Tras la desaparición de los Sex Pistols suele recurrirse al término “post punk” para designar a la época que va desde ese momento hasta mediados de los años 80, cuando los músicos que partieron de aquel primer esquema ya tienen carácter propio. Y entre esos músicos están los que forman Damned y Clash, las dos bandas más veteranas y populares que seguirán en pie al llegar la nueva década. Por supuesto ninguno de ellos acepta ya que se les incluya en esa categoría: ahora estamos ante dos bandas de rock.
Los Damned nos habían dado un disgusto en 1978, al anunciar su desaparición: “Music for pleasure”, su segundo disco, había sido un fracaso comercial, en parte porque el material era un poco grisáceo y en parte por la extraña presencia de Nick Mason como productor. Rat Scabies, el batería, había mostrado su disconformidad con aquella elección y decidió abandonarlos; poco después, expulsados de la Stiff y sin un proyecto claro, se separaban en Febrero de aquel año. Visto con perspectiva, y aun admitiendo que la producción de Mason es plana, el disco no es tan malo como puede parecer en una primera escucha, pero ese es otro asunto: el caso es que ya los dábamos por perdidos para siempre. Sin embargo, tras algunos escarceos vuelven a reunirse en la primavera de 1979 con la única pero significativa baja de Brian James, el guitarrista y compositor de la mayor parte del repertorio de la primera época; Rat Scabies, Captain Sensible y Dave Vanian serán a partir de ahora y hasta mediados de los años 80 el sólido motor de una banda cuyos mejores momentos están por llegar. Sensible, la segunda voz, abandona el bajo para encargarse de la guitarra y los teclados; de momento las cuatro cuerdas quedan en manos de Algy Ward, ex de los australianos Saints. Casi a continuación consiguen un contrato con Chiswick y vuelven a la vida discográfíca con dos singles: “Love song” y “Smash it up”. Ambos consiguen buenas ventas (se nota la alegría de los antiguos fans por esta resurrección) y antes de que acabe el año llega su tercer disco grande: “Machine gun etiquette”.
“Love song” es también la canción que abre ese nuevo disco grande, y es un claro indicador de la buena salud de estos resucitados: se mantiene la energía y la velocidad del punk que facturaban en sus primeros tiempos, pero el sonido se ha hecho “mayor”, más denso, más cercano al rock tradicional, casi yanqui. Por otra parte han mejorado mucho su técnica con los instrumentos y saben darle buen uso a los teclados, lo cual les permite trabajar ya en otros estilos más “comprometidos”; y un buen ejemplo lo tenemos precisamente en "Smash it up”, el otro single, que aquí es el magnífico broche final. Es una pieza desarrollada en dos fases radicalmente distintas pero complementarias: arranca con un desarrollo de cuerdas apacible, un juego de guitarras eléctricas con espíritu de acústicas al que luego se suma la batería, y de pronto surge la transformación que nos lleva a una de esas piezas de punk pop aliñadas con fases de guitarras rockeras que solo los Damned saben hacer con tal maestría (ya, igual me estoy pasando, pero para mí este es uno de sus momentos más brillantes). Y entre esas dos piezas hay una notable variedad, desde el punk de sus orígenes, ahora con más recursos -la canción que da título al disco- hasta un pop muy elaborado, con teclados y juegos de voces, a veces con arreglos casi orquestales. En fin, que “Machine gun etiquette” es uno de los primeros discos clásicos nacidos en la época post punk.
Así que los Damned se hallan en una situación inmejorable para afrontar la nueva década con garantías. Los mismos Damned por los que nadie daba un duro tras el fracaso de su segundo disco, cuando muchos pensaban que no habían sido nada más que un producto del momento, como los Pistols. La vida te da sorpresas…
Los Clash, que desde el principio se han mostrado como un grupo combativo, con las ideas claras y esos postulados de extrema izquierda a pesar de sus vestimentas tan molonas y su jugoso contrato con la CBS, ya no consienten que nadie les llame punkies. Por otra parte CBS, que por fin publica su primer disco en Estados Unidos tras el tremendo éxito de las ventas por vía de importación, ha comprendido que ese mercado puede darle mucho dinero y busca un productor que sepa perfilar su sonido para hacerlo más cercano a los gustos yanquis: Sandy Pearlman, que ha producido a Blue Öyster Cult y los Dictators, será ese hombre. A la batería se consolida Topper Headon. Y a finales del 78 llega “Give’em enough rope”, que sin ser brillante mantiene el tono del anterior y nos hace esperar por tiempos mejores. Conste que no soy yo el más indicado para hablar de los Clash y que muchos aficionados ven este disco a la altura del primero, así que vamos a dejarlo a medio camino: estamos ante un cruce entre punk y hard con canciones ya clásicas como “Tommy Gun”, grandes mejoras en el estilo guitarrero de Strummer como en “English civil war” o “Guns on the roof”, y en conjunto un refinamiento que tal vez se deba tanto a ellos como a Pearlman. Pero, visto con la perspectiva que da el tiempo, todo palidece en comparación con lo que viene luego.
