Otra vez se acerca ese carrusel de fiestas que nos lleva de una celebración a otra, de hacer regalos absurdos a recibirlos, de comidas a cenas pantagruélicas, y todo ello al margen de que nos apetezca o no: somos animales de costumbres, qué se le va a hacer. Y por lo tanto también en este bar, como todos los años, toca fiesta. Pero aquí procuramos evitar la monotonía recurriendo a un estilo distinto en cada una, y esta vez la dedicaremos al espitoso mundillo de la psicodelia clásica isleña, es decir, ese corto período que va desde 1966 hasta el 68. Es una época fugaz y bastante enloquecida; de hecho, muy pocos grupos surgidos en esa época llegaron a tener una carrera larga y estable sin cambiar de estilo. En consecuencia, si hubiese que citar más de media docena de discos grandes que fuesen realmente buenos en su totalidad, costaría trabajo. La psicodelia es básicamente un asunto de canciones sueltas, porque no basta con tomarse un ácido y ponerse a inventar: como en cualquier otro estilo, primero hay que tener la creatividad necesaria para ello. Pero gracias a esa bendita locura transitoria ha quedado un buen montón de singles realmente encantadores, la mayoría a cargo de grupillos hoy casi olvidados, que daría para docenas de fiestas como esta. En la que, como ya saben ustedes, usamos el formato de 12+1 selecciones, muy justito pero suficiente para dar una idea aproximada de cada estilo. En fin, vamos a ello.
Al igual que pasa en Estados Unidos, antes de nada hay que buscar un primer referente en el mundo del folk. Porque es en ese mundo donde nació la psicodelia, partiendo de las letras y llegando a la música: en síntesis, el hilo que nace con Dylan y llega a los Byrds. Y en la Isla tiene Dylan a un entusiasta seguidor, hasta el extremo de que en sus primeros tiempos se le llamó el Dylan británico. Se trata de Donovan Leitch, que pronto nos visitará en el bar: a partir de 1965 comienza a perfilar una personalidad claramente “autónoma” y se inclina decididamente por el folk psicodélico teñido de aromas orientales, lo cual le convertirá en una de las figuras más reconocibles del género. Ya a finales de aquel año comienza a publicar algunas canciones marcadamente “vaporosas” y seguirá fiel a ese estilo en la mayor parte de su carrera. La época más popular de Donovan llega hasta los años 70, y en lo que se refiere a psicodelia pura hay una canción suya que destaca sobre todas las demás y que curiosamente no aparece hasta 1968, cuando ya el estilo comienza a decaer: “Hurdy gurdy man”, una de las obras cumbres del folk rock psicodélico isleño.
Llegados ya al mundo de los grupos y dejando aparte la eterna cuestión sobre cuál hizo la primera pieza psicodélica en la Isla, asunto sobre el que ya vimos hace poco que la cosa anda más o menos entre los Beatles y los Yardbirds, lo que está claro es que en esos dos grupos se personalizan las principales influencias que marcan el nacimiento del género allí: el beat/pop y posteriormente el blues. Sobre todo en el caso del beat, su evolución hacia un ritmo mucho más denso, duro y en muchos casos con el añadido de las guitarras con fuzz, dan lugar entre 1965 y 66 a un estilo de tránsito que muchos años después se denominará “freakbeat” pero que por entonces fue pasto de las hordas mod tanto como de los novedosos fans psicodélicos. Ejemplos hay a puñados, por lo general a cargo de grupos que en su mayoría no durarán mucho pero simbolizan perfectamente ese cruce de estilos. Por ejemplo, los Creation. Comienzan a grabar en 1966 y durarán hasta el 68; probablemente fueron más populares en el continente que en la Isla (como les pasó a otros cuantos), pero dejaron para la historia un puñado de singles mágicos. Aquí tenemos “Painter man”, una de sus canciones más conocidas.
Suele considerarse al año 67 como el momento cumbre de la psicodelia. Pero no solo por la aparición de las grandes bandas del género como Pink Floyd, Traffic o Family, sino también porque esa segunda fila que forman los grupos como Creation está produciendo verdaderas maravillas al tiempo que evoluciona. Y aunque como decía en la presentación la mayor parte de ellos no llegará muy lejos, hay verdaderas obras maestras como “My friend Jack”. Fue el debut de los Smoke, en febrero; y fue también casi la única de ellos que se recordará para siempre, ya que no volvieron a alcanzar esa altura. Por otra parte no pasó del top 50, ya que la BBC se negó a radiarla porque eso de que “Mi amigo Jack se come terrones de azúcar” era una clara referencia al LSD. Luego se mantuvieron por un tiempo en el continente (Alemania, sobre todo: allí y solamente allí se publicó en ese mismo año un Lp con la mayor parte de su producción), pero su momento ya había pasado.
