martes, 20 de abril de 2010

B.B.B. (II)


"Fueron tiempos conmovedores: los viejos bluesmen salieron de sus refugios, de la oscuridad de su Delta, y fueron embarcados hacia Europa para rasgar algunos acordes improvisados, cantarnos sus olvidadas canciones favoritas, emborracharse como locos y al final perder algún que otro diente en la mitad de sus actuaciones"

Como siempre, nadie mejor que Nick Cohn para retratar la escena. Y esto no pasaba solamente con el blues: Chuck Berry o Bo Diddley se beneficiaban también de una segunda juventud en La Isla. Los blanquitos británicos atendían por igual a ambos bandos; y esa mezcla, más el nuevo componente aportado por ellos (el alma pop) creó un estilo de blues y rhythm'n'blues completamente distinto al americano, un estilo mucho más actual y agresivo.


Las primeras bandas que se dedicaron a desarrollar las nuevas enseñanzas eran casi académicas, lo cual significa mucha fidelidad al patrón original; que es como decir poca originalidad. Pero a cambio fueron una escuela de músicos, una verdadera universidad de la que saldrían los nombres que luego cubrieron todo el espectro no ya del blues, sino del rock, hasta principios de los años 70. De esas bandas la primera realmente importante fue Blues Incorporated, dirigida por el gran Alexis Korner, que hasta finales de los años 50 había estado tocando jazz pero que supo ver el potencial del género: en contacto con Cyril Davies, un gran aficionado al blues, monta en 1961 la Incorporated, por donde ha pasado gente como Charlie Watts, Jack Bruce, Ginger Baker... un reguero de nombres fundamentales. Sin embargo, a pesar de su enorme calidad, nunca llegó a ser una banda muy popular, justamente por lo que dije antes: el academicismo, la falta de originalidad.


La fama -y como consecuencia el dinero- estaba destinada a otro personaje fundamental: John Mayall, que acabó convirtiéndose en el Gran Padre Blanco del blues británico. Comenzó en este negocio poco después que Korner, quien, tras verlo actuar en los Blues Syndicate, le convenció para que crease una banda propia. Y eso hizo: a finales de 1963 nacen los Bluesbreakers. Y si la lista de músicos que pasó por la banda de Korner es impresionante, la de los que lo hicieron por la de Mayall ya tira de espaldas: guitarristas como Eric Clapton, Peter Green o Mick Taylor; bajistas como Jack Bruce o Andy Fraser; baterías como Jon Hiseman o Keef Hartley... una salvajada, vamos. Desde 1963 y por muchos años, el aval de haber militado en los Bluesbreakers fue la mejor carta de presentación para entrar en cualquier gran banda.


Así que en 1964, cuando comenzó el bombardeo sobre América, los británicos venían dispuestos a atacar con todo. Y si la primera oleada fue material básicamente beat, la segunda, no menos mortífera, ya estaba llegando con el blues que habían reciclado en tan solo dos o tres años: habían copiado la patente negra mejorándola, dándole nueva vida. Decididamente, el imperio británico acojona, querido Sam.

10 comentarios:

  1. Contaba B.B. King que cuando Clapton fue recibido en USA en loor de multitudes -o así-, mencionó su nombre como uno de sus ídolos, y nadie sabía quién era.
    ¿Quién tendrá que venir a España para que reconozcamos a Santiago Rouco?

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  2. Ya voy entendiendo qué es esto del blues. Como te decía en la anterior entrada, nunca he sabido mucho de géneros, y si veía que por ejemplo Sabina tenía su ''El blues de lo que pasa en mi escalera'', me decía que sería por algo, aunque a mi me sonara como a cualquier rock. Y es que hay muchos grupos que hacen cosillas de rock y blues parece que indistintamente (aquí habla mi ignorancia). Prestando un mínimo de atención ya se ven algunas características propias en esto del blues, ahora mismo estoy con una de los Bluesbreakers.

    Esto del blues en mi mundo Disney lo tocan los gatos de noche en los tejados, ¿sabías? y en callejones solitarios las ratas tristes y lloronas. Tiene su punto, lo reconozco.

    Mira, una canción que siempre me gustó y que tiene algo de blues a juzgar por su título:

    http://www.youtube.com/watch?v=p_7KXbZXx6A

    No he encontrado la versión de estudio, pero está en el Saling to Philadelphia. Es un autor el Knoplfer o como se escriba que causa opiniones contrarias, hay gente que siempre lo ha escuchado con devoción (como mi padre) y gente a la que le aburre tremendamente. A mi depende de la canción, unas me encantan y otras me aburren. Vaya, me enrollo, ya hace al menos un párrafo que em salí del tema de la entrada, perdona. Bueno, ¿qué opinas del Silvertown blues?

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  3. Sí, es de ritmo monótono, pero mola su magnetismo para ir en coche de noche, para dormir o para relajarse, ¿no?

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  4. Poco puedo comentar. Bueno, de hecho nada. Sólo que por aquí da gusto ilustrarse, como siempre.

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  5. Jamfri:
    El güisqui y la música siguen siendo de la mejor calidad.

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  6. Un saludo, MBI.

    En Estados Unidos eran un poco cazurros, don Luis: si no fuese por los jovencitos ingleses, a principios de los años 60 B.B. King y otros cuantos se estarían muriendo de hambre. Es increíble, pero es así.

    Antes de nada, estimada Arielita, hay que aclarar algo que puede parecer una tontería pero es fundamental: el significado de la palabra "blues".
    "Blue", además de azul, significa tristeza. Es decir, "I'm blue" significa "estoy triste". Y para los negros, el blues es una canción triste. Por eso algunos utilizan esa palabra para definir a una balada, por ejemplo, que en su aspecto formal y de estructura no tiene nada que ver con un "blues". Así que si el señor Sabina (al que no sigo) o el señor Knopfler (al que tampoco) hablan de "blues", probablemente no están hablando del "blues" negro, sino de una balada triste que se les ha ocurrido a ellos. El "blues" negro tiene una escala, generalmente de cinco notas, que podrás comprender perfectamente si oyes a los negros clásicos: verás como te suena esa escala. O te oyes, por ejemplo, "Whole lotta love" de los Zeppelin, y ahí tienes la escala de nuevo.

    Tranquila, Lady Dusch, no se preocupe: esto son conversaciones de grillos, y a veces podemos rayar en el aburrimiento.

    Hola, Paul Guadiana. Gracias por sus halagos.

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  7. Tal vez fuese en USA donde Peter Green se compró las camisas que ha lucido en los últimos años, y que pueden hacer llegar a pensar que el blues perjudica seriamente la salud mental. Pero lo cierto es que da gusto oírle tocar, lleve la camisa que lleve. A mí me encanta escucharle junto a Nigel Watson, otro figura del blues británico que, además, pone la voz que le falta al Greeny.

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  8. Estimado Rick, pa la edad que debe tener, es usted muy moderno, sabe un huevo del tema. Felicidades, le pago lo que le apetezca. Sobre la cita de Cohn, sólo diré que no hace falta ser un bluesman para que te rompan la cara por las noches, o incluso más: a Jaco Pastorius se lo cargó un segureta a hostias. Que por cierto, no me gusta mucho lo que hacía (esto del jazz rock), pero debería escucharlo en un disco de Joni Mitchell, "Hejira". Una joya, y no sólo por él. Mitchell es una monstrua también, o más. En fin, que es un disco redondo. Usted se explica mucho mejor que yo.
    Siga, plís...
    Salut.

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  9. Sorry-ck.
    http://www.youtube.com/watch?v=rG0kNny3WlY&feature=related

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Cierren la puerta al salir.