Porque lo que viene luego es “London calling”, el tercer
disco, un doble que se publica en Noviembre
del 79, la traca final de la década, el momento cumbre de los Clash. Desde
el arranque con la canción que le da título hasta el cierre con esa “Train in
vain” que se oculta tanto en el listado de la cubierta como en la galleta del vinilo, esta
colección es un lujo asiático; hay alguna pieza más flojilla que otras, claro,
pero aquí estamos ante un gran ejemplo de superación personal. Porque los
Clash, después del disco anterior, ya no podían seguir refugiándose en la
inercia punk, y hasta el propio Strummer reconoció que en ese momento no tenían muy
claro por dónde tirar. Pero de la necesidad hicieron virtud, y aquí tenemos
rock, reggae, jazz, pop, rhythm’n’blues… de todo. Incluso la referencia a Lorca
en la inolvidable “Spanish bombs”, con esa estrofa chapurreada en algo parecido
al español, es una buena muestra del rock épico que se prodiga en otras piezas
como “Death or glory”, demostrando que han aprendido mucho y que, esta vez sí,
ya son una banda sin necesidad de etiquetas. Por otra parte la producción es
soberbia: al mando está el gran Guy Stevens, que ha trabajado con medio censo
británico y cuya eficiencia es capaz de sortear su cada vez más evidente
tendencia al alcoholismo. Y por último, para redondear la obra, esa portada
pretendidamente minimalista con Simonon destrozando su bajo y la grafía haciendo
un homenaje a Elvis; al rock and roll, que es en esencia el espíritu de este
disco, uno de los más brillantes en la historia del género.
Los Clash, por lo tanto, son junto a Damned los dos grandes
supervivientes de una época corta pero abrasiva; se han ganado su entrada en
los años 80 con todos los honores. Y no estamos ahora para adelantar
acontecimientos, así que, una vez más, disfrutemos del momento.
Me quedé hasta las 4 y media de la mañana homenajeando estos tres maravillosos discos. Conclusiones (aun con algo de resaca...): El "Machine Gun Etiquette" cada vez me gusta más; este trabajo tiene una enorme personalidad en la obra de Damned. "Give´em Enough Rope", voy a proponer al Sr. Maduro que cambie las estrellitas y el escudo de su bandera por el jinete y el cadáver con buitres. Los colores son los mismos y el sonido es mucho mejor. Donde esté el "London Calling" que se quite todo lo demás, sobran palabras. Hay que escucharlo a las tantas y con el ánimo ligeramente alterado. Muy buenas las referencias al oculto "Train In Vain" y al personaje Guy Stevens. De la Hapshash & The Coloured Coat a la producción de "London Calling", nada que ver una cosa con la otra. Su concierto presentando el "Sandinista" en Abril del 81 es de momento el concierto de mi vida. Excelente entrada, ha empezado vd. con nota.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
Ah, pues la madrugada es un buen momento para escuchar este tipo de músicas, muy propias de lugares cerrados, concentración etílica y personajes sin prisas.
EliminarYo creo que este disco de Damned no se ha valorado bien en España, o tal vez los Damned aquí se siguen considerando como de segunda fila, no sé. Lo que sí te puedo asegurar es que en la Isla se les adoraba; entre otras cosas porque ellos sí suenan británicos, a diferencia de los Clash, que casi desde el principio buscaron el sonido yanqui.
Y en cuanto a los Clash, nada que discutir sobre "London calling": no solamente es su obra cumbre, sino también uno de esos clásicos que sigue ganando prestigio con el paso de los años.
Saludos mil.
El tema de Dammed muy bueno, todo un regalo. De Clash decir que hoy he montado una lista de reproducción para una fiesta que voy a dar dentro de poco y London Calling va de las primeras. Desde la primera vez que lo oí pensé esto es un clásico. Un disco imbatible, en el fondo y en la forma. Y la portada ya ni te cuento
ResponderEliminarTodo ese disco es una preciosidad, mister Chafardero. Repito lo que he dicho a Javier: los Damned son mucho mejores de lo que cree el público español, que no se los ha tomado en serio.
EliminarY el "London calling" en cambio no necesita más comentarios. Un clásico de los pies a la cabeza. Suerte con la fiesta.
Los he vuelto a oír (a Damned y Clash) pero a horas menos intempestivas para mí. Y coincido con Javier en lo de London Calling. No pierde encanto ni fuerza con el tiempo. Y el “Machine gun etiquette” siempre me sorprende cada vez que lo oigo de lo bueno que es. Si que empezamos con buen pie. Excelente primera entrega como era de esperar.