El carácter fugaz de la psicodelia fue muy bien comprendido por algunos músicos profesionales que aprovecharon el momento para lanzar alguna pieza suelta y luego volver a su trabajo cotidiano. Como ejemplo traigo aquí a un tal "Caleb", cuyo apellido resulta ser Quaye; es decir, el guitarrista de estudio que ha tocado con medio censo británico y que comenzó en los Bluesology de Long John Baldry junto a un jovencísimo Elton John (que por entonces aún era Reginald Kenneth Dwight). Justo después de la disolución de esa banda, esconde su apellido y graba este único y fantástico single: "Baby, your phrasing is bad" acompañado por músicos de la Philips, que no se gastó un duro en promoción. Algo muy frecuente, ya que la mayoría de los sellos no simpatizaban con ese estilo tan inaprensible, tan incontrolable, y se limitaron a dar palos de ciego.
Otro que “pasaba por allí” fue el incombustible Zoot Money, que por entonces venía de dirigir a la Big Roll Band y que decide crear un nuevo grupo más acorde con el momento. Ese grupo se llama Dantalian’s Chariot y también pasará a la historia del género por un solo single, cuya cara A se titula "Madman running through the fields". Hoy se considera como otra leyenda, aunque una vez más la saturaciòn de oferta y la mala distribuciòn hará que sus ventas sea escasas. Luego el señor Mooney irá a la banda de Eric Burdon junto al guitarrista Andy Summers, mientras que Colin Allen, el batería, encuentra trabajo con Mayall. Y sí, el más famoso con el paso del tiempo será Andy Summers, que se hará de oro en Police. Quienes vieron a este grupo en directo afirman que tenían el mejor juego de luces del negocio -mejor aún que el de Pink Floyd-, pero no les sirvió de nada.
Otro ejemplo de maravilla de un momento son los Tintern Abbey, que grabaron un solo single y luego desaparecieron. Pero qué single: “Beeside / Vacuum cleaner” se ha ido convirtiendo con los años en una de esas glorias esquivas, en una de las grandes leyendas del género que por suerte aparece en varios recopilatorios, ya que el valor del single original es prohibitivo. Fue otro ejemplo de pasotismo por parte de su sello (el supuestamente yeyé Deram) y al mismo tiempo de boicoteo por parte de varias emisoras a causa de sus letras, aunque ambas canciones son muestras fastuosas de la mejor psicodelia isleña. Y ante la obligación de elegir, yo elijo la cara B.
Más glorias de un solo single: The Kult era una banda irlandesa que había cambiado de nombre ya tres veces antes de publicar "No home today" / "Mr. Number One". Y aunque, como en el caso de los Abbey, cualquiera de las dos canciones es un lujo, la mayoría de los fanáticos preferimos la cara B. De los pobres Kult nunca más se supo, pero este es otro de esos discos cuyo formato en vinilo cuesta hoy un potosí.
Los efectos del sarampión psicodélico afectaron también, como es lógico, a buena parte de los grupos que ya existían. Muchos se vieron casi en la obligación de apuntarse a la novedad imperante, aunque aquello no fuese realmente lo suyo: el caso de los Stones es evidente. Y lo mismo pasaba entre los grupos de segunda fila, los que no tenían mucho que perder y pensaron en la posibilidad de mejorar su situación gracias a la novedad. Por ejemplo los escoceses The Poets, que ya llevaban tres años de carrera y seis singles publicados sin mucha fortuna antes de presentar "In your tower", que se convirtió en otra otra luminaria del género a pesar de ser una humilde cara B. El caso es que tienen alguna otra cosa decente, pero ninguna a la altura de esta. Entre 1962 y 1968 pasaron por esta banda más de veinte músicos distintos, así que podemos considerar a los Poets como una escuela.
