Si hablamos de música británica es evidente que las bandas como Who o Small Faces tienen un espíritu muy distinto al de Rolling Stones, por poner un ejemplo. Y entre las diferencias la fundamental es el uso que se hace de ese término equívoco llamado rhythm’n’blues, que en Estados Unidos podía englobar estilos tan distintos como el rock and roll negro de un Chuck Berry junto al soul o la escuela Motown: no hay duda de que los Stones se dedican a explorar casi exclusivamente la primera opción, mientras que los grupos más “british” (héroes para los mods en su primera época) siguen el otro camino. Pero también estaban los Kinks, que mezclaban el rock and roll con el pop y la tradición del music hall, todo ello alimentado con unas letras que podían oscilar entre la carga social, las reivindicaciones generacionales e incluso la nostalgia victoriana. Así que los Stones son un grupo bastante más “americano” que isleño, y su estilo siempre será mucho más popular allá que el del resto de sus colegas.
Los Jam son los herederos directos de la tradición que atesoran Who, Small Faces y Kinks al mismo tiempo; es decir, son otra banda puramente británica, mucho más representativa de su país que los Clash, por poner el ejemplo clásico: los Clash son los nuevos Stones, otra banda yanqui (incluso hay gente que compara la trascendencia de “London calling” con la de “Exile on Main St.”). Así que los Jam, tras dos discos grandes y algunos singles, siguen siendo casi unos desconocidos en los States (y que actúen allí a principios del 78 como teloneros de los Blue Öyster Cult tampoco ayuda, por cierto). A cambio su posición en la Isla es de privilegio y la confirmación llega en Noviembre con “All mod cons”, su tercer Lp, justo un año después del anterior.
No sé si Paul Weller, líder e “ideólogo” del trío, tenía ya planeada desde el principio la evolución que están siguiendo; es posible que sí, porque Weller es un fulano con las ideas muy claras. Los Jam habían nacido sobre 1972/73, pero su oportunidad no llegó hasta la oleada punk. Y aunque era lógico que por la influencia del momento tuviesen un sonido contemporáneo, muy pronto comenzaron a demostrar que su escuela pertenece a la década anterior: ya en los dos primeros discos compaginaban la potencia y la intensidad con su gusto por las melodías de corte sesentero, y en “All mod cons” se confirma definitivamente ese carácter. Piezas como la que da título al disco, “Mr. Clean” o “It’s too bad”, por citar solo tres, son una actualización del ambiente londinense de mediados de los años 60, justo cuando está comenzando a surgir la psicodelia; que ya se anuncia, triunfante, con “In the crowd”: los dos últimos minutos de esa canción parecen salidos de 1967. Y luego tenemos algunas baladas brillantes como “English rose”, con ese fondo de suave oleaje playero (a los fans desquiciados nos viene a la memoria el “Quadrophenia”, un disco que impresionó profundamente a mr. Weller), además del digno homenaje que hacen al “David Watts” de los Kinks y el broche de oro que cierra el disco, la señorial “Down in the tube station at midnight”. En resumen: esto es el Swinging London actualizado, ni más ni menos. Y que llegasen a rozar el top 5 indica la gran cantidad de isleños que siguen reivindicando ese carácter brillante, melódico pero explosivo, que dio origen a la British Invasion. Por cierto, que en Estados Unidos ni siquiera llegó a las listas, como los dos anteriores.
Después de un disco de tanto carácter como ese parecía difícil que los Jam consiguiesen no ya superarlo, sino al menos mantener su altura. Sin embargo, y otra vez con puntualidad británica -Noviembre del 79-, la publicación de “Setting sons” demuestra que son la otra banda veterana con más categoría en la Isla junto a los Clash; es decir, que la década terminará con la misma dicotomía que hubo a finales de la anterior, cuando Who y Kinks eran la alternativa a los Stones. El nuevo disco mantiene las constantes que ya se han hecho clásicas en ellos, con el vigor y la contundencia de siempre, pero también un sonido más denso y mayor amplitud en la escala melódica; el rango va desde las piezas vigorosas, tan distintivas del trío, como “Thick as thieves” o “Private hell” hasta la sorprendente “Smither-Jones”, una especie de pop barroco que es además una de las escasas composiciones del bajista Bruce Foxton. Ah, y en el apartado de homenajes esta vez le toca el turno a la Motown: “Heat wave”, aquella perla compuesta por la santísima trinidad de Holland, Dozier y Holland, defendida por las no menos divinas Martha & The Vandellas, versionada poco después por los Who, se pone aquí al día con una tremenda efectividad. La suma de todo ello hace que consigan un nuevo éxito en la Isla (incluso llegó a superar ligeramente las ventas del anterior), una definitiva consolidación de toda su discografía en el continente… y hasta un ligero despertar en Estados Unidos, donde sobrepasó el top 150. Una hazaña, vamos. No cabe duda entonces de que los Jam reúnen méritos suficientes para que sigamos su carrera en la próxima década: se lo han ganado a pulso.