ResponderEliminarSaludosssssssss
"London calling", teniendo en cuenta la diferencia de épocas y con todas las matizaciones que se quiera, es un disco a la altura de clásicos anteriores como "Beggars banquet", "Aqualung, "In rock" y otros cuantos por el estilo. Y con los Damed, insisto: son una banda poco valorada en España, no sé por qué.
EliminarSaludos mil....
Reconozco que The Damned no me llaman mucho a pesar de esa enorme canción que has puesto. The Clash son leyenda y con las leyendas hay que andar con mucho tino porque o se te va la mano en el elogio o te quedas corto. Joe Strummer es un mártir de la causa pero también tengo un recuerdo para el bueno de Mick Jones que sin duda tiene mucho que decir en esa leyenda inmortal.
ResponderEliminarLos Damned, como los Clash, volverán a aparecer aquí dentro de un tiempo, así que tal vez a fuerza de repeticiones consigamos que se les respete como se debe. En cuanto a Strummer y compañía, la cosa es más fácil: al menos en este disco, creo que estamos todos de acuerdo.
EliminarHola Rick:
ResponderEliminarPues los Dammed, siempre los he considerado como una banda aparte, por su sonido tan suyo, hacía mucho que no los escuchaba y siempre está bien dar un repasillo a estas bandas.
De los Clash, yo los definiria como la banda punk que gusta a los que no les gusta el punk. El London Calling, creo que es uno de los discos fundamentales de toda la historia de la música y uno de los que no cansa nunca.
Buen arranque de bienio.
Un saludote
Jose
Los Clash son casi desde el principio una banda de rock de estilo yanqui; Damned en cambio son muy británicos, más cercanos al mundo de la new wave. En conjunto yo prefiero a estos antes que a Clash, pero sobre el "London calling" es evidente que no hay nada que discutir..
EliminarY más saludotes...
Los dos de los Clash que propones ya los conocia pero he aprovechado para hacerle un repaso al 'London Calling' porque hacía mucho tiempo que no lo escuchaba y de los dos es el que me impresionó más. Y es cierto que es un discazo, sin discusión, quizá de lo mejorcito de la década (¿estoy exagerando?). Y los Damned me quedé en el primero, que cuando lo escuché hace ya unos cuantos años me impresionó mucho. Pero no sé porque ahí se quedó la cosa y ya no he vuelto a escuchar nada más de ellos desde entonces. Hasta hoy que he vuelto a prestarles la atención que merecen con este 'Machine gun etiquette' que defines como clásico. De momento un par de escuchas y suena bien, quizá no tan contundente y rudo como el primero (mas popero y accesible quizá, ¿no?) pero seguro que vale la pena.
ResponderEliminarSaludos
No estás exagerando, en absoluto. Muy pocas veces se ha dado tanta coincidencia sobre un disco: no conozco todavía una mala crítica, y mira que se han hecho críticas por comentaristas de todos los pelajes. Sencillamente, hay discos "bendecidos", y este es uno de ellos.
EliminarY los Damned, pues eso: son un cruce entre punk y new wave que finalm,ente acaban siuendo una de las mejores bandas pop de la Isla. Luego ya cada uno tiene su gusto, claro...
Hola Rick:
ResponderEliminarDe los Damned tenía yo un álbum que me gustaba mucho, y recuerdo especialmente una versión del Alone Again Or de Love que era mi favorita, ya que pensaba en aquella época que era de ellos. No se que fue del disco, lo presté y voló. Buen tema el que has puesto en el reproductor.
Respecto a Los Clash, sólo conocía una cinta con grandes éxitos de esas de gasolinera. Por supuesto tenía el tema London Calling y el Spanish Bombs ( Los típicos), pero creo que es una buena banda que merece un repaso
en busca de joyitas menos conocidas.
De momento eso es todo.
Saludos.
Antoni.
Esa versión de los Damned pertenece a su época de finales de los 80, cuando ya iban de capa caída; pero aún así saben mantener el nivel. Y de los Clash, si solo tienes un disco te recomiendo que sea "London calling". Su discografía no es muy amplia, pero este disco está muy por encima del resto.
EliminarSaludos mil.
Creo que The Clash envejece mucho mejor que The Damned, aunque estos últimos tienen canciones atemporales estupendísimas como algunas de las que citas. Saludos.
ResponderEliminarA mí en cambio me pasa al revés: salvo "London calling", un disco inatacable y que sin duda está entre lo más brillante de una década, como obra en conjunto prefiero a los Damned. Pero eso se debe a mi carácter, más cercano al espíritu british que al yanki. Comprendo perfectamente que haya muchos fans que vayan justo al contrario, y eso es lo grande de cualquier afición: la libertad de pensamiento.
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