El glamour es una cosa inaprensible, un don que parece genético, independiente al mérito profesional que tenga o no su portador. Si nos ceñimos a la música española de los años 60, glamour pop era parte de lo que vendían los Brincos o los Bravos, por ejemplo: gracias a sus astutos managers y la campaña publicitaria que supieron tejer a su alrededor, los fans deliraban con su sola presencia. También es glamour, de otro tipo, el aura que envuelve a nuestra ensoñación sobre los Cheyenes: la eterna figura del outsider, el rebelde. Pero las cosas se ponen cuesta arriba cuando, por muy bueno que sea un grupo, su imagen es anodina, no hay un Alain Milhaud detrás y, peor aún, no son catalanes ni madrileños. Ese es el caso de los valencianos Huracanes, nuestros invitados de hoy: técnicamente, son de lo mejor de España (sus directos son legendarios); la mayor parte de su repertorio es propio y de un nivel superior; si hacen versiones, muy pocos tienen su maestría, y dominan varios estilos. Sin embargo no es frecuente oír hablar de ellos: Valencia es la tercera ciudad española en casi todos los órdenes incluyendo el musical, pero ese pequeño pastel está repartido entre Madrid y Barcelona -como casi todos los pasteles. Y esa polaridad aún durará muchos años: salvo en casos aislados como el de Bruno Lomas o los Canarios, los nombres “de provincias” suelen estar considerados como segunda fila (recordemos además que Bruno perdió mucha proyección por negarse a vivir en Madrid, algo que los Canarios aceptaron). El hecho de que un grupo cuya vida fue de casi diez años no tenga más fotografías oficiales que la que ustedes ven ahí arriba y otras dos o tres usadas para la reedición de su obra en CD, ya lo dice todo.
Sus comienzos fueron muy prometedores, ya que estamos ante casi un supergrupo que además tiene una visión muy profesional del negocio. Tras la desaparición de los Pantalones Azules, su cantante Víctor Ortiz se va a la mili, vuelve a mediados del 64 y crea los Huracanes con una alineación de circunstancias para ir cogiendo rodaje; el grupo queda consolidado el año siguiente con la entrada de Pascual Olivas, guitarra solista y líder que fue de los Top-Son (antiguos Milos hasta la marcha de Bruno Lomas a Francia). Junto a ellos tenemos a José Casquel, (rítmica), José “Malayo” Segura (bajo) y Julio Andreu (batería). Víctor, Pascual y Julio compondrán la mayor parte de su repertorio, y se imponen un horario fijo de ensayos. Los primeros resultados animan al legendario Enrique Ginés (el John Peel de Valencia) a darles todo su apoyo, meterlos a ensayar en La Voz de Levante y que esa emisora los patrocine, mientras que un industrial de la ciudad les financia la compra de todo el material que necesiten para sonar “como los grandes”. La historia recuerda un poco al arranque de los Brincos, con la diferencia de que los Huracanes son técnicamente mejores: estamos ante el primer grupo español cuyas actuaciones en directo pueden sobrepasar las dos horas sin bajas de calidad en sonido ni en repertorio. Eso, en 1965, resulta increíble (y más tarde, también).
Ginés consigue que EMI se interese por el grupo asignándolos a su subsello Regal, y en Octubre del 65 tenemos en las tiendas el primer Ep de los Huracanes; en el cual ya hay tres piezas originales de muy buen nivel precedidas por una magnífica versión del “For your love” de los Yardbirds. La apoteosis llega el año siguiente, con cuatro Eps y un Lp (uno de los más interesantes en la historia de la música española de los años 60). Ese ritmo de producción solo ha sido igualado por los Brincos hasta entonces, pero ni ellos alcanzan el nivel de ventas de los Huracanes en la comunidad valenciana: sus únicos competidores por el número uno en las listas de éxitos de esa zona son los Beatles. El disco grande, compuesto exclusivamente por piezas originales, se graba en un solo día en Barcelona -allí están los estudios de EMI- y durante un tiempo el grupo se radica en esa ciudad, donde comparte cartel con todas las luminarias catalanas; sin embargo, en una nueva demostración de que para su sello solo son un fenómeno provinciano, el disco tiene una tirada reducida, circunscrita casi exclusivamente a su patria chica. Ahora me toca elegir dos canciones de una época tan fructífera, lo cual me aconseja ponerme “canónico” y no darle muchas vueltas a la cabeza; eso significa recurrir a una buena muestra del repertorio propio y otra de su calidad haciendo versiones, y sin ir más lejos en su primer Ep del 66 tenemos ambas cosas: la legendaria “El calcetín”, una pieza soberbia de garaje pop (o algo así) que tal vez sea hoy la más recordada de este grupo, y una versión del “Linda Lu” de Ray Sharpe que se comenta sola, ya lo verán.
