilusiones de Steve, pero yo quería hacer algo más que tocar el bajo" (prácticamente todo el repertorio está escrito por él). Y no, esto no tiene nada que ver con Nico despidiéndose de los Velvet: Kendra tiene una categoría que demostrará muy pronto en este mismo bar. La sustituye David Provost, que ya había tocado con Tolman, y tras un año 83 pleno de giras el grupo comienza a preparar un nuevo disco. Para entonces han ascendido de la independiente Slash a la major A&M y su productor será nada menos que Sandy Pearlman, que por entonces ya ha producido a bandas como los Clash. Es decir, los Syndicate tienen ahora consideración de banda de primera línea; y a principios de 1984 publican "Medicine show", compuesto ya exclusivamente por Wynn. Pero las esperanzas del oyente por disfrutar de la estela iniciada con el disco anterior se hunden mucho antes de acabar su escucha. Es comprensible que Wynn se sienta presionado, pero la decepción es enorme: dejando aparte -y es mucho dejar- que el sonido y la producción, demasiado "profesionales", les quita el atractivo casi salvaje que tenían, las canciones son en su mayoría insulsas, muy alejadas del espíritu abrasador que mostraban hace no tanto tiempo. Ahora son otra banda americana media de hard rock, sin más.


Aunque poco después comienzan una primera gira europea en la que demuestran que el poderío de sus guitarras sigue intacto, lo demás no se mantiene: el sello A&M los despide, Precoda abandona la música y Wynn decide disolver la banda ese mismo año. La recrea en 1986 intentando recuperar la magia de sus primeros tiempos, y por medio de Chrysalis publica "Out of the grey": es agradable, se deja oír. En 1988 llega "Ghost stories", que en parte recupera la esencia de sus primeros tiempos sin su brillantez. Y en el 89 los Syndicate desaparecen... hasta el próximo siglo, en el que inesperadamente resucitarán como una de las más brillantes bandas de rock psicodélico de la época. Una agradable sorpresa, que demuestra las incontables vidas del gato Wynn. Será verdad eso de que los viejos rockeros nunca mueren..

16 comentarios:

  1. Radicalmente en contra de tu valoración de "Medicine Show", Rick. Una "banda americana media de hard rock" jamás grabaría un tema como "John Coltrane Stereo Blues" y lo que escuchamos en el segundo disco de Dream Syndicate no es hard rock; jamás he oído a nadie clasificar el segundo disco del grupo de Steve Wynn dentro de dicho subgénero. Te dejo un enlace al texto que escribí al respecto para que conozcas mi opinión.

    https://raggedglory.blogspot.com/2017/08/medicine-show.html

    Un abrazo.

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    1. Hola, Gonzalo. Antes de nada, he ido a ver tu entrada, que como siempre describe con exactitud el espíritu del disco (se te da muy bien describir la esencia de una obra en pocas pinceladas, y eso no es fácil). Otra cosa es que tu gusto y el mío coincidan, claro, pero eso ya es lo de menos. En cualquier caso te rogaría que no te tomes muy en serio todo lo que digo: soy un fulano bastante "desajustado", por decirlo así, y a veces me salgo de órbita. Por otra parte estamos hablando de gustos musicales, no de física cuántica, y una boutade de vez en cuando hasta viene bien para crear ambientillo. Que tampoco creo yo que haya soltado una tan grande, pero en fin, vamos a ello. Distribuiré la respuesta entre tu comentario y el de los otros dos señores que vienen detrás con parecida extrañeza, con lo cual evitaremos el tocho: así, extendido en tres partes, será más fácil de soportar.

      Primero: el asunto de la etiqueta. Los conceptos amplios, como "hard rock", suelen mantenerse en el tiempo con más utilidad que los efímeros, sobre todo si hay gente joven que desconoce a un grupo en concreto y necesita una primera aproximación. Y yo considero efímeros algunos como "paisley underground", que, como Quercio, opino que fue desafortunado y benefició comercialmente a unos grupos mientras encasilló a otros. Estoy utilizándolo porque no me queda más remedio para centrar un poco el "decorado" en el que se mueven algunos grupos californianos de esa época, pero si por mi fuese no lo haría. Seguramente estaremos de acuerdo en que una etiqueta que va desde las Bangles hasta los Syndicate o los Long Ryders no tiene sentido alguno, ¿verdad?

