Ian Dury es otra figura de la new wave cuya carrera había comenzado tiempo antes en los pubs. En esta segunda época las cosas le fueron bastante bien hasta finales de los 70, e incluso hubo momentos en los que superó la popularidad de Costello, aunque este último demostró tener más recursos que él. De todos modos sus influencias musicales son también amplias, y está considerado como uno de los grandes referentes de aquellos años. Quizá uno de los problemas, a la larga, fue su desbordante personalidad, la identificación con una época concreta y un estilo que no podía mantenerse mucho más. Hay que tener en cuenta que en su perfil está antes el frontman que el músico, que su esencia son sus letras cantadas en un fraseo irónicamente cockney teniendo en cuenta su nivel cultural, su gran gestualidad en el escenario (Madness lo citan como referencia), y que a partir de los 80 ese modelo comienza a decaer.
Nacido en 1942, Dury es el patriarca de los nuevaoleros. Su infancia fue bastante complicada, una sucesión de cambios de domicilio, internados y hospitales, afectado por una grave enfermedad -la poliomelitis- que marcó claramente su vida posterior y por supuesto su carácter (su propio hijo decía que la sensación cercana a la invalidez lo convertía en una persona mentalmente violenta). A cambio es un personaje con variadas inquietudes artísticas: tras una buena formación literaria en su adolescencia, entra en la juventud como gran aficionado a la pintura llegando incluso a participar en exposiciones y dar clases; cerca ya de los treinta años decide probar suerte como músico, y llegó también a intervenir como actor en algunas obras de teatro. Tal vez la amargura producida por su maltrecha salud fuese la que originaba una inquietud permanente que lo llevó a probar todo tipo de experiencias artísticas y personales, pero a pesar de su tendencia autodestructiva hay que reconocer que también intentó mantener un cierto equilibrio y no abandonarse.
A finales de 1970 se presenta en este negocio al frente de Kilburn And The High-Roads, que con el paso de los años han llegado a ser considerados como grupo de culto. Y no es únicamente por quién haya sido su líder, sino porque estamos ante una verdadera banda de art rock a la que no se entendió bien: salvo momentos excepcionales como cuando fueron teloneros en la gira Quadrophenia de los Who, la mayor parte de los cinco años que duró su carrera fueron considerados como banda de pub. Lo tuvieron todo en contra, ya que no consiguieron grabar hasta 1974 y el pequeño sello que los había fichado -Raft- finalmente desapareció, quedando las cintas en poder de Warner, que de momento se limitó a guardarlas en un cajón. Dury y compañía consiguieron otro contrato con Dawn (el sello progre de Pye) y regrabaron las canciones dándoles un toque acorde con el sello, que publicó el disco a mediados del 75 bajo el título de “Handsome”. Es un disco de categoría, que abarca desde el cabaret rock de unos Cockney Rebel hasta las piezas de tono tradicional victoriano al estilo Kinks, y por supuesto ya entonces brilla la literatura de un Dury que en lo musical suele apoyarse bastante en sus compañeros; sin embargo pasó sin pena ni gloria, y además la banda ya estaba en proceso de descomposición. Dos años después, cuando Dury se hace popular, Warner publicará aquellas cintas olvidadas reuniéndolas en un disco titulado “Wotabunch!”: en su mayoría son las mismas canciones que las contenidas en “Handsome” pero mucho más simples, más cercanas al directo, y algunos fans las prefieren a las versiones pulidas que sacó Dawn.
La parte buena de esa historia es que a partir de entonces Dury podrá concentrarse en sus letras y delegar el trabajo musical en Charles “Chaz” Jankel, un multinstrumentista (especialmente teclados y cuerdas): se conocieron en los últimos días de los Kilburn y desde el principio se compenetraron bien. Durante gran parte del 76 y principios del 77 estuvieron componiendo un puñado de canciones que comenzaron a ensayar junto a unos cuantos músicos entre los que se consolidaron, además del propio Jankel y el saxofonista Davey Payne -veterano de los viejos Kilburn-, algunos ex miembros de Loving Awareness, una banda psicodélico-progresiva: el bajista Norman Watt-Roy (también ex de los Greatest Show On Earth), el batería Charlie Charles y el teclista Mick Gallagher (ex-Skip Bifferty). Por esas fechas el nuevo sello Stiff comparte piso de oficinas con Blackhill Enterprises (la agencia que había lanzado a Pink Floyd, nada menos), que ahora es la representante de Dury; este les entrega una demo, Blackhill se la presenta a Stiff y convence al sello de que se trata de algo grande (tanta confianza tienen que conceden a Dury y sus muchachos crédito para comprar todo el material que quieran). La cosa promete.