El año 67 es agotador: aunque de momento el mercado está abastecido con algunos Eps que se extraen de aquel mítico Lp, las actuaciones son continuas. Hay un comentario muy famoso de Pascual Olivas que lo resume perfectamente: “Ahora parece imposible que tocáramos el viernes por la noche en un sitio, una matinal el sábado en otro, por la tarde y noche dos pases en un tercer lugar y finalmente en uno o dos sitios más el domingo, para luego viajar toda la noche y estar en clase, en la universidad, el lunes a las 8 de la mañana". Tremendo. Sumen a eso algunos desplazamientos un poco más largos (en Madrid llegaron a tocar en el Price) y comprenderán que el estudioso Pascual tenía que tomar una decisión: esa decisión fue, en otoño de ese año, dejar la música para acabar su carrera. Esto significó un gran golpe para el grupo, ya que además de su maestría con la guitarra era un compositor e “ideólogo” fundamental. Un buen ejemplo de su calidad es “Tarta de merengue”, compuesta enteramente por él, incluida en el Lp de marras y luego en su último Ep del 67. Del mismo tipo es “Ya verás”, compuesta por Julio y también incluida en ambos discos. Por otra parte constituyen la demostración de que los Huracanes fueron, junto a los Canarios, los primeros en acercarse a ese estilo aunque desde el pop, que era básicamente su escuela.
Tras la marcha de Pascual la situación comienza a ser inestable: además del soul también la psicodelia comienza a ponerse de moda, y parece que tanta revolución crea divisiones en el grupo porque en poco tiempo hay una buena cantidad de salidas y entradas. A partir de 1968 los Huracanes son un grupo de siete miembros, con sección de viento y teclados; ese año y el siguiente serán todavía de muchas actuaciones pero cada vez más circunscritas a su comunidad. De EMI pasan a Belter, un sello capaz de lo mejor y lo peor, que en esos momentos favorece todo lo que suene a pop trompetero aunque también tiene sus imposiciones y los hace asistir al festival de Benidorm del 69. Con el final de la década y hasta su liquidación, casi a mediados de los 70, los Huracanes van desvaneciéndose: vuelven a ser un quinteto pero su producción discográfica es muy pequeña y compuesta en su mayoría por versiones, mientras que su escasa presencia escénica no va más allá de Valencia y Mallorca; y como suele suceder en esa nueva época regida por los solistas, la mayor parte de los músicos que pasaron por este grupo abandonan la profesión. Nosotros los despedimos con “¿Piensas volver?”, una muestra de su incursión en el pop psicodélico, y la muy soulera “Algo por nada”, versión bastante fiel pero bien hecha de la que habían publicado Jess y James poco antes. Esta última suele formar pareja con “El calcetín” en algunas recopilaciones, lo cual es un pobre consuelo: habiendo sido uno de los mejores grupos en la historia del pop nacional, la mayoría de los jóvenes aficionados a esa época creen que los Huracanes no pasan de ser otra nota a pie de página.
Ya ven ustedes que el centralismo creado por el eje Madrid-Barcelona era feroz en una época de tanta escasez. Y si Valencia no se salvaba de la exclusión, es evidente que quienes viviesen más lejos lo tendrían mucho peor aún: la semana que viene veremos un ejemplo de ello, oye.
Si, efectivamente, el centralismo (también Barcelona está incluida bajo el mismo término, por lo menos en los aspectos musical y cultural) mermó la capacidad de muchos grupos de otras zonas para llegar a una audiencia mayoritaria, aunque no limitó del todo, en absoluto, la grandísima profusión de grupos que nacieron y se desarrollaron a lo largo de la década de los 60 en nuestro país. desconocía a Los Huracanes y la verdad es que me han sorprendido gratamente. Me gusta más su vena pop, r&b y soul que la psicodélica. Ese tema "Linda Lu" me recuerda mucho la primera época de los Pretty Thing y los temas souleros para nada tienen que envidiar a los mejores Canarios.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
No, si profusión hubo, eso es cierto; pero lo malo es que, entre la carencia de circuitos estables para actuaciones y el poco apoyo que recibían de prensa y radio, la mayor parte de los grupos "de provincias" acabaron abandonando o dedicándose, como en el caso de los grupos mallorquines, a divertir a los guiris. En fin, determinismo puro. Y gracias por la visita.