      Podríamos usar, por ejemplo, aquella de "nuevo rock alternativo americano". Pero ¿qué significa el adjetivo "nuevo" a día de hoy, en pleno 2021? Y etiquetas como "alternativo" o el ya repulsivo "indie" perdieron su razón de ser hace tiempo. Así que me parece bien que la mayor parte de los comentaristas -no todos- sigan usando etiquetas circunscritas a una época determinada, pero algunos aficionados pensamos que las bandas de los 80 ya pueden ir entrando en las grandes categorías, inteligibles para todo el mundo. Y si luego, entre ese mundo, hay jóvenes lectores que desean irse metiendo más en esta afición, ya irán descubriendo la Babel que les espera.

      Saludos mil.

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  2. Copio y pego: "Pero las esperanzas del oyente por disfrutar de la estela iniciada con el disco anterior se hunden mucho antes de acabar su escucha. Es comprensible que Wynn se sienta presionado, pero la decepción es enorme: dejando aparte -y es mucho dejar- que el sonido y la producción, demasiado "profesionales", les quita el atractivo casi salvaje que tenían, las canciones son en su mayoría insulsas, muy alejadas del espíritu abrasador que mostraban hace no tanto tiempo. Ahora son otra banda americana media de hard rock, sin más."
    No puedo estar más en desacuerdo con esas frases. Medicine Show es una barbaridad de disco, como pocas veces se ha visto. Tanto o más grande que The Days of wine and roses. De hecho me parece la gran obra maestra de uno de los más grandes genios de la historia del rock. Saludos.

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    1. Hola, Juanjo. Vaya por delante que nuestras particulares apreciaciones sobre unos discos u otros, como le digo a Gonzalo, no importan mucho: de este disco, como del segundo grande de Rain Parade sin ir más lejos, he visto a algunos fans que lo prefieren al primero (esas tendencias "alternativas" quedaron asentadas para siempre con los aficionados que comenzaron a surgir en los 70/80 afirmando que prefieren el segundo al primero de la Velvet). Bien, pues no pasa nada. Solo se podrán objetar cuestiones que al final no son más que meramente estilísticas, porque cada cual es cada cual y lo que realmente importa es en qué modo afecta cada canción a nuestra manera de ser.

      Dicho esto reitero el asunto de la producción, por ejemplo: su productor es un notorio personaje del hard rock, y se nota. Luego Wynn dice que hubo muchas broncas, peleas incluso, pero lo que cuenta es el resultado final. Y por supuesto no estoy diciendo que este disco sea malo de solemnidad: digo que algunas canciones, especialmente en la cara A, me parecen insulsas (es decir, no todas). Y por ejemplo "John Coltrane Stereo Blues", la que indica Gonzalo, es tal vez mi preferida, aunque resulta curioso que sea una de las pocas que podrían haber figurado en su primer disco, ya que ahí se nota todavía la fuerte influencia de la escuela Velvet (también el estilo abrasivo de Young, aunque Young me acaba cansando). De todos modos es verdad que hay mucha guitarra sí; el tono general parece más agresivo por momentos, más rasposo, por decirlo así. Lo cual, como es lógico, gustará más a unos y menos a otros: a mí por ejemplo ese tipo de sonido me gusta para un rato, pero me cansa pronto.

      En cualquier caso, reconozco que esta época en el rock de la costa oeste no es lo mío (otra cosa son los 60/70), y puede ocurrir que algunas de mis opiniones parezcan desenfocadas. En general, de la música yanki mis gustos van por el pop (sobre todo Miller y sus grupos), la psicodelia (según cuál) o las mixturas de los géneros blancos y negros: me entiendo mejor con los músicos de revival experimental como Tav Falco, Gun Club, etc. Pero las bandas rockeras excesivamente "blancas" me cansan mucho. No sé, supongo que se deberá a que en el fondo sigo siendo un mod, o algo así.

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  3. Pues no me queda otra que sumarme al corifeo de "malcontents" después de leer la crítica al "Medicine Show". Nunca he visto a los Syndicate como una banda más de hard-rock y, precisamente en esta su expléndida segunda obra, menos aun. Aquí no veo hard-rock por ningún sitio, más bien creo que hay una lectura más alineada con la mezcla de psicodelia y blues, de hecho la mayoría de los temas poseen un medio tiempo que propicia esa percepción (sin hablar del "John Coltrane Stereo Blues" que en buena parte se asemeja a las famosas y extensas jams improvisadas de los Dead).
    He tenido la ocasión de verles en directo en varias ocasiones, una de ellas, en concreto, revisando su "Medicine Show" en el 30 aniversario de su publicación. Concierto para enmarcar. He participado como invitado en un podcast amigo monográfico sobre la banda. Tuve la oportunidad además de charlar cinco minutillos con Steve Wynn cuando presentaron en concierto su "How Did I Find Myself Here?". Sus últimas obras ("These Times" y "The Universe Inside") con la incorporación de Jason Victor y Chris Cacavas, refuerzan más su primigenio sonido paisley, además de adentrarse por una brillante experimentación jazzística (versión calle 42). Una de las bandas más fascinantes de las últimas décadas, sin ninguna duda.
    Saludos,