En agosto del 77 se presenta su primer single: “Sex and drugs and rock and roll”; a la BBC le faltó tiempo para declararla “no radiable”, aunque según Dury es irónica (“si solo piensas en esas tres cosas es que tienes problemas”, dijo luego). De todos modos es simplemente una gran canción a medio camino entre rock y funk, con una línea de bajo que según Dury está robada a Charlie Haden, que a su vez dijo haberla robado del folklore cajún. A causa del boicot de las emisoras grandes sus ventas no llegaron a las veinte mil copias, pero por supuesto se convirtió pronto en una leyenda que aún hoy tiene su gancho. Y un mes más tarde llega el primer Lp: “New boots and panties” (que, también según él, son los dos únicos elementos integrantes de su vestimenta que no compra en las tiendas de segunda mano). Dury es, por esa tremenda energía que imprime a las canciones, sus letras con juegos de palabras y su entonación cockney, uno de los componentes más brillantes en la mezcla musical que desarrollan Jankel y los demás con una gran altura técnica. Y tal vez la supuesta cercanía al mundo punk de la que siempre se habla cuando se le cita viene dada por su actitud antes que por la música en sí, demasiado elaborada para los gustos de ese mundo. El disco es un muestrario de estilos, desde rock and roll (la encantadora “Sweet Gene Vincent” o la casi punki “Blockheads”) hasta el music hall (“Billericay Dicky” o “My old man”) pasando por una gran variedad de tonos funky (“Wake up and make love with me” o “Clevor Trever”). Hoy en día está considerado como uno de los grandes de la época, y posiblemente el mejor en la carrera de Dury, aunque no contenga sus singles (que ahora ya aparecen en las reediciones). Y esa consideración se nota en las listas: se vendió lentamente al principio, pero en el 78 ya iba por el medio millón de copias y un año después era disco de platino. Eso solo suele ocurrir con los discos realmente buenos.
Poco después la banda ya se presenta como Ian Dury & The Blockheads y comienza una sucesión de giras que arranca con el Stiff’s Tour junto a las demás luminarias del sello. En 1978, con tanto ajetreo solo tendrán tiempo a publicar algunos singles, así que no volverán por aquí hasta el 79. Bueno, pues a ver qué nos cuentan para entonces…
Recuerdo una gira de Stiff's Records por España reseñada paor prensa y TV quizás en el programa de Carlos Tena o Ángel Casas. De Ian Dury, sin recurrir a la facilidad del You Tube para comprobarlo, me quedó impregnada una canción Spasticus Autisticus y una imagen que me recordaba vagamente a Lou Reed.
ResponderEliminarSaludos
Sí, la Stiff intentó hacerse con todo el mercado alternativo europeo, y entre 1977 y el 80 ellos y la Chiswick casi lo consiguen. La canción de "Spasticus" fue su último gran pelotazo, a partir de ahí comenzó a caer.
EliminarSaludos mil
Para mí, “New boots and panties”, es un clásico. Se rodeó de músicos, como bien comentas, muy competentes que sabían lo que se traían entre manos. Esos teclados (Jankel), ese saxo (Payne)...
ResponderEliminarSaludosssssssss
Es la ventaja de la edad: Dury ya tenía muy claro que había que ser profesional. Sus canciones serán mejores o peores, pero toda su producción tiene un buen nivel técnico.
EliminarMiles de saludos...
Les vi en directo en Junio de 1979, junto a Robert Gordon de telonero, todavía guardo la entrada. Siempre he tenido querencia por este pequeño gran hombre y por su trabajo. Su "New Boots and Panties", como bien dice Babelain, es ya todo un clásico, cada canción un chispazo del ambiente callejero, cockney y vacilón que Stiff supo ve en Dury como mejor exponente. Su banda siempre fue de categoría, incluso con la inclusión del gran Wilko Johnson en su "Laughter", aunque este trabajo es para mí significativamente inferior al resto de su obra (Me desespero con el interminable "Fucking Ada")
ResponderEliminarSaludos,
JdG
Vaya, Robert Gordon, llevaba siglos sin oir su nombre. En cualquier caso, los dos primeros discos de Dury son inevitables para entender aquella época, aunque luego esos "Laughter" y compañía sean significativamente decandentes. Ya digo, para mí lo mejor fueron sus dos o tres primeros años en la Stiff.
EliminarHola:
ResponderEliminarEstos personajes que me suenan mucho y que habré escuchado infinidad de veces, pero que no sabría distinguirlos quien es cada cual.
menos mal que en este blog se aprenden las asignaturas pendientes.
Antoni.
Hola, Antoni:
EliminarFue una época un poco confusa, con información muy justita en España, y hubo unos cuantos nombres que aquí no se reivindicaron hasta unos años después. Llévábamos retraso, esa es la verdad. Pero ahora que ya todo pasó, podemos redescubrirlos sin prisas.
Sigue la racha:
ResponderEliminarMe encantaba este curioso personaje, y como dice Bab “New boots and panties” es todo un clásico y lo del sexo, droga y rockandroll no te digo. ¡Vaya forma contundente de hacer olvidar rapidamente a E,L&P o Yes por ejemplo!.
Venga, a por otro, que estoy impaciente, pero...hay tantos.
Saludote
Jose
Otro clásico de aquellos tiempos, sin duda. Y tanto ese single como el Lp vendieron bastante incluso aquí, que ya es decir. Lo de E,L & P te ha quedado redondo, por cierto.
EliminarY no te creas que quedan ya muchos, recuerda que estamos entre 1976 y 77: el 78 y 79 son una verdadera mina, pero como aquí andamos pasito a pasito vas a tener que esperar un tiempo...
Saludos mil.