lunes, 15 de octubre de 2018

1978/79 (VII)

Antes de que terminase el año 77 ya destacaban algunas bandas que, habiendo surgido bajo los criterios artísticos del punk, comenzaban a sobrepasarlo para crearse un estilo propio; es decir, buscaban un sitio en ese nuevo espacio temporal que se denominará “post punk”. La primera y más relevante de esas bandas (entre otras cosas por la influencia que ejerce sobre otros grupos que surgen casi a continuación) ya nos visitó en aquel momento y goza de buena salud, así que la tenemos hoy de nuevo con nosotros: se trata de los Wire. Se habían formado en otoño del 76, y casi todos estaban aprendiendo aún a manejar los instrumentos; sin embargo, su formación en disciplinas próximas como las técnicas de sonido y una idea bastante clara de cuáles eran sus objetivos musicales hizo que comenzaran a destacar muy pronto: en poco menos de un año ya estaban fichados y grabando para un sello de campanillas, el todopoderoso emporio EMI. No les llevó más de dos meses completar “Pink flag”, su primer disco grande y una de las propuestas más innovadoras para el futuro próximo. Wire consiguen con ese disco un sólido prestigio entre los fans “de culto”: la extraña, densa y engañosa simpleza con la que elaboran sus canciones los destaca entre la marejada punk estándar para colocarlos en el apartado de “art punk” que la crítica les adjudica casi desde el primer momento.

La relativa popularidad que alcanza Wire ya en sus primeros momentos indica que hay un creciente grupo de aficionados que, guardando algún tipo de paralelismo con los primeros progresivos y vanguardistas de diez años antes, buscan esquemas melódicos o rítmicos fuera de lo común, más cerebrales por decirlo así; en cierto modo, ponen en contacto el espíritu de aquellos (CAN sería una referencia aproximada) con las nacientes figuras de estilos como la cold wave (Joy Division también lo sería, por su parte). Y siguen evolucionando: en verano del 78 llega “Chairs missing”, un segundo disco que, con criterios similares al primero, refuerza y hace más variado su estilo. “Practice make perfect”, la pieza con la que se abre, es junto a otras como “Mercy” buenas muestras de esa evolución si la comparamos con “Reuters”, la que abría “Pink flag”: se percibe la misma esencia, pero madurada. Su gusto por los ritmos obsesivos será uno de los factores distintivos de la cold wave, como en “French film blured”, pero Wire tienen mucho más colorido; “Another the letter”, en poco más de un minuto, es la demostración palmaria de que se puede superar a unos Stranglers en su propio terreno, y así sucesivamente. Se incluyen “Outdoor miner” y “I am the fly”, dos canciones que serán publicadas también en single: especialmente notable es la primera, cercana al pop y con una belleza melódica que demuestra la tremenda versatilidad del grupo; porque esa belleza, una melancólica belleza, es otra de las esencias de este disco (y aquel single posterior la realza ampliándola hasta casi los tres minutos). En fin, que estamos ante una nueva obra maestra, y que aún encima llegó al top 50, lo cual resulta muy alentador: hay futuros alternativos. 




En otoño de 1979 presentan “154”. Ese es el número de actuaciones que llevaban contabilizadas en el momento de buscar nombre para su nuevo disco. La sensación que causa es un tanto desconcertante, ya que aun manteniendo las directrices marcadas en los dos primeros hay un tono general que sugiere un cierto desajuste: el tono medio sigue manteniendo una brillantez poco frecuente, pero en algunos momentos suena disperso. Suele considerarse a este disco como el más “experimental” de los tres, aunque tampoco está muy claro: hay piezas que recrean claramente su estilo tradicional, como “Two people in a room”, o “The 15th” junto con nuevas incursiones en el pop “futurista” como “I should have known better” (una curiosa mezcla entre el sonido gótico y unos Roxy Music de la mejor escuela) o su gusto por las melodías de tipo ambiental -“The other window” o “A touching display”, por ejemplo. Pero a veces dan la impresión de que el concepto pop se les va de las manos y llegan a una especie de tremendismo vacío, o así lo veo yo (no sé explicarlo de otro modo). Sin embargo este resulta ser su disco más vendido, tal vez por la inercia creada por los anteriores y esa impronta “de calidad” que los distingue... lo cual no es obstáculo para que, en un rasgo inesperado y de infrecuente honradez en este negocio, Wire nos anuncien su disolución por “problemas de vacío creativo”. 

A partir de ese momento algunos miembros de Wire siguieron en el mundillo colaborando con otros músicos, aunque de modo intermitente. Antes de su disolución habían grabado bastante material nuevo en directo, que se publicaría dos años después bajo el título de “Document and eyewitness”: en conjunto es una sucesión de piezas casi abstractas que no hacen recomendable su audición salvo para los muy fans. Volvieron a mediados de los años 80 convertidos en una banda electrónica y, con frecuentes intervalos de inactividad, siguen existiendo a día de hoy: Graham Lewis y Colin Newman son los dos veteranos que lo dirigen, junto a otros músicos. Pero muchos de nosotros lo dejamos cuando los primeros Wire lo dejaron, después de aquel “154”: tres discos son suficientes para recordar a una de las bandas más originales y arriesgadas de aquellos tiempos. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. 