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    1. Hola, Javier. Tras lo anterior ya no me queda mucho que añadir, salvo que yo no veo esa mezcla de psicodelia y blues excepto en momentos fugaces. Por resumir, te diré que los dos primeros discos de los Syndicate llevan en mi casa desde el año en que salió cada uno, y mientras sigo escuchando el primero con relativa frecuencia he tenido que repasar el segundo porque hacía mucho que no lo ponía. Esa diferencia "de trato" es significativa. De todos modos suelo echar un vistazo a unas cuantas páginas "de opinión" antes de escribir una entrada, y sobre ese disco las he visto de todos los colores. Hay una, la de Allmusic, con la que coincido bastante:
      "... (en comparación con el primero) ..."Medicine Show" sonaba grande y pulido, pero también polvoriento y desgastado, con las letras escuetas y de mala leche del debut sustituidas por narraciones oscuras y complejas llenas de mala suerte y mala sangre, respaldadas por una batería estruendosa y unas guitarras rugientes que eran significativamente más rockeras que lo que Steve Wynn y Karl Precoda aportaban a sus primeras grabaciones..." "...No es un fracaso tan grande como decían sus detractores iniciales, pero tampoco es el triunfo que algunos fans revisionistas imaginan".

      Por su parte el famoso Barney Hoskins, que escribió entre otros un libro sobre las bandas rock de Los Angeles, lo considera "decepcionante", mientras que Peter Buck de los R.E.M. lo adora y llega a decir poco menos que es la octava maravilla del mundo. Y así sucesivamente: si te pones a leer comentarios de fans en los blogs o donde sea, el mundo parece estar dividido siempre ante discos como este. Bien, pues esa es y será siempre la cuestión: los sagrados gustos. Yo por ejemplo leía muy rara vez el Rockdelux, pero aunque sí leía con puntualidad el Ruta tampoco la tuve nunca en un pedestal como muchos otros fans (de una u otra revista, la que sea). En unas cosas estaba de acuerdo y en otras no, como debe ser.

      En fin, no pasa nada. Seguro que con los Parade estaremos todos de acuerdo... hasta el próximo desacuerdo...

      Saludos mil.


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  4. Pocas veces un grupo ha encontrado un título más atinado para autodefinirse: el sindicato del sueño. Lástima que la riqueza musical de aquellas tierras en todas sus variantes sea sustituido por las carencias de un grupo tan artificioso, tan británico como aburrido. Luego nos quejaremos de la música indie de hoy en día habiendo tan poco estimulantes precedentes. Es una opinión sincera. No me gustan.

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    1. Hombre, tampoco es eso. Sigo pensando que su primer disco es de lo más tremendo no ya del puñetero paisley, sino del rock americano en los años 80 (y más allá, en vista de como van las cosas). Y luego ya el segundo, como habrás visto, es más proclive a la división de opiniones.

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  5. Creo que no los había oído nunca, y tras escuchar el primer álbum entero, la impresión ha sido buena. De momento, me quedo con esas dos que has dejado, sumadas a 'That's what you always say', que también has dejado en su primera versión. Es más, subo la apuesta: igual lo prefiero ahora mismo antes que el legendario álbum de la Velvet. No digo que sea mejor que aquel, ni mucho menos, pero las cadencias de la Velvet, de un tiempo a esta parte, me suenan depresivas. Y es curioso que lo diga yo, que disfruto con discos y bandas de rock que pueden describirse con ese adjetivo.

    Respecto al motivo de polémica de los comentarios, no voy a opinar por carecer de bagaje y acabar de aterrizar en esta banda. El segundo disco tiene algunas canciones muy largas y necesitaría más tiempo para juzgar, aunque 'Medicine Show', por ejemplo, me ha gustado. En cuanto al término de disputa, 'hard rock'... No me parece nada descabellado usarlo. Cambiando de registro, pienso en uno de mis álbums preferidos de los noventa, ''Superunknown'' de Soungarden, que salvando las distancias, también tiene mucho blues y un poco de psicodelia, y yo lo definiría sencillamente como hard rock.

