A los pocos días de publicar su primer Lp, los Animals volvían al estudio para comenzar la grabación del segundo. Con las giras que tienen por delante el trabajo les llevará unos cuantos meses, pero antes de que acabe el año ya tienen rematadas las dos canciones que integran su nuevo single, publicado en Enero de 1965: “Don’t let me be misunderstood / “Club A-Gogo”. Será su segundo gran éxito, alcanzando el top 3. La cara A, una nueva histórica en su carrera, fue compuesta para Nina Simone, que la había publicado pocos meses antes y que tiene un aura señorial, como casi todo lo que hizo ella. En consecuencia, que un grupo pop se atreva a hacer una versión puede parecer arrogante, pero aciertan y además consiguen que pase a ser otra clásica en el repertorio de muchos grupos a partir de entonces. Se trata de una pieza lenta, con espíritu de balada y desarrollo orquestal, que Nina engalana con su maravillosa voz; por contra, los Animals la convierten en una especie de rock/pop de tiempo medio, otorgándole un gancho irresistible al estribillo. En cuanto a la cara B, esta sí es otra de esas canciones con sello “Brit R&B”, como se decía antes, compuesta por Burdon y Price con esa marchita que embelesa a los de mi condición.
Su single de primavera lleva en la cara A un homenaje del grupo a Sam Cooke, que había muerto a finales del año anterior: “Bring it on home to me”, compuesta y grabada por él dos años antes. Es una de esas canciones con las que en menos de tres minutos se comprende la transición que hizo, partiendo del góspel y pasando por las baladas orquestales, hasta llegar al soul (que en la práctica es un invento esencialmente suyo). Poco antes los Big Three habían hecho su versión, pero sin grandes modificaciones: son una vez más los Animals quienes recrean la pieza. Esta vez la han convertido en una especie de r’n’b lento con piano -en el que la voz de Burdon es la protagonista central- que pasa a integrar ese gran listado de canciones estándar a disposición de todo el mundo. “For Miss Caulker”, la cara B, es obra de Burdon: a estas alturas parece evidente que el grupo utiliza ese lado de los singles para “ejercitarse” en el r’n’b más tradicional. Esta es una pieza lenta, con aire de blues, que como siempre queda bordada por este grupo de especialistas en “música racial”, con más argumentos que unos Stones, por ejemplo.
Por fin, en Mayo, se presenta su segundo Lp, titulado “Animal tracks”, que de nuevo andará rozando el top 5. El material, en conjunto, es similar al de su primer disco grande, pero se nota que han madurado. De nuevo todo el repertorio son versiones salvo esa “For Miss Caulker” que ya conocíamos del single anterior, y su “inmersión” en el catálogo de la música negra se amplía. Repiten Berry (magistral ese cambio de ritmo en “How you’ve changed”) y Diddley: que hayan elegido “Roadrunner” parece una especie de reivindicación ante las bandas al estilo Pretty Things, porque esa diferencia en la manera de tratar la pieza denota que su espíritu es distinto, y vuelvo a lo que decía antes sobre el carácter mucho más racial de Burdon y su grupo. Precisamente por esa diferencia ellos pueden encarar sin problemas al mismísimo Ray Charles, de quien eligen dos canciones: “Hallelujah, I love her so”, que parece otra canción, y “I believe to my soul”, en la que Burdon, siguiendo la estructura original, se reivindica una vez más como alumno aventajado en la escuela de crooners negros, por si quedaba alguna duda. Y para no seguir repitiendo epítetos en cada una de las canciones que componen esta selección, vamos a dejarlo en otra de las futuras inevitables en su repertorio: “Bright lights, big city”, grabada por Jimmy Reed cinco años antes. Es en versiones como esta donde se comprende mejor aquel “difuso temor” del que hablaba el otro día por parte de los bluesmen americanos: es la misma canción, pero esos cinco años parecen veinte. No es extraño que en Estados Unidos están encantados con ellos (para entonces han pasado ya cinco o seis veces por el “Ed Sullivan Show”), aunque como siempre las ediciones de sus discos allí se parecen poco a las de aquí. Para terminar digamos que esta es la despedida de Alan Price, que se marcha por unas cuantas razones. Oficialmente lo hace porque el ritmo de giras es frenético, los vuelos en avión son constantes y él le tiene miedo a ese aparato. Pero podemos sumar algunas más: de un tiempo a esta parte casi no se habla con Burdon, y la cosa empeora cuando le piden que reparta el dinero de los derechos generados por “The house of the rising sun”, a lo que él se niega. Así que, ante un ambiente tan enrarecido, la única solución es irse. Su futuro como músico será mediocre, pero tendrá otros trabajos alternativos. El substituto definitivo hasta la liquidación de este grupo será el ya veterano Dave Rowberry.
A mediados de verano tenemos un nuevo single, cuya cara A es “We’ve gotta get out of this place”. Es una de las canciones que Mickie Most ha ido a comprar al Brill Building, así que esta es de origen blanco: de hecho el rutilante matrimonio formado por Barry Mann y Cynthia Weil la había compuesto pensando en los Righteous Brothers (el diseño es el de una pieza folk pop), y el mismo Mann la grabó poco después en un estilo orquestal un tanto acartonado. Pero Burdon y sus colegas vuelven a lucirse: esta es otra de sus clásicas, convertida por ellos poco menos que en una canción himno. Se hizo muy famosa entre los jóvenes americanos contrarios a la guerra del Vietnam, porque ese título es justo lo que ellos deseaban. Y Springsteen, que la ha tocado en directo muchas veces, dijo hace unos años que su contenido representa el espíritu de “todas las canciones que he escrito. Todas”. Así que ya saben: estamos ante otra canción totémica, como suele decirse. La cara B, titulada "I can't believe it" es una nueva obra de Burdon, un guiño al viejo r’n’b de toda la vida, esta vez en tono de balada y con esa voz rasposa, elevada, imbatible. El single no pasó del puesto 2, porque en ese momento el número 1 estaba ocupado por los Beatles con “Help” y frente a los señores de Liverpool no hay nada que hacer.