12 comentarios:

  1. No puedo profundizar mucho en la banda porque empecé a escucharlos en su segunda etapa, a partir del "IBTABA" de 1989, un compendio de grabaciones de actuaciones en vivo en distintos países. He ido leyendo varias cosas sobre ellos, en revistas, blogs y otros medios, y la conclusión principal a la que siempre he llegado la reflejas fielmente al hablar de propuesta innovadora, más allá del post-punk al uso de la época. He de profundizar mucho más en su música, sobre todo en la primera etapa que comentas. Por cierto, actúan por aquí el próximo 27 de noviembre. Buena oportunidad para conocerlos en vivo, uno de sus puntos fuertes según tengo entendido.
    Saludos,
    JdG

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    1. El caso de Wire es una demostración de la desidia de los sellos discográficos, ya que estos discos fueron publicados en España pero poca gente se enteró. Hay un libro disco muy bueno que salió hace unos meses con la historia de la banda y sus tres primeros discos más unas cuantas rarezas, en dos cedés. Muy recomendable.

      Saludos mil.

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  2. Hola rick:
    Me alegro de ir dejando atrás la etapa punk, ya que es un género que no me va demasiado.
    Esta banda que presentas, Wire, son uno auténticos desconocidos para mi ( Me perdí tantas cosas buenas en su momento). La verdad es que suenan de vicio. Los dos temas que has puesto son excelentes. Habrá que escuchar más cosas.

    Antoni.

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    1. Bueno, la etapa punk es la primera parte, pero ahora llegan las bandas postpunk. Aunque desde luego hay más variedad a partir de ese momento. Seguro que más de una te interesará...

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  3. Hola Rick,
    el post de esta semana es de lujo. Conocia Wire pero nunca habia entrado mucho en sus discos. Chairs Missing es una obra maestra y 154 tambien. Me ha llamado la atención que, aunque los dos discos sean consecutivos en publicación, no tienen nada que ver el uno con el otro en estilo, son muy distintos. Pero los dos son espectaculares. Frescos y adictivos.
    Gracias

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    1. Los dos son muy buenos, pero no te olvides del primero: "Pink flag", cuando salió, fue como una revelación. Y por supuesto no se pueden disfrutar del todo estos dos sin aquél.

      Y gracias a ti.

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  4. Un sonido bello y de una calidad inusitada para aquella época. Hay mucho nivel en la producción. Buenas voces. Desconocía su existencia. Lástima por pasar desapercibidos para los que no estamos en el ajo.

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    1. Pasaron desapercibidos, como otros muchos, por culpa de una política discográfica sin criterio. Salvo con los dos o tres nombres de prestigio, en el resto del catálogo no se gastaban un duro en promoción. Y ahora, cuarenta años después, resulta que las bandas como Wire están manteniendo las ventas mejor que muchos de aquellos grupitos para pasar el rato de los que ya no se acuerda nadie.

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  5. Hola Rick:
    Pues este disco no lo conocía pero el que pusiste de ellos no hace mucho me gustó, así que lo he descargado y escuchado, y realmente suena muy bien, mucha variedad de sonidos lo que le hace muy agradable de oir.
    Lástima que no los conociese en su tiempo, que les habría sacado mas jugo.
    Saludos
    Jose

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    1. Wire es uno de esos grupos que hay que rescatar del olvido. Y para eso estamos aquí, don José. Como he dicho antes, la culpa de que bandas como esta hayan pasado casi desapercibidas en España ya sabes de quién es.

      Saludos mil...

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  6. Hola Rick:
    Este “Chairs missing” me ha parecido un disco muy bueno y, además, variado. En alguna ocasión si que he oído algún ritmo tipo CAN; aunque estos trabajan más la melodía. y para colmo tienen buenas voces. Qué más se puede pedir.

    En el "154" no he podido entrar tan bién como en el anterior, aunque se ve que tienen recursos para cambiar de registro.

    No los he seguido nunca, así que esta entrada me ha descubierto buena música, que es de lo que se trata aquí, supongo.

    Saludossssssssssss

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    1. Hay un tono "progresivo" en la obra de Wire, como en la de algunos otros de aquella época, que tal vez ahuyentó a los más punkis en su momento pero que a la larga ha demostrado tener peso y trascendencia. Ya digo que la culpa de que pasaran casi desapercibidos aquí la tiene EMI, un sello tan "resultadista" como los demás. Es una pena, pero estábamos(y estamos) en sus manos. Nunca entenderé a los "expertos" en marketing.

      Saludos mil...

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