Sin salir del condado de Surrey abandonamos su capital Guildford para subir a Woking, a menos de diez kilómetros. Y allí los tenemos, por fin: The Jam. Tal vez haya muchas opiniones distintas sobre lo que fue la New Wave, y por lo tanto daré la mía para que se comprenda mejor mi devoción por estos señores. Para la gente como yo, la New Wave es entre otras cosas una vuelta a la sencillez y la contundencia que tuvo el pop isleño entre 1965 y el 67; esos tres años maravillosos en los que se consagran los Who, Kinks y Small Faces pero que también contienen la gloria fugaz de pequeñas y adorables bandas como Creation, Artwoods, Eyes, Birds y otras cuantas. Fue una época emocionante que con la llegada de la psicodelia y luego el rock progresivo quedó olvidada, despreciada con frecuencia, y que comienza a reivindicarse en esta nueva ola. A veces se define a los Jam como banda neo-mod, pero hay que tener cuidado con ese término: la música mod no existe; existen los mods, una tribu de fans cuya variedad de gustos musicales abarca gran parte del repertorio negro -esa cosa tan etérea llamada “rhythmn and blues” que en Estados Unidos y en los años 50/60 iba desde el soul o la Motown hasta el rock and roll de la escuela Berry- y el pop eléctrico blanco que surge haciendo versiones precisamente del repertorio negro; ah, y también les gustaba demostrar su categoría de tribu con una estética determinada. Pero su decadencia comienza en 1964, justo cuando comienza también esa época dorada de las bandas pop.
John Weller es un niño de cinco o seis años cuando descubre en la radio a los Beatles, allá por el 63 o tal vez el 64. Como es lógico en una criatura sana, queda prendado por ese estilo llamado beat (esencialmente blanco), que reinará hasta que poco después la influencia de la música negra en la Isla cause la aparición de bandas como los Who y Small Faces, que definitivamente envuelven a este chaval en un arrobo ensoñador (aunque no asocia a esas bandas con la tribu mod, desconocida para él por entonces). Con diez años ya está aprendiendo a tocar la guitarra, y con catorce crea en el colegio su primer grupo, que después de varios cambios de personal queda solidificado en 1976: los Jam son un trío en el que junto a John, que canta, toca las guitarras y es el compositor principal, está Bruce Foxton al bajo y Rick Buckler en la batería. Da la casualidad de que el padre de John se llama también John y será su manager; para evitar confusiones, el hijo será conocido como “Paul” Weller. Paul nos explica cuál es su perspectiva: “Me di cuenta de que convertirme en un mod me daba la base o el ángulo desde el que componer, y eso hice. Comenzamos a hacer versiones de la Motown, Stax y Atlantic; me compré una Rickenbaker, una Lambretta y me corté el pelo como Steve Marriott”. Claro que antes de eso… "Me interesé por los mods de los años 60 no sé por qué, tal vez al ver alguna fotografía. En cualquier caso el asunto me enganchó e indagué sobre el tema. La mayoría de los chicos de mi edad no habían oído hablar nunca de los mods, o a lo sumo los recordaban como a las bestias míticas de oscuros tiempos".
Siguiendo con los términos que pueden llevar a confusión, a los Jam también se les consideró al principio como integrantes de la oleada punk; lo cual podría ser aceptable si queremos considerar “punk” las canciones como “My generation” de los Who o “You really got me” de los Kinks, por decir dos... Que por cierto, también aparece el espíritu Kinks por el medio: las letras de Jam pueden ser tan combativas en lo social (lo que les ganó el aprecio inicial de los Clash) como nostálgicas por la pérdida del pasado victoriano británico (aquí los Clash se cabreaban), y ese gusto por los trajes perfectamente cortados de los años 50/60 junto a su afición por la bandera llevó a muchos aficionados a considerarlos como un grupo de “conservadores”, tal vez olvidando que la mayoría de las bandas punk -como los Clash- la lucían de un modo u otro (por no hablar de las chaquetas Union Jack que vestían a veces las bandas clásicas como los Who y que también visten los Jam, como pueden ver ustedes en la fotografía que alumbra esta entrada). Afortunadamente, que Joe Strummer se convirtiese en el guardián de la ortodoxia política no le importó lo más mínimo a Weller, una de cuyas virtudes es la de ir siempre por libre (en lo personal se parecían mucho: dos ególatras).
Después de casi dos años compartiendo escenario con las nacientes bandas de pub rock y punk, entre las que destacan por su buena ejecución técnica y su aspecto atildado, a principios del 77 Chris Parry se fija en ellos. Parry es el antiguo batería de los legendarios poppies neozelandeses The Fourmyula reconvertido en cazatalentos de Polydor; y además de ficharlos compartirá la tarea de producción junto a Vic Smith, que también se estrena en ese rol pero ya tiene una buena hoja de servicios como ingeniero de sonido (iniciada diez años antes junto a Cat Stevens). Así que estamos ante dos nuevos nombres para el futuro. Weller y sus socios tienen el material sobradamente afinado para no pasar mucho tiempo en el estudio; por otra parte eso iría contra su vocación de inmediatez, de frescura expresiva, y a finales de Abril del 77 llega su primer single, “In the city”, que será también el título de su primer disco grande, tres semanas después. Con esa sola canción ya sería suficiente para dejar claro su estilo, que por otra parte es muy fácil de definir: imagínense a los Who con dieciocho años pero en esta época, más vivaces aún. El single no pasa del top 40, tal vez porque el personal no estaba todavía “mentalizado”, pero el Lp llegó al 20 y la crítica en general cayó rendida a sus pies, convirtiéndolo en clásico y siendo aún hoy uno de los discos de aquella época que sigue vendiendo con regularidad. No es raro: tras habernos refrescado las meninges con el single anterior y sus rasgueos al estilo Townshend, ya es más fácil impregnarse de todo un espíritu como el que contienen piezas del calibre de “Art school”, “I’ve changed my address”, la versión del incombustible “Slow down”, etc etc. Y hasta resulta enternecedor que la otra versión del disco sea “Batman”, un homenaje tanto a la serie como a las bandas sesenteras que se habían prendado de ella (como los Who, por cierto). En suma, estamos ante uno de los discos más brillantes de aquel tiempo.