En la época de la movida la revitalizacióm mod le debió muchísimo a The Jam, una banda, como bien apuntas, que recogió fielmente el testigo de Who y Small Faces, también de los Kinks aunque en menior medida. En aquellos años se veían por las calles tribus con sus lambrettas/vespas y sus parkas, la diana aérea inglesa y el logo de la banda cosido en la prenda, parecía que estabas andando por el mismo Londres. Mi hermano Pablo (al que llamamos Weller desde entonces) perteneció a una banda mod motera que se movía desde Pozuelo por todos los garitos de la ciudad. ¡Qué tiempos!. The Jam es la mejor imagen espacio-temporal de aquella época irrepetible, y si además le sumas dos grandiosos Lps como los comentados, los elevas a la categoría olímpica. Terminar diciendo que es de largo mi banda favorita de aquellos años sería una obviedad.
ResponderEliminarSaludos,
JdG
La resurrección de la estética mod fue una buena alternativa a los pelopinchos punkis, y desde luego se ha mantenido mucho mejor en el tiempo: desde sus orígenes hasta ahora han pasado más de cincuenta años pero nunca desapareció del todo, y aún hoy da gusto verlos de vez en cuando, mientras que los punkis lucen totalmente desfasados... Los escasos que aún quedan, claro. Mod forever, no hay duda. Y los Jam, como los Who, ya son intemporales también.
EliminarSaludos mil.
All mod cons me parece la obra maestra de los Jam, el más cohesionado aunque seguramente sea menos popular que el debut o que posteriores trabajos. Saludos.
ResponderEliminarPues yo creo que es las dos cosas. No recuerdo ahora mismo si fue el más vendido, pero si no lo fue anduvo cerca. Y desde luego es y será siempre el más recordado. Con esto no le quito méritos a los demás,que conste; pero si hay que elegir uno solo, elijo este.
EliminarTengo la impresión de que las etiquetas que en su tiempo fueron válidas han perdido importancia a través de los años. Es el caso de rhythm’n’blues. Hoy en día las superwomen musicales de moda se les cataloga como estrellas de ese género, es decir: Beyoncé, Rihanna, Lady Gaga y compañía.
ResponderEliminarLas etiquetas las mata el tiempo y su reutilización comercial. Los Kinks siendo un genuino grupo inglés pasaron a ser el grupo británico más apreciado allí, salvando los más míticos, cuando el sindicato les permitió actuar y se embarcaron giras interminables.
¿Los Jam son más ingleses que los Clash? Quizás sea porque tenían promotores que potenciaron el público británico al de allá.
El pop es puro marketing, industria, managers, etc... y además los gustos, pienso yo, no están enmarcados en categorías territoriales a lo Carl Jung. El art pop nació como desmitificación de las viejas etiquetas programáticas nacionales, valorando al mismo nivel lo selecto y lo vulgar. Cuando los músicos blancos se apropiaron de forma desvergonzada del patrimonio musical negro o cuando los negros con el bebop decidieron cultivar los oídos blancos, las viejas fronteras desaparecieron.
Interesante entrada.
Ya sabes que el término "R'N'B" fue inventado por Jerry Wexler como simple operación cosmética, para eliminar de la prensa aquello de "race lists", que era un poco insultante. Pero poco más, porque en Estados Unidos su contenido siguió siendo el mismo que el de "race": cualquier estilo negro se podía incluir én él. Hay que reconocer que los británicos fueron más finos y supieron diferenciar desde el principio unos estilos de otros; precisamente gracias al dominio de esas diferencias nació la British Invasion, que dejó a los yankis a los pies de los caballos. Y luego sí, el pop es industria, como lo es cualquier otra expresión artística. Pero bendita sea esa industria, con todos sus errores y todas sus injusticias. Las industrias de los sueños (como Hollywood, por cierto) sirven para alimentar ilusiones, y algunos no sabríamos vivir sin ellas.
EliminarSiempre los he visto como una reencarnación de The Kinks (mi banda favorita de todos los tiempos), así que con eso lo digo todo. Cuando los oigo parece vuelvo a mediado de los 60. Puede que sean cosas mías. Y creo que Paul Weller es un gran compositor.
ResponderEliminarSaludossssssssssss
Yo más bien como una mezcla de Kinks y Who, que al final vienen siendo dos estilos distintos pero un espíritu muy parecido. Y precisamente por eso tanto tú como yo nos sentimos en plena mitad de los 60 cuando los escuchamos, porque son el mejor resumen posible de aquella época gloriosa.
EliminarSaludos mil...