En el año 1968 la psicodelia ya comienza a decaer. La gran cantidad de oferta surgida el año anterior, en su mayor parte sin la categoría suficiente debido a los excesos del género, obliga a los aficionados a una búsqueda continua entre montones de singles y Lps. Y eso hace que surja el cansancio. En poco tiempo, del todo vale estamos pasando a la desgana. Y hay un buen puñado de discos que merecieron mejor suerte pero su publicación llegó tarde; por ejemplo, el único Lp que lanzó Tomorrow. Es una banda con una cierta veteranía, ya que su origen estaba en los In-Crowd, y en 1967 cuenta con músicos de categoría como el guitarrista Steve Howe (futuro Yes) o el cantante y compositor Keith West, que ya tenía una trayectoria. Su Lp se grabó en la primavera del 67, pero no llega a las tiendas hasta casi un año después por la desidia de EMI. Y eso impidió que llegase a los puestos altos de las listas a pesar de su gran brillantez. Sin ir más lejos, hay una pieza que fue también single y se titula “My white bicycle", considerada luego como otras de esas que no pueden faltar en una selección de este tipo. Disfruten ustedes de la guitarra con phasing de ese jovencísimo Howe y el montón de cintas al revés, tan de la época.
Cuando Tomorrow se dan de baja, dos de sus antiguos miembros (Twink Adler y "Junior" Wood) se asocian con el legendario batería Clem Cattini y el no menos legendario teclista Nicky Hopkins -por entonces reputados músicos de sesión- para formar The Aquarian Age. Se trata de una “bandera de conveniencia” que durará solamente unos días, los justos para grabar un único single bajo la dirección del laborioso Mark Wirtz (productor que es autor, entre otras, de la fallida “Teenage Opera”). La cara A de ese single es "10.000 words in a cardboard box", otra pieza legendaria, a medio camino entre grupo y orquesta, que constituye una buena prueba de lo que podría haber sido este género si hubiese por medio más músicos de carrera, con verdaderos conocimientos.
También había rockeros despistados entre la psicodelia británica, gente que llegó entre 1968 y el 69, en sus últimos tiempos ya, y que tal vez sin ser conscientes de ello estaban dando origen al heavy. Un ejemplo magnífico son los Open Mind, cuya tendencia iba por el rock duro pero matizado a veces con buenas melodías, aunque un tanto oscuras. En algunas de esas piezas se nota que están afectados por los vapores lisérgicos de la época, y ese es el caso del la cara A de su segundo single, la canción que resultó ser la más famosa de su carrera: "Magic potion". El año anterior habían publicado un LP que pasó sin pena ni gloria y poco después de este single desaparecieron, "animados", como otros muchos, por la desastrosa Phillips. Cuya subsidiaria, Vertigo, se apresuró muy poco después a fichar a unos nacientes Black Sabbath.
He reservado el número 12 para una grabación alternativa que supera, si cabe, a la publicada originalmente: "Path through the forest" es la cara A del primero de los dos únicos singles que grabaron The Factory; las cuatro canciones de estos chicos son fabulosas, pero la mejor es esta, de finales de 1968. Tarde ya. Y hace unos años, cuando comenzó la busca y captura de la psicodelia perdida, alguien encontró en un rincón de los estudios MGM, donde fue grabado el primer single, unas cintas con "ruiditos en la jungla" que iban a ser añadidas a la canción pero que no llegaron a serlo para ahorrar gastos en producción. Bien, pues aquí tienen lo que debió haber sido una completa obra de arte. Y seguramente un gran éxito, de haberse publicado a mediados de 1967, porque lo tiene todo.
Llegamos por fin al puesto 12+1, fuera de concurso, que es para los Beatles. Se trata de "Tomorrow never knows". Y dirán ustedes, ¡pero si esa la conoce todo el mundo..! Bueno, tal vez no en esta versión: cuando se publicó "Revolver" por primera vez, en mono, esta pieza era un poquito más desfasada -si cabe- que la definitiva. Con el disco ya en la calle, alguien (el señor Martin o el mismo Lennon) debió de decidir que el día en que se grabó esto tal vez John y los técnicos estuviesen un tanto "eufóricos" de más, con tanto loop y tanta cinta al revés, así que se decidió suavizarla: al mes siguiente ya estaba en las tiendas la versión que ha pasado a la historia. Pero a ver qué les parece la original.
Y con este fantástico desmadre termina la fiesta psicodélica: hay que volver a la cordura y el buen comportamiento. Por mi parte les deseo un feliz año, o que por lo menos no les cause muchos sobresaltos, y dejo aquí el paquetillo con estas y otras cuantas canciones al menos igual de coloridas. A disfrutarlas, y suerte.
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