Después de “All around the world”, un nuevo single en la estela del anterior, llega en noviembre su segundo Lp: “This is the modern world”, en el que la banda comienza una lenta pero significativa progresión. Junto a las piezas más claramente asociadas a su estilo inicial, como “The modern world”, “London traffic” (esta es de Foxton) o “In the street today” hay algunas de tiempo medio, muy trabajadas y sólidas, como “Life from a window” con su tono acústico, o el crescendo de “Here comes the weekend”, que nos muestran una mayor variedad de recursos y en consecuencia la afirmación de un estilo propio, cada vez menos dependiente de las grandes referencias de la década anterior. Eso sí, dejan clara su devoción por el soul tradicional con una espléndida versión de “In the midnight hour” que saben llevar a su terreno; vamos, como hacían los Who o los Small Faces con ese material en sus tiempos. Y aunque el disco no vendió tanto como el primero -recuerden, estamos en los meses álgidos del punk- no tiene nada que envidiarle.
Bien, pues los Jam son otra banda de primera línea para el futuro. Da gusto ver que la oferta comienza a hacerse frondosa, sin las estrecheces digamos "minimalistas" de poco antes, y que ya vamos perdiendo el miedo al vacío que nos había asaltado cuando la explosión punk acabó con casi todo lo anterior.
El primer disco al que me asomé de The Jam, "All Mod Cons", es uno de los clásicos "que me acompañarían a la isla abandonada", supuso un auténtico aldabonazo, uno de los Lps que hicieron de aquella época un tiempo absolutamente dorado, irrepetible, mágico. Su estética mod y sus fuentes e inspiraciones musicales me retrotrajeron a los mejores Who y Small Faces de antaño, también al sonido negro de Motown. He de decir, además, que la educación de mis hermanos menores debe mucho a la tabarra que les di con que escucharan a los Jam en concreto, tanto que terminaron subiéndose a sus Lambrettas y llevando sus parkas, aunque esta última vestimenta homenajeaba más a grupos como Secret Affair o a los mismo Who de "Quadrophenia". De hecho, a uno de ellos, Pablo, le sigo desde entonces llamando Weller.
ResponderEliminarPara mí, la última gran banda de rock inglesa, tanto que completan el cuadrado genuinamente británico junto a Who, Kinks y Small Faces.
Saludos,
JdG
Es que lo tenían todo, estimado Javier: música y actitud. Son claramente herederos de aquella época deliciosa, pero sin llegar a ser una "banda homenaje" que hace negocio de la nostalgia. Los Jam tenían su propio mundo, supieron evolucionar y en cualquier caso no se puede olvidar la época en la que surgieron porque sus primeras canciones tienen un toque punk muy reconocible, aunque con su propio estilo.
EliminarSaludos mil
Nada nuevo que decir de este estupendo grupo y su artífice principal Paul Weller, que si adoptó el estilo mod, cierto es que no existe una música propiamente mod, fue para desligarse del adanismo punk y creer que eran herederos de una tradición musical anterior que justificaba su estilo. The Jam era el grupo para descargar esa energía disponible y los posteriores proyectos de Weller una forma de canalizarlos.
ResponderEliminarSaludos
Esa es la cosa, herr doktror, que tenían un estilo propio. Y por otra parte supieron crear escuela: Javier cita a "grupos como Secret Affair", a los que se puede añadir a los Melton Parkas, Vapors y otros cuantos que nunca habrían surgido de no ser por el ejemplo de los Jam. Ellos solos explican media New Wave.
EliminarPues no seré yo quien discuta contigo sobre la influencia de los Who sobre Jam, que seguro que la hay, pero la pegada y brillantez de estos yo no nunca se la vi a sus predecesores. Para mi son los representantes por antonomasia de la nueva ola.
ResponderEliminarVaya si la hay. Cógete los primeros singles de los Who, como "I can't explain", "Substitute", "My generatio" y otros cuantos, y verás su rastro en los primeros años de los Jam. Otra cosa es que cada época tiene su "estándar de pegada", por decirlo así, pero para mí la cosa es bastante clara.
EliminarY por supuesto: la síntesis de la New Wave son ellos y Elvis Costello.
También veo una influencia de los primeros Who en los Jam. A mí lo que más me gusta de los Who es esa primera época, con esos singles tan potentes. Paul Weller and Cía tomaron buena nota. Y tambíen miraban de reojo a los primeros Kinks. Buenos maestros. Buenos alumnos.
ResponderEliminarSaludossssssssssss
Es la escuela british totalmente, estimado Bab. De todos modos, a mí me gustan tanto los primeros Who como los segundos: desde su primer single hasta Quadrophenia, habrá cosas mejores o peores pero todo es de mucha altura. Y los Kinks, qué te voy a decir a ti...
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