El último single del año llega a principios de Noviembre, y trae en la cara A otra de las piezas que ha comprado Most en el edificio de los sueños para que la estrenen sus muchachos: “It’s my life”. Su estructura es de tono pop, pero los Animals le dan una estructura rockera y su estribillo coral tiene mucho gancho. De todos modos, el grupo y especialmente Burdon ya llevan un tiempo enfrentados con Most: por el material de los Lps no suele haber muchas diiscusiones, pero en los singles su mentalidad de productor tradicional le enfrenta frecuentemente con el grupo. Most es de los que sigue concediendo más valor, en términos de popularidad, al formato pequeño que al grande (que por entonces aún se considera más propio de los fans “serios” y con dinero, es decir, una minoría en el mercado del pop puro). Por eso busca compositores tradicionales, y como la situación ya se está haciendo insostenible este será su último trabajo con ellos. En cuanto a la cara B, de nuevo obra de Burdon y con un arranque muy parecido a la cara A, esta vez se acerca más al rock, y destaca tanto esa voz rasposa, fuerte, como el sensacional trabajo a las teclas del recién llegado Rowberry con el inestimable apoyo de los demás, claro. Por cierto, que hay momentos y acordes en los que podrían recordar a los futuros Doors, o eso me parece a mí. En conjunto tal vez me guste más que la cara A, pero eso da igual: lo importante es que, sin llegar a las ventas del anterior, no bajaron del top 10. Por lo tanto terminan el año en una posición muy desahogada.
La marcha de Most es el primero de unos cuantos cambios en la trayectoria del grupo, así que el año 66 será muy movido para los Animals. Pero de momento los dejamos aquí. Suerte, muchachos.
Recuerdo bastante bien sus singles "Don´t Let Me Be Misunderstood" e "It´s My Life" (..."it´s my life and I do what I want"...). Yo creo que Burdon de alguna manera sabía que jugaba con cierta ventaja, lo digo por su increíble voz, esa tonalidad tan cercana a la esencia blues urbana negra. El tío lo sabía, era consciente de ese plus a su favor y de alguna manera se aprovechó de ello. Es una constante en lo que venimos hablando en las entradas de este artista, su aceptación en el mercado USA es significativa, me imagino que algún paseante por Manhattan que no lo conociera, al escuchar su voz pensaría que ese tío no era whitey.
ResponderEliminarMagnífico este su segundo Lp, para mi superior al primero, que ya es decir.
Aprovecho para reivindicar, una vez más, a Alan Price. ¡Qué le voy a hacer!, cada vez que recuerdo la banda sonora de "Oh, Lucky Man!" me retrae a momentos imborrables.
Felis Navidás y Todo Eso. Ha sido un gran año musical.
Saludos,
Es verdad que tenía ventaja, pero también lo es que en toda su carrera se nota que le gusta su papel, de "negro/blanco, británico/americano", y que se mueve en dos o tres géneros con mucha soltura. Tal vez le falló un poco la vena creativa, pero es de los grandes.
EliminarPrice era muy bueno técnicamente, pero tampoco tenía ese potencial creador que al final es lo que eleva a unos sobre otros.
Y eso, que felicidades en general. A ver qué tal se porta el año que está al caer....
Hooola!! hoy no me da tiempo a escuchar estas maravillas que siempre nos dejas ,pero no quería irme sin desearte una ¡¡muuy muy feliz naViDAd!! auuunnque me da que tú no eres muy navideño, si es así y estos días te saturan, pìensa que pasarán como pasa todo,.. en el peor de los casos la navidad es como la gripe, no deja secuelas jajaja Un abrazo Muy fuerte RICK.. el año que viene más y más música, hasta entonces : )
ResponderEliminarHola, María. Estos días andamos todos un poco de cabeza, nos guste o no el tinglado este de las navidades. Como bien has deducido, no son muy de mi gusto; pero todo pasa, y desde luego en la vida hay cosas mucho peores que una festividad indeseada. Así que no me quejo.
EliminarSuerte y salud para el año que viene. Abrazos mil.
"We Gotta Get Out Of This Place", “Bring it on home to me”, "Don´t Let Me Be Misunderstood"... Palabras mayores. Son canciones que se te quedan dentro para toda la vida. Qué recuerdos. Este repaso tan bien contado viene de miedo para recordar todas las maravillas que hemos tenido la suerte de conocer en tiempo real.
ResponderEliminarSaludos.
A mí siempre me ha dado la impresión de que a los Animals no se les pone al nivel de los cinco o seis grandes. Se les considera "como de la familia", Burdon cae muy bien, pero da la impresión de que se les ve como una banda sin el aura de las grandes. Tal vez porque no son exactamente una banda de rock delimitada, sino algo más abstracto. No sé.
EliminarEn todo caso, sí. Tuvimos mucha suerte, viendo lo que vino luego...
Saludos mil