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    1. En el primer disco de los Syndicate creo que estamos todos de acuerdo. Pero compararlo con el primero de la Velvet es un tanto arriesgado, ya que en el de Lou y sus socios había una tendencia a la melodía que se perdió un poco en el segundo (al que sin embargo y como digo arriba hay fans que elevan por encima del anterior).

      Y no, a mí tampoco me parace descabellado usar el concepto "hard rock". Es más: si ese disco hubiese salido en los 60/70, pocos dudarían en etiquetarlo así. Que por cierto, a la Velvet a estas alturas todavía no está claro en qué sector incluirlos. Tal vez eran un sector único: ellos solos.

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  6. Me temo que no puedo opinar más que por los temas que has compartido, pues lo poco que les escuché fue hace mucho. Parece que lo de hard rock no ha gustado a varios comentariastas, pero a mí sí me parecen temas más vulgares que los primeros, donde las guitarras me enganchan más. De todas todas, esta etiqueta de paisley me parece muy etérea.

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    1. No digamos vulgares, porque tampoco lo son. Digamos, más bien, previsibles. Aunque es verdad que el panorama cambia un poco en la cara B, insisto en que las mejores suelen ser las más parecidas a su primer disco. Y la evolución posterior del grupo ya puede comenzar a establecerse en este.

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  7. Hola Rick:
    Pues eso de las clases de rapaso para los abueletes, está bien, aunque a veces tengamos que sufrir alguna lección tostón.
    Es curioso como cambia la visión personal de la música a traves del tiempo, discos que en su día no nos decían nada ahora los redescubrimos y pensamos como se nos pudo pasar, y al contrario, discos de esos que eran nuestros favoritos oidos ahora nos parecen insufribles.
    Pues los Dream Syndicate en su día los tenía en el grupo "Están Bien", sin mas, pero escuchando ahora el disco de Days of Wine and roses, me he quedado impactado. Me parece un disco descomunal, con una energía dificil de igualar, incluso el tema "That`s What You Always Say" me parece una revisión veinticinco años después del glorios "Have Love Will Travel" de los Sonics.
    Al final hay una frase que siempre me ha gustado: "El tiempo siempre pone las cosas en su lugar".
    Saludotes
    Jose

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  8. Hola, José:

    Los tostones tratamos de evitarlos, pero en fin. No se puede contentar a todos, como ya estás viendo. Y celebro que hayas recuperado ese discazo de los Syndicate, que como dije antes es uno de los grandes, de los muy grandes. No se me había ocurrido comparar la canción esa con la de los Sonics, pero ahora que lo dices hay un aire de familia.

    Saludos mil. Y ojo, porque los que vienen ahora tal vez los tienen también un poco olvidados...

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  9. Conozco a Steve Wynn y a Dream Syndicate. No soy lo que se dice un experto en este grupo, pero sí que he oído bastantes cosas de ellos. En los ochenta seguí la pista a algunos cantantes y grupos muy puntuales, Prefab Sprout, Sonic Youth, R.E.M…. pero sobre todo a Pixies. No voy a poner toda la lista (a quién le importa lo que yo diga, a quién le importa……). Veo en Dream Syndicate un punto Dylan y Velvet también, como aquí se comenta. Y algún toque Television en el juego de guitarras. Conozco sobre todo el primer disco, “The Days of Wine and Roses”. A mí me parece un disco buenísimo. No me manejo muy bien con las etiquetas. En “John Coltrane Stereo blues” he vuelto a notar influencias de Television (grupo que me encanta). Creo que tengo que oír más de The Dream Syndicate para opinar. El problema (para los que lean esto) es que soy muy mal comentarista. Es los que hay. Leo vuestras opiniones y me quedo con lo que me parece mejor de cada una. Seguimos puntualmente el asunto. No me perderé ninguna clase.
    Saludos.

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    1. Hola, Bab. En el primer disco de los Syndicates no hay discusión, como ves. Es un disco que sobrevive perfectamente al paso del tiempo, y sigue sonando fresco. El segundo ya es otro asunto, pero en concreto "John Coltrane stereo blues" es probablemente la mejor.

      Y sobre los grupos que citas a continuación, completamente de acuerdo: los Pixies, los Pixies...

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