EliminarBien Rick, bien. sacar a la palestra a los Huracanes es justicia pura y dura. No hace mucho compré el CD con todas sus grabaciones; no he conservado (alguien me lo pediría "prestado") el E.P. de "El calcetín", con "Linda Lu", "Tarta de merengue" y "La canción del malayo" y quería tener algo de ellos. Coincido en el asunto del centralismo (y con el resto del artículo).
ResponderEliminarSaludosssssssssssssssss
Sí, yo creo que se merecen un poco de justicia, aunque a estas alturas seguramente a ellos ya les dará igual. Una pena que haya perdido ese Ep, mister Babelain: es canela pura. Pero me alegro de que haya pillado el CD. Un grupo como este tiene material suficiente para no aburrir.
EliminarHola Rick:
ResponderEliminar¡Buena entrada copón!
Pues me ha dado tiempo a repasar este doble CD, Los Huracanes son uno de mis conjuntos favoritos, aunque mayoritariamente su primera época, con un buén montón de canciones, con sonido bastante directo, luego ya entraron los metales y los arreglos y pa mi perdieron bastante.
De su primera época destacar "Aún", temazo del yeyé español, y el "Calcetín", que creo todos nos sentimos identificados, uno de los grandes misterios de la humanidad.
"Días sin mañana", la versión del "eve of destruction" siempre me pareció una canción espeluznante por Barry McGuee, pero la letra en castellano es las de que acojona. La frase " Tu no tienes voto, la edad no tienes, pero sin embargo matar ya puedes", es de las que te deja fundido. Todo un alegato pacifista.
Grupazo, aunque creo le sobró un poco de tiempo en su carrera, aunque esto les pasa a muchos.
Un saludo y hasta la próxima.
Jose
¡Pues muchas gracias, don José, por el entusiasmo! Y aunque es cierto que sus primeros años son los mejores (cosa que por otra parte le pasa a casi todos los grupos), supieron ir desvaneciéndose con estilo: incluso sus últimas grabaciones eran bastante decentes. Y la versión de McGuire es fenomenal, estamos de acuerdo, y muy en la onda de aquella época.
EliminarSaludos mil.
Ostras, Los Huracanes, me encanta el disco que sacaron. Bueno, y los EPs. Conozco personalmente a Victor Ortíz, un fenómeno, siempre ha tenido conmigo palabras muy amables. Cuando me preguntan sobre mis grupos valencianos preferidos siempre menciono a Los Huracanes y curiosamente por aquí no los conoce casi nadie salvo algunos del mundillo musical. Saludos.
ResponderEliminarSuerte tiene usted, mister Johnny, de tratar al señor Ortiz, que para mí es una de las voces del pop nacional con más estilo: tanto su tono como los matices que da son magníficos. Y en efecto, poca gente los conoce. Vuelvo a lo de antes: si no eras de Madrid o Barcelona lo tenías muy crudo.
EliminarEste es un grupo que fue perdiendo fuerza con el paso del tiempo y lo puede justificar la falta de su mejor hacedor. El calcetín marco la pauta porque tiene una letra que se conjuga muy bien con la música sin esa clara descompensación que se nota en otros grupos españoles del momento. Luego quizás hay cierta reiteración y se opta por la versión más superficial del soul, donde la sección de metal suena demasiado orquestal y son más poyo que cualquier otra cosa.
ResponderEliminarEs cierto todo lo que dices de la centralidad musical en Madrid y Barcelona aunque me temo que tampoco hemos vanzado mucho desde entonces.
Es cierto que fueron dacayendo, como todos, pero sus tres o cuatro primeros años fueron muy buenos, y eso ya es un nivel teniendo en cuenta que hablamos de grupos españoles. Y en cuanto a la versión superficial del soul, hay que tener en cuenta que hablamos del llamado "blue eyed soul", es decir, soul pop blanco. Aquí la palabra"soul" es una pura convención, ya que no tiene nada que ver con el soul de toda la vida. Pero, partierndo de la base pop, sus canciones eran muy agradables.
EliminarY en cuanto a lo de Madrid y Barcelona... qué le voy a contar que usted no sepa...
Poco más que de nombre conocía a los Huracanes, pero me he comido la tarta de merengue varias veces, qué preciosidad. Y la del calcetín también es de recibo. Sorprende el endiablado ritmo de conciertos que llevaban y se comprende que eso a la larga acaba quemando a la gente, sobre todo si el reconocimiento no llega.
ResponderEliminarEsa tarta es una delicia, mister Chafardero; sobre todo para los que somos poppies. Comprendo que no todo el mundo puede tener los mismo gustos, pero no hay muchas canciones en el repertorio nacional de aquella época con tanto gancho. Y sí, muchas actuaciones pero a cxorto plazo y con poco futuro. A la larga resulta inevitable dejarlo.
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