La guitarra eléctrica es un invento de los años 30 del siglo pasado. En sus primeros tiempos no era más que una acústica con un pequeño amplificador adaptado, hasta que en los 40 el señor Les Paul integra todo en un cuerpo sólido que, con unas cuantas variaciones, ha llegado hasta hoy. Pero por entonces la gente de orden, acostumbrada al melodioso vibrar de las acústicas, sintió que aquel invento no era más que una pequeña travesura con fines poco menos que circenses: ese sonido electrificado, falso, casi chirriante, resultaba antinatural, ridículo. Así que cuando un niño de seis años llamado Jeff Beck la escuchó por primera vez en la radio y le preguntó a su mamá qué era aquel sonido, ella le informó, tan digna como displicente: “¿Eso...? Eso es una guitarra eléctrica. No es más que un montón de trucos”. A lo que él, deslumbrado, replicó: “¿Ah, sí? Pues yo quiero una para mí”. El pequeño Jeff acababa de encontrar un sentido a su vida. Y así hasta hace dos días, que se nos ha muerto.
Esto va a gustos, como todo, y por lo tanto cada aficionado tiene su guitarrista preferido, su bajista preferido, etc. etc. Pero hay un acuerdo más o menos generalizado en que, en el mundo del rock, el más grande de los guitarristas fue Jimi Hendrix, ¿verdad? Bien, pues si respetamos las pautas que nos hacen decidir eso, creo que lo más lógico es aceptar que, tras su muerte, el sucesor fue Beck. Porque Beck, al igual que Hendrix, dominaba todos los recursos de la guitarra eléctrica y sabía arrancarle todo tipo de sonidos, crear todo tipo de ambientes. Los grandes guitarristas buscan matices, crean vida con solo tres o cuatro notas, evitan la ordinariez de esas figuritas rockeras que se creen que son buenos porque son muy rápidos, porque hacen miles de filigranas en el mástil, porque hacen punteos interminables que no van a ningún sitio. El mundo está lleno de gimnastas de la guitarra.
En fin, que se ha muerto Jeff Beck, el más completo de los guitarristas vivos. Un fulano que, por otra parte, no tenía mucho interés añadido: iba siempre a su bola, no era precisamente una persona muy empática, que digamos. Rod Stewart dijo de él que “en todo el tiempo que estuve en su banda no me miró a los ojos ni una sola vez”. Sus aficiones eran la guitarra y los coches de carreras, hasta que un día se cansó de llevar trastazos: poco más. Pero eso a los fans de verdad no nos importa, porque lo que cuenta es la obra. Y su obra es tremebunda. Si Hendrix hubiese llegado hasta estos tiempos, igual ahora estaríamos discutiendo cuál de los dos era más brillante. Pero eso no es posible. Así que, sintiéndolo mucho, el cetro queda ahora a disposición de Clapton, Page… uno de esos. Ya da igual.
Suerte al otro lado, Jeff. Como persona nunca me has atraído mucho, pero como guitarrista eras sencillamente genial.
Y en cuanto a ustedes, aquí les dejo un pequeño recordatorio de su vida y milagros. Él ya no está, pero, como siempre, queda la obra inmortal.
No podía faltar tu homenaje al gran Jeff Beck. Yo también soy admirador de su forma de tocar la guitarra. Gracias por el regalito.
ResponderEliminarSiendo guitarrista como eres, razón de más para apreciarlo. De hecho le llamaban "el guitarrista de guitarristas", es decir, el que los demás citaban como el mejor. Él por su parte decía que el mejor es McLaughlin; lo cual también tiene sentido, ya que a Beck siempre le interesó mucho el jazz rock.
EliminarCertero y merecido un homenaje a un músico excepcional que no se dejó deslumbrar por las bambalinas de cada momento.
ResponderEliminarNo, eso está claro: siempre hizo lo que le dio la gana, nunca quiso tener un estilo único e inamovible, y tal vez por eso no es ahora tan adorado a nivel popular como un Clapton o un Page.
EliminarNada que añadir en este caso, Rick, muy de acuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si es que cuando se trata de los grandes no hay mucho que discutir. Son grandes, y ya está.
EliminarSaludos mil.
Es una buena forma de separar al personaje de su obra, y honrarlo adecuadamente. Se agradece el recopilatorio.
ResponderEliminarBueno, me he limitado a meter tras párrafos y ya está. No me gusta hacer despedidas cansinas, de mucho kilometraje. No es el momento. Y para lo demás ya está Internet, así que...
EliminarSuena ahora en el plato en su homenaje el "Supersiition", el cover de Stevie Wonder que la banda Beck Bogert Appice se marcó en su célebre obra homónima. Con grandes talentos al bajo como Tim Bogert y a la batería Carmine Appice, los riffs de guitarra de Jeff se elevan con una potencia que raya al mismísimo nivel de Hendrix.
ResponderEliminarSin ninguna duda, se ha ido uno de los MÁS GRANDES.
Gracias Jeff.
Saludos,
"Superstition" tiene además una pequeña historia muy curiosa: Beck "inventó" la entrada de batería para su amigo Stevie Wonder, y este a cambio le dijo que le permitiría grabarla antes que él. Pero Berry Gordy, el capo de la Motown, oyó la maqueta y se dio cuenta de que allí había dinero, así que le dijo a Stevie que de eso nada: "Superstition" salió a la calle a toda leche, en single y luego en Lp.
EliminarComo era de esperar, Beck se cabreó un poco. Pero Stevie le explicó que no pudo evitarlo -hay contratos, ya sabes, y los que hacía Gordy eran leoninos-, que lo sentía mucho, y que para que se le pasase el cabreo le regalaba una canción... que es "'Cause we've ended as lovers". La versión de "Superstition" está efectivamente en el disco de BB&A, y es buena. Pero la otra está en el "Blow by blow", y eso son palabras mayores. Por cierto, recordarás que va dedicada a Roy Buchanan, por quien Beck sentía una gran admiración Y no me extraña, porque en ese disco se nota ya claramente que Buchanan es una de las referencias de Beck para el futuro.
Agradecido por la información sobre "Satisfaction" que desconocía. Lamentablemente en mi colección del amigo Beck falta ese "Blow by Blow", intentaré remediarlo en cuanto pueda.
EliminarLástima lo de Crosby...
Ah, pues "Blow by blow" seguido un año después por "Wired" representa probablemente su momento más brillante. Es a partir de ahí cuando los discos figuran ya exclusivamente a su nombre. Si no consigues alguno, silba.
EliminarY sí, lo de Crosby es otro clavo en la tumba del rock clásico. En su caso, bastante hizo llegando a los 81 años, porque se castigó mucho. En fin, no era de mis preferidos pero es un histórico más, qué duda cabe.
Creo que la primera vez que oí a Jeff Beck fue cuando Kid Jensen puso como inicio de su programa 'Dimensions' de Radio Luxembourg en 1969 'Rice Pudding' (el tema que cierra el disco 'Beck-Ola Cosa Nostra'). Luego vino todo lo demás.
ResponderEliminarOtro que se nos ha ido. Allí estará, discutiendo con Jimi Hendrix, Stevie Ray Vaughan et al.
You know, the music essentially stopped in 1970. (Paul Simon)
Muy buenas mister Troll. Yo no recuerdo cuándo lo habré escuchado por primera vez, aunque en las nieblas de mi memoria ha habido siempre una especie de "hermandad" con los discos de Hendrix. Tal vez los descubrí con muy poca distancia temporal entre uno y otro.
EliminarVaughan, ya que lo citas, también a mí me parece un gran guitarrista, aunque lo veo un poco más "restringido", por decirlo así, a dos o tres estilos muy concretos. No era un ácrata como Hendrix o Beck.
En fin. Hoy se ha muerto David Crosby. Y la cuenta sigue...
Buena necrológica, nos queda su música, que al final es lo que importa
ResponderEliminarSí, por suerte las obras de arte siempre sobreviven a sus creadores. Menos mal, ¿